Bajo la premisa de la estupidez humana


En tiempos de Pandemia
La estupidez es una enfermedad extraordinaria, pues, no es el enfermo el que sufre, sino los demás”.- Voltaire.
Si hay algo innegable, que no admite discusión alguna, es que la estupidez humana es infinita: Inconmensurable, como mismo el cosmos. Incluso, a veces me pregunto ¿qué pasó con aquello de la evolución? si era para todos los seres vivos del planeta, o sólo para unos pocos. Tenemos  las mejores mentes (nos dicen): científicos y estadistas ahora mismo trabajando para superar esta crisis, una crisis que nos ha devuelto a nuestro lugar, y no me refiero a nuestras casas; pero, parecemos no entender nada y es por ello, que la humildad aquí se antoja imperativa, cuando al creernos evolucionados, olvidamos que otros organismos evolucionaron también. Y no sólo refiero a este u otros virus, sino igualmente a las bacterias: que se están haciendo, por momentos, más resistentes a nuestros antibióticos, y un día, más pronto que tarde, vamos a sentir ese golpe igual o peor que estamos sintiendo éste. Pero es de eso: de evolución, que venía a hablar: pues parece que en nuestra especie no afectó a todos por igual (en el sentido más literal de evolución). Y esa es la variable que hace imposible la ecuación, cuando se precisa hacer funcionar un sistema complejo como nuestra sociedad. Si la solución depende del conjunto de todas las personas; de hacer las cosas bien y seguir unas reglas para evitar la propagación (o tan siquiera vivir tranquilos): estamos perdidos. Esta sociedad ha alimentado a una serie de individuos deficientes, que difícilmente encajarían en otros sitios o comunidades, incluso de las de otras especies animales en este planeta; pero nosotros consentimos, e incluso aplaudimos y a algunos les votan, y ese es nuestro error, y nuestra perdición. Ya pueden estar todas las mentes brillantes e inteligentes del planeta haciendo cábalas y cálculos cuantas quieran: pues, si no es el interés, la avaricia, el odio o la estupidez, serán la imprudencia, la insensatez la ignorancia o cualquiera otro motivo, lo que dará al traste con cualquier solución posible (en conjunto) a éste, y a todos nuestros problemas; porque en este mundo, son mayoría quienes en conjunto albergan tales sentimientos, por contra de quienes quieren vivir en paz e igualdad, dejando vivir para vivir. Ese, es el virus que se debe solucionar, más allá del que ahora ocupa. Pues, si la Humanidad se halla hoy en día en un estado deplorable, de penurias y miserias se debe principalmente a una reinante y mundial estupidez generalizada, que conspira contra el bienestar del conjunto de todos nosotros. Además, la estupidez, o el estúpido, es la forma de ser más dañina y absurda al mismo tiempo, porque : “Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio”, como afirma el historiador Carlo Cipolla en la Tercera ley fundamental (ley de oro) de la estupidez. Pero el problema, el verdadero problema persiste pues “en una sociedad donde predomine en su mayoría, una condición cualquiera —ya sea la estúpida— ésta no advertirá jamás, esa condición como problema” y, así jamás, jamás viviremos en paz, ni con virus, ni sin virus.

No hay comentarios:

Publicar un comentario