RUANDA 1994

Recordar es aprender de los errores:  El 7 de abril de 1994 comenzaba en Ruanda el peor episodio de su historia: un genocidio que dejó entre 800 mil y 1 millón de muertos. Fue una limpieza étnica que ocurrió ante la mirada indiferente de la comunidad internacional. Ya han pasado 26 años desde aquel genocidio, pero su impacto en la historia del mundo lo hace un hecho de constante estudio y revisión


Y el día 18 de abril, de trágico recuerdo para los ruandeses, se recordará como el día en que 12000, tutsis fueron asesinados a sangre fría en Kibuye, concretamente en el campo de futbol de Gatwaro, donde los habían recogido las fuerzas del orden: policía y ejército para protegerlos… los mismos, que luego los asesinaron. Después de eso, y en sólo 100 días se acabo con la vida de entre 800.000 y 1000.000 de personas. Hasta que occidente, por fin se decidió a intervenir, después, de antes haber abandonado a su suerte a un país entero que ardía entonces en odio. Otros años me he limitado, como con Hiroshima o Nagasaki a recordar fechas y poco más, pero este año quiero hacer algo más completo (tiempo hay de sobra) y recoger en varios escritos e imágenes todo ocurrido en Ruanda, un relato aquel año de horror: diferentes perspectivas o causas posibles y también  imágenes. Imágenes pero, no a las que estamos acostumbrados a ver en relación a aquel genocidio y recogían sólo muerte, sino de otro tipo: las que recogían vida, aunque, igualmente muy duras, pero vida. Espero, entre mañana y el 18, tener los post preparados y poder mostrarlos, para luego recogerlos todos en un blog monotemático que iré completando con el tiempo, con todo lo que encuentre al respecto, y que pueda a ayudar a comprender lo que sucedió aquella primavera del 1994. De alguna manera, si sucedió una vez allí, puede suceder en cualquier sitio. Es por eso que recordar ayuda a aprender y que a que no se vuelvan a repetir los mismos errores…Saludos!!

Existen a dia de hoy día dos posturas opuestas sobre el régimen de Ruanda: una ve a su actual presidente (Paul Kagame)  fundador del Frente Patriótico Ruandés, más  conocido por su papel durante la campaña que le puso fin al genocidio de Ruanda, y su intervención en la Segunda Guerra del Congo como el gran salvador del genocidio del 94 y del pueblo de Ruanda; y la otra lo ve como un gran  manipulador y dictador, que se sirvió del genocidio del 94 para llegar donde está. 16 años después aún colea este asunto.

Tras el genocidio de Ruanda de 1994 hay dos visiones, de esa realidad y que están fuertemente enfrentadas entre sí: una, habla sólo de ese genocidio, el genocidio de los tutsis; la otra no niega a éste último, pero afirma que hubo otros 3 genocidios más pero contra los hutus de los que no se suele hablar o incluso se niega su existencia.

-La primera visión es la que  mantienen el Gobierno de Ruanda de Paul Kagame, EEUU, Reino Unido, Bélgica, Naciones Unidas, la prensa internacional y algunas ONG.

-La segunda versión es defendida sólo por un grupo reducido de las  ONG´s  y personas muy conocedoras de la región.

   Hasta  hace aproximadamente unos 3 años sólo se oía hablar de la primera visión, no teniendo  la segunda acceso a la prensa.  Ante esta realidad Juan Carrero Saralegui, Presidente de la Fundació S’Olivar, tuvo la  feliz idea de que fuera un juez imparcial quien investigara el asunto. Y en 2005, un  grupo de ONG y personas agrupadas en el Forum Internacional para la Paz y la Justicia  en el África de los Grandes Lagos, interpusimos en la Audiencia Nacional española una  querella criminal contra la cúpula militar del FPR (dirigida por Paul Kagame) dado que  en estos conflictos fueron asesinados 9 españoles que habían sido testigos o tenían  información sensible de masacres de población civil por parte del FPR. De esta manera  un juez imparcial podría sacar a luz la verdad del caso. Tres años después, el 6 de febrero de 2008, el juez de la Audiencia Nacional, D. Fernando Andreu Merelles, emitió un auto de conclusiones y órdenes de arresto  internacional contra 40 altos mandos del FPR. A modo de ejemplo, y para aclarar las posturas de los que defienden que sólo existió el genocidio de los tutsis, comentaremos el caso de Karake Karenzi, un alto cargo ruandés del FPR que en febrero de 2008 era el  segundo al mando de los cascos azules en Darfur. En el auto del juez pueden leerse crímenes terribles en los que él presuntamente habría participado. Un ejemplo, en la  página 11 del auto puede leerse: “Se calcula que sólo en Masaka, entre julio de 1.994 a  los primeros meses de 1.995 se asesinó a mas de 50.000 personas, y con el fin de  proceder a la incineración de los cadáveres, los Tenientes Coroneles Jackson  Rwahama Mutabazi y Karake Karenzi habrían enviados dos veces por semana  camiones llenos de barriles de gasolina.” Como podemos ver no se trata de asesinatos cualquiera. A partir del 6 de febrero de 2008 Karake Karenzi estaba en una situación paradójica:  por una parte estaba como segundo al mando de una misión de paz de Naciones Unidas, y por otra recaía sobre él una orden de búsqueda y captura internacional por genocidio y  crímenes contra la humanidad. ¿Qué hizo Naciones Unidas entonces? ¿Le destituyo?  No. Y varios meses más tarde incluso le renovó en el cargo. Este es uno de los muchos ejemplos posibles de cómo quienes deciden en Naciones Unidas han mirado siempre  hacia otro lado cuando se hablaba de los crímenes del FPR. Otro ejemplo puede ser el de las continuas trabas que se encontró Carla del Ponte, cuando en calidad de Fiscal Jefe  del Tribunal Penal Internacional para Ruanda empezó a sospechar que no sólo los hutu  habían cometido actos de genocidio, sino que posiblemente también los tutsi del FPR de  Kagame. Finalmente la alianza EEUU­UK logró que Naciones Unidas le destituyera del  cargo. Pueden leerse sus memorias, muy aclaradoras en este asunto, en su libro ‘La  caza. Yo y los criminales de guerra’. Los defensores de la tesis de que sólo hubo un genocidio basan su campaña  propagandística (suelen aparecer con cierta periodicidad artículos de firmas con  renombre de vez en cuando) entre otros en cuatro pilares: 1º) El derribo del avión en  donde estaba el Presidente hutu Hayarimana fue obra de extremistas hutu; 2º) Se trata  de un enfrentamiento étnico; 3º) La Iglesia Católica fue quien rompió el equilibrio de  convivencia hutu­tutsi y fomentó el odio de los hutu a los tutsi, hasta llegar a un odio a  muerte que desencadenó en el genocidio de 1994. 4º) Las terribles responsabilidades internacionales de los muertos corren también a cargo de Francia, quien apoyaba al  régimen hutu, y que aún sabiendo que se estaban distribuyendo machetes para cortar  cabezas de tutsis, siguió apoyando al régimen hutu. Por su parte, los defensores de la segunda tesis consideramos que los anteriores argumentos mezclan verdades con mentiras descaradas y ocultan lo que a nosotros nos parece el fondo de la cuestión. Las principales diferencias estriban en que nosotros afirmamos: 1º) El FPR cometió tres genocidios de hutus, uno desde 1990 hasta abril de  1994 (unos 200.000 hutus asesinados en ataques planificados por el FPR contra  población civil indefensa), otro genocidio de hutus tras la toma de poder del FPR en  julio de 94, y otro genocidio en los campos de refugiados formados por los hutu que  huyeron de Ruanda hacia el Zaire (actual RD Congo, allí morirían un mínimo de  200.000 hutus); 2º) El derribo del avión fue obra del FPR; 3º) Se trata de un plan  orquestado por EEUU­UK­FPR que planificaron exacerbar las tensiones étnicas entre  hutus y tutsis (que no estaban fuera de sus casillas) para producir un caos que facilitara  que el FPR pudiera dar un golpe con el que tomar el poder en Ruanda; 4º) El objetivo  final era tener en Ruanda (a igual como ya pasaba en Uganda) a un aliado desde el que  lanzar una guerra para tomar el poder en el Zaire de Mobutu (esta fue la guerra liderada  por Kabila padre, cuyos soldados eran ruandeses y ugandeses principalmente), es decir, el origen de estos conflictos no era de tipo étnico ni de lucha de religiones, sino  económico ya que la RD Congo es uno de los países más ricos del planeta en minerales estratégicos (en donde se hallan las reservas mundiales del coltán, por ejemplo). Quiero llamar la atención sobre el argumento de echar la culpa a la Iglesia Católica del  odio étnico desacerbado. Se trata, según pensamos muchos, de un cebo que esconde un  anzuelo con el que pescar a las asociaciones y partidos políticos de izquierdas atrayéndolas con el argumento anticlerical (curiosamente para que sin saberlo apoyen  las tesis de los más despiadados del capitalismo que no dudan en planificar guerras para  beneficio propio). Y que hasta la fecha les ha dado magníficos resultados. Deseo finalmente recomendar un libro que acaba de salir en las librerías y que aporta  muchos datos concretos (algunos de ellos de muy difícil acceso) sobre la planificación  de todo este asunto, sus repercusiones, las implicaciones internacionales, la  manipulación de la prensa… escrito por Juan Carrero Saralegui, el promotor de la  querella en la Audiencia Nacional y que en calidad de Presidente del Forum que la llevó  a la Audiencia Nacional, ha recibido el testimonio de numerosísimos actores principales de este conflicto (incluidos miembros del FPR arrepentidos y una congresista  norteamericana que Clinton envió a la zona para que negociara con Kabila la toma de  poder en el Zaire). El título del libro es ‘África, la madre ultrajada’, de la editorial  Milenio. José García Botía, Umoya­ Comités de Solidaridad con África Negra

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