HOLODOMOR: El genocidio Ucraniano que quiso ocultar Stalin

Jordi Maqueda TEMAS / Historia / Genocidio /Ucrania /Holodomor / 


Incluso hoy son pocos los que le dan sentido a la palabra “Holodomor”. Pero, lo cierto es, que hasta la segunda mitad de los años 80 del siglo XX eran todavía menos, apenas unos pocos, los que habían escuchado esta extraña palabra de origen ucraniano, pero tras la que se ocultaba una de las mayores masacres del comunismo soviético. Del mismo modo a como ocurriese en los años 60 con la aparición de El Gran Terror (el primer estudio sobre las purgas estalinistas de los años 30), sería el historiador británico Robert Conquest quien, con la publicación de La cosecha del dolor en 1986, volviese a revolver la tripa de aquellos complacientes intelectuales occidentales (empeñados en presentar el despiadado régimen de Stalin como el paraíso revolucionario), desvelando aquello mismo que Stalin se había esforzado tanto en ocultar, mediante la destrucción sistemática de testigos y pruebas documentales: “el genocidio ucraniano”, y que acabaría con la vida de casi cuatro millones de personas con un método especialmente cruel: La muerte por el hambre. Porque eso es lo que literalmente significa el término Holodomorexterminio físico a través del hambre. Esta obra, escrita antes de la caída del Muro de Berlín en 1989, significó entonces un primer acercamiento a un hecho histórico que define como pocos la naturaleza criminal del régimen de Stalin.

Precisamente y sobre el mismo tema, en enero de 2019, Anne Applebaum viajaba a España con motivo de la  presentación en castellano de su nuevo libro llamado 'La hambruna roja' y, del que su autora afirmaba en una entrevista al diario El Mundo: “Hay que conocer el terror estalinista porque puede volver a suceder". Nadie hubiese dicho entonces, en 2019, lo proféticas que nos parecerían ahora aquellas palabras. 

En la  Hambruna Roja, publicado por cierto por la editorial Debate, la historiadora estadounidense nos detalla cómo se planificó y se llevó a cabo un programa especifico y conscientemente diseñado por el estado soviético (Stalin seria decir lo mismo) con una doble finalidad política: eliminar físicamente a los campesinos que se resistían a la colectivización forzosa de sus tierras agrícolas, sobre todo a los “kulaks” o pequeños propietarios de tierras y ganado; y, además, reprimir cualquier nacionalismo ucraniano, incluso dentro del mismo partido comunista, en la forma de un Partido Comunista Ucraniano, que sería igualmente reprimido y sus miembros arrestados y encarcelados. (Para lo que gustan de esa información siempre interesante,  que nos aporta el buen cine, aconsejo ver la película Cosecha amarga, Bitter Harvest, 2017 – director: George Mendeluk)

Lo cierto, es que "Stalin" ya conocía la hambruna que sufría el país a comienzos de los años 30. Sin embargo, en 1932 tomó la intencionada decisión de endurecer aún más las condiciones en Ucrania, —probablemente a causa de las revueltas populares y el siempre espíritu independiente y emancipador de la región— incluyendo para ello decenas de granjas colectivas y aldeas en las listas negras, bloqueando las fronteras del país para que la gente no pudiera irse, y creando brigadas de incautación que iban de casa en casa por las aldeas quedándose con la comida de los campesinos. No se trata, por tanto, de una hambruna provocada por la meteorología, la sequía, la guerra o el caos lo que causó ese repunte en la mortalidad que se produjo en la primavera del 33, un patrón completamente diferente en Ucrania a lo que ocurrió en otros lugares de la URSS como Rusia o Kazajstán, donde también afectó la hambruna. De hecho, de los casi cinco millones de muertos en todo el país, unos 3,9 millones eran ucranianos".

La hambruna fue, sin duda, un intento de acabar con el movimiento nacional ucraniano, pues Stalin tenía miedo de que volviesen las revueltas campesinas que en 1918 habían expulsado ya de la zona a los bolcheviques. El nacionalismo ucraniano, se definía ya entonces como pro-europeo y anti-Moscú, es decir, que cuestionaba la ideología bolchevique. No hay que olvidar que hoy ya se puede consultar mucha documentación de la que antes se carecía, incluidas las cartas que escribió Stalin a dirigentes locales, en las que se hablaba de Ucrania como un problema concreto y especial. No olvidemos que Stalin conocía bien la región, había estado allí durante la Guerra Civil como comisario de Nacionalidades.

En una de esas cartas que,m por cierto recoge Applebaum en su libro, la destinada al escritor y dirigente Mijail Shólojov, Stalin no hablaba de los campesinos muertos como víctimas, sino como perpetradores. "Jamás negó, ni a Shólojov ni a nadie, que los campesinos hubiesen muerto por la hambruna causada por la política estatal de 1933, y desde luego, jamás se disculpó por ello (...) Al contrario, señaló con firmeza a aquellos que estaban muriendo como los responsables mismos de la escasez de alimentos y las muertes en masa". Y la razón de culparlos no era otra que —después de la hecatombe que supuso el experimento— buscar culpables con los que justificar lo ocurrido. "Stalin” —que no hacía sino interpretar y continuar la línea de pensamiento de Lenin— partía de la teoría marxista sobre la colectivización, y no hay duda de que él pensaba que tendría éxito. Sin embargo, cuando vio el fracaso no quiso reconocer que la teoría era errónea, y recurrió a saboteadores, espías, nacionalistas ucranianos y a los viejos campesinos, todos empeñados según Stalin, en que no tuviera éxito la revolución. De hecho y, Applebaum, también coincide, gran parte de la violencia soviética durante tanto tiempo, años, se debió precisamente, a que su interpretación del marxismo fue un fracaso y no querían admitirlo, y de ahí que en 1989 los comunistas tiraran la toalla y no intentaran resistirse cuando cayó el muro. De hecho y a esas alturas del siglo XX, ya ni los rusos creían su propia ideología".

Por último, aquellas medidas especiales aplicadas contra los ucranianos, y que no se limitaron a los campesinos, sino que afectaron a la élite cultural, intelectual y religiosa de la república, se detuvieron por fin en el verano de 1933, no porque Stalin tuviese ningún respeto a la vida, que no lo tenía, sino porque se dio cuenta de que comenzaban a faltar agricultores para seguir trabajando la tierra más fértil del territorio y ante esta amenaza mayor, hubo que trasladar a miles de personas para reponer la mano de obra eliminada tras un genocidio cuyo objetivo era la aniquilación política y culturalmente de la nación ucraniana. Razón esta, la repoblación, por la que el ruso, también se hable en Ucrania.


Campesinos expulsados de su vivienda y de sus tierras.

fuentes: @esp_ukrinform // www.ukrinform.es // elmundo.es

HOLODOMOR / Fotos del ingeniero austriaco Alexander Wienerberger, Ucrania 1933 (Holodomor)

Jordi Maqueda TEMAS / Historia / Genocidio /Ucrania /Holodomor / 


Fue muy difícil obtener información precisa sobre la situación en la Unión Soviética en los años 30. Aunque había varios periodistas extranjeros en Moscú en ese momento, la información sobre la hambruna en la URSS se proporcionó por los expertos extranjeros involucrados en la industrialización y algunos viajeros. Uno de ellos fue el ingeniero de Austria Alexander Wienerberger, quien sacó algunas fotos sobre el Holodomor.

Según el vicario general greco-católico en Viena, Yuriy Kolasa, el químico vienés Wienerberger trabajó en la Unión Soviética durante más de 20 años. En 1932 fue el director técnico de una planta de producción de plástico en Lyubutschanach en la región de Moscú. Más tarde se mudó a la ciudad de Járkiv, que en ese momento era la capital de Ucrania. La mayoría de las fotos del Holodomor sacadas con una Leica fueron tomadas en la región de Járkiv. En octubre de 1933, el diplomático austríaco Heinrich Pacher envió las fotos a Viena por correo diplomático. El vicario general Kolasa proporcionó copias de las fotos de Wienerberger de los archivos diocesanos de Viena a la agencia de noticias Uniform.






fuentes: @esp_ukrinform // www.ukrinform.es

GUERNICA, DURANGO y la guerra "moderna" de Putin / jordi maqueda


Hoy Zelenski se acordó de #Guernica, pero olvidó #Durango. El 31 de marzo de 1937 Durango vivió el primer bombardeo aéreo sobre población civil en Europa. El experimento, llevado a cabo por fuerzas Italianas, acabó con la destrucción de un pueblo y la muerte de inocentes. Detesto el odio. No se puede vivir odiando: no es vida... Pero he de reconocer, que estos días estoy necesitado de una buena razón para no hacerlo. #Bucha #BuchaGenocide #BuchaMasacre

Putin dijo al mundo que había que desmilitarizar Ucrania. Casus belli: "Ucrania es una amenaza", lo que lleva a Rusia a una guerra preventiva, con el objetivo de desmilitarizarla. Sin embargo, esa "desmilitarización" ahora parece ser un objetivo secundario. Hoy, vemos que los bombardeos masivos a ciudades y civiles: hospitales, escuelas, mercados, almacenes de comida y fabricas, lo que se está destruyendo es la capacidad industrial de Ucrania, y dañando su economía, así como aterrorizar a la poblacion el espíritu de resistencia ucraniano tanto como sea posible. El sistema de guerra total de Putin: Rusia, o Putin y sus generales, no son precisamente unos grandes estrategas, o mariscales de campo. a Rusia no parece gustarle el enfrentamiento directo

El sistema de guerra total de Putin chechenos y Sirios ya han sufrido lo que se ha dado en llamar doctrina Grozni, si quieren un ejemplo seria la ciudad de Alepo, arrasada por la artillería rusa. Doctrina Grozny, toma su nombre, en recuerdo de cuando toda la artillería rusa puso como blanco a la ciudad de Grozni; un bombardeo masivo que además de dejar a 120.000 fallecidos, arrasó con todo este territorio, que quedó mucho más irreconocible de lo que ya estaba. Esta maniobra, también es conocida como “bombardeo de saturación” o “bombardeo de alfombra”, tiene como objetivo: barrer la ciudad con puros bombardeos y provocar el terror entre los civiles que aún están en la zona; doblegando a la resistencia para que no encuentren refugios y estén mapeados, para finalmente tomar el control del lugar en poco tiempo. Curiosamente, algunos creen que es una versión moderna de la estrategia que se usó en la Guerra Civil Española, entre 1936 y 1999, en Durango y Guernica.

PENSAR EUROPA / SOBRE LA IDEA DE UNA PAZ PERPETUA / jordi maqueda

 

«Preveo que habrá que esperar otro momento para una paz tan deseada y necesaria para toda Europa». —marqués de Torcy, ministro de Estado de Luis XIV.
Charles-Irénée Castel de Saint-Pierre, conocido como abad de Saint-Pierre Siguió de cerca las negociaciones del Tratado de Utrecht (1712-13) como secretario que era del abate de Polignac. Inspirado en las discusiones diplomáticas que atestiguo, inspiró un proyecto que se hizo denominar Proyecto de paz universal entre las naciones por el que se hizo célebre. La obra que escribió con estos conceptos, llamó luego la atención de Leibnitz e influyó en Jean-Jacques Rousseau, en lo que fue una primera visión de unidad europea y que repercutió mucho más tarde en la Sociedad de las Naciones en 1919 y aún en la ONU de la actualidad. Luego, Rousseau se propuso demostrar a sus lectores que la idea de una paz perpetua no era un pensamiento quimérico. El filósofo ginebrino, sin embargo, señaló que esta paz no podría lograrse sin una confederación que uniese a todos los países europeos y que solucione todos los eventuales conflictos entre sus integrantes a través de procedimientos jurídicos justos. A este respecto, surgió entonces una pregunta clave: ¿Qué motivaría a los países a incorporarse a tal confederación (gouvernement confédérative)? Pero, Rousseau, de inmediato encuentra una primera respuesta en la historia de Europa, y las raíces comunes que la mayor parte de los países europeos tienen en el Imperio Romano, y que es a partir de la cual éstos pudieron desarrollarse. De acuerdo con Rousseau, a pesar del ocaso del Imperio Romano persiste entre sus antiguos miembros un sentimiento de solidaridad. Sus instituciones jurídicas y sus leyes tienen su origen en la cultura romana y en su herencia intelectual, abriendo un importante espacio para el entendimiento mutuo. Asimismo, Rousseau considera al cristianismo como un factor importante de cohesión que contribuyó a introducir valores morales comunes en Europa.

Antes de que el siglo XVIII brindase una visión diferente de la paz, se considerada ésta como una “tregua entre conflictos” y no podía ser pensada como “perpetua”; no, al menos en el mundo temporal; pues, La naturaleza misma del hombre, que para muchos hace de éste un ser profundamente belicoso, así, como las relaciones internacionales, donde el uso de la fuerza era y es una herramienta de estabilización geopolítica, eran profundamente contrarias al establecimiento de una paz permanente. Sin embargo, siglo XVIII verá las cosas manera diferente. En primer lugar, el hombre es mejorable y, sobre todo, está dotado de razón. Ahora bien, la guerra y sus horrores desafiarán la razón del hombre que aspira sobre todo a vivir libre y tranquilo.

El proyecto de paz perpetua en Europa (1712-1729) del Abate de Saint-Pierre es el texto original que inicia el largo debate sobre la paz perpetua, que de algún modo se cierra con Immanuel Kant a comienzos del siglo XIX, de modo singular, digamos que satirico. allí donde Castel de Saint-Pierre preconiza la implementación de un sistema de “arbitraje permanente” en Europa que garantizaría la paz en el continente, Kant percibe la paz perpetua como una culminación histórica y universal que asistiría al desarrollo y establecimiento planetario de regímenes republicanos (hoy democráticos) que, por su naturaleza, son totalmente refractarios a la idea de entrar en guerra unos contra otros. Inspirado por la crítica de Rousseau sobre los textos de Castel de Saint- Pierre, Kant parte de la filosofía de la historia que desarrolla en su Idea de una historia universal para plantear las bases de su propia visión de la paz perpetua (Sobre la paz perpetua, 1796). "Kant ve allí la historia marcada por una sucesión de conflictos que, por el horror creciente que inspiraría a los hombres, estos terminarían produciendo los cambios sistémicos que asegurasen luego la paz permanente (kant habla de un horror para el desconocido, que luego conocerá europa, y por ello, pienso que kant no creía en la paz perpetua, pues igualmente tampoco creería posible el horror del que es capaz el hombre y que conoció europa con posterioridad) precisamente, y en relación a los monstruosos conflictos que van a traumatizar a Europa y al mundo entero en el siglo XX y que generarán la reconstrucción europea después de 1945, no podemos ignorar la proyección del filósofo prusiano de una paz republicana, pues de algún modo germino en Europa occ, si bien es demasiado tarde para decir que fue perpetua e ingenuo seria atreverse a decir que pudo haber sido universal.

La visión de una paz perpetua sigue siendo hoy una admirable idea que tuvo el gran mérito de invertir completamente la manera en que se aborda la relación entre la paz y la guerra. De una visión de la paz en negativo de la guerra se pasó a una visión de la paz como el ideal del género humano y a una actitud frente a la guerra que la considera como una falla de la política y ya no como su continuación lógica. Así pues, la función de lo político ya no sería la de garantizar una paz ventajosa para su país sino plegarse a la voluntad de los pueblos que, por su parte, desean una paz sólida y duradera, en una palabra: perpetua. Para los filósofos del siglo XVIII y sus herederos, la idea de una paz perpetua constituyó de alguna manera la realización máxima de la buena gobernanza a escala planetaria, pero sin que ésta requiera necesariamente el establecimiento de una “gobernanza mundial”. No obstante ello, uno de las cuestiones que plantea Jean-Jacques Rousseau a propósito de la paz perpetua es la siguiente: “No hay guerra entre los hombres: sólo hay guerra entre los Estados” (¿Qué estado de guerra nace del estado social?). Ahora bien, en la actualidad, el Estado, precisamente, es el que está en el centro de nuestros interrogantes sobre el futuro de la gobernanza mundial.

 


En un contexto de extrema rivalidad internacional constantemente materializada en episodios bélicos, en el año 1775, Immanuel Kant – con predominante influencia de Leibniz, Wolf y Rousseau - proyecta un plan de gobierno en el que se concrete una paz permanente entre los Estados. Para redactarla, el filósofo de Könisberg, se inspiró en una pintura satírica, colocada en el frente de una posada, con la imagen de un cementerio bajo el cual aparece un letrero: “la paz perpetua”. Se pregunta a quién está dedicada esa frase: ¿A los hombre en general? ¿A los gobernantes? ¿O a los filósofos? No intenta responderlo, pero advierte que el hombre práctico no deberá temer que las opiniones del hombre teórico hagan peligrar al Estado si lo deja jugar su juego.

Aún cuando un Estado Universal sea imposible, Kant mantiene la “ilusión” de que sí sea realizable una aproximación al mismo mediante un adecuado proceso de asociación de los Estados. Ante la dificultad de lograr la concreción del plan de gobierno que proyecta, termina por afirmarse en la ejemplaridad que implica la asociación por medio de repartos autónomos en las que prima el valor cooperación, concretando así el pactismo predominante en la época. Para lograr la asociación entre los Estados, señala cuáles deben ser las condiciones previas y cuáles las definitivas para el logro de esa unión.

Nos parece oportuno invitarnos a la reflexión, ante proyecciones que fueron hechas hace más de doscientos años. Parecería que el mundo se ha centrado en el cumplimiento de los presupuestos a los que Kant denominó definitivos, desatendiendo lo preliminar, que se relaciona con la dimensión social del mundo jurídico. En tal sentido, si observamos el contexto internacional hoy día, es fácil advertir que el problema fundamental es el desconocimiento de la dimensión sociológica por parte de quienes poseen el poder y ejercen su libertad sin frenos ni respeto por los Estados más débiles.

SOLO NUMANCIA ELIGE A SUS HIJOS / jordi maqueda

 


Todos sabíamos lo que pasaría en Mariúpol si la ciudad de 400 mil habitantes no capitulaba, y ahí sigue; el alcalde ya avisó que la ciudad se encuentra al borde de una catástrofe humanitaria, sin electricidad, calefacción y agua debido a los constantes bombardeos del Ejército ruso, además, la evacuación fracasa continuamente debido al reagrupamiento de las fuerzas rusas. Igualmente, sabíamos que ocurriría Irpin o jarkov: anticipo de lo que se vio en Aleppo, Siria, u otras ciudades chechenas donde más de 100 mil civiles murieron por los bombardeos de la artillería rusa: bombardeos y devastación. Pero lo que ignorábamos era no solo se trata de la invasión, es también la mentalidad de matón, el sadismo, las deportaciones, los asesinatos , las violaciones, los saqueos, la deshumanización, la crueldad rencorosa y celosa. La táctica de tierra arrasada sin reglas: una infamia que se presumía y de la que todos seremos culpables: esa era la gloria que buscan, pero ¡Numancia! No es de quien la nombra o reclama, solo Numancia elige a sus hijos sobre esa línea infinita, donde pasado y futuro se extiende: La eternidad, solo es de quien la gana, una llama que arde en las almas de algunos hoy, igual que antes en aquellos que derrotaron a Quinto Flavio, a Roma y sus Elefantes, y por más de 20 años resistiendo derramaron su sangre, muriendo en libertad no rindiendo jamás la plaza. Entre escombros y ruinas, yacen aquellos que no esperaron la muerte, ni tampoco una ayuda que sabían no llegaría jamás, eligieron la espada y en holocausto, en el Ara del Supremo Sacrificio, por sus hijos, padres y hermanos, y por la libertad, esperaron y encontraron la Eternidad. ¡¡Que las Furias os guarden!!