Eduardo Le Roy (1870 -1954)
(Variaciones acerca del ser a partir de algunos enunciados de Le Roy)
“El saber de las cosas es algo natural que deviene con el tiempo en las personas (→ de sus actos o experiencia) actuando→ (moviéndose (en su horizonte)→ pensando) del medio en el que se desenvuelven. Sin embargo, uno de los modos de (pensar a los que el hombre ha llegado, sin moverse, ha sido a través del descubrimiento por la razón del elemento (luego siendo llamado por el nombre o término del Ser) que se relaciona con otro / otros, en sucesión, en correspondencia o influencia recíproca, de tal modo que el ser hace parte de una correlación, o serie lógica. De este modo el conocimiento, por la razón, (del Ser) como su correlato (el ser→ de las cosas /entes) son dos formas diferentes (a saber→ de aquello “nombrado” con el nombre de ser, y ésta es una de las grandes diferencias, por ejemplo: entre el pensamiento de acto de Hannah Arendt, y la Metafísica (materialista) de Martin Heidegger”.
De Hannah
Arendt sabemos que aborda temas de plena vigencia en la realidad
actual, dentro de la esfera (y horizonte) de las personas: ¡yo no
soy filósofa!– nos dice- mientras muestra a los jóvenes, que es la filosofía: ese saber del (ser) de
otros→ que se esconde de todos. Una 'sabiduría'
(→ de otros / que reclamamos (aquí) también para nosotros, que habla de los
actos y experiencias del individuo («Al lado de»→ otro- otros) en relación con este) considerando “La
acción”, dentro de la esfera privada y el espacio público de las personas (relacionadas)
entre sí: de la violencia, el dominio, las relaciones entre muchos otros y
nosotros, y de las consecuencias derivadas de los actos→ (saberes
adquiridos) ← derivados de las acciones y relaciones, entre y (hacia→) todos en
el medio.
Cabe destacar en este sentido (Dialektik der Aufklärung - Max Horkheimer y Theodor Adorno (1944) y (Zur kritik der instrumentellen vernunft - Max Horkheimer (1947) preguntándose por la causas que llevaron a la instauración del nazismo, a fin de que no se olvide lo ocurrido. Hallando en Arendt, de aquel mismo pensamiento: su complemento (recordemos, que en 1933 Arendt ya pertenecía a una organización sionista en Alemania, que estudiaba (in situ) la persecución de los judíos en Alemania). Aconsejo estas dos breves lecturas, de inicio (de momento) como complemento (a… Hannah Arendt y Los judíos en Alemania. Una historia de persecución de los judíos en la región desde casi 2000 años atrás, cuando los bárbaros llegaron a las cuencas del Rhin, encontrando poblaciones judías ya asentadas durante el Imperio romano / y que con la llegada del Nacionalsocialismo es manifiesto de la (segregación→ en guetos (como esas zonas para “los otros”, de privación de libertades y derechos, de encarcelamiento y asesinatos de personas judías-alemanas, por medio de otros alemanes, no judíos (recuerdo que hablamos del siglo XX) culminando aquel odio extremo, en las consecuencias que todos ya conocemos ―pero que parece muy pronto todos hemos olvidado ― por parte de un pueblo alemán: apático e insensible cuanto menos, y, o copartícipe, en parte, de las atrocidades llevadas a cabo en los campos y territorios ocupados (que colaboraron en dicha segregación) luego en parte reflejado (esta insensibilidad) en el libro (de Hanna Arendt→ «Eichmann en Jerusalén,» (hablándonos → de lo que ella llama «banalidad del mal» donde analiza el comportamiento de algunos individuos, que actúan dentro de las reglas del sistema→ (sin reflexionar) sobre sus actos. (1)
Pero “agua
pasada no mueve molinos” que diríamos, aquí, en España. Y Por qué
digo esto: supongo que al comprobar,
de su biografía (de Hannah
Arendt) ―ya residente en los Estados Unidos,
donde se trasladó a mediados de los años treinta―, que luego (no
denunció (Hannah) el
modelo de segregación racial estadounidense…, precisamente→ el
mismo modelo de segregación en el que se inspiraron los Alemanes para
segregar a los judíos en Alemania, llamado sistema Jim-Crow,
mediante las leyes del mismo nombre “Jim-Crow”, que refieren las disposiciones estatales y locales que desde 1876 que se
multiplicaron en el Sur de los EEUU, y que consagran un sistema de segregación
racial bajo el principio de: “separados pero iguales” y que
Arendt, no solo no reprocha (como la mayoría de la población norteamericana)
sino, que (del mismo modo que la mayoría de población no negra
norteamericana (→insensibilizada←), pero
(ella) de otra forma: adoptará posiciones críticas de palabra escrita (en otra
lengua no materna: en inglés)→ frente al
movimiento por los derechos civiles, como lo demuestra su polémica intervención
en el debate sobre Little Rock. Leamos: (de sus propias palabras este párrafo→ cuanto más
iguales han llegado a ser los individuos en todos los aspectos y cuanto más
penetra la igualdad todo el tejido social, tanto más se acusan las diferencias,
tanto más destacan aquellos que son, por naturaleza, visiblemente diferentes de
los demás” ― Hannah
Arendt), añado yo (ahora)
aquellas mismas palabras de (Arendt, Eichmann en Jerusalén).→ “ante
lo que las palabras y el pensamiento se sienten impotentes.
Pero ¿por qué
nos sentimos (algunos) extrañados de las palabras de Hannah, al escuchar
su conciencia, por medio de sus palabras? Y Luego ¿Cómo definir a Hannah? Bien
―entendamos que esto no entra a la primera / y solo el tiempo permite
entenderlo― luego leída parte de su biografía (entendemos), de sus propias
palabras (aquello→ conciencia de ella / lo mismo→ (Mishná) ―
[en hebreo ,משנה)→ en griego μίσνα → en Español repetición] ― repetición, no
de la misma forma / de otra forma, en lugar y tiempo concreto; y definible→
repetición de la misma política segregacionista→ empujando y
limitando a una parte de la población emergente (en ocasiones mayoritaria) de
la sociedad, a guetos organizados (por el mismo Estado).
Pero (y volviendo a Arendt) “puedo sentirla sincera” de
sus palabras, incluso diría que cómoda de
sus actos, habiéndose movido→ (“ella”
(a) → (entre) o (cerca-de / al-lado de)
durante su estancia ya como
residente norteamericana. Sin embargo, algunas personas, no se explican bien (aquello) de sus palabras, el
sentido de estas / a partir de conocer su propia historia [semejante, no de la misma forma /la historia
(la de los judíos de Alemania, y de las personas de color negro en Norte
América, de otra forma, lo mismo] descubriendo
entonces de la palabra escrita (de mano de Hannah) que (“ella” → la palabra escrita))
no “es” fiel, a los sentimientos, ni al corazón (←y la utiliza→),
como medio para unos fines concretos; lo que conlleva una sombra (y un tiempo
de reflexión→ (de la razón), para que podamos (de nuestra propia sombra (y razón)
“entender” que poco importa lo que piense uno, o de corazón sienta, si luego dice
o escribe otra cosa, que (solo una de sombra a otra, que la reconozca puede
entender y luego explicar) pero (algunos) explican a tutiplén , olvidando luego
decir a quien). Lo cierto es, que «Al
lado de»→ otro- otros) indica a la vez: "ausencia de algo"→ (que no vemos, tampoco de las lenguas romances, si
no nos volvemos (a) la raíces de nuestro vocabulario, por ejemplo la lengua
griega donde (παρά →
al lado de) precisa + Gen. "De ahí que (él) "es" complemento del
nombre, es decir: esta, es, delante, detrás de→ HannaH (a)dentro: en ella (recorriendo los
límites de su horizonte, por el ancho del borde afuera]
desarrollándose→ desu nuevo horizonte (hacia→) intereses propios y
políticos, en lugar y tiempo concreto (sin ignorar ―como nos reclamaba-a
todos nosotros (HannaH)→ participar
del medio, adquiriendo saberes (de sus propias experiencias): mientras va
descubriéndose (ella)→ recorriendo y reflejándose en los Estados Unidos de
América) a la vez que nos descubre (→ a nosotros), aquella sombra (que le es
también propia), y nosotros hoy podemos reconocer (de recorrer de su
imagen) proyectada→(a)← (en y de) →(a)← otros) individuos
(concretos) pudiendo reconocerlos de ella (reflejados (de una forma→ (esa forma concreta (la misma, de otra forma → en lugar y tiempo concreto), gracias a (su-conciencia
(de ella) revelada de esa otra manera (conciencia)→
aliento) proyectada (hacia → quien lo pueda reconocer y reflejarse de ella (y sus acciones / actos) como “aquel reflejo
que emerge, de nuevo a la superficie: un tesoro antes sumergido en la paz
de la historia, y ahora brilla ―ante nuestras narices → sobrevolando (como sombra (o) espíritu)→
(conciencias) como medio para sus propios fines,
aunque sean estos fines (de y en) una nueva sociedad para ella.
Las preposiciones
griegas proceden del indoeuropeo. Originariamente eran partículas o adverbios de
modificaban al verbo (la palabra
adverbio significa junto al verbo). En la Ilíada, por ejemplo, se puede ver el
uso adverbial de las preposiciones (así, en Il,A,439, ἐκ δέ Χρυσηῖς νηὸς βῆ debemos traducir (ἐκ) como adverbio, es
decir, fuera, Criseida de la nave fue / o mejor, Criseida fue fuera de la nave, y mejor, Criseida salió de la nave (afuera, desde). Con el tiempo, puesto que estos adverbios
griegos eran imprescindibles para completar el significado de los verbos, pronto
empezaron a usarse también de forma obligada ante sintagmas, dando lugar a las
preposiciones, El caso genitivo (del
griego) se utiliza principalmente con la función de complemento del nombre (“posesión”),
aunque también toma parte de las funciones del antiguo caso ablativo. Con
sustantivos: de parentesco: Σωκράτης ὁ Σωφρονίσκου, «Sócrates,
(el hijo de) Sofronisco», o ante los verbos, como preverbios que modificaban el
valor del verbo.
“Así que, no son ya más dos (él –hijo), sino “una sola”→ (ella Criseida→ (fuera
de la nave). Por cierto, en la mitología
griega, Criseida, es la hija de Crises, ―en la ciudad misia de Crise (hoy,
Gülpınar), en la Tróade― el cual, a su vez, era sacerdote de Apolo durante la
Guerra de (Troya→ aproximadamente la parte asiática de la actual provincia de
Çanakkale).
HannaH (como todos, y más allá de sus propias sombras, tenía también sus luces). [Detestaba la (ἰδἑα)] Es decir: HannaH δetestaba “pensar” dentro (ALGO) luego explicado [ἰδἑα hacia→ otros] (ἐκ es una preposición primitiva griega, que denota el origen (aquello), luego (ἰδἑα) (hacia→) el exterior afuera); es decir: de [“aquello” proveniente→ de dentro, y que nosotros referimos: razón] /en favor de otra forma pensar o (sabiduría→) [Pensar (hacia→ εἰς adentro) desde afueraO (de la nave)]. Esto es: desde las acciones y experiencias propias dirigidas a un conocimiento (hacia→ εἰς) del exterior (afuera→ desde el (movimiento / es decir: una sabiduría adquirida de la propia experiencia moviéndose Criseida [hacia→ (adentro←desde→) afuera de la naveO] por el reconocimiento de las cosas que son (ahí→afuera) en las que nos reflejamos y, por tanto, reconocemos iguales, de otra forma, en movimiento, heterogéneo y múltiple, y (no, por un conocimiento al revés→ (desde dentro, luego afuera→hacia medios y fines, hablando de las cosas que (el individuo ni reconoce, ni conoce para sí, de la propia y verdadera experiencia real) afuera, o, en ningún lugar (ni dentro/ni afuera→ en el caso de hablar de nada). Además, no existe un (“desde” adentro”, en las proposiciones del griego clásico”, por tanto: “tampoco puede haber un saber o conocimiento “desde" dentro (de la nave)“ en la Grecia clásica; es decir: un conocimiento, sola (ella / Criseida / sin bajarse de la Nave) y ausente de las sensaciones e impresiones proporcionadas del medio a los sentidos de uno) de todas las cosas que son, afuera y diversas en movimiento/ sino, solo un saber (auténtico/verdadero): que se dirige (hacia(εἰς)→ (adentro) ←desde el exterior afueraO saliendo de la nave, pisando la otra orilla] de las cosas que son (afuera (del otro lado)→ (en lugar y tiempo concreto de nuestro propio horizonte (España) y dado a los sentidos.
Tampoco debemos confundirnos con esa otra
filosofía, llamada Filosofía de la
Acción, que inicia de la mano de J. E. Newman (1801-1890), no muy
distinta de otras formas de espiritualismo (forma de amor ciego→ (→δeseδ←) ←ἐκ (adentro) luego explicado (hacia-→los otros: “aquello”, que “es” de otra
forma→ lo mismo← pero no lo mismo, de la misma forma→”aquello”). Es decir: un amor (propio→ de un deseo /a
partir de una ἰδἑα)
por parte del (yo) (extraviándose- ἐκπλανώμενος) (fuera del pensamiento-ἐκ
σκέψεως) (pensativo-ἐκπλανώμενος ἐκ
σκέψεως) α-dentro (en-Él (Ἐκεῖνος “eso
/ de otra manera (afuera→ aquello) en otra forma,
“aquel” (de
muchas formas) uno, que cada cual podemos reconocer, de nosotros mismos (pero
no necesariamente reflejar-nos → de su precedente histórico en la doctrina de
la fe moral (Crítica de la Razón Pura: de Kant), donde encontramos la Moral “interior”
como condición y resultado de su actividad práctica hacia fuera (desde dentro), y primado de la “razón práctica” como potencia para fundar
verdades (que no lo son, sino ἰδἑα) a las que la razón teorética dirigida al conocimiento (por la razón– a priori, y no a la acción ni
a la práctica→ ni a la verdad, no llega). Luego Dicha corriente filosófica (de
la Acción de Newman) no consta, por tanto, de actos u operaciones
afuera-exteriores→ (experiencias propias del sujeto en la naturaleza o el
medio: y frente a las propias necesidades individuales y ajenas, y hacia las
cosas que son- ahí-fuera) siendo la acción→ “acción
de la propia conciencia (yo-), la que revela → a la propia conciencia
(desde adentro) explicando su naturaleza y
condiciones”. Esta especie de razón → (o
razón subjetiva (desde
dentro / y ajena del la realidad → afuera) tiene luego que
vérselas con unos medios y fines (propios del sujeto y la sociedad en tiempo y
lugar) y los modos de procedimiento hacia u fines (subjetivos) que son, más o
menos, aceptados, y que se sobre-entienden (socialmente) razonables. Es
decir: cuando la mayoría (socialmente) es nula, lo nulo se acepta y
sobreentiende (socialmente) razonable.
J. E. Newman (1801-1890) siendo
anglicano, se pasó al catolicismo romano en 1845, y puede considerarse iniciador de este tipo de filosofía de la acción. J.E. Newman escribió
prolíficamente, y sus escritos ―“El desarrollo de la doctrina cristiana” (1845) y
“De una gramática del asentimiento” (1870) ― parten
de un mismo supuesto, relativo de: que “una doctrina cuando es
verdadera, viva y vital, no es una simple posición intelectual, sino que
arrastra consigo la voluntad, y en general la voluntad práctica del hombre→ (individuo)”.
Este supuesto se convierte en objeto de justificación filosófica en el segundo
de los dos escritos de Newman, pero es tomado explícitamente como punto de
partida del primero, leamos: “Cuando una idea —dice
Newman— sea o no real, tiene tal naturaleza que
fija y posee al espíritu, se la puede llamar viva, y se puede decir que está
viva en el espíritu, que es su receptáculo. Así las ideas matemáticas (abstractas),
aunque reales, no puede ser llamadas vivientes al menos de ordinario.
Pero, cuando un enunciado, en general, tanto si es verdadero como falso,
sobre la naturaleza humana se difunde en una pluralidad de personas, y reclama
su atención, no solo es recibido pasivamente (sin enjuiciar) en esta
o aquella forma→ en muchos espíritus (de personas→ individuos), sino
que se convierte en estas (individuos concretos) en un principio activo” [o,
principio inductor] que les lleva a una contemplación siempre
renovada del mismo (enunciado), luego a aplicarlo en varias direcciones, y a
difundirlo por todas partes (pág.
249 (HP T5). Tan solo recordar y aprovechando lo dicho, acerca de esa idea
tan en boga (de la Nada) y difundida en una gran pluralidad de personas a
las que reclama su atención, llevándolas a una contemplación (entiendo, que de
Nada /y siempre renovada → de esa misma “Nada”), luego aplicada en direcciones
y contextos diversos (en ciencia y filosofía) y difundida por todas partes].
Entendamos pues: que “una doctrina
que se desarrolla es una idea viva” —refiere
Newman, p. 249 (HP T5) ― es prácticamente operante,
donde aquella voluntad (hacia→ que
es deseo) pone luego su empeño en (eso / aquello→ / en Él (Ἐκεῖνος)→(el ser). La
gramática del asentimiento de Newman es, por tanto: la propia justificación de
las condiciones que confieren vitalidad (a la representación) de una ἰδἑα (propia
o no), esto es→ la
justificación, de la satisfacción de la voluntad (de un deseo) resuelto en su
representación, resultando la
obtención del deseo: “en su propia representación”, que
es, igualmente→ la representación de la
satisfacción de su propia voluntad, por medio de la propia (razón (subjetiva (Yo-) que
le dice a (él)→ (la
razón objetiva (-oY) lo
que esta tiene que ver y entender por la Acción de la propia conciencia,
revelando a la propia conciencia [→YфY←] su
naturaleza y condiciones)→ [Yo→S←oY] Newman
distingue para ello tres actos mentales: la duda, la inferencia (como
respuesta) y el asentimiento.
Pero cuando hablamos de ideas, con “idea
de un hombre" podemos referirnos a cosas muy diferentes” ― afirma ortega y Gasset― (o a
ninguna cosa, concreta, si no hablamos de un hombre, concreto, y de alguna cosa
concreta, entonces: deberemos referir una cosa, es decir: una idea concreta. “pensamientos
―prosigue ortega y Gasset― que
se le ocurren (entendemos pues: acerca de esto o lo otro… a dicho individuo concreto; y podemos hablar, entonces,
de esto, de eso, o aquello, referido de un individuo concreto) al que se le ocurre /luego, “Cuando
se quiere entender a un hombre (a dicho individuo
concreto) procuramos ante todo averiguar cuáles son sus ideas.
Desde que el europeo cree tener "sentido ", es ésta la exigencia más
elemental. (Ideas, por tanto, o más
bien una idea concreta, que habrá de ser, una idea de un individuo concreto),
y ¿Cómo no van a influir en la existencia de una persona sus ideas y las ideas
de su tiempo? La cosa es obvia. Perfectamente; pero la cosa ― nos
recuerda Ortega y Gasset― es también bastante equívoca… (Variaciones
propias, sobre el escrito: Acerca de Creer Y Pensar ― Ortega y Gasset). Por
su puesto: la cosa, “es” equívoca, y (“he aquí “ἴδε”(el→(α-alfa) (ἰδέα→ de apariencia y forma, todavía ambigua
o incompleta… Y de ahí → (de falta de verdadera fe) → (Η αμφιβολία (la duda). La Duda,
acerca de Nada: de la “cosa” que no refiere nada concreto, y a la vez todo lo inconcreto:
el árbol, la casa, el abrigo, el hambre→ de nadie concreto), es decir: refiere
nada, y todo (aquello→ no referido de nadie concreto, o de algo, de alguna cosa
concreta, el (limonero) del patio, de casa de mi mama)
La Duda, por tanto: (es aquello en
lo que se cae, entendemos, que a partir de una ἰδἑα (de algo, de un
nombre→ que solo nos refiere otro nombre, cuando no reconocemos (de la ἰδἑα aquello (neutro) → Demostrativo
Masculino de aquel→ que podemos reconocer y llamarlo por su nombre (concreto). Luego
("aquello")
“es” el demostrativo neutro de aquel (masculino) y que utilizo cuando creo que conozco
bien, la leche del propietario del nombre y (ahora) no quiero decirlo (hasta
que no pase el verano).
Luego, la
insuficiente (necesidad del individuo y nulo sentido (o sinsentido) de la
pregunta→ acerca de aquello
que se busca―cuando un individuo (se pregunta – luego) sobre el sentido de la ἰδέα: impide obtener “en
el descarrío de su pensamiento” claridad
sobre aquello → apariencia, forma
que deviene de su ἰδέα (en forma→ (de nada concreto). Luego, “En
la nada, como en la duda se
cae→ en una al perder la fe / y en la otra al descarriar el sentido del pensar la
vida” o “cuando te para la guardia civil”, luego en la Nada, al
igual que en la duda, de si me quitan o no el carnet de conducir, por poner un
palito (3 veces) azul… como dice Ortega "se está": pero
de la duda se sale (al menos aquí: España), de ahí la expresión tan castellana "salir de dudas" o
“ salir de parranda” lo
mismo, de otra forma, cuando es semana santa, en <Málaga>, te aparta las dudas, cuando
lo puedes ver, aunque sea por Tik Toc.
A la duda, (estábamos con
Newman) sigue La inferencia (secuela/o
consecuencia, entendemos a partir de una ἰδἑα), pero donde echamos a faltar la primera respuesta→ subjetiva del individuo (razonador-nadificador) hacia→
dicha ἰδἑα
→ por medio de la propia (razón (subjetiva [→Yo-) que le dice a (él) (la razón objetiva (-oY←] lo que esta tiene que ver y entender→
para luego (ἐκ σκέψιν /a pensar) hacia→, desde adentro) (eso / aquello→ / en Él (Ἐκεῖνος)→(el ser).
El Asentimiento, por último, es (reconocimiento
del origen de (la pregunta) por el ser, venida de una idea ἰδἑα / de aquello, de
otra manera, lo mismo. Entendiendo, La pregunta, que se pregunta por dicha
idea, expresa la duda (o necesidad→ sinsentido) de una ἰδἑα (que
entendemos (como propia) → pero no reconocemos (digamos –propia- del todo / es decir: absurda, por no
reconocernos absurdos nosotros, del todo) (“he aquí “ἴδε”(el)→ (α-alfa) / (ἰδέα→ aspecto, apariencia, forma, incompleta de Él) por medio de [él (oY←] que le dice a la conciencia
(en secreto) lo que el yo quiere oír. (Nota: una vez pregunté (mirando entre las nubes y las
estrellas) si ¿Él ―como nos refiere la biblia de Dios― tenía sentido del humor?
creo que de estas divagaciones, sabremos, todos→ la respuesta.
La respuesta→ a la pregunta [a
una (ἰδέα→ por ejemplo: a
la pregunta por del ser: aspecto, apariencia, forma, luego es la consecuencia (absurda) a
la pregunta (del yo que se
pregunta por el ser ← desde adentro), expresada en un acto (
afirmación o asentimiento) que se da como respuesta (el sujeto a sí mismo ―por
medio de la razón (subjetiva)― a proposiciones que expresan nociones (propias
o no / de algo → y que focaliza el deseo subjetivo (por la voluntad misma del
deseo) a partir de aquellos rudimentos mínimos (que el sujeto se tiene como
propios, o no, pero no le son propios: sino adquiridos de otros) (pues no “reconoce”
de la respuesta (él)origen) no reflejándose, de estos; pero , rudimentos,
sin embargo: de los que el individuo
parte (hacia→ buscando reconocer y ser reconocido→ del ser).
Estos actos tienen por objeto proposiciones,
pero precisamente (es aquí donde nos distanciamos de Newman) el
asentimiento que se da a las proposiciones que son hacia→ y expresan o refieren
cosas (materiales)—por ejemplo sensaciones e impresiones venidas de
experiencias (hechos concretos e interacciones) —afirma Newman→ son
mucho más fuertes que el asentimiento que se expresa sólo de nociones (nociones
como la fe y nuestras creencias). El asentimiento real (de las
cosas materiales) es, por tanto (para Newman) mucho mayor que el asentimiento
nocional, es decir (de la fe y las creencias) entre otras cosas que “son”
igualmente nociones, y que, a partir del rudimento de algo (concreto, una
imagen de Jesús en la cruz, en mi caso) entiendo que no-es lo mismo, de otra,
ni de ninguna manera aquello, a lo que
conocemos y reconocemos por opinión (presunción / especulación / ἰδέα) no
siendo comparable al asentimiento que es creencia (venida del reconocimiento de
un credo / y una fe católica, en la que me reconozco, y reflejo →de una persona
concreta).
Y para que hablemos de fe (y lo sigamos
llamando fe), habrá aquella creencia, de carecer de resolución propia← desde
adentro. Esto es: habrá de carecer el individuo incluso de empeño a
encontrarle satisfacción final, a su deseo de de hallar resolución por el
camino de la razón (a lo ya sustentado y resuelto de la fe / y
que habrá de ser únicamente por (necesidad) de uno “revelado” a otro / yendo o
pretendiendo ir de ese modo, por la razón, más allá (antes siquiera de
emprender el camino singular) que habrá de probar, primero, esa misma fe (y que
en el caso del catolicismo cristianismo, se propone de sus mismos textos (Mc
10:21 Jesús le miró con afecto y le
contestó: –Una cosa te falta: ve, vende todo lo que tienes y dáselo a los
pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego, ven y sígueme.). Si bien, (en
este, ese caso) La fe es mucho más, incluso, que la creencia en una fe (como
bien afirma Olle Laprune (1830- 1899) ― cuando esta que viene desde (adentro - hacia→ afuera) explicada; es decir: proveniente de la razón, explicada, en lugar
de hacia, dentro desde afuera (explicada por aquello) que solo uno, a otro le puede
explicar, de cada uno de nosotros, como lo otro, múltiple y diverso.
Olle Laprune (1830-
1899) / Laprune unió la doctrina del
asentimiento de Newman a la tradición cartesiana—Pues en la creencia
inicial, cuando ésta es vital y potente, solo
la fe designa el resorte y fundamento del
acto de creer (p. 249 (HP
T5)…/ acto de creer, y que (entendemos
todos), habrá de llevar luego a aprobarse uno mismo, por aquella misma (fe)
que de esta: a sí mismo se otorga, cuando la voluntad—la buena voluntad
puntualiza Olle Laprune (De la
certit Mor., ed. 1908, pg. 48)—con ardor apasionado o fría
resolución, derive todas sus fuerzas (intelectuales o no) sobre el objeto que
se trata (por el sujeto) de conocer: un conocer propio, quizá de aquello
que, por la razón, luego no podamos explicar). “Y Enseguida
hizo que sus discípulos subieran a la barca y fueran delante de Él al otro
lado, a Betsaida, mientras Él despedía a la multitud” (Mc
6,45). Y si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día y sígame..., (Lucas
9,23). Y el que no toma su
cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí (Mateo
10:38). La filosofía, este caso,
verdaderamente, se hace esencialmente práctica. Obviando algunos detalles
de Olle Laprune , y que sería largo de tratar, me centro en
esta parte de uno de sus textos “hay que situar en el centro, por decirlo
así, el objeto viviente que se trata de considerar, el hecho viviente que es
menester experimentar, e interpretar la verdad viviente cuya luz debe
iluminar y guiar los pasos “del filósofo” ―(la phil et le
temps présents p. 261)― donde el filósofo aquí (entendamos esto)
es el que experimenta la Alétheia ―en griego αλήθεια o
‘verdad/revelación’― cuando pone (y se pone él a prueba delante de (Él) y
por su propia fe, abrásele de
revelar los misterios sacando a la luz la densa oscuridad, recorriendo “de las cosas” lo que se ‘resiste
a ser explorado’ mientras puede ser hallado,
provocando que emerjan esas nuevas posibilidades", de
aquello profundo y antes
escondido…”como
quien sobre la orilla de la playa, descubre tesoros antes sumergidos: pues
ellos compensarán los sacrificios".
(Jünger-Heidegger 2010, 69).
En este sentido de propia experiencia (de ir delante de (Él)→ cada día, en su quehacer, el filósofo no puede dejar de un lado (la fe, y esperanza) de hallar sobre la orilla de la playa de Betsaida, los tesoros antes sumergidos. Luego, Laprune dirige sus consideraciones al servicio de una ensalzamiento del cristianismo católico (de Esperanza), en contra del “carácter triste” del cristianismo protestante (le prix de la vie pág.335). La voluntad humana es entonces insuficiente (a razón de Laprune) pero no impotente, la gracia divina la sostiene y refuerza, como el don de nuestro Padre Celestial otorgado a través de Su Hijo, guiándonos por nuestra voluntad delante de Él—por aquellos intrincados e inesperados laberintos / de los que ya he hablado en alguna ocasión al principio. A grandes rasgos, de este modo característico se presenta (de la mano de Ollé Laprune) la filosofía de la acción: El reconocimiento de la función dominante que la voluntad — irracional (guiada) —ejerce en el seno mismo de la más abstracta especulación racional. Esta consideración, es precisamente el punto de partida de la obra de Blondel M. (1861 – 1949) dominada por un intento de confirmar una reconstrucción necesaria y completa de toda la realidad finita y humana, hasta aquel límite en el cual la realidad finita y humana encuentra su complemento en la realidad sobrenatural y trascendente. Blondel a cuya mejor obra publicada en 1893: “La acción, ensayo de una crítica de la vida y de una ciencia de la práctica”; le siguiese después: Carta sobre las exigencias del pensamiento contemporáneo en materia de apologética (1896), e Historia y dogma (1904), se encerró en un discreto silencio, tras ser condenado el movimiento modernista al que pertenecía por la iglesia (8 sep. 1907), mediante la encíclica Pascendi, publicando apenas ensayos aclaratorios de sus ideas. Es en 1934 cuando publica una vasta obra en 2 volúmenes titulada “El Pensamiento”, a la cual sigue en 1935 “El Ser y los Seres”, reeditando luego en 1936-37 la acción en dos volúmenes.
La Acción
― Mauricio. Blondel (1861 – 1949) ― es un
intento de reconstruir la realidad total en todos sus grados, sobre la base de
un único motivo dialéctico, que a diferencia de Hegel se centra en
la Voluntad (como aquello→
irracional) en lugar de en la Razón. Concretamente,
blondel se centra en el contraste (entre “la
voluntad que quiere” y su resultado efectivo / entre
el acto de querer y su realización. Este contraste constituye aquella
insatisfacción perenne de la voluntad, y el resorte (o impulso) incesante
(hacia→) la acción… “los términos del problema ―dice a
Blondel (L´actión 1983) ― son netamente opuestos. Por un lado: “todo
lo que domina y oprime la voluntad”; por otro: la voluntad de dominarlo todo, o
de poderlo ratificar todo / ya
que no hay ser donde hay solo constricción y apocamiento.
La filosofía de la acción de Blondel parte de este conflicto,
y muestra las soluciones parciales que encuentran poco a poco, hacia su
definitivo asentamiento en lo “sobrenatural” (y
“es” sobre lo que entendemos como natural).Pero (Entendamos
sobrenatural). Creo que cabe explicar de alguna manera
(la mía en este caso, en tanto qué es a mi sobrenatural) y evitar así
abstracciones o ideas al respecto. Bien, ¿qué es lo sobrenatural, o se espera
sea sobrenatural, en este caso del tema que nosotros tratamos? Bien, lo
entiendo como aquello,
que se pueda entender de la percepción (de una proyección al consciente). En
este caso (sobrenatural) no es otra cosa que despertar, de alguna forma (hacia→
(un espacio) antes no reconocido→ (aquello →percibido)
que “es” y está [lo mismo (que no ha cambiado)→ (no
de la misma manera) lo mismo] y perceptible de la multiplicidad / en
lo que (por pensamiento) puedo reconocer (hacia→) mi. Es decir, sería algo que
[veo, como (→YфY←) otro proyectado] (hacia→ (mi) no
de la misma forma que yo / pero pudiéndome reconocer (yo) de ella (como
conciencia, igual, (dos) en una mente (→YфY←) mas no resulta obvio a los demás.
[Esto nos lleva, a aquello, que
Don Miguel de Unamuno, afirma de carácter irracional en toda doctrina o
creencia. “la Filosofía ―dice
Miguel de Unamuno― (del sentimiento trágico de la vida) responde
a la necesidad de formarse una concepción unitaria del mundo de la vida, y como
consecuencia de esta concepción, un sentimiento que engendra una
actitud íntima y, por último, una acción”→ primero
de de reconocimiento (si queremos ser reconocidos). Existe
la capacidad de Determinarse (indeterminadamente uno),
de observar (ser) en el entorno, sin
razonar (uno) sobre (Él),
solo dejándose envolver (siendo entorno): como (El Observador Indeterminado)
determinándose de aquello donde es) y como si la vida fuese un sueño,
quitándole por el dolor, el dolor, y al sentido trágico de la
vida toda consistencia de valor.”Más que investigar si
son gigantes o molinos aquellas cosas ¿? que se nos presentan como dañosas ¿No
es acaso mejor escuchar la voz del corazón y atacar? que todo acto generoso
trasciende del sueño de la vida. De
nuestros actos, y no de nuestras contemplaciones extraeremos sabiduría ― escribe M.
de Unamuno (Vida de Don Quijote y Sancho). Añadiendo ―
¡Soñadnos, Dios de nuestros sueños! ― (así
el confín entre realidad y sueño se esfuma).
Me han venido a la mente ahora los
griegos, que entendían, a su modo (griego), lo divino, es decir: aquello inmortal,
y cuando se manifestaba a alguien, era por alguna razón (de necesidad),
pero que el tiempo luego olvidó y de algún modo han guardado las
religiones. Es necesario, por tanto, que “de
alguna manera” vuelva el hombre a “querer” (siendo
este querer necesidad
(y no deseo) de alcanzar...,
donde la voluntad y su realización se ajusten a necesidad / para que
aquel esbozo de ser que está en el fondo de toda voluntad
humana, se complete y tome forma. Luego
es menester que el hombre renuncie (de sus propios fines: deseos) y trascienda
/ hacia→ para poder ser lo que ahora es en potencia (hacia→)
querer ser, pasando por encima de lo que desea ser. Luego: “Querer
lo que queremos (nosotros) en la sinceridad del corazón es colocar en nosotros
el ser y la acción de dios (afirma Blondel / l´
acción p. 491)”. Pero querer lo que queremos – a
decir de blondel – entiendo, que no ha de ser un [por
querer] sino necesidad de aquello
(que llega / se muestra) y reconocemos (sin más hasta ahí /
después: aquello dirá); luego un querer ser, como (necesidad
de ser→ hacia → aquello (que primero, que deberemos reconocer, ser- ahí).
Luego, El lazo necesario entre hombre y (aquello
/ser), no supone, con todo (en este caso), para Blondel una continuidad real
entre lo natural y los sobrenatural, sino que significa solo el
progreso de la voluntad y acción del impulso (en acto
(hacia→) obligándonos a reconocer una insuficiencia del orden
natural, que confiere al hombre la capacidad, no de producirlo o
definirlo→ sino de reconocerlo y recibirlo. El
supuesto de esta primera parte del pensamiento de Blondel, es que solamente la
acción puede ofrecer la clave de lo que el hombre es y ha de ser… y puede
conducirle a comprender juntamente su propia naturaleza finita, y su propia
exigencia de infinito. “Se trata de todo el hombre ― decía
entonces Blondel (l´action p. XXIII)― no
es, pues, solo en el pensamiento donde se le debe buscar (aquello / que es
ser). Es menester trasladar el centro de la filosofía a la acción, porque en
ella se encuentra también el centro de la vida”.
En El ser y los
seres (1936, M.
Blondel) parte del reconocimiento de una
contradicción/oposición ontológica” entre la certeza espontánea y confusa de
una presencia, de fondo sólido, de una subsistencia que funda todo conocimiento
y toda conciencia, sin agotarse en ello, de un lado; y por el otro “un
sentimiento de ausencia, o por lo menos de un misterio que, sin hacernos dudar
de la realidad profunda, hace de ella un objeto no de conocimiento definido,
sino de búsqueda (en su caso añade Blondel → interminable (L’
Etre, p. 67). Pero, deberíamos añadir, por
(búsqueda interminable) (un dejarse encontrar
interminable) o dicho de otra manera: no dejar de
movernos→ (hacia→) encontrando de todo lugar y tiempo. Pero, y vuelvo a añadir
¿seremos capaces de reconocer, aquello que del corazón es
siempre, y a todas horas anhelado, cuando, por ejemplo: una tarde viniendo
del campo, aquello del corazón buscado tan anhelado, ahora y no frente al
corazón, sino a la razón (aquello: lo mismo,
pero de otra manera, es→ delante nuestro? / y que al
volver a casa, de nuestra madre, un día vemos reflejado en sus ojos. Esta
atribución al ser, de un modo concreto de ser, esta cualificación del ser (que
se encuentra en todos los grados del ser, incluso en la persona humana) permite
concebirlo como algo reconocible y compatible con el devenir (con los signos de
los tiempos), siendo, en cualquier momento de
alguna manera / de otra manera: (siempre) de lo mismo→
lo mismo (ahora) de esa otra manera.
En efecto el ser, como lo
mimo que se despliega en la heterogeneidad (de
lo otro y múltiple) en del devenir, ha estado igualmente
en todas las personas y seres de todo tiempo y lugar y en cada forma
individualmente / (de lo múltiple lo mismo como lo otro (hacia→
una misma finalidad, de alguna forma, que podemos reconocer (y reflejarnos
nosotros) de esa forma (luego en otra “forma” que
nos contiene a todos). Es lo que discurre (en movimiento→, o empleando una
mejor comparación diremos que el devenir es un torrente, un manantial, un
incesante fluir hacia →. Pero agregaremos que así como las fuentes brotan
de alguna oscura profundidad de la tierra, así el devenir brota de alguna
oscura profundidad de la existencia; y que así como en cada brillante gota de la
fuente luce y se oculta en el abismo del origen, así en cada aparición fugaz
del devenir, (en cada instante)
luce y se oculta la oscura profundidad primordial del ser. Pues, como
afirma María Zambrano, “ la primera realidad que al hombre se le
oculta es él mismo» ―y sigue― El hombre —ser
escondido— anhela salir de (sí) lo teme, aunque la realidad toda no envolviera
ningún alguien, nadie que pudiese mirarlo, él proyectaría esta mirada; la
mirada de que él está dotado y que apenas puede ejercitar. Y así, él mismo, que
no puede aún mirarse, se mira desde lo que le rodea. Y todo, los árboles y las
piedras, le mira y, sobre todo, aquello que está sobre su cabeza y permanece
fijo sobre sus pasos, como una bóveda de la que no puede escapar: el firmamento
y sus huéspedes resplandecientes. Y de aquello de que no puede escapar,
espera→ Ahí (a la vista en lo que miramos
y vemos, pero no vemos, del propio reflejo). De
manera que la única satisfacción posible de lo que Blondel llama desiderium
naturale e inefficax ad infinitum, está en reconocerse en
la unidad trascendente de Dios.
Luciano Laberthonniére
(1860 – 1932) mayor
representante del modernismo ―del que formó parte igualmente Blondel―,
como igualmente de de aquel intento de reforma católica condenado por pio X
(encíclica Pascendi 1907). Laberthonniére, parte del supuesto de que
una verdad cualquiera no se hace nuestra sino en la medida que nos esforzamos
para crearla en nosotros, y que es un esfuerzo consciente y
reflejo del espíritu humano para conocer la razones últimas y el verdadero
sentido de las cosas (Essais, p. 5). Leí
en una ocasión que “el mundo adquiere sentido por su horizonte” (Husserl).
"Sentido y entendimiento del mundo que ha de venir del “asombro” de
despejar ese horizonte" (Zubiri).
Pero ―y aquí entraría Laberthonniére―
ese horizonte, ese nuevo paisaje que asoma ante nuestros ojos ¿existía antes de
ser despejado? o bien al despejarlo, lo que hacemos es crearlo nosotros mismos.
Entiendo en este sentido, y no en otro a Laberthonniére:
“una verdad cualquiera no se hace nuestra
sino en la medida que nos esforzamos para crearla en nosotros, ese horizonte
que despejamos nosotros, por tanto, nos define igualmente a nosotros en tanto
lo que asoma (es a nosotros → que nos dirigimos a el→ por voluntad. Es
decir: dicho horizonte (a nosotros no existiría / de ese modo) de no dirigirnos
nosotros, hacia él. La filosofía, por tanto, podríamos
entenderla en este sentido más acción de la voluntad
irracional (hacia→ algún lugar, que habrá de ser un lugar) que
conocimiento, aunque en realidad la distinción misma entre conocer y actuar es
viciosa, pues conocemos al movernos (hacia→). Una vez adquirido el conocimiento
se puede considerar este como independiente de la acción, pero no s así, y si
lo consideramos así, hacemos de este una abstracción (Essais p. 38). Luego, y
entendido lo otro, se entendería: que la verdad sobrenatural de la revelación,
no tiene valor para el hombre si él no la recrea (en el sentido que se ajusta a
su propia realidad) digamos, que como por su cuenta, e igualmente así lo
afirma Laberthonniére. Pero
¿Cómo puedo explicar esto, de mi propia experiencia?
Digamos que vivo en el
mundo / lo hago, pero realmente vivo en mi mundo (y
creo que todos lo hacemos: vivimos en ese lugar que nos creamos, nosotros en el
mundo), donde para lo que unos es miseria, como por ejemplo no ver
la tele continuamente, o tener un coche de 25 años, no tener hijos, y ocuparme
de mi madre: sin poder viajar, para
mí es un regalo de dios, y bienestar. Lo que quiero decir:
es que doy gracias por poder hoy estar (con mamá) y poder cuidarla, cuando no
hace nada pensé que se me iba, y pedí a las estrellas que así no fuera, pudiendo
entender luego de esto: una extensión de lo divino en la vida humana:
pues de alguna manera, podemos entender→ de mí, en lo luego acaecido / lo
dicho antes por Laberthonniére cuando de aquel deseo
(que es necesidad) de permanencia de mi mamá, se creó una nueva realidad
(donde está presente). Luego la persona / yo
mismo, a decir de Laberthonniére, no
existe sino en esta unión, cuando reconoce lo sobrenatural en su vida, y de
ello en dios (en lo divino, el cielo y las
estrellas) su principio y fin. Este reconocimiento
constituye, o podría entenderse así: la búsqueda y el hallazgo de dios
/mientras busca, y se encuentra a sí mismo. Dios, ciertamente continúa siendo
el principio del hombre, aunque él no lo crea y reconozca como su fin: en
ese caso sólo lo soporta. Luego reconociéndolo
como fin: lo acepta y quiere, y con esto acepta y
quiere a todo lo demás, de otra manera, pero que depende igualmente de dios
(Siendo este acto una ratificación: una
respuesta de amor al amor de dios. De tal manera Laberthonniére concluye
que el orden sobrenatural se revela y afirma en la misma intimidad de la
conciencia humana, de manera tal que: si el hombre desea poseer a Dios, y (ser
con dios / de otra manera), es
decir Ser-de otra manera: lo mismo que dios (al estar en dios) siendo lo otro―
ya se ha dado en él.
Loisy (1857- 1840 / En
el campo de la exégesis bíblica el modernismo (seguimos
en este momento histórico) encuentra a su mejor representante en Alfredo
Loisy (1857- 1840) por
muchos años profesor de historia de la religión en el colegio de Francia.
Pero Loisy, pretende, además, conforme el método de la inmanencia
de Blondel y Laberthonniére, que lo esencial de la
tradición no está en las fórmulas dogmáticas sino
en la inmediata o experiencia religiosa (es decir: en la acción). Desde este
punto el dogma en símbolo, y pierde su valor absoluto (precisamente de los
escritos de Loisy surgen muchas de las proposiciones condenadas por pio X en su
encíclica Pascendi. “los símbolos y las
definiciones dogmáticas están en relación con el estado general de
los conocimientos humanos del tiempo y del ambiente en el que se han
constituido. De aquí se sigue que un cambio considerable en el estado de la
ciencia, pueda hacer necesaria una nueva interpretación de
las fórmulas antiguas, que concebidas en otra atmósfera intelectual,
no bastan para decir todo lo que sería menester, o no lo dicen como convendría”
(L´evangelie Et l´Iglise p.208) si bien, Loisy entiende
la acción en la moral (moralidad y religión). Luego Loisy pretende
sacar de la biblia una lección apropiada a las necesidades de los creyentes; e
igualmente entiende la moral como práctica de la
religión, lo nos-otros entendemos,
que no es otra cosa que “la desviación de un
pensamiento extraviado” más próximo (su pensamiento) al
protestantismo que al catolicismo de aquel momento,
y recordando mucho a Kant, como aquí leemos de la pluma del mismo Loisy:
“es la religión la que comunica a las reglas de la moralidad, el carácter
sagrado de la obligación y la que incita a observarlas en calidad de deberes; y
es a través de la observancia del deber, como la religión es cumplida ( la
religión 1917, p 64).
(Texto segundo)
Loisy (1857- 1840 / En
el campo de la exégesis bíblica el modernismo (y
seguimos en dicho momento histórico) encuentra otro representante en Alfredo
Loisy (1857- 1840) por
muchos años profesor de historia de la religión en el colegio de Francia. Loisy pretende,
conforme el método de la inmanencia de Laberthonniére y
Blondel (otra forma de este→) que lo esencial de la
tradición no está en fórmulas dogmáticas sino
en la inmediata experiencia religiosa. Desde este punto (la creencia y
reconocimiento) como símbolo y divisa, pierden su valor absoluto (precisamente
de los escritos de Loisy surgen muchas de las proposiciones condenadas por pio
X en su encíclica Pascendi. “los símbolos y las
definiciones dogmáticas están en relación con el estado general de
conocimientos humanos del tiempo y del ambiente en el que se han constituido. De
aquí se sigue que un cambio considerable en el estado de la ciencia, pueda
hacer necesaria una nueva interpretación de las fórmulas antiguas,
que concebidas en otra atmósfera intelectual, no bastan para decir todo lo que
sería menester, o no lo dicen como convendría” (L´evangelie Et
l´Iglise p.208), si bien, Loisy entiende la
acción (su acción) en→ la moral (moralidad y religión). Luego Loisy pretende
sacar de la biblia una lección apropiada a las necesidades de los creyentes; e
igualmente entiende la moral como práctica de la religión.., lo
que no nos-otros entendemos que no es otra cosa
que : “la desviación de un pensamiento
extraviado” más
próximo (su pensamiento) al protestantismo que al catolicismo de aquel momento, y
recodándonos mucho a Kant, como aquí podemos ver, y entender de la pluma del
mismo Loisy: “es
la religión la que comunica a las reglas de la moralidad, el carácter sagrado
de la obligación y la que incita a observarlas en calidad de deberes; y es a
través de la observancia del deber, como la religión es cumplida (la
religión 1917, p 64). Me pregunto, qué hubiese dicho y hecho Pio
X respecto El Concilio Vaticano II, que
tenía por objeto principal la relación, o deberíamos decir: una nueva relación
entre la Iglesia y el mundo moderno: impregnado de reglas y deberes con la
sociedad.
Y Siguiendo ―o recorriendo― ahora el campo
de la exegesis bíblica [Abrimos parte, a partir del
Comentario bíblico san jerónimo 03 / Dirigido por RAYMOND E. BROWN,
SS (Union Theologicd Seminary, Nueva York); JOSEPH A. FITZMYER, SJ (Fordham
Universily, Nueva York); ROLAND E. MURPHY, O. CARM. (Duke XJniversity, Durham,
N. C.) CRITICA MODERNA DEL NT 41:40-42 /49-51 (pag. 40)
40 a) R. REITZENSTEIN. Una de las
doctrinas clave en la escuela de la historia de las
religiones halló un importante líder en Reitzenstein
(1861-1931). En Die hellenistischen Mysterienreligionen (1910), Reitzenstein
describe un supuesto, ese proceso de helenización a lo largo de la
historia cristiana primitiva y presentaba tres conclusiones importantes para el
estudio del Nuevo Testamento: primera,
que la religión helenística y oriental ejerció un profundo influjo en la
teología del Nuevo Testamento, especialmente en la de Pablo; segunda, que
la predicación y el culto de la Iglesia primitiva dependió de las religiones
mistéricas y del gnosticismo; tercera, que
la primitiva idea cristiana de redención por la muerte y resurrección de Cristo
fue tomada de un mito gnóstico pre-cristiano que hablaba de un redentor.
41 b) W. BOUSSET. El autor más
influyente de la escuela de la historia de las religiones fue,
sin duda, Bousset (1865-1920). Su principal obra es Kyrios
Christos (1913), un resumen del desarrollo
del pensamiento cristiano hasta Ireneo. La intuición fundamental de Bousset era
su idea sobre la importancia del culto en la Iglesia primitiva. Según Bousset,
Pablo o sus sucesores transformaron el cristianismo primitivo en un culto
mistérico. Muchos de los primeros grupos cristianos del mundo helenístico
habían estado adheridos a los misterios, y
ahora, sencillamente, adoraban a un nuevo dios, Jesús, como Kyrios, título que
se solía aplicar al dios-héroe en el culto y el ritual de los misterios.
Dada su frecuente aparición en los
estudios neo-testamentarios, especialmente en la escuela bultmanniana, resumimos
aquí las tesis fundamentales de la escuela de la historia de las religiones:
1) el cristianismo depende de un mito de redención existente en una forma de
gnosticismo supuestamente pre-cristiana; 2) existe un cristianismo típicamente
gentil (Heidenchristentum), independiente de las tradiciones de la Iglesia
judía y sometido a la influencia sincretista de ciertos grupos religiosos no
cristianos con los que aquéllas entraron en contacto; 3) incluso en el canon
del NT se pueden ver indicios de un «catolicismo primitivo»
(Frühkatholizismus), la aparición de una Iglesia institucional como mediadora
externa y visible de salvación (Heilsanstalt), proceso que constituye una
deformación del cristianismo paulino. Pero
(uno) se pregunta ¿por qué? Por qué se relaciona la influencia sincretista
(griega mistérica) digamos, que luego derivando e independiente de las
tradiciones de la Iglesia judía y sometido a la influencia sincretista de estos
grupos religiosos, no cristianos, con los que aquéllas entraron en contacto, a
partir de pablo, y que luego entiende la exegesis protestante, como deformación
del cristianismo paulino. Bien, pues podemos encontrar una explicación, no sé
si justificación de estos, a partir de Pablo en Atenas (hechos
17:24 -22 Entonces Pablo poniéndose en pie en
medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, percibo que sois muy religiosos
en todo sentido. 23 Porque mientras pasaba
y observaba los objetos de vuestra adoración, hallé también un altar con esta
inscripción: AL DIOS DESCONOCIDO. Pues lo que vosotros adoráis sin conocer, eso
os anuncio yo. Debo decir, aunque solo
sea por recordarlo, que en iberia (España) existían colonias griegas y
fenicias Emporion es la actual Ampurias (L'Escala, Girona), Junto con su
vecina Rhode (actual ciudad de Rosas). Pero, por qué refiero iberia ahora: bien,
sabremos al final, cuando veamos lo que nos dice Peter Kingsley (In
the Dark Places of Wisdom, 1999). Para entender, y
entendernos: a nosotros mismos.
“Aminias, maestro de Parménides, era un hombre pobre, aunque probablemente ―afirma Peter Kingsley― nadie se fijaría en él si se lo cruzaba por la calle” (lo que ciertamente dudo), pues ser un hombre pobre (no implica ser “un pobre hombre” siendo incapaz de ver más allá de la riqueza material de las personas; es decir: ser “un desgraciado” Nada, en lo que nadie se fijaría. En cambio ―prosigue P. Kingsley― Parménides en el escrito sobre su maestro, aparece como miembro de una familia rica y distinguida. Y se nos dice ―de manera oscura― que eso explica que construyera un santuario de héroe para Aminias (“su maestro”). De modo, que la relación entre la pertenencia de Parménides a una familia rica y destacada, y que dedique un santuario a alguien, habría de parecer razonable (a mi entender― si entendemos que se trata de “su maestro”); sin embargo, no es del todo obvio ―afirma Peter Kingsley en su libro―; pero si nos es del todo obvio ―como afirma Peter Kingsley― no lo habrá de ser “para alguno”( al menos: uno en concreto, y que parece no entender que alguien (otro→ otra persona en concreto) agradezca y reconozca→ a su maestro y nos refiera (lo importante y relevante para la vida→ de (de Parménides→ y luego su educación) debió haber sido. Luego, en ese sentido (tan desconcertante) ha habido alguno-s, (estudioso-s posiblemente→ desagradecido-s) que consideraron este nexo entre Parménides y Amimias tan artificial ( e irreconocible a su ojos), que han llegado a pensar que el texto griego de la crónica tenía que estar equivocado, y necesitaba de alguna corrección (siendo→ incapaz) o incapaces de reconocer y reflejarse de dicha actitud de agradecimiento (hacia→ un maestro, que recordemos, es→ su propio maestro y Héroe de Parménides)→ es decir:; es decir: la razón (de alguno-s) no comprende aquí (del escrito→ de Parménides y referido de su maestro) lo que la razón luego quiere explicarnos (y decirnos que comprendamos) -en cualquier lugar/ que no es ningún lugar concreto- cuando nos habla o refiere (de “una persona” o “una flor” (sin concretar lugar y tiempo) y, por tanto, que no-es en ningún lugar (concreto) ni en ningún tiempo (concreto), sino Nada. Una nada pero, que nos quieren explicar (por la razón) como si aquel-aquellos que nos habla-n o escribe-n la conocieran de su experiencia, mientras luego no pueden ni reflejarse de los actos y experiencia (propias) de las narradas de (él) (Parménides) de primera mano→ un semejante) como ellos→ igual, pero no igual (Parménides) no la misma forma) sino de otra manera (él) (por “la palabra” como conciencia y espíritu→ (una conciencia concreta (ella→ la palabra), que les habla (de él) como una conciencia presente (en esa forma concreta / como conciencia presente de él) y que narra de alguien concreto (de su maestro) en un lugar y tiempo concreto pero, además, (aquellos→ parecen no entender (ni reflejarse/ reconociendo) lo que bien podría definirse, del respeto del un alumno por su maestro→ ese amor de un padre a un hijo/ que lo educa y protege, llevándoselo incluso a otra tierra / antes de que enfrente→ las guerras de otros. Estamos, por tanto, ya en posición de empezar a entender por qué la crónica dice lo que dice, pero también, lo estamos para empezar a entendernos a nosotros mismos.
El contexto del escrito sobre Parmeneides y Aminias coincide exactamente con el contexto de la serie de inscripciones de Elea/ Fundada originalmente como Elea (en el 540 del siglo VI ac) por griegos focenses que huían de la invasión de Jonia por los persas (en la costa occidental de la actual Turquía), estableciéndose en este territorio Parmeneides de Elea→ de la antigua región de Eólida, en Anatolia (Turquía) como sacerdote de Apolo el sanador, el dios anatolio de la incubación. Tanto jonios como los dorios de Asia Menor, y al igual que los eolios y foceos tras el dominio Lidio (hasta 546 a.C. y como parte de este imperio), serian luego conquistados por el medo Harpago, general de Ciro II el Grande de Persia en 546 a. C, en unos acontecimientos que precedieron al gran conflicto greco-persa. Luego Massalia (en Massella), Alalia (en Córcega) (Elea o Velia (en Italia), y Ampurias y Rosas (Girona/España) fueron todas ellas ciudades fundadas por marineros focenses en el siglo VI a.C. Pero Las fuentes antiguas hablan todavía de tres colonias griegas más en España: Hemeroskopeion, Alonís y Akra Leuké. De ellas, el único enclave cuya localización se conoce con seguridad es el Alonís, en la Vila Joiosa, ya que la ciudad romana conservó el nombre de Allon, y ahora, unos sondeos arqueológicos han permitido localizar restos de esa colonia griega más allá de los que se conocían. Luego, esto es lo que (sin más) parece: un (Exodo) de anatolios, que prefirieron ser (y tomaron a sus hijos, madres y padres para (no-ser) bajo el dominio persa, y se subieron a sus barcas (hacia→ algún lugar)→ que habría de ser un lugar o lugares concretos) hasta llegar, a la otra orilla (del mare nostrum) / lo que es relevante (a mi parecer) para poder nosotros (los españoles) entender (de una necesidad (concreta de un pueblo)→ de su necesidad de Ser→ la presencia griega en Iberia del siglo VI a.C. en adelante.
En tiempos de Parmeneides, un santuario dedicado a un héroe era algo bastante excepcional, luego erigir uno en memoria de un difunto (de una persona en concreto) era extraordinariamente infrecuente, al margen de lo rico o pobre que fuera el responsable―afirma Peter Kingsley― Pues por lo general, se enterraba a los muertos con un ritual sencillo. Pero edificar un santuario para un héroe era algo muy distinto. Y significaba varias cosas: la creación de un culto especial al héroe (para empezar) definiendo una zona destinada a la adoración de alguien considerado “algo más que el ser humano que había sido aparentemente → (al menos para alguien concreto (como Parménides). En líneas generales, el título de héroe equivalía al de un ser mítico, un ser de otro mundo, de otra raza, de otro tiempo. En el fondo, todos hemos atisbado ese mundo y ese tiempo, alguna que otra vez. Pero vivir lo que hemos vislumbrado o permitir que se viva… es un asunto bien distinto (nos dice Kingsley ) pero lo que no es distinto, es el respecto y amor (duelo hacia→ un maestro, como si hubiese sido tu propio un padre). Creo que siendo adoptado (hablo de mi caso concreto, puedo entender y entiendo→ mejor que “algunos” ese amor hacia una persona concreta, que es un maestro y a la vez padre de uno.
Y es que nada de esto habría sucedido nunca sin una necesidad que le diera sentido (al contenido del texto) como aquella amenaza persa inminente, que significaba destrucción total de tu familia, de tu pueblo y cultura→ a mano de los persas. Y esto hace todavía más extraño que nadie se haya fijado en un detalle nimio: el que Aminias fuera adorado, también como héroe (por su pueblo en Elea) después de morir. Toda la saga del viaje de los foceos a Occidente y los orígenes de la ciudad de Elea, y el resto de colonias de los foceos en el mediterráneo, no habría sido sino la historia sobre un dios, enigmas y héroes sucedida muy poco antes. Y Parmeneides continuaba la tradición (de honrar a su héroes) que tiene un paralelo en muchos tiempo y lugares, en aquellos que un día se pusieron frente a la amenaza extrajera (españoles, en los algunos nos podemos reflejar (de otros como nosotros mismos) y reconocernos de Animias (a nosotros mismos ) levantados frente a la amenaza de nuestra cultura y familias , por ejemplo al proyectarnos hacia→ Eloy Gonzalo García (Compendian en él la heroicidad y la bravura de los defensores de Cascorro - Cuba) curiosamente en Madrid (1 de diciembre de 1868). Nada más nacer dejado en una inclusa en la que se acogían a niños abandonados, huérfanos o con padres que no podían hacerse cargo. Donde Las monjas encargadas de la institución de caridad encontraban a un ama de cría o familia hasta la edad en la que los acogidos tenían que buscarse la vida lo mejor que podían. Él partió a la habana el 25 noviembre de 1895 desde la Coruña/ yo el 26 de Agosto de 2001 desde Madrid, vuelo directo a la Habana, para regresar el 10 septiembre de 2001 a Extremadura tras ver el hundimiento y puterío de la Habana. Y despertarme, al otro día, viendo como caían las torres Gemelas de New York, el hundimiento de un sistema (de los mismos que intentaron matar (a nuestros padres y abuelos) de hambre tras la 2º guerra y no pudieron).La llamada “Guerra de Cuba” es parte de una contienda mayor dimensión y crudeza, que la hispanidad reconoce contra el mismo enemigo de muchas formas reconocible ( los lo que dichos enfrentamientos podemos (hoy) entenderlos como (guerras “de las Españas” contra aquello (otro), que habla de lo que no conoce, ni reconoce un padre obrando. Luego, si queremos entender a Parmeneides, Podría decirse que los héroes no sólo no aparecen de la nada (y pasan desapercibidos y son pobres) sino que, hace falta un héroe para) hacer de uno→ otro héroe.
El escrito sobre Aminias lo describe como pitagórico. Como todo lo que aparece en esa crónica, el detalle es significativo. Sólo hay que mirar las pruebas que perduran para darse cuenta de cómo toda la cuestión de los héroes —su estatus, su verdadera identidad, la actitud correcta que hay que adoptar hacia ellos, cómo ser un héroe— desempeñaba un papel crucial en la primitiva tradición pitagórica Pero eso no quiere decir que debamos perder de vista el hecho de que tanto los héroes como los santuarios erigidos en su honor se encontraban entre los aspectos más fundamentales de la antigua religión griega. Y no tenían nada que ver con la conmemoración de los muertos. Tenían que ver con algo muy distinto. Los santuarios de los héroes estaban relacionados ―afirma Peter Kingsley, escrito en pasado― con la presencia viva presencia viva (escrito luego en presente) de aquello de él (presente y siempre viva en el tempo, que se alza sobre otro tempo (en cualquier lugar y tiempo) donde se reconoce del suelo y la tierra, aquello (aquello→ lo mismo de él arriba, antes abajo (en el mismo sitio) y (para que nos pueda reconocer / de la misma manera, de otra forma
(y mantener una relación correcta con la figura de poder en que se había convertido el héroe (con un nombre e imagen) y estaban destinados a crear las circunstancias que permitieran que ese poder fuera lo más eficaz posible en el presente. La existencia de un santuario dedicado a un héroe se suponía que era una bendición para toda la zona: para la tierra y la gente local, para la naturaleza y los visitantes. No tenía nada de casual crear un santuario dedicado a un héroe, o el convertirlo en parte de la vida de uno mismo. Era abrirse a otro mundo. Cuando alguien pasaba cerca (como lo hacemos al pasar cerca, o entrar en una ermita en el pueblo), debía caminar en silencio. Y, para los griegos en general, pero especialmente para los pitagóricos, el silencio y la quietud iban de la mano. Eran dos aspectos de la misma cosa.
(…) Pero hay más cosas que contar sobre los santuarios de los héroes. Debido a que los héroes habían sido humanos pero, además, eran más que humanos, se entendía que tenían una relación especial con lo que queda más allá de los límites de la experiencia ordinaria humana, con el mundo de los muertos, con los infiernos si uno se acercaba a ellos de manera adecuada (entendiendo de la imagen proyectaba, lo que la proyecta desde atrás, reconociéndote delante de él)
Si se mira hacia atrás, se puede ver la extraordinaria coherencia y simplicidad del modo en que el primer cristianismo convirtió los santuarios otrora dedicados a héroes en lugares consagrados a los santos. Apenas hubo que hacer otra cosa que cambiar los nombres. Y el rasgo más fundamental que la adoración cristiana a los santos tomó de la adoración griega a los héroes fue la práctica de la incubación. Para los griegos, la incubación era un aspecto esencial de la comunicación con los héroes, se aceptaba tan naturalmente como la actividad natural en los santuarios, que la mayoría de los escritores antiguos no se molestaban en mencionarlo (…) El vínculo entre los santuarios destinados a los héroes y la incubación era tan estrecho que cuando se practicaba la incubación los héroes no estaban muy lejos. Por lo general, los centros de incubación eran meros lugares destinados a la adoración de los héroes. Pero incluso en otros casos, el vínculo sigue siendo claro: incluso en pasajes como el de Estrabón sobre la cueva de Acaraca en Caria y sobre el santuario situado debajo, dedicado a Perséfone y a Hades.
“Oulis hijo de Euxinus ciudadano de Elea sanador phôlarchos en el año 379” / “Oulis hijo de Ariston sanador phôlarchos en el año 280” /“Oulis hijo de Hyeronimus sanador phôlarchos en el año 446”. Las tres inscripciones mencionan una palabra que no se ha encontrado en ningún otro lugar del mundo más que en Elea: phôlarchos. Phôleos y archos. «el que dirige». Phôleos, es la guarida en donde se esconden los animales, un cubil, un lugar en el que se “quedan agazapados, quietos, casi sin respirar”. Una Caverna “«guaridas» donde se desarrolla una actividad”. Derivaciones son phôleia y phôleuein, que significan “«encontrarse en un estado de muerte aparente»”. Dice Kingsley de una mujer, que sólo mediante su ligera respiración se podía afirmar que vivía, pues yacía en el piso en un “estado de hibernación” que podía durar meses. Luego phôlarchos significa “encargados de la guarida, de un lugar de muerte aparente. Eran sanadores y curaban→ Mediante la “muerte aparente”: o incubación. Dice Kingsley al respecto: “Incubar es, simplemente, yacer en un lugar. Pero la palabra tenía un significado muy especial. Antes de que se creara lo que ahora se conoce como medicina «racional» en Occidente, la curación estaba siempre con lo divino. Si la gente estaba enferma, era normal ir a los santuarios de los dioses o de los grandes seres que antes habían sido humanos pero ahora eran algo más: los héroes y heroínas. Y acostarse allí.” (p.79) [en la península ibérica se dan antiguos santuarios: insólitas iglesias rupestres cristianas construías sobre todo norte de España, ubicadas en cuevas: o cavernas). Así vuelve a abrirse otra vez el círculo (mishna / repetición) porque España es otra vez (esa madre no de conquista, sino de reconquista (hacia→ quien reconoce que un padre (de verdad) no abandona su casa (y va→ (primero) siempre delante del hijo (luego guiándolo a él)Peter Kingsley (In the Dark Places of Wisdom, 1999) | Cerramos]
Título: No tiene.
Trabajo: Estudio de Un solo texto, proyectado de muchos textos sin ordenTema: Dialéctica del Ser
Forma: Variaciones hacia→ Potencias /dejándose (uno) llevar
Dirigido a: quien se pueda reconocer y reflejar de (él)
Núm. entrada web 00013 /
Título Entrada: Sobre la filosofía, o, del acto
El pensamiento (como conciencia) y ser;
El pensamiento (proyectado→ por (El)lenguaje) como recepción, de una (conciencia ajena) en lugar y tiempo.
[Nota, acerca de (Elohim). Dado que nuestra cultura deriva Ontoteologícamente hablando del judaísmo del siglo I d.c., entiendo necesario (y necesidad como cultura judeocristiana) profundizar en un conocimiento (teológico del ser) a partir de la ontología mística hebrea referida a dios (y la creación) de la que somos herederos, como (hijos) proyectados→ de aquel (pensamiento o conciencia común (hebrea) y común a todos nosotros (cristianos) en nuestros orígenes] para poder así, alcanzar alguna noción de “aquello”→ que proyecta (de una forma que reconocemos (los hebreos) aquel (pensamiento / conciencia)→ que luego (proyecta→ ) una sombra sobre un plano, a partir de un punto ―conocido en contexto académico como escritura cuadrada o arameo cuadrado― que es una forma con volumen representada sobre un plano (𐤀), como por ejemplo: La letra ʾālep → una forma, proyectada de un punto, que es (dicho punto) el lado (curvo proyectado) de una forma (esférica), y proyectada de un punto (sobre un plano)→ (escritura/sobre papel)… una forma (de la que nos reconocemos todos nosotros→ cristianos) proyectados, de ellos (de los otros→ hebreos) y que reconocemos como nosotros (iguales)→ de otra lengua - de otra manera) → y proyectados (igualmente), de una forma que nos contiene a todos. En este sentido… (Y hasta donde necesito, por ahora llegar, para que se entienda lo que quiero decir→ [Refiero, lo que creo haber entendido (de lo que igualmente entiendo que se me ha mostrado) de uno de los significados de la palabra Shyn en hebreo shynuy→ «cambio». El sentido de la shin como “la llama” [Revelación Divina] unida al “carbón” [Esencia Divina]"→ La brasita posee una llama invisible en su interior, que emerge y asciende desde su superficie cuando es encendido. El carbón, el mismo con que todos hemos escrito (es) (lo que queda, como esencia, de lo que fue→ en lo que es (ahora de otra manera) → y diverso; simbolizando la esencia de (lo cambiante→ (la llama) presente frente a nosotros, en el sentido en el que la esencia /de la llama cambiante (frente a nosotros / perpendicular a la vista del observador) → no cambia», luego «Yo soy YUD/HEY/WAOU/HEY, (soy → en todo tiempo y lugar) (pudiendo entender de la esencia (de la llama) “Yo no he cambiado”» (ref. Sefer Yetzirah). Por tanto: soy, el que era (o, según el apocalipsis / el que ya no tiene que venir /pues es, (ser→ a partir de reconocerlo a él) en todo momento y lugar, de alguna manera, en todas la formas. Luego, La llama interna (del carbón) es la presencia latente del poder de aquello inmutable, referido del cambio de las formas múltiple proyectadas, a partir de aquello→ lo mismo inmutable, dentro (su) propia esfera / pero como lo otro /de lo mismo (proyectado) → (de múltiples maneras). La llama exterior de la Shyn, está en estado de movimiento y cambio continuo (hacia→ múltiples formas] solo para volver (a ser (hacia→ un forma reconocible (del sujeto frente aquello), reconociéndose dentro de la forma (esférica, mayor que las contiene a todas). Cierro Nota al lector]
El pensamiento (como conciencia) y ser;
El pensamiento (proyectado→ por (El)lenguaje) como recepción, de una (conciencia ajena) en lugar y tiempo.
El pensamiento es anterior a la comunicación, (pensamiento) como conjunto de sensaciones e impresiones→ (y reacción propia) a un acto, suceso o encuentro y (comunicación) como necesidad de comunicar (dicho suceso/encuentro→ sus implicaciones y consecuencias / como un encuentro con un depredador o amenaza (que establece la necesidad inmediata de comunicar) sensaciones e impresiones que se dan (de la propia experticia) (hacia→ el otro (y estableciendo, desde ya ese primer momento una conciencia común) primero, por un lenguaje gestual que fija al receptor/receptores por la mirada y reconocimiento (uno de otro→ iguales, y amenazados por lo mismo). Comunicarse, por tanto, es formular (un pensamiento, a partir de las sensaciones e impresiones de una experiencia concreta) y comunicar dicho pensamiento (DE UNO A OTRO / QUE SE PUEDEN RECONOCER) por algún tipo de lenguaje (que puede entender, reconocer todo el grupo), pero igualmente y dirigido también hacia uno o unos individuos concretos (necesidad de salvar a un familiar), a partir de fijarlos por la mirada, o del (EL)lenguaje→ que aparece y se desarrolla (como necesidad) con fines comunicativos (y de supervivencia, entre individuos relacionados / vínculos de ayuda) antes que por cualquier otro motivo]. Por tanto, cuando hablamos de pensamiento / hablamos primero de sensaciones e impresiones (de una persona concreta / a partir de alguna experiencia concreta) que da lugar al (pensamiento→ (de esa persona) y conciencia de su pensamiento→ conciencia de→ (El-Pensamiento, de él y los suyos) y cuando hablamos de lenguaje (y hablamos de necesidad de transmitir→ lo urgente) para sobrevivir (él y los suyos), porque para ligar basta con una miradita.
Luego [...] el pensamiento como la recepción de un saber ajeno (conciencia ajena) en lugar y tiempo significaba (Ser escolástico), y en este sentido, estar adscrito a una tradición que, comenzando con Aristóteles (griego), tenía en Santo Tomás (italiano) a su máximo exponente. Ser escolástico, por tanto, implicaba sostener la metafísica y la antropología aristotélica con las correspondientes modificaciones impuestas por el tomismo (Rodríguez Sánchez 1999: 487). Es decir… un castellano, o un alemán, tenía que pensar (dejando de pensar como un castellano, o alemán, para pensar, como un italiano, que decía, que se tenía que pensar como Aristóteles (un griego)→, y todo, porque “Tomas” (el italiano) que pensaba copiando a un griego, y que no pisó España o Alemania en su p. vida) lo decía. Y los que perdieron su propia fe (a él seguían)
Las primeras décadas del siglo XVIII fueron uno de los periodos más productivos en cuanto a la renovación léxica del castellano, caracterizado por sus acusadas propiedades neológicas (Álvarez de Miranda, 1992: 45). La fuerza que empuja el cambio semántico en el vocabulario de especialidad de la época es la que Grzega y Schöner definen en su clasificación "world view change", subrayando que: "It is not the referents that change, but the organisation of the content of the sign, the organization of the concept, the relevance of the referents in the world" (2007: 25). En el caso que nos interesa, es la recepción en España de las ideas de Cartesio, Bacón, Boyle, Gassendi etc. La que crea la necesidad de acuñar palabras o resemantizar las que ya existían, cuando su significado patrimonial no alcanza a dar cuenta (de los nuevos conceptos) es decir: nuestra lengua no alcanza a dar cuenta, sentido, de las ideas (conciencia) de otros (es decir: que no tenemos nada que se parezca (en esencia): luego no entendemos, sencillamente porque no tenemos nada que se parezca, y ni (en esencia) menos aún entendemos, porque no refleja nada que reconozcamos (de esas palabras) en nuestra propia cultura, como no entendemos el sabor del queso Roquefortt / para unfrancéss) (pero, y esto es lo absurdo: cambiaremos nuestro queso manchego, y haremos queso Rochefort (por que el francés, y unos (afrancesados) dicen que está rico→ (y empezamos a comer queso (de otros) terminando, muchos, por ser como los otros→ dejando de ser lo que son (Españoles) parar (ser) y relacionarse con los otros (como franceses, que nos son franceses, y ya tampoco Españoles (son Nada).
Pero que un pensamiento, ajeno, no encuentre respuesta de otra lengua (quizá) es porque dichas ideas (pensamiento y conciencia de esos otros) no existen, no pueden existir (aquí), y son absurdas en nuestra sociedad, pues no pensamos, naturalmente, en esas cosas (aquí). Posiblemente debido a que tenemos nuestra propia cultura y lengua, adaptada por milenios a nuestro clima, que imprime un determinado carácter y forma de pensar, y una tierra (que hoy otros ya quisieran para sí, y pensar en qué playa / ciudad vamos a ir el fin de semana que viene, o en semana santa). Un clima y tierra (y paisanos) que nos llevan a relacionarnos de una forma concreta, a pensar en otras cosas (verbenas y fiestas, comohacíaa Jesús, y sus colegas, que no se perdían una, y si no había fiesta la montaban (en lugar de pensar en revoluciones / venidas de las ideas de otros) y, que en España, ya sabemos, de la propia sangre, cómo terminan.
(El)lenguaje / las lenguas, o idiomas diversos (de cada uno-a) derivan en grupos de personas (locales), y de estos grupos las costumbres y creencias comunes a un pueblo, y por tanto derivan en un (entidad → y patria→ y una madre (su tierra) de la que proceden todos aquellos que se pueden reconocer por (El)lenguaje común (que deviene de muchas otras formas y lenguas (todas dentro de una misma forma que (El)lenguaje (o lengua) común→ contiene dentro de esa forma. Una entidad y, por tanto (ser) y que nosotros llamamos ser→Español. Una Tierra de gentes venidas de todo el mundo desde la antigüedad, entes de muchos orígenes ( madres / culturas / que aquí prevalecen, arraigan todas) pero aunadas de un mismo espíritu (pensamiento /conciencia (de) surgida (de aquello que (es→ espíritu / y aliento de todos) y común a todos: nuestra lengua: (El)Español (como espíritu proyectado hacia→ otros) [Recordemos que en el pensamiento griego (espíritu) se expresó inicialmente con la palabra pneûma, que significa soplo vital, respiración y espíritu, aliento, Palabras→ lenguaje, que no podemos ver «pero que (“es (ser) ahí”) «naturaleza» de un modo «distinto» que de uno, a otros españoles podemos reconocer. Se diría que (El)Español es aquello en el aire (aliento y espíritu) que hace vibrar (ser) de otra forma el aire; y que cuando alguien (otro) concreto frente a nosotros habla, (por medio de aquello (que es “ser”) → aliento, espíritu en el aire) podemos reconocernos ambos (iguales, no siempre de la misma forma (sino incluso de formas diversas), pero bajo la misma forma (de El). [En las Escrituras hebreas El (אֶל) se traduce al español como “Dios”, “Elohim” para los hebreos. Observemos como EL son las primeras dos letras de Elohim; siendo El la forma singular, y Elohim el plural mayestático. El plural mayestático usado por un soberano en ciertos casos, para referirse a sí mismo en primera persona del plural, empleando generalmente «nos» en lugar de «nosotros»] Entonces, las palabras (del evangelio / “las buenas noticias" ) son "aquello" los mismo, de otra manera→ (palabras pronunciadas de viva voz (al aire), y a la vez conciencia y espíritu (de → aquel que las pronunció) y dirigidas (hacia→) alguien (todos nosotros) personas concretas, que escuchan (por medio (de El), y que podemos reconocer de (aquellas palabras / una consciencia y un espíritu) proyectada-(hacia→ (incluso de otra forma→ en otro idioma /dialecto) por aquel que habla, pero que podemos reconocer (por su corazón / de él) nuestro propio corazón y sentido de estas/ luego de reconocer (la forma) proyectada (hacia→ nosotros (los españoles) de El…
(El)lenguaje o idiomas diversos (de cada uno-a) derivan en grupos de personas (locales), y de estos grupos las costumbres y creencias comunes a un pueblo, y por tanto derivan en (entidad → patria→ y madre (tierra) de la que proceden todos aquellos que se pueden reconocer por (El)lenguaje común (que deviene de muchas otras formas y lenguas (todas dentro de una misma forma que (El)lenguaje (o lengua) común→ contiene dentro de esa forma. Una entidad y, por tanto (ser) y que nosotros llamamos ser→ Español. Una Tierra de gentes venidas de todo el mundo desde la antigüedad, de muchos orígenes (y madres /o culturas / que aquí prevalecen, arraigan todas) pero aunadas de un mismo espíritu (pensamiento /conciencia (de) surgida (de aquello que (es→ espíritu / y aliento de todos) y común a todos: nuestra lengua: (El)Español (como espíritu proyectado hacia→ otros) [Recordemos que en el pensamiento griego (espíritu) se expresó inicialmente con la palabra pneûma, que significa soplo vital, respiración y espíritu, aliento, Palabras→ lenguaje, que no podemos ver «pero que (“es (ser) ahí”) «naturaleza» de un modo «distinto» que de uno, a otro español podemos reconocer. Se diría que (El)Español es aquello en el aire (aliento y espíritu) que hace vibrar (ser) de otra forma el aire; y que cuando alguien (otro) concreto frente a nosotros habla, (por medio de aquello (que es “ser”) → aliento, espíritu en el aire) podemos reconocernos ambos (iguales, no siempre de la misma forma (sino incluso de formas diversas), pero bajo la misma forma (de El). [El (אֶל) se traduce al español como “Dios”, “Elohim” para los hebreos. Observemos como EL son las primeras dos letras de Elohim; siendo El la forma singular, y Elohim el plural mayestático. El plural mayestático usado por un soberano en ciertos casos, para referirse a sí mismo en primera persona del plural, empleando generalmente «nos» en lugar de «nosotros»] Entonces, las “las buenas noticias" son "aquello" los mismo, de otra manera→ (palabras pronunciadas de viva voz (al aire en español), y a la vez conciencia y espíritu (de → aquel (español) que las pronunció) y dirigidas (hacia→) alguien (todos nosotros que las escuchamos) personas concretas, que escuchan (por medio (de Él, en el aire), y que podemos reconocer de (aquellas palabras / una consciencia y un espíritu) proyectada-(hacia→ (incluso de otra forma→ por aquel que habla, pero que podemos reconocer (por su corazón / de él) nuestro propio corazón y sentido de estas/ luego de reconocer (la forma) proyectada (hacia→ nosotros (los españoles) de El…
Por tanto (y retomando de la idea→ (del ser) (como aquello, de otra manera→ lo mismo), el que escucha y ve, pueden entender a un semejante (y reflejarse→ de una misma conciencia) como semejante a él (y contenidos, ambos, en una misma forma por (El)lenguaje →aliento de él y espíritu →ahora reconociendo a (Él) (conciencia en el aire) moviéndose (hacia→) otro, que pueda reconocer (reconocerse reflejado de esa conciencia→ en (El)aire) y recibirla, como propia y transmitir (reflejarse) de aquel pensamiento (conciencia (hacia→) (otro→ personas concretas), que lo puedan reconocen (proyectado→ de él (/como él) de otra manera→ en la misma forma contenidos; y reconocerse proyectados todos de uno (en una conciencia común (en la que) se pueden reconocer → iguales en conciencia) → por medio de esa conciencia, ahora, común / en Él(aire) →ser (en el aire /pensamiento como conciencia), común, y ser.
Luego y si alguien me habla (de ir desierto, pero habla (del espíritu santo) cosas de este que, además, las tiene que explicar entiendo que, ese alguien, no tenga ni remota idea de lo que pasa, ni de lo que antes estaba pasando / Ni de Lo que Tarquino en su jardín quiso dar a entender con las cabezas de las amapolas, y el hijo entendió, pero no el mensajero" (………) que explica a todos, como si fuera uno, lo que solo uno, a otro solo le puede revelar (allí) de si [Yirmi'yah 25:15 כנשר יעיר קנו על־גוזליו ירחף יפרש כנפיו יקחהו ישאהו על־אברתו׃ ]” Así me dijo el Señor y Dios de Israel: «Toma de mi mano la copa del vino de mi furor, y haz que beban de ella todas las naciones a las cuales yo te envío, algo que con el tiempo todos hemos podido ver y comprender) referido del dolor de muchas madres, orgullosas de sus hijos perdidos , que pierden también a su padre, por escuchar a otro que no lo es) sacrificando a otras personas que no conocen, yendo a sus casas a destruirlas, a otra tierra a ocuparla) solo por intereses y codicia. Luego, reconocemos (de la palabra escrita, una sombra → proyectada (también en el NT) del “Ruah HaKodesh” hacia muchas personas concretas) que habrán de realizar actos, inconscientes, por los que se transforman en líderes (héroes) para su pueblo, imbuidos del (espíritu santo) solo por la codicia y el interés.
[entender el sentido de la expresión Ruah HaKodesh en la biblia Hebrea es a mediante el sentido de la expresión “Ruah Elo-him” como una cualidad que deviene de la Psique del individuo, como facultad para interpretar o sapiencia para encarar la existencia, como entendemos todos sapiencia (sabiduría) de Zapatero (retirando las tropas, cumpliendo su palabra, Y devolviendo a los hijos de España con sus madres, en una guerra que no era nuestra (junto a los enemigos reconocidos de toda la vida, contra los hermanos de toda la vida] y que solo se entiende como inconsciencia del que no lo vio (viernon) venir porque y estaba en el (ellos)/ esto es: irresponsabilidad (hacia→) nosotros, o (incompetencia de nuestros líderes) al no poder, o no querer ver, mirar el corazón de los otros ( nuestros enemigos), luego hablando hablando (el idioma / lengua) de los ello→ (basura)?
Y la tierra era confusión y oscuridad y tinieblas sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios (se cernía / cierne) sobre la faz de las aguas (Gn 1,2) (merachefef /rachaf ) (refiere un tipo de vuelo de un ave rapaz, algo que se mueve en el aire, cuando abre las alas y se deja llevar por el viento rachaf es también referido en Devarim 32:11 כנשר יעיר קנו על־גוזליו ירחף יפרש כנפיו יקחהו ישאהו על־אברתו׃, Como el águila se despierta, tiende una red sobre sus crías, se eleva, extiende las alas, las lleva, las lleva en sus alas. Tal fue el caso de Guideon al que el Ruah (el soplo del viento / o espíritu) vio como un guerrero valiente, un héroe; o Iftaj (Jefté en hebreo) cuestionó a los hebreos: Me habéis rechazado y conducido a que me retirara de la casa de mi padre. ¿Cómo ahora osáis en allegaros a mí en pos de ayuda? Los ancianos, entonces, respondieron: Si aceptas a liderar una batalla en contra de los amanitas, habremos de reconocerte como el líder en Gilead;. Otro fue el caso, pero de otra manera, de Shimshom, De Shemesh, (en hebreo: שמשון Šīmšwn, "hombre del sol", en griego: Σαμψών,) de la Biblia, uno de los últimos jueces israelitas antiguos, consagrado como nazareo (una forma de consagración de una mujer o un hombre hebreo a יהוה, (espíritu de todos los que (fueron/son) y se levantarán) (Jueces, cap. 13 al 16).
Título: No tiene.
Trabajo: Estudio de Un solo texto, proyectado de muchos textos sin orden
Tema: Dialéctica del Ser
Forma: Variaciones hacia→ Potencias /dejándose (uno) llevar
Dirigido a: quien se pueda reconocer y reflejar de (él)
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Título Entrada: Sobre la filosofía, o, del acto
Eduardo Le Roy (1870 -1954) se relaciona con el modernismo y la filosofía de la acción, la obra del más importante seguidor de Bergson: Eduardo Le Roy, y sucesor de aquel en el colegio de Francia. Los escritos de este coinciden prestando gran atención a los problemas gnoseológicos y metafísicos (pero dentro del interés que los domina: el religioso, en el sentido de catolicismo modernista). Le Roy, como uno de los críticos más radicales de la ciencia contemporánea, hace suyos llevando hasta las últimas consecuencia los temas fundamentales de la crítica de la ciencia, (al igual que Mach, Duhem, y Poincaré, y otros), pero para él, la crítica de la ciencia no tiene su fin en sí misma (en esa crítica); esto es, desvaloriza su saber en provecho del pensamiento intuitivo y la fe religiosa. Le Roy cree que el mérito de Bergson ha sido haber afirmado la subordinación de la idea, a la realidad→ y de la realidad a la acción; y por tanto haber visto en la acción el principio y fin de las cosas; y en la inteligencia solo una luz, que nos guía, y no ya una fuerza que se baste a sí misma.
El pensamiento discursivo y razonado sustituye al dato primitivo, absolutamente heterogéneo: fluido, continuo y móvil, por una construcción ordenada, en la cual las cosas se perfilan con netos contornos en el tiempo y en el espacio: sobre una construcción que el espíritu humano ha construido por unas necesidades (que no lo son, o no son realmente necesidades, sino necesidades creadas, de la acción → hacia→ la representación), y que, por tanto, son fruto (estas necesidades: que no lo son) de abstracciones y simplificaciones arbitrarias. Y aun mas arbitrarias son las abstracciones y simplificaciones arbitrarias de la ciencia (como sistemas luego estadísticos de simplificación, añadiría Gasset), la cual construye por sí misma el llamado “hecho científico”, donde Las pretendidas confirmaciones del experimento son en realidad círculos viciosos, cuando de un método o aparato, se tienen estos solo por buenos, si nos dan aquellos mismos resultados que nosotros hemos decretado arbitrariamente. El rigor y la necesidad de los resultados existe solo en el lenguaje que la ciencia emplea, y son por ello mismo, fruto de una pura convección; de tal modo: “todos los cuerpos pesados caerán siempre según las leyes de Galileo, porque estas leyes constituyen la definición de la caída libre”. / “La definición de unidad de tiempo, supone la noción de movimiento uniforme, y esta no puede constituirse, sino se posee ya una unidad de tiempo”. Fundada en estos círculos viciosos la ciencia no tiene valor teórico, sino que busca y encuentra solamente constantes útiles, y las encuentra… pues la precisión humana no comporta una precisión absoluta, y exige que la realidad esté solo aproximadamente representada, en sus relaciones con nosotros, por un sistema de constantes simbólicas, llamadas leyes. La ciencia así entendida es un producto de la libertad del espíritu, así como es un producto de la libertad del espíritu, el mundo rígido, muerto y necesario, al que se orienta la ciencia… pero la esencia misma de esa libertad escapa a la ciencia: encontrarla, esa esencia y hacerla progresar es el fin de la filosofía.
La teoría física se ha ido progresivamente convirtiendo en un sistema de leyes estadísticas. Esto significa leyes de probabilidad -sobre todo, las más próximas a la enunciación de hechos-. Por tanto, la física no nos habla hoy del «Ser real», sino del «Ser probable». Qué signifique claramente el «Ser probable» es cosa que aún no ha sido congruamente definida, si bien para el asunto que ahora nos interesa es suficientemente clara: el «Ser probable» no es el «Ser real», no es la Realidad. (Ortega y Gasset)
La ciencia, entiendo de mi parte ― más allá incluso de lo que le exigía Le Roy entonces― debe dar cuenta de la evolución que ha hecho surgir de la materia la vida. Luego [exigimos más aún: y si esto de lo que hablamos se quiere llamar a sí misma ciencia, es decir, ciencia sensu estricto, debería ser capaz de explicarnos qué es la vida, (pero sobre todo: y más allá de decirnos lo que hace la luz, explicarnos: qué es la luz /o, qué es la consciencia]. Aunque, siempre se lo podemos poner fácil, y que nos digan, no, porque la vida necesita el agua / como al revés: ¿por qué el agua necesita la vida?, pues seamos coherentes: nadie pensó, si el agua necesita la vida (pues en si, el agua "es" vida, fluyendo hacia la vida, tanto como la vida fluye hacia ella). Además en nosotros es vida de una forma concreta y no de otra manera, que sería lo mismo (agua), pero no igual (en otros seres), que lo mismo: agua, siendo en todos los seres vivos de alguna otra manera, de aquella manera…en la que somos (toda la vida) agua, y el agua "es-en todo lo diverso" vida.
(Variaciones acerca del ser a partir de algunos enunciados de Le Roy)
(§ 1) Para poder hablar- con propiedad- de lo que sigue, es necesario hablar de lo que se conoce, sino es mejor callar; me sirvo, pues de lo que conozco, y de mi experiencia, en relación a aquello. Aunque, me explicaré. Desde hace años me dedico a mirar; digamos que a mirar y reaccionar de otra manera, hacia lo que miro (reconozco) y luego observo con atención. Algunos llaman a esto contemplación; para mí es sencillamente: ser-frente-algo, y (para ser-sincero, además) he de decir que me ha causado más de algún problema, pues a veces me paro (ahí) absorto, dejando que se sucedan (instante tras otro instante). Da igual si voy o no acompañado, si estoy en la montaña, en la calle, en casa y, o frente a aquello más insignificante, pero que siento proyectado hacia a mí como una margarita hacia el sol. Entonces (y de alguna manera) me olvido de lo que es (y de lo que dicen que es) incluso, de lo que yo mismo podría pensar que es, desprendiéndome así de toda subjetividad, y respondiendo a lo que entiendo una llamada como podría ser la de aquel vecino que sabes que está-ahí: en su casa, a sus cosas, y que no conocías /nunca nos habíamos cruzado la vista, dirigiéndonos la palabra o la mirada; otras veces siento que es como aquel desconocido que te pregunta ¿eres de por aquí?, pues no andas cerca de tu casa; incluso ―alguna vez me ocurrió― cuando desde el coche notas y luego al mirar, por la ventana de este, ves (entiendes) que algo-aquello te saluda (nos sabes qué, o quién). La cuestión es que entonces me dirijo (hacia→ allí (algún lugar) Unas veces de forma más serena (que otras), pero casi siempre respondiendo, y en ese caso, de responder: intento ir hacia aquello / ahora frente a mi) buscando (generalmente y primero con la vista) entender, y comunicarme de alguna manera, esto es, profundizando (proyectándome) igualmente hacia aquello (incluso hablándole), y por lo que procuro alcanzar algún tipo de experiencia (y conocimiento), de aquello.
Cabe señalar, aunque algunos lo ignoren, que muchas personas carecen objetividad, pues a menudo andan sirviendo a su voluntad (subjetividad) según propios deseos, lo que quiere decir que pocos están capacitados para librarse de su misma voluntad cegadora y (poder apartarse) y seguir su instinto (otro camino), donde se señala algo que (entiendo / siempre) deberíamos atender.; es decir: escuchar, y escucharnos a nosotros mismos (esa voz) que es la propia voz interior que nos señala (hacia donde caminar― no siguiendo la voluntad de otros―, sino un camino propio. Pero este problema ―pues debemos llamarlo así― no es de ahora: “La utilidad (material) es el gran ídolo de nuestra época, y a él deben complacer todos los poderes y rendir homenaje todos los talentos”. ―Cartas sobre la educación estética de la humanidad—Friedrich Schiller (1759-1805). Lo que quiero decir, es que llegado el momento, hemos de abandonar ese conocimiento fundado en la razón y la practicidad de creer que ya sabemos todo, o que necesitamos saber todo, y que reconocemos impuesto ― (ignorando →de la luz (en las formas) los reflejos)― estando al servicio de la voluntad (y el deseo/ a través de lo que nos muestran y señalan otros). Voluntad, que tiene que ver con nuestras necesidades (que no lo son, y son por tanto creadas) a partir, normalmente “del deseo “y, por tanto, que igualmente “tiene que ver con nuestro sufrimiento”, haciéndonos esclavos (víctimas) de aquella propia voluntad. Se separa así, del modo expuesto (lo señalado de la voluntad del deseo) concibiendo por fin, y solo entonces (cada uno) el mundo: los objetos, las personas y todos los demás seres libres de sus relaciones con el deseo (de lo concreto, y que es voluntad del deseo / pero no necesidad), consiguiendo de este modo autoconciencia (de la experiencia) →pura), es decir una pura voluntad (sin voluntad – de (algo) → o lugar); es decir: un conocimiento y experiencia objetiva, donde (todo es un querer “ser”)→ en camino →hacia (aquello) → en algún lugar... (En algún instante).
(§ 2) La evolución como movimiento incesante, continuidad y progreso, se podría explicar (quizá) admitiendo “que el pensamiento es el Ser mismo”, es decir (el ser) de otra manera: lo otro, y múltiple (que-es / de aquella otra manera (o de alguna manera) / que no-es →el Ser, sino lo otro (que no-es →lo mismo: que el-Ser) →sino lo otro; como principio y urdimbre de toda realidad (y relación entre todos los otros seres).
Luego para entender la existencia, la vida (en este sentido y relación) es necesario admitir que los individuos vivientes son manifestaciones de una biosfera ―proyecciones de esta― que circunda la tierra, y que se encuentra (proyectada a si misma de la Héliosfera), y que los unos (vivientes o no), son todo aquello (lo otro y múltiple) en relación dependiente (unos de otros) igualmente por el pensamiento / (del ser → (hacia)→ los otros, como lo otro) por las proyecciones que este suscita y vivifica (de la luz a la conciencia), como parte y múltiple (siendo en lo otro (de alguna manera igual) que Él es ) proyectado, de lo Uno (a, en, hacia, para) todos con los individuos (conscientes /en lo otro y múltiple) en una misma relación. Con la aparición del hombre inicia otro momento (de caos y progreso / pero igualmente inicia algo que podemos llamar espiritual), es decir, del mundo donde este (el hombre) advierte de aquel/y aquella (del mundo y la realidad) algo más (y donde el cristianismo se fundamenta, y después se orienta hacia el advenimiento, de lo que ya está / más no se advierte (pues quedó oculto / y de ello un buscar (buscándose a si mismos) dirigidos →hacia →un nuevo grado de realidad y percepción (del ser) en la que podemos reconocer: de aquello mismo, de otra manera. Este nuevo grado parte de la experiencia Y pensamiento intuitivo → de acción, tanto como luego del razonar objetivo, hacia reconocer (en movimiento de proceso continuo del devenir incesante y progresivo (y duración real -Bergson) del devenir temporal de la conciencia (del ser) (en tiempo ―y duración― real) → hacia) lo demás (todo).
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