SOBRE EL ABISMO QUE SEPARA A LOS HOMBRES "CRÉDULOS" DE LA VERDAD DE LAS COSAS (Empédocles de Agrigento) /// Jordi Maqueda / jorge Maqueda Merchán ( Aceuchal - Badajoz (España)


Según algunas tradiciones, el último gran presocrático: “Empédocles de Agrigento”, se mató arrojándose al Etna con 60 años cumplidos, cuando gozaba de la plena devoción de sus seguidores, y después de hacerse acompañar por algunos de ellos en un paseo por las laderas del volcán Etna (Sicilia). Lo cierto es que su realidad está envuelta en trazos de leyenda que lo hacen aparecer cuando no un mago, profeta revelador de verdades ocultas y misterios escondidos. Quizá es apropiado recordar de Empédocles (su pensamiento) influido de las antiguas tradiciones mistéricas griegas. Aunque lo cierto es que desapareció para no retornar (dice la historia que exiliado) quizá forjándose entonces varias versiones en torno a su muerte, la más conocida de todas, aquella según la cual se habría arrojado al volcán Etna. Lo que luego daría paso a (creer de algunos) que existía algo fuera de lo terrenal, y que el curso de las cosas humanas puede alterarse para un hombre, y de esta forma sus discípulos/ que ya estarían ocupados husmeando algún gran misterio,/ desarrollando alguna profunda metafísica/ se encontraron, de repente, consternados, con la sandalia del maestro entre las manos;/ una sandalia de cuero, palpable, usada, terrena”― (Brecht). Apareciendo aquella sandalia (como legada) a aquellos que cuando no ven, de inmediato empiezan a creer (y pensar cosas raras). Tales eran y son, todavía, las habladurías.

Cuando me fui de Barcelona: desapareciendo, y sin avisar, desconocía que algunas personas (entre ellas algunos amigos de la infancia―a los que hacía años que no veía, y con los que por entonces no trataba― se hubiesen percatado de mi ausencia, luego “empezando a pensar cosas raras, como→ que había muerto (?). Así me lo confesó mi amigo David (vecino y amigo de juegos de la Plazoleta, además de compañero en la banda de cornetas y tambores, al volver a hablar con él tras muchos años por teléfono, muy sorprendido de encontrarme vivito y coleando; mientras ajeno a todo aquello, vivía yo entonces entre Badajoz, Mérida y Almendralejo, entrenando. Supongo, que algunos de ellos (de la misma forma, que ocurriese con Empédocles, pero de otra manera)  se toparon con alguna imagen mía sobre cráter de algún volcán― en alguna red social―. Para Finalmente volver a ser (yo) una persona normal  (vivita y terrena) pero no, no como todos los demás (pues ya no publico en mi perfil de Facebook) sino en mis blogs, donde escribo lo que pienso, y las imágenes de los lugares que visito y personas con las que ando o me cruzo cuando me muevo a algún lugar (pero siempre, con unas buenas  botas, altas, y de suela vibram, si ando laderas o cráteres de un volcán (en un lugar y momento concreto). 

II

Si buscamos de Empédocles en los textos de historia de la filosofía, encontramos que nos informan de algunos datos biográficos, como su nacimiento, en Acragas (Agrigento) en Sicilia, en una familia ilustre, en fecha difícil de precisar que podría ser el 484 ac., así como de su actividad en la facción democrática de su ciudad, que finalmente le llevará al exilio, donde fallecerá hacia el 424 ac. En cuanto a su obra, destacan sus ideas sobre el ser y lo permanente, como una conciliación de las tesis de Parménides; y como tema principal, su teoría de la composición del universo basada en cuatro elementos, aire, tierra, fuego y agua, y cómo dos fuerzas, la del amor y la del odio, que son responsables de asociar y disociar estos elementos en un ciclo sin fin. Por último, encontramos una referencia a su adhesión a la teoría de la transmigración de las almas, rápidamente desdeñada, incluyendo la crítica que hacen de esto Aristóteles y Teofrasto. Empédocles Partidario de la democracia, fue orador, y médico que sepamos, pues  se cuenta que lo seguían “los que requerían vaticinios, y aquellos atravesados por desgracias, ya en lo que respecta a una enfermedad o a la herida de un arma Los filósofos presocráticos II, traducciones por Néstor Luis Cordero, Francisco José Olivieri, Ernesto La Croce, y Conrado Eggers Lan (Ernesto La Croce es responsable del capítulo dedicado a Empédocles), Editorial Gredos, Madrid, 1985, p. 139.

“Se vestía de púrpura y ceñía diadema de oro”, leemos de Diógenes Laercio y, además “llevaba sandalias de bronce y la corona délfica. Tenía el pelo largo; esclavos lo acompañaban, y él siempre severo y sin mudar de semblante. Así se paseaba, y los ciudadanos que encontraba a su paso creyeron eso señal de cierta realeza.( Diógenes Laercio, Vidas y opiniones de los filósofos ilustres, traducciones por Luis-Andrés Bredlow, Editorial Lucina /Zamora, 2010, Libro VIII, Empédocles, p. 321 (73).

Pero “Tal vez" confundimos cuando llamamos filósofo al físico (hombre de ciencia griego)  observador de la naturaleza según la tradición jonia, aún y cuando el eleatismo, (de Parménides) ha declarado aparente (la opinión, referente al mundo) y por tanto engañoso el conocimiento sensible que le concierne, mas no desviándose de la investigación el naturalista, el cual (referimos Empédocles en concreto) y que sin dejar de tener en cuenta las conclusiones del eleatismo, no implica aceptarlas Para quien (como él) continua según la tradición (a partir de  la experiencia natural) iniciada por los jonios,"¿Pero por qué me ocupo de estas cosas, como si realizase una gran empresa, puesto que me hallo por encimas de los hombres mortales en todo desgraciados?" (palabras del mismo empedocle→ Los filósofos presocráticos II, (Ernesto La Croce es responsable del capítulo dedicado a Empédocles), Editorial Gredos, Madrid, 1985, p. 285―. Los jonios (de mileto) presentaban una visión de la naturaleza en términos de entidades metodológicamente observables e inteligibles (y reconocibles) por sí mismas, con lo que puede considerarse a la suya: aquella investigación física de las cosas que son (frente a nosotros) y en las que nos reflejamos de ellas (como ellas ―de otra forma nosotros, dentro de un mismo horizonte dado a los sentidos (sentidos por las que las percibimos y nos reflejamos de aquellas (iguales a nosotros y nosotros a ellas→ en el mismos lugar y tiempo, de otra manera (siendo). Por este motivo Aristóteles se refirió a ellos como los «físicos», dado que buscaban la explicación de las cosas únicamente según principios naturalistas.

Pero referido de las tradiciones y leyendas que arrastra Empédocles, sepamos: que no todos los hombres, sino casi ninguno ninguno de los que yo conozco suben con sandalias o chancletas a un volcán activo (hoy)  de 3000m ―ni de menor altura  (para situarse en el borde (al que primero hay que llegar (moverse hacia/ aproximándose) y soportando el tremolar del cráter , recordemos, de un volcán activo (luego impasible sobre el borde del mismo (sin una buena razón para hacerlo). Por tanto,ese hombre embriagado de Dios que purificó el alma desprendiéndose de su cuerpo decadente”  ― según lo define Hölderlin en su drama ― (No) puso de manifiesto el abismo que separa a los dioses de los hombres, / sino que reveló el abismo que separa→a los hombres (sus ideas, expectativas y fantasías) de "la verdad" (y realidad) de las cosas, poniendo de manifiesto su ingenuidad→Ingenuidad de quienes creen, y desconocimiento (en este caso de los volcanes) de los que “piensan o fantasean creyendo todavía "que al cráter del Etna o de cualquier otro volcán activo (lleno de escoria volcánica  se llega→   al borde mismo del cráter (a asomarse), como aquel que da un paseo (recordemos→  hasta los 3000 metros) sobre un terreno inestable y peligroso (repleto de galerías subterráneas y rocas sueltas y gases mortales) muy traicionero, pero cuánto más aún de complicados son los últimos cientos de metros al cráter→ entre  tefra (ceniza, lapilli) restos escoria( cristales en el aire que ciegan los ojos, junto al azufre, y... los (posibles) bloques y bombas volcánicas (que pueden surgir arrollando en cualquier momento), donde menos aún contemplo que nadie pueda progresar  en sandalias o chanclas... (por cierto si los ascensos son difíciles, los descensos en volcanes de altura activos, puede ser caóticos (de espaldas al cráter y a lo que cae): con acumulacion de ceniza / tefra, la pierna se hunde hasta casi las rodillas, luego en el caso de rocas de diferentes tamaños y suelta, descendiendo, hay que clavar el tacón, para estabilizar la pierna que se hunde y desplaza corriendose con las piedras (que caen rodando hacia los que van delante). Cuando quien de la propia experiencia rememora, buscando el deleite que produce el volverlo a contar, entonces se lo proporciona a otro, para que lo saboree como propia…  únicamente el miserable lo desdeña, (...)

 

(Arriba) Borde del cráter inestable del volcán telica (Nicaragua)/ por detrás  mía derrumbes de la pared interior de rocas dentro mismo del cráter que taponan la salida de material cerrando el domo, lo que luego provoca explosiones regulares  y lanzamiento de  proyectiles (o bloques de roca ) de gran tamaño sobre el propio volcán (lugares y personas cercanas) y a larga distancia (km). Recordar que toda la zona activa es plena de gases (en el suelo y en el aire)  también de elementos radiactivos medibles derivados (proyectados) del Radio, y que no se ven, ni pueden huelen (como el Radón)
El radón es un elemento químico perteneciente al grupo de los gases nobles. En su forma gaseosa es incoloro, inodoro e insípido y en forma sólida su color es rojizo (un color que, por cierto podemos apreciar en las nubes / en Extremadura / donde abunda el Radón (Rn) en cantidad (número de unidades, y volumen relativo) de acuerdo  al lugar que ocupa (concreto) sea este lugar, en el suelo o en el aire. (El Radón en las erupciones Volcánicas (Ver)

(Arriba) Gases volcánicos saliendo del Cráter activo del volcán Telica 
(León- Nicaragua)

Iniciando Izalco hacia el borde del crater

(arriba) Descenso volcán Izalco ( El Salvador) entre  Piedras y rocas

Cerro Negro Nicaragua ( lado curvo desde el borde del crater)


(Arriba) Descenso volcán Cerro Negro ( Nicaragua) Cenizas

Lo único cierto al permanecer esta leyenda alimentada por ilustrados y románticos de antes y ahora, hasta nuestros días (es que ninguno de ellos ilustrado, o romántico (alemán, y concretamente Friedrich Hölderlin) se había acercado jamás "conscientemente" a un volcán como para  reconocerlo (ni siquiera estando él, paseando, y esté bajo sus propios pies (Región  Volcánica de Eifel)  y que lo vio nacer en (Lauffen am Neckar), o de sus señales (por las musas) cuando hablaba de Empédocles (no reconociéndose (de su palabras y conciencia) proyectada (hacia   quien se pueda reconocer de él (fuera) paseando sobre el cráter de (un volcán (activo) y (bajos sus pies),y que es en el mismo lugar,  donde tiempo atrás se  asentarse su pueblo (tribus del norte asentadas en lo que se conocerá como germania, y concretamente en (Renania Norte-Westfalia Y Renania-Palatinado )  y (precisamente sobre  un gran volcán o caldera)  que tampoco  reconocieron (dormido) ni aún asentados sobre sus cenizas. Pero Tampoco los alpinistas modernos centroeuropeos del s XX se interesaron jamás por los volcanes activos (motivos evidentes tendrán... no solo no querer morir), ascendiendo a cumbres heladas de montañas en los alpes (es decir: dirigiéndose (hacia   a aquello que reconocen de su propia naturaleza e instinto   como que le es propio y reconocen de sí mismos, que llamaba su atención, y en lo que se reflejan (de ellos). 

De otro lado, en La Palma ha habido registradas siete erupciones; en Tenerife se han registrado cuatro; en El Hierro, una y en Lanzarote, otras dos / Y Diego de ordaz, sorprendido de lo expeditivo del Popocatépetl (en México) lo subió, activo en 1515 de 5400m (y en actividad).

Volcán de Tajogaite, en el municipio de El Paso en la isla española de La Palma 























Sin embargo, y espero que disculpen mi sinceridad, no imagino a holderlin, ni a ningún ilustrado saliendo a la naturaleza silvestre, y llamado de su naturaleza a subir volcanes activos (sin su reloj)  como el que da un paseo hasta un museo el domingo, y menos aún con  aquellos zapatos que se usaban en el VXIII y que muestran las pinturas de época ). Poniéndose de manifiesto, no ya el abismo que separa a los dioses de los hombres, y lo eterno de lo terreno, sino a los mismos hombres (crédulos) en la verdad de las cosas (relatadas, nombradas o explicadas), por quienes son ajenos (a estas) de la experiencia de esas mismas cosas: como lo que son), pero igualmente de los volcanes, cuando nombran volcanes activos  (y a quienes anduvieron sobre ellos), como si conociesen (dicho volcán), del mismo modo que nos hablan después ("como sabiendo" de todas y de cualquier otra cosa, a priori  sin conocerla (ni reconocerla (de sí) reflejándose de ella, sino como el más ajeno a ella (de su experiencia( hacia  nosotros expuesta), ni conocer de propia mano nada, de lo que (sólo)   por la razón) conoce, pero a los demás nos explican "y que entiendo " asemejan a deseos que pasaron sin cumplirse; ni merecer una noche de placer, o una mañana luminosa" (Cavafis)



HACIA UNA NUEVA INTERPRETACIÓN DE LA VISIÓN / Jordi Maqueda / jorge Maqueda Merchán ( Aceuchal - Badajoz (España)


La humanidad se encuentra viviendo acontecimientos y descubrimientos que comienzan a poner en cuestión nuestra visión más tradicional de la realidad y nuestro conocimiento hacia una nueva interpretación de la visión. No se trata, entonces, de aceptar, una vez más, un cambio de paradigma como ha ocurrido en otras ocasiones, sino de cambiar de manera radical nuestra forma de pensar lo revelado (en lo individual), por medio de las ciencias “físicas” (exploración del medio y las formas, interaccionando con ellas), lo que pone de vuelta y media a la ciencia, y la realidad tal como la entendemos (es decir: subjetivamente), acercándonos a un mundo insólito y desconocido (objetivamente) al que pertenecemos, pero no podemos reconocer, cuando lo observamos de manera subjetiva (pensándolo desde dentro / sin relacionarnos con él afuera, para de la experiencia movernos (haciaO/luego actuar).

Los fenómenos (llamados cuánticos por los científicos) observados, son algunas de las “cosas” que rompen con el paradigma que nos rige (absurdo) cuando le damos un nombre a algo, que no conocemos (un estado o forma de la materia), derivado de un proceso realizado que no entendemos y lo llaman (los estadounidenses) am241 (soy241), explicando luego que (el isótopo creado 241Am) lo es a partir de bombardear con neutrones 239Pu, en un reactor nuclear. Esto (Pu239/94 ( 2(n,γ) se transformó en 239+1/94Pu y después en 239+2/94Pu, cambiando a los 14 años a (am 241/95) (soy7) por desintegración beta. Observando luego un tipo de desintegración menos común (más raro) del americio-241 es (Si /silicio) desintegración de racimo, descrito por los investigadores Estadounidenses de la siguiente manera: am241/95(soy7)→ (Thallium 207/81)+(Silicio 34/14). Es decir (soy7) (moviéndome (haciaO 34 con 207) soy 7 de 9 (Seven of Nine) La hija de Magnus Hansen (exobiólogo y el padre de la mujer que se convirtió en Siete de Nueve. Él y su esposa Erin fueron los primeros humanos en estudiar de cerca a aquellos (seres parecidos a los humanos) a los que podemos reconocer por como siguen fielmente sus rutinas, diarias, repetidas una y otra vez, sin tener ni puta idea del sentido de lo que hacen, ni de lo que dicen, o nombran, como por ejemplo, que le tengan que venir a explicar lo que pasa, a través tener ellos (una idea que creen suya) haciendo una película sin sentido lógico para ellos, en la que se les explica, de forma que lo entiendan, lo que antes han escrito y no entienden (ni siquiera los agremiados (siempre jodiendo a los mismos, es decir, desde el principio a sí mismos, en lugar y tiempo concreto)

Pero esto mostrado sólo sirve para abarcar una pequeña sección de esa realidad, que en el caso de la ciencia es apta para ser reconocida e interpretada / una interpretación luego al límite de nuestro entendimiento racional, (cuando se revela lo que creemos por nosotros descubrir) y lo queremos luego registrar (reconocer y apropiarnos de él), y a otros explicar (y vender) lo que no sabemos cómo fue, eso que es. Lo que dicho de otro modo es algo así, como que no estamos suficientemente cociditos para percibir ―de otro modo que como simples aprendices de comerciantes―la realidad tal y como es. Al menos, hasta que no seamos uno en/con el otro, en lugar de dejar que nos jodan otros, y entender que ninguna gacela le hace el pan a un león (y en España un toro lo revuelca). La fiesta habla de eso (pero es una fiesta) que hay que entender…esa especie que aspira a salir a las estrellas (enviando mensajitos (sin decir a quien (hacia quien se pueda reconocer (proyectado de quien (como respuesta de ningún lugar concreto) aquí ← (observando en la sombra) esperando, de la fiesta revelación (cuando la fiesta es revelación Y…) ¡Va por usted!

Razón está, la propia ignorancia, por la que cualquier enfoque al respecto de todos, deberá complementarse con otros (también con los otros / de sus experiencias) en tanto a la búsqueda y desarrollo de potencias aún no probadas del intelecto (entendimiento) y los sentidos, de un nuevo hombre (que viene de viejo / capaz de asomarse a esa nueva realidad evolucionando a ella, no a través de instrumentos, sino de sus propios sentidos.  Esto es preparar (hacia desarrollar mente y cuerpo para responder adecuadamente los nuevos desafíos necesarios, para poder afrontar la naturaleza de un nuevo mundo (que viene de viejo y que reconocemos de nosotros violento y cambiante, y poder amortiguar (mostrando a otros sus amenazas (de nosotros). Por tanto, este (es) un texto, para quien esté dispuesto a asomarse a sus propios límites, no para quienes temen la pérdida de certezas, y hacerlo alzándose sobre si mismo, estableciendo el equilibrio entre lo perceptible y lo invisible de una sombra que no vemos, ni comprendemos:  espíritu de la materia que (del horizonte que reconocemos, Luego del aparente y razonable desconcierto, lo que hace  necesaria una reestructuración de eso que llamamos realidad; sin embargo, el obstáculo no parece ser la realidad en sí misma. Por lo tanto, el mayor logro al que puede aspirar uno es (romper las reglas) y abrir las puertas más allá de sus límites (de la razón) (reconociéndose) materia como huella, y de la aparición experiencia (e la imagen de la sombra que la proyecto, de nuevo hacia la isla donde se baten o forjan metales (con fuego, que no puede desaparecer (lo que fue de una manera estrella) se forja (España) otra vez.

'Durante los siglos XVIII y XIX, estudiosos como el padre Larramendi o el padre Isla10 aventuraron un origen autóctono de la palabra (España): relacionado con el vocablo vasco ezpaina ‘labio’, pero que podría también interpretarse como ‘borde, confín’. Juan Antonio Moguel defendía que la palabra «España» procede de la corrupción del vocablo Izpania, el cual, a la luz del euskera tiene dos etimologías. La voz iz puede significar ‘mar’ o ‘palabra’ o ‘lenguaje’. Atendiendo al significado de «lenguaje» de iz, se puede interpretar que izpania está compuesta de los términos simples iz, pat o bat y enia que vendrían a significar ‘un lenguaje es el mío’. Luego y Atendiendo al significado de ‘mar’, la palabra izpania estaría compuesta por las voces iz y pania o bania que significa ‘dividir’, lo que nos indica que vendría a significar ‘que divide el mar’, es decir, la tierra o el país que divide el mar (que separa las aguas).

 

Hay cuestiones que por alguna razón y desde siempre han atraído y desconcertado las mentes más instruidas, acerca de una nueva teoría de la visión, derivada de las experiencias (de empezarnos a asomar). Si bien, tal desconcierto no habrá de ser mayor al debate que genera postular de esas mismas cuestiones, algunas de sus posibles aplicaciones. Y se observa esta circunstancia, en mayor medida, cuando de lo que se trata es de la realidad (incomprendida) entendida, como aquella realidad material que percibimos a través de los sentidos, y que  la razón nos puede hacer entender, lo que aun no experimentamos (pero el deseo) de algo que queremos, en lo que vemos y no entendemos (El propio Heisenberg (1901–1976) —físico conocido sobre todo por formular el principio de incertidumbre— para quien todo aquello que observamos no es la naturaleza en sí, sino la naturaleza expuesta a nuestros ojos (mediada la razón), ya se cuestionó la comprensión de la realidad en sí misma, tal y como la percibimos. Niels Böhr (1885–1962) posiblemente, el físico que realizó algunas de las mayores y más importantes contribuciones a la comprensión de la estructura del átomo y de la mecánica cuántica, en su momento, también fomentaría el debate, afirmando: "Todo aquello que nos parece un mundo estable, tangible y visible no es más que una ilusión": a decir de aquello que (sin entender, la razónenmascara /proponiendo su realidad (interesada y subjetiva). Y, si bien, es cierto que tal afirmación a muchos desconcierta, existe otra que, profundamente entendida, aún más inquieta, a saber, del ensayo titulado: “Una Nueva Teoría de la Visión”. Así llamó George Berkeley (1685-1753) filósofo, y natural de Irlanda, a su primera obra publicada apenas con 24 años de edad. Berkeley, desarrollaba en esta la tesis por la cual, se entendía la negación de una realidad externa y objetiva al ser humano, estando aquella sugerida al hombre por las propias sensaciones que se derivan directamente de la persona que se encuentra observando el objeto en cuestión (no dudes pues /si crees que no puede ser, es lo que es /y sabes que no puede no-ser /sin ser aquello que del corazón se proyecta, (haciaO reflejado del otro (de lo que no ve, en lo que puede ver) para que pueda del americio, luego esto entender Del mismo modo, Berkeley, afirmaba que el tamaño, volumen y situación de los objetos no se podían ver de un modo directo, sino que todo ellos eran interpretaciones del significado de los colores (la luz) los cuales son en realidad lo único que realmente podemos ver (y distinguir formas reflejadas), afirmando: "La coincidencia de las sensaciones táctiles con las visuales carece de toda justificación, pues aquellas y estas sensaciones, también llamadas impresiones, son simplemente signos de los cuales consta el metódico y codificado lenguaje de la naturaleza, dirigido ―por Dios― a los sentidos y la inteligencia de los hombres". Luego Berkeley más avanzado el ensayo, describe este lenguaje metódico creado por Dios, afirmando, que tendría por objeto instruir y guiar al hombre, a la hora de regular sus actos en la tierra con fin de que obtuviese todo aquello que le fuese necesario para la vida en ella. Si bien —y a mi modo de entender— aceptar esta interpretación contiene igualmente una segunda lectura, implícita (pero no descrita), que nos llevaría a cuestionar si este magnífico lenguaje codificado habría podido ser creado por Dios, no solo con el objeto de que el hombre obtuviese todo aquello que le fuese necesario para la vida en la tierra, sino también, “con el propósito de poder reconocer y mantenerlo alejado de todo aquello, que sobre esta y sutilmente velado a nuestros sentidos y propio sentido de la razón (se revela) ser razón de otros, ( la letra con sangre entra-Francisco de Goya) y de su atracción (como las moscas hacia el neón), luego fatalmente (freírlo). Pues, de sobra es conocido que existen en la naturaleza innumerables amenazas, además, de aquellos peligros que percibimos o podemos también intuir:, pues están velados a los sentidos y la razón (como el brillo del Uranio), o al menos lo está, hasta que ya es demasiado tarde (como todos de la historia hemos podido comprobar (España es tierra de Uranio 92 ¡Holaa! / y de (Ra) cuyo (proyectado es el (Radón/Rn) que todos respiramos (en nuestras casas de piedra y ladrillo, y no pasa nada (cuando entiendes que eres lo que comes y respiras (y quizás (tu) no estás donde crees estar si te da miedo lo natural ( de la misma naturaleza, de la tierra) y respiras, ni estas y eres lo que crees: fuera, polvo de estrellas, sino dentro, corazón de una estrella, que habrá de ser una estrella (a la que debemos reconocer de otra, en su sombra (aquello que la proyecta hacia nosotros y no podemos ver (…) Pero es precisamente llegados a este punto: tarde y sobrepasado el límite dado a la razón, que regresan surgidas del infierno a tomar desquite aquellas fuerzas terribles y distintas a las que se suponían…  y que acompañadas de unas veces de dolor y sufrimiento, lo son otras, además, de un bárbaro y profundo sentimiento de devastación. Pues "Hay cosas que solo la inteligencia buscaría, pero que por sí sola no podrá encontrar. Son aquellas que solo el instinto encontraría, pero que no debería buscar jamás (Bergson). luego Extrapolado el texto anterior,  al concepto relativo de la realidad tal y como la percibimos, posiblemente usted se pregunte, qué interés puede tener un acercamiento―Espero, que el texto se justifique a sí mismo― que incorpora el principio de incertidumbre de Heisenberg,  presentada por Niels Bohr a finales de los años veinte, llamada entonces “idea o principio de complementariedad”, y que al final dicha (idea) cuestión quede, si no del todo, en buena medida satisfecha.  Bohr señaló, —corría entonces el año 1927—que mientras en física clásica (determinista) se concibe que un sistema de partículas funcione como un aparato de relojería ―independientemente, de que éstas sean observadas o no—, en física cuántica el observador interactúa con el sistema, en tal medida que el sistema no puede considerarse independiente del observador (del individuo y su experiencia)—interpretación ésta participatoria del principio antrópico—. La consecuencia directa de la interpretación de Copenhague se puede explicar, y entender más fácilmente, en términos de lo que ocurre cuando se realiza una observación experimental, a saber: en primer lugar, se debe aceptar que el hecho de observar una cosa la cambia (cuando se siente reconocida por una conciencia), de lo que se desprende que al observar, se afecta directamente lo observado (que flipa) y, por lo tanto, el observador luego estará formando parte en todo momento del experimento (o si no, no haberte fijado, para luego (nada). Finalmente, se habrá de considerar, que toda la información la constituyen los resultados del experimento (del sujeto (hacia reconocer (ser de lo observado).  Luego Sería releyendo a J. Gribbin “En busca del gato de Schrödinger” Ed. Salvat- 1986,  donde encontré una de las mejores explicaciones que he leído jamás, en tanto a aquello que la interpretación  (racional) de Copenhague representa, refiriendo un ejemplo de extraordinaria sencillez facilitado por Eddington allá por los años treinta. Eddington, en su libro “The philosophy of Physical Science”, y refiriéndose al asunto en cuestión, reseñó, que lo que se percibe y aprende en un experimento (racional, donde ya existe un objetivo, voluntad, deseo concreto), siempre está altamente influido por las expectativas ―expectativas de quien investiga (de lo que deseA)—. Pero mejor, vayamos con el ejemplo: "Supongamos, afirma Eddington, que un artista asegura que en el interior de un bloque de mármol yace oculta la figura de una cabeza humana. ¿Absurdo? Pero entonces, el artista —un escultor se intuye, O UN FISICO— comienza a hacer aquello que mejor sabe: su trabajo (razonar), y con algo tan sencillo como un martillo y un cincel, golpeando hasta que pasadas unas horas, pone al descubierto la forma oculta (deseada)". Gribbin, acertadamente, se pregunta, si sería quizás ese, el modo en que Rutherford descubrió el núcleo. “Hemos de recordar que el descubrimiento, no amplia el conocimiento que tenemos del núcleo” —afirma Eddington—. Lo cierto, es que nadie, ni antes ni ahora, ha visto jamás un núcleo atómico (pero ya conocen a 7). Por tanto, lo que observa (es lo que es incapaz de reconocer de los resultados de su experimento (el dentro con él), y que luego se interpretan en términos de núcleos (no de entidad). Tampoco nadie jamás encontró un positrón hasta que Dirac sugirió que podían existir (deseando luego otros encontrarlos otra cara del mismo mármol (ígneo), y hoy los físicos aseguran conocer mayor numero de partículas que elementos existen en la tabla periódica (muchas caras del la misma roca blanca (que los motiva a buscar dentro de ella).

 

Luego e Independientemente, de cómo cada cual entienda esta explicación, lo cierto, es que se trata de un concepto relativo a la realidad tal y como la percibimos, entendida, no como meros observadores ajenos, sino más bien formando parte integrante de ella: de la realidad observada (experimentada) en sí misma y, por lo tanto, todos dentro, interactuando continuamente con ella.  Dicho de otro modo: creando una realidad que somos nosotros y nuestras expectativas en ella. luego, y A partir de aquí, deberán ser ustedes quienes juzguen si cuando miramos hacia el horizonte, en este caso, vemos un paisaje genuino o, más bien, en ese horizonte y lo que vemos en él, es aquello que queremos ver (es decir: que nos llevan a ver, de la mano de otro). El mundo, según Husserl, adquiere sentido por su horizonte: sentido y entendimiento del mundo, que ha de venir del “asombro”, de despejar ese horizonte dice Zubiri. Pero ese horizonte, ese nuevo paisaje que asoma ante nuestros ojos ¿existía antes de ser despejado? O bien, lo que hacemos como resultado de despejarlo unos, es crearlo para nosotros mismos (otros).

 

 

§ 3. VARIACIONES SOBRE LA REALIDAD (1) LA VISTA

(17/03/2024)

 

§ 3.1. En la filosofía griega había un predominio de la vista sobre los otros sentidos: otorgando (a la vis-ta) una importancia mayor que al resto. La contemplación, de hecho es lo que aquellos primeros (filósofos) griegos mejor hacían /luego especialmente para los pitagóricos, (su vis) el silencio: actitud de centrarse (hêsychia) de alguien que se queda en casa haciendo su propio trabajo y no se entromete oficialmente en los asuntos de los demás) qué pretendía, dice: que de inicio una revelación (o aletheia)

 

Pero de observar contemplativamente la naturaleza, en la quietud (hêsychia) y silencio de la mente pronto se pasó a otra cosa / un problema / que persiste: (otros lo llaman pensar /y otros, no dejar de dar voces y ver luces de aquí allá); esto es, aquella voz que rompe el silencio y quietud (en movimiento aparente: llamando la atención) cuando estamos observando en silencio, por ejemplo: una flor, y que no deja que la naturaleza misma (de la propia de la flor) se exprese hacia nosotros (revelándose) de la propia observación, saltando “aquella voz ” como luz de un lado a otro (que mostramos a los demás), cuando de inmediato irrumpe para explicarnos ella por si misma todo (incluso aquella flor, que por cierto no vio jamás /sino en apariencia reflejada), y lo hace: aunque a medias y muy mal; pero (explicación) que nosotros aceptamos sin más, de ese modo cerrando así todo camino a la luz natural de las cosas hacia nosotros: de la flor / y abriendo entonces el camino que nos trae la razón. (Observen) que no pocas veces llegamos a pensar (yo lo hago), que más parece que no seamos nosotros quienes usamos el lenguaje, sino que éste nos dirija a nosotros: partiendo de que todo aquello que observamos (de inmediato) se explica en nuestra mente, por el lenguaje y representaciones (antes incluso de llegar nosotros frente al objeto) e incluso, a veces, antes de cuestionarnos si buscar un significado al ente (objeto), encontramos, que de inmediato (y por el pensamiento) estamos armando la frase (solo con las palabras /y sin necesidad de acercarnos mas y observar con detenimiento aquello, ya nos define ( la razón) a aquel ¿lo pensaron así alguna vez? Pues esto...¡es un verdadero problema! Pues de alguna manera nos hemos desprendido de la realidad, apenas quedándonos con un reflejo de esta (su apariencia /de otro que la miro por nosotros) (esto sería como al ver el reflejo de la flor sin observarla en el camino paseando de lejos) y pretender conocerla, conocer algo: personas o plantas, solo de aquel instante (y de su reflejo/ lo más una imagen vaga que se refleja, como una sombra en la pared posterior de nuestra conciencia.

Precisamente el mito de la caverna entiendo que nos revela igualmente ese momento, donde empezamos a encontrar unas primeras referencias a la sombras (sombras de la razón), pues resulta claro (al menos para mí) ya antes de entrar a caverna alguna, que dentro de la caverna no se va a ofrecer imagen real alguna, de la realidad (referida esta al exterior /quizá se cuenten algunas historias de personas al calor y la luz del fuego). Pero tampoco, y aunque miremos hacia dentro, donde se proyectan aquellas sombras (que aparentemente son de personas / vivas) no conocemos ni reconocemos de ellas a persona alguna concreta. Igualmente, en la caverna, a la luz del fuego nos pueden hablar y contar la historia de una chica que recogía lavanda en el campo (todos tienen – tenemos- ya esa imagen en la mente). Pero, en realidad, nadie de los que escuchan la historia en la caverna se ha acercado a ella; y al recapacitar sobre lo escuchado entienden que desconocen el color de sus ojos (nadie de eso les ha hablado en el relato); y que se convierten en dos sombras ahora en el rostro; pero de nuevo recapacitan, pues igualmente, desconocen el sonido de su voz, y el olor mismo de la lavanda, que son dos nuevas sombras más ahora en el aire, que empiezan a enturbiar nuestro idílico cuadro.

Extranjero ¿No es posible que se engañe a los jóvenes, alejados aún de la verdad de las cosas, haciéndoles oír vanos discursos, mostrándoles, de palabra, imágenes de, todos los seres, convenciéndoles de que estas imágenes son la Verdad misma, y que el que se las presenta es, en todo, el más instruido de los hombres?

Teetetes: No se opone a que semejante arte exista.

Extranjero: Respecto a la mayor parte de los que oyen estos discursos, mi querido Teetetes, cuando, con el transcurso del tiempo, (las personas) han llegado a la edad madura, ¿no es una necesidad que, encontrándose con las cosas mismas, y forzados, por las impresiones que reciben, a fijar en ellas su atención, modifiquen sus primeras opiniones, juzguen pequeño lo que les había parecido grande, difícil lo que habían visto fácil, y que vean, en fin, desvanecerse, por todas partes, los fantasmas de aquellos discursos engañosos, al contacto de los hechos y de la realidad?

Teetetes: Así lo pienso, en cuanto lo permite mi edad; porque soy aún de los que no perciben las cosas más que de lejos.

Extranjero: He aquí por qué los presentes nos esforzaremos, en aproximarte a la Verdad, aun antes de que llegasen, para ti, las advertencias de la experiencia. Cuando Carlos I asumió como premisa de su reinado «ir más allá» (Plus Ultra) de los límites establecidos (pero el, nunca fue a ningún lugar (envió a los españoles a Europa a luchar sus guerras), (Plus Ultra) Fue utilizado por primera vez en 1516 por Carlos I, rey de España y joven duque de Borgoña, que empleó Plus oultre “en francés” como su lema personal. Según los estudios de Earl Rosenthal, el lema proviene de la influencia del médico y consejero personal del futuro emperador Carlos V, el humanista milanés Luigi Marliano4 (1464-1521). Este aconsejó al en 1516, cuando alcanzó su mayoría de edad y fue proclamado gran maestro de la Orden del Toisón de Oro, poner bajo su oficina el lema. En España, el francés original fue traducido al latín en un arco de celebración de la entrada de Carlos en Burgos, debido a la hostilidad que los españoles tenían hacia los consejeros y ministros borgoñones francófonos del emperador (que no era español) que no conquisto nada, (y que se lo comieron los mosquitos en Extremadura /enfermando de lo que un español no enferma) más los conquistados fueron (de España, los españoles  que pelearon  las guerras e intereses del que tenía  a su madre (reina de España presa) dado que vivía su madre Juana, le correspondía el título de gobernador de los Reinos Hispanos, para regirlos en nombre de su madre; pero el futuro Carlos V decide otra cosa: que las Cortes de Castilla y de Aragón le proclamasen rey.(y los españoles quieren rey joven y no a su Reyna legitima) que por ley deberá reinar, si nos deponen otros al Rey (que no habla ingles y gobierna) por el que estudio fuera ( y no gobierna), pero habla el idioma de los de fuera (sin entender del euskera, que no hace, lo que un catalán en castellano llano le expresa con dolor (de un catalán que gobierna, incluso más que los otros, España desde fuera) / lo que hace de un político español, y del que le escucha, mas inepto, que el que le explica al español am241, sabiendo que aquí todas las series se traducen al castellano, catalán, euskera y gallego, y solo de los 4 puede salir la forma (que no vemos) y entendemos de otros (de 7 de 9 hacia vosotros) dos mas ya con nosotros ¡Viva la Reina! Sofía! (Sabiduría en griego) de quien la quiera reconocer de este lado: Reyna,  y del otro, el que pueda. Porque el mundo se arregla, ordenando y limpiando, para poder reconocer, primero: tu propia casa (dando ejemplo).

(sofista / el extranjero)

 

§ 3. VARIACIONES SOBRE LA REALIDAD (2) LA VISIÓN Y SU SOMBRA

 (17/03/2024)

 

§ 3.2. Los atributos con los que concebimos las cosas no muestran la naturaleza primordial de estas: aquello que la vista trae al hombre no son más que proyecciones de lo que observa. La realidad oculta no existe, sino aquello que pueda ser visto en apariencia. Acercarse demasiado implica no ver, pues ver significa alzarse esperando que del otro lado muestre aquello su naturaleza. Conocer, tampoco es mantener el velo de lo conocido, sino empezar a deshacernos de todo aquello que creemos conocer. Luego, conocer más allá equivale a quitar todos los velos; si bien, encontramos que resulta imposible por completo conocer; concluyendo que el desvelamiento parece no suceder, pues al desvelar algo lo velamos (sin querer) de nuevo: propiciando solo un cambio de velo. Una constante revelación que resultará siempre incompleta, si no dejamos de ser y somos igualmente lo que miramos y vemos. Cuando el hombre busca la verdad no la encuentra en sí mismo, sino a través de sí mismo: la apertura hacia la cosa no puede sustentarse en la suposición que en la cosa (de su apariencia) radica toda su verdad, sino en la interacción que permite esa nueva manera de entenderla, pues ver es distorsionar lo (aparente) observado, donde mirar no se reduce a los límites del intelecto: forma de concebir, o modo de nosotros entenderlo. Mirar requiere entonces de predisposición para ver más allá de lo aparente que se aparece y presenta, pues cuando con la vista afirmamos “esto es real”, será tan real como nosotros podamos entenderlo: así, cuando creemos sujetar la realidad, seremos igualmente necios por creerlo. La relación que nos une con lo otro es tanto su reflejo (el reflejo) de aquel, como nuestra luz (visión) reflejada en aquello: y solo es posible trascenderlo en tanto a qué, y cómo somos y nos miramos (proyectándonos) nosotros en ello. La realidad requerirá, pues, de ambos para ser resuelta: pues la mirada es ese camino que no elude las sombras ―por las que podremos guiarnos y descubrir entre ellas  la luz― pues al reconocer en ellas nuestras propias tinieblas, podemos salir a estas (transcendiéndolas), no por la razón que distingue, como por el corazón que confunde. Allá donde estemos y miremos, siempre hay algo que vaga invisible, en exilio y sin reposo: nuestro ojo sabe que mientras vea algo (claro), no es eso lo que busca: debe trascender (lo aparente)... pues solo cuando el ojo está en la tiniebla entiende que ha llegado al Sol (Cusano). Si el hombre no cerrara alguna vez soberanamente los ojos, acabaría por no ver aquello que es importante que sea mirado” (René Char)… El velo nunca está en la realidad, sino en ojo...

§ 3.3. «Interpretamos mal el mundo, es cierto: pero el mundo no nos engaña». A la sombra de ese aparente desconcierto, parecería obvia y necesaria una reestructuración de eso que llamamos realidad; sin embargo, el gran obstáculo no parece ser la realidad misma, sino la representación y/o interpretación que tenemos o hacemos de esta. Por lo tanto, el mayor logro al que puede aspirar la razón humana es a abrirnos las puertas y mostrarnos más allá de sus límites (ese lugar) que poder habitar, donde se encuentran las claves para entender la realidad: “Un laberinto, una luz y el caos… y más caos todavía, y luego teorías infinitas: acordes imprecisos, danzando una ceremonia imperfecta, y luego… “Nada”. Sombras maniobrando, y la vida como si fuese un breve destello. Andamos colgados de un hilo de luz, despejando sombras y nubes oscuras; atravesamos tinieblas en nuestro interior solo por la verdad, pero al salir de aquellos silencios, cada uno ve una realidad (la suya)… y solos, frente a la luz, pensamos ¿Es posible? Tal vez; pero... ¿entendimos? Tal vez, pero…

§ 3.4. Lo cierto es, que en algún momento de nuestra existencia, y si tenemos suerte, es posible que nos encontremos en ese callejón sin salida, Entiéndase, ese preciso lugar, donde (en apariencia) no hay escapatoria a una verdad que nos deja vacíos y sin opción, para superar la terrible situación, ni más alternativa que escoger: escuchando el palpitar de nuestro corazón que por alguna extraña razón, todavía nos alientaLlegados a este punto y si consigues despertar aquello relegado, que nos han hecho olvidar con el paso del tiempo, empezarás a descubrir dentro de ti lo que siempre estuvo, pero nunca pudiste encontrarcierra entonces tus oídos y los ojos a la luz / y siente tu corazón hasta ver nacer en él una antorcha / esa luz que ilumine el poderoso vacío, que antes no podías contemplar, estableciéndose la frontera entre lo decible e indecible de una teofanía en la que el corazón como antorcha indaga en lo invisible, pero igualmente atisba lo transitorio (que del destello) le resulta prodigioso e inaudito, distinguiéndolo como faro en la noche. La más mínima parte de la materia (que podamos observar) contiene un rayo de luz que podemos nosotros seguir, alumbrándonos el camino hacia lo que no vemos ni comprendemos: al espíritu de la materia (que la proyecta / imagen, y materia como huella) / Aparición, donde “lo transitorio se hace símbolo (de nuestra empresa), cuando ilumina el camino del ser: a la infinitud, de lo finito (que vemos). “Todos los hombres llevan a sus espaldas una sombra, en el corazón la antorcha y en los ojos su luz”. 

§ 1. VARIACIONES SOBRE LA REALIDAD (3) LA APARIENCIA

 

[Tengo un maestro, este me repite a veces las cosas, muchas veces diría, pero siempre desde aunque lo mismo, visto de forma o ángulo distinto, complementando más que repitiendo, de lo mismo / complementemos pues] Hoy diríamos, entendiendo por apariencia, cuando se trata o habla de realidades veladas a nuestros sentidos (…) pero que son sólo comprensibles a la razón: a nuestra inteligencia, por medio de (números, signos, sintagmas, etc.) que nos proporcionan, una explicación de las apariencias cotidianas. Esta capacidad explicativa da mayor relevancia a la realidad, frente a las "simples" apariencias de aquella. La Aparienciapor lo tanto, se considera clásicamente un conocimiento incompleto y superficial de la realidad, cuando no obnubilado (debido a la limitada percepción de los sentidos primarios: vista oído, olfato, gusto y tacto) ―en contraposición a una realidad, verdadera y más profunda: esencia de todas las cosas, pero (nos dicen) solo accesible al sentido de la razón. Así, el término Apariencia alude inevitablemente a aquello que (no tanto oculta / del todo) sino que más bien oculta en sí-tras de sí, a los sentidos: su esencia, de la cosa (su ser). En otras palabras, y como trivialmente se suele decir: la luz es un muro que no nos deja ver el sol. La apariencia es, por tanto, lo que se muestra-manifiesta-evidencia a los sentidos primarios, pero no la naturaleza real y verdadera de las cosas (su ser), la cual estaría oculta/velada tras la apariencia dada a los sentidos: sentidos, que no fueron otorgados, o evolucionaron, para comprender esencia alguna, de las cosas cotidianas, sino más para distinguir lo útil de lo inútil, lo peligroso de lo que no lo era, lo comestible de lo que no se podía comer, y primariamente (en tanto a importancia) discernir, entre lo que ayudaba a sobrevivir, de lo que nos podía quitar la vida; y es hoy, por aquellos mismos sentidos limitados todavía, a su primaria utilidad, sumada luego la razón, que nos adentramos (o intentamos adentrarnos) en las cosas, pretendiendo de ellas “una esencia”; sin dar por hecho que en torno a lo conocido: la apariencia, ya dada por las cosas a nosotros, ―desde el primer momento y a través de lo proyectado ― nos  pueda llevar a la realidad (o esencia) de esta (de su ser / el que la proyecta→ hacia→) igualmente como realidad y esencia de aquel ser que proyectalo proyectado: la apariencia, ésta, en sí y por sí, entepero igualmente real y, por tanto ser, aunque no lo mismo que el ser, y por tanto; otra cosa: lo otro, que no-es lo mismo que (el ser)

 

Pero ¿Y por qué otra cosa? la apariencia, al sentido de la vista, no es sino luz (que no vemos, pero Leemos: la mente le instantáneamente), luz es “algo” y algo más/ es información  emitida por un cuerpo (en nuestro caso el sol), luego reflejada por otro [cuerpo/cosa /entehacia una mente ( la nuestra) consciente que (la lee primero, y nos la proyecta “algo “de manera interna inmediatamente después (de esa información → reflejada del objeto y que la propia mente nos nuestra), para que podamos reconocer (o nuestra conciencia pueda reconocer), de tal manera que pueda comprender y reconocer, de Aquello que está mirando. Así, cuando miramos un cuerpo (cosa/ente) ―no emisor de luz/radiación― preguntémonos (pues hay un proceso)... ¿qué vemos? ¿Vemos realmente ese cuerpo?, o lo que estamos viendo realmente es solo la luz (por ciento: una luz que no vemos) pero que aquel cuerpo nos refleja, a nuestros ojos (que obtienen la información de esta, de esa misma luz reflejada y recogida del objeto) proyectándonos, y proyectando nosotros  el fenómeno (de los reflejos /los colores / las formas) por la mente (que siempre es consciente de algo) de una forma presente ante sí, cualquiera, que deberá reconocer/ para poderla luego proyectar así mismo, y a los demás .

 "Una conclusión fundamental de la nueva física reconoce que el observador crea la realidad”. Como observadores, estamos involucrados personalmente con la creación de nuestra propia realidad, y Los físicos se ven obligados a admitir que el universo es una construcción "mental" (yo añadiría que en continua formación / revelación). El físico pionero Sir James Jeans escribió: "La corriente del conocimiento se encamina hacia una realidad no mecánica; el universo comienza a parecerse más a un gran pensamiento que a una gran máquina, por lo que la mente ya no parece ser aquel intruso accidental en el reino de la materia, debiendo celebrarla como creadora de reino de la materia en el que nos desenvolvemos. Acepte esa indiscutible conclusión. 

Pero ―y vuelvo a lo de siempre―cabría entonces preguntarse… ¿qué ocurre con la luz?, esa misma luz que no vemos /pero leemos (nuestra mente lee su información, de la cosa reflejada) (para luego dar la forma/ a la cosa / ente / ser) que la proyecta o nos lo refleja / en nuestros ojos cuando miramos); (es la luz información, o canal); pues (esa luz) se ve alterada (por la cosa que lo refleja, a la conciencia que observa) pero, no es la cosa que lo refleja...  del mismo modo, que tampoco es esa luz o reflejo, la cosa (emisora) que la emitió en primera instancia: la luz (o radiación) emitida por un cuerpo emisor (una estrella / el sol): la cosa que lo emite (la estrella), aunque nos da información de la cosa que lo emite, no es la cosa que lo emite; y más profundamente, lo entendemos cuando hablamos del fotón, que tampoco es el electrón / o aquello que lo emite, sino un (producto o proyección) emanación, por radiación, a partir de ese electrón que reacciona dando como producto de la reacción el fotón, que luego alcanzamos no a ver/sino percibir (de la información), pero nunca se, ni se ve o percibe el electrón/emisor, que quedo en su sitio, solo percibimos el fotón ―(que es otra cosa (información / o canal) y distinto del electrón, y producto de una reacción)― lo que nos llega, emanada por aquel electrón, viajando hasta impactar en nosotros y nuestros los sentidos; o quizá ¿es la luz proyectada desde del sol/ todavía parte sol? Entiéndame: ¿estamos dentro del sol? De esa manera que no podemos entender; pero, que aparentemente nos sitúa fuera de este, del mismo modo que entendemos que la atmósfera es igualmente parte de la tierra.

 

problema de la apariencia, desde Parménides, ha remitido siempre al problema de la realidad, tanto que las relaciones entre ambas (apariencia y realidad) se resumen básicamente en dos propuestas: de un lado, están para los que la apariencia oculta la verdadera realidad; y de otro, aquellos para los que la apariencia es la realidad misma y manifestación de esta y, por tanto: la realidad misma; si bien, encuentro interesante, en el sentido de lo anterior (las propuestas) las palabras de Husserl, cuando refiere los fenómenos y la apariencia, presentándonos tres casos distinguibles y singulares siendo, el primero: donde la apariencia podría manifestar la verdad del objeto (y los fenomenólogos están de acuerdo); el segundodonde la apariencia podría ocultar la verdad del objeto (no el objeto); y por ultimo y doy mayor razón, tal y como yo lo entiendo en estos textos, el tercero: donde la apariencia se muestra, como un indicador del camino que se debe seguir para llegar al objeto, lo que me lleva de nuevo a la segunda, donde la apariencia podría ocultar la verdad (el ser) del objeto (pero no el objeto) y así:  la apariencia revela un objeto (existente), pero no el ser (o esencia en su totalidad) del objeto, y de aquí podamos entender, de alguna manera la razón para los fenomenólogos, en tanto que: la apariencia es la verdad del objeto, si bien y a este respecto, del párrafo anterior se adivina mi posición. En Kant, la apariencia está en completa contraposición de la “cosa en sí” si bien él no ve en ella engaños o ilusiones. Y por último, hay un escrito, no muy conocido, libro redactado por Mariano Ibérico, allá por los años 50 La aparición; ensayos sobre el ser y el aparecer, donde se menciona, que el ser es en sí, no obstante aparece a una consciencia, y ésta lo “refleja” en tanto que apariencia, haciendo de esta forma una síntesis del ser y la apariencia. De donde, no literalmente tal se lee, pero se puede profundizar en ello, y obteniendo algunas ideas al respecto,

§ 2. VARIACIONES SOBRE LA REALIDAD (1)


La comprensión de la realidad es una característica que se ha atribuido generalmente a una sabiduría, que no implica dominar ingentes cantidades de información, sino comprender la verdadera naturaleza de las cosas. María Zambrano en El hombre y lo divino escribe que la realidad es “una irradiación de la vida que emana de un fondo de misterio”. Dimensión sagrada de lo vivo que hace temblar: ambigüedad; terror y delicia. Sin embargo, las personas percibimos el mundo exterior como una suma de entidades diferenciadas y autónomas a las que atribuimos características que creemos que poseen intrínsecamente. Luego crecemos aprendiendo que las cosas son malas o buenas, deseables o indeseables etc., estos son nuestros desafíos ante la falta de esperanza del dualismo occidental, con el que es preciso terminar; siendo un excelente camino para empezar: Leibniz (Ortega y Heidegger en los años 30, dicen que hay que volver a él).

[Leibniz afirmaba que el pensamiento humano (el razonamiento) se encuentra inevitablemente mediado por los signos (el lenguaje). Y Ciertamente Leibniz algo nos quería decir con “inevitablemente mediado” (intermediado): pues por el lenguaje (que sería “aquel rollo escrito por delante y por detrás”) las personas nos explicamos de inmediato (a nosotros mismos ―entiéndase: la razón le dice (y explica) a la conciencia, (también a la del otro que lee) lo que tiene que ver y como lo tiene que entender― aquellas realidades (cosas, sensaciones e impresiones) de la realidad;  esto sería, solo de lo escrito por delante (y de la apariencia: e interpretando, lo que queda igualmente sepultado (de aquellas palabras) en ella)― pero, a lo que el instinto accedería frente aquello aproximándose de otra manera, esto es: a lo que, de lo escrito por delante (y de lo sepultado de las mismas palabras), queda también luego escrito por detrás (pero que no podemos leer / pues necesita sernos revelado) pero que podemos entender (inmediata y simultáneamente), cuando no solo de las palabras y también por los ojos nos miramos (reflejados el uno en el otro) reconociéndonos de aquella parte en la que somos iguales (viendo de cada uno de nosotros qué guarda su corazón). El auténtico conocimiento― decía Jung, C. G― consiste en un “instinto”, en una “participación mística” con los demásPor tanto, hoy (el razonamiento / exento del instinto y la experiencia del reflejo de la visión) nos limita, amputando las sensaciones primeras que nos llevan por aquel instinto primero (y más elevado) a entender de lo que por delante quedo escrito del rollo (exponiéndole este ―nuestro instinto más elevado― a la conciencia), luego lo “resultante” y escrito también del otro lado. En este mismo sentido, aunque no de la misma forma, Leibniz considera que no tenemos acceso a las cosas sino por medio de las ideas, y no tenemos acceso a las ideas sino por medio de los signos (del lenguaje y por el razonamiento). De modo que sólo contamos con el signo: algunos de ellos falsos, y algunos que son verdaderos (pero a los que solo acedemos a lo escrito por delante / errando al buscar (interpretando) de lo sepultado). Distinguir unos de otros, para Leibniz constituye la clave y problemática para alcanzar (a lo más) un conocimiento “ciego”. Pues el conocimiento adecuado (según Leibniz) es aquel que culmina el análisis del concepto arribando a sus elementos primitivos, y por tanto más simples (no compuestos). Por este medio, el conocimiento adecuado brinda la definición real de una (noción), la cual consiste en la enumeración de las ideas primitivas que la componen. Sin embargo Leibniz, que en este escrito se mantiene cauto respecto de la posibilidad humana de alcanzar tal grado de conocimiento, luego la rechazará, al considerar que la culminación del análisis de una noción compleja excede a las facultades limitadas del hombre. Finalmente, el conocimiento habrá de ser o ciego o intuitivo. El conocimiento intuitivo supone captar inmediata y simultáneamente la totalidad de la estructura conceptual de una noción. En tanto seres racionales y finitos, sólo somos capaces de alcanzar este conocimiento cuando las nociones son simples (a partir de aquello que reconocemos, por ejemplo cuando de una flor tenemos ya la noción, aunque nos parezca muy simple: de que esa flor  (tan hermosa, llamativa y diferente a todo lo que hay a su alrededor),  pertenece y es (a la misma planta) siendo igualmente (la flor) otra parte ―aunque aparentemente, y a la vista muy distinta / y a lo que habremos llegado de la propia observación― de aquella misma planta, que de un extremo la proyecta. Sin embargo, Leibniz dudará respecto de la posibilidad humana de captar nociones simplísimas4. Mientras que afirmará que sólo tenemos un conocimiento ciego e inadecuado de los conceptos compuestos. Dicho conocimiento ciego, también denominado Simbólico o supositivo, es aquel que opera con signos en reemplazo de las ideas de las cosas; esto ocurre cuando no es posible concebir intuitivamente todos los componentes conceptuales de una noción. En Meditaciones, Leibniz explica: Por lo general y especialmente en un análisis de mayor extensión, no vemos, sin embargo, la naturaleza total de la cosa de un modo simultáneo sino que empleamos signos en lugar de las cosas cuya explicación, al meditar, solemos omitir por razón de economía, sabiendo o creyendo que la poseemos. Así al pensar el polígono de mil lados iguales no siempre reparo en la naturaleza de lado, ni en la de igualdad, ni en la de millar (o sea del cubo de diez) sino que empleo en mi espíritu esas palabras (cuyo sentido se presenta a la mente por lo menos de un modo oscuro e imperfecto) en lugar de las ideas que tengo de ellas pues recuerdo poseer su significado aunque por el momento juzgo que es innecesario explicarlo. Suelo llamar a este pensamiento ciego o también simbólico: se lo utiliza no sólo en el álgebra sino también en la aritmética, y casi en todo6.]

Con la secularización, la misma naturaleza también quedó desencantada, pero aunque la sociedad moderna se haya esforzado en apartar de sí lo sagrado, dioses, mitos y símbolos siguen morando en las simas profundas de la razón "Porque aunque los credos se arremolinan en el polvo, la fe falla y los hombres olvidan, estos viejos dioses del miedo y la lujuria aún se aferran a la vida"— R. Graves, accediendo estos, a lugares que la racionalidad positivista e instrumental no alcanza. Hacia esos límites o profundidades, se han dirigido pensadores, entre ellos Jung, que intentó ver el camino que introduciéndole en el mundo a través de la vida, le llevara más allá del mundo. Es por todo ello que  hoy, en el límite de la razón, se observa un retorno al corazón, pues intuimos que el mundo no es solo lo que vemos, sino también lo que intuimos y que a veces parece podemos sentir, como algo ahí: vivo, que no vemos.

La realidad, sin embargo, puede darse perfectamente en la vida de un hombre, afirmaba María Zambrano. Exigiéndosele, no obstante, a cambio algo que habrá de ponerle aparte y distingue de todos los demás seres vivientes: se le exige “despertar”. Despertar a la realidad y al tiempo. Si bien, y para despertar a la realidad, primero hay que volver de un viaje de erudición y destierro, un viaje tan lejos como el ánimo pueda alcanzar; (camino -que está, por cierto, fuera del transitar de los hombres; te llevarán las muy atentas yeguas tirando del carro. Unas doncellas empero el camino te irán mostrando), pues sentirse exiliado de la vida y el mundo, es evidenciar el tiempo como nuestro ángel (Schiller), para así lograr todavía lo más difícildespertar antes a la verdad, y de ese modo volver a aprender a mirar las cosas, con aquellos ojos con que las mirarían los muertos si pudieran regresar (Pirandello). Llegados a este punto, nos vemos casi obligados a reflexionar de unos límites que no terminamos de entender y menos podemos precisar. Sin embargo, es en plena conciencia de ello cuando comenzamos acceder a un grado de conocimiento más elevando, poniendo la razón al servicio de otra cosa que no es ella misma. No es la derrota de la razón, sino el triunfo de esta por encima de esta / Es un morir, sin morir, para volver a re-nacer.

Superación por tanto, no habrá de querer decir un desprecio que expulsa a una disciplina del horizonte de la «cultura». Luego en la medida que pensamos esta nueva forma de hacer filosofía (útil al conocimiento): metafísica, es artefacto de la Filosofía para la ciencia, tratando de repensarse en ese espacio que le queda, bien diferenciado para la metafísica, en tanto abarca aquellos aspectos de la realidad existente, que son inaccesibles a la investigación empírica, pero que pueden ser identificados por esa nueva metafísica, mediante aquella forma de pensar (el espacio/ la forma del ser) y que entiende: del ente la imagen proyectada, parte del ser (de aquello que la proyecta), a partir de una sombra, que reconocemos que está / es a partir del lado de (imagen)→ pero que no vemos (la forma del espacio por ejemplo) y que entendemos está definida a partir del lado de la forma de los objetos mismos, que se encuentran contenidos en la misma forma del espacio, que les da su forma a aquellos.

Lo que nos lleva a pensar en un límite, a partir del lado de la forma misma de la imagen / por lo tanto desde ese límite o frontera “entre lado de la imagen” y “lado de la sombra” que nos invita → a movernos hacia esta frontera →en un acto de ser, recorriendo/caminando (reconociendo/habitando) ese lado de la sombra y de la imagen (donde estaríamos habitando ya el borde o perímetro ) que determina / es, un lado de la forma de la sombra, lo que nos permite pensar desde de  aquella experiencia inmediata sensible (a veces fugaz e indeterminada a la razón) en la existencia de una forma ahí, y pensar en ella de una forma, luego abstracta (geométrica) que aunque no representa el factum de la experiencia inmediata, nos permite, de esta manera abstracta, poder determinar/representar y recorrer el área (contorno total de la forma de la sombra) de una manera geométrica (lo que me propongo intentar de desarrollar) no tan seguro como los estuvo en su momento el riguroso Piero della Francesca  al afirmar: «io intendo di dimostrare cosi essere e doVersifare» 

De este modo la Metafísica, incluso siendo superada, por la nueva metafísica del ser →en acto de ser, no desaparece. Sino que regresa transformada en un nuevo saber o  artefacto- herramienta (en la medida que se piensa desde de  la referencia, no de una idea, sino desde una experiencia sensible / →en acto de ser→ moviéndonos hacia al límite/borde, o frontera del ente / imagen) y que nos permite de aquella distinción que sigue en vigor entre ente y ser / no la distinción entre ente y ser, sino que dominara ahora  como eje de todo pensamiento al permitir una distinción clara entre el ente como parte visible/ y proyectada del ser en la sombra). Luego, ahora entendemos que la manifestación del ente, y sólo del ente tomado este como objeto (definido) de estudio, pierde la exclusividad que ha tenido hasta ahora en su pretensión de ser módulo y medida al pensamiento y las ciencias. El ocaso de la verdad del ente quiere entonces decir: la verdad del ser, mostrándose del ente en su sombra: la forma total del ser. De ahí que cualquier cálculo, o pretensión de verdad que no tome en cuenta la sombra (ser) del antes objeto (forma visible) no será verdad en la propiedad, ni de un cálculo lo exacto