(LA PESTE - 00) CAMUS: LOS ESCENARIOS DEL ABSURDO / jordi maqueda


 
Vladimir: ¡Qué! ¿Nos vamos?
                                            Estragón: Sí, vámonos.
                                                                   No se mueven.
(S. BeckettEsperando a Godot)

«Hay una felicidad Metafísica en defensa de la Absurdidad del Mundo —dice Camus—. Esta idea, traída del concepto que define una determinada corriente o pensamiento, y es a la vez ilustración de un determinado momento, habría de durar poco: no pudiendo sostenerse, sin aquel pensamiento profundo y constante que la animaba con fuerza». La idea se encontraría igualmente manifiesta —además de en otras expresiones— en lo que se dio en llamar Teatro del Absurdo; Y, particularmente, representada en aquella obra del dramaturgo irlandés Samuel Beckett, donde los personajes muestran de manera resuelta el tedio y carencia de significado, que para ellos tiene la vida moderna. Sin embargo, el absurdismo no tiene lugar ni época que lo contenga, y aquel nihilismo apático propio de posguerra, cafés y variedades risueñas, de algún modo daría paso a un nuevo paradigma —contingencia esta muy propia de nuestros tiempos— cuando la exégesis de la manifestación escénica se vio en algún momento proyectada, y de su propio marco desligada, aumentando la entropía de lo irracional ya no sobre las tablas, sino en el turbulento albero de la falacia que recuerda, con desvelo, que tras el último acto de la comedia, aguarda paciente, dar comienzo… la tragedia.
«Todos nacemos locos; algunos, continuarán así siempre».
                                                                       (S. Beckett)


Texto incluido en:  Observaciones acerca de algunas cuestiones fundamentales y otras de carácter fronterizo.

0 de Europa
1«Hay una felicidad Metafísica en defensa de la Absurdidad del Mundo —dice Camus—. Si bien, no podrá ésta sostenerse, sin un pensamiento profundo y constante que la anime con fuerza».
literarias, pictóricas etc…
Teatro del Absurdo es un término empleado por el crítico Martin Esslin en 1962 para clasificar a ciertos dramaturgos, estadounidenses y europeos; franceses en su mayoría, entre 1940 y 1960. El teatro del absurdo tiene fuertes rasgos existencialistas y cuestiona la sociedad y al hombre. A través del humor y la mitificación escondían una actitud muy exigente hacia su arte. La incoherencia, el disparate y lo ilógico son también rasgos muy representativos de estas obras que pretenden recoger todas esas inquietudes y preguntas, pero sin dar respuestas; estas se las deja a usted, le deja la inquietud de la respuesta y de la interpretación; es usted quien tiene que entender que eso que vio es tan absurdo como la vida misma y que con dar una moneda a un mendigo no soluciona su problema ni el suyo. Puntualizar: que cada obra crea sus propios modelos y características implacables de lógica interna: cómica, triste, patética, macabra, humillante, angustiosa o violenta.
4 Esperando a Godot


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