Es este un texto, el que ahora sigue, para quien no teme el apuro de la pérdida de certezas y esté dispuesto a asomarse desde sus propios límites. Pues se trata antes de sentir i pensar para después hablar haciendo de nuestra voz algo que signifique más allá de Nada i de alguna cosa→ una verdad acerca de una cosa) que al mirar lo que-es / i-de uno luego aquello de los sentidos (que de de la razón es de una forma) que desde los propios de la razón sus propios límites podemos entender: de otra manera.
Aclarado este punto, la cuestión entonces sería si realmente queremos alcanzar y probar a ver, dónde nos lleva nuestra inteligencia y este re-pensar desde unas nuevas perspectivas entender igualmente qué es verosímil lo qué no-es (pues- es verdad lo es (de uno experiencia) para la δόξα ‘opinión’) en tanto a interpretaciones y ver a donde todo esto nos puede llevar Así… «Preciso es, pues, ahora / que conozcas todas las cosas: / de la verdad tan bellamente circular, la inconmovible entraña / tanto como opiniones de mortales / en quien fe verdadera no descansa» (Parménides – P. de la Naturaleza).
Heidegger afirmó: «La piedra de toque más dura, pero también menos engañosa para probar el carácter genuino y el vigor de un filósofo está en si él experimenta en el ser del ente, al punto y a fondo, la cercanía de la nada. Aquél a quien esta experiencia le esté vedada quedará definitivamente y sin esperanza fuera de la filosofía»— Heidegger. Pero no podemos citar a Heidegger i la experiencia que propone de movernos a cercarnos a esa nada sin remontarnos, igualmente, antes a Nietzsche, quien había señalado algo al respecto unos años antes: «Pensemos ahora esta idea en su forma más terrible: la existencia tal cual es sin sentido y sin finalidad, pero volviendo constantemente de una manera inevitable, sin desenlace en la nada: 'el eterno retorno'. Esta es la forma extrema del nihilismo: ¡la nada (el sin sentido) eterna!» que es / de cada sujeto después en busca del sentido (que entiende de no-ser nadie que se reconozca de haber sido uno i-de su experiencia hacia→ moviéndose de aquello / que encuentra luego (en la experiencia del otro de la que se apropia i refiere) / es decir: desde la ausencia de uno-ahí (nadie i-de la propia experiencia luego a sus sentidos nada (que aparezca del texto). Donde el pensamiento occidental (es señalado) lo mismo el lenguaje i formas desde una perspectiva (de una filosofía que no reconocemos propia de uno que-es i después no-es de lo físico) /referido de un texto donde nada-es de la realidad y de su experiencia (algo) citado de un sujeto que-es (fuera i de un horizonte) i no-es de su experiencia de aquello i del horizonte luego del texto/ pero es después pensado (i-de la experiencia de otro) lo que se representa luego i-de él (nada) en el texto).
Luego la noción o-de voluntad de poder–es (deseo i querer→ de la experiencia de otro poseer un saber / que-es- poder / y deseo fundamental para poder ser-uno (desde el no-ser (nadie) i de nada luego- estar ahí ese que desea saber para poder/ i quiere ser/desde la inexperiencia de Nada o ausencia de (él) ahí de la impropiedad de aquello que no-es a los propios sentidos ( lo que después dice saber de aquello que (de su experiencia no-es (pero es→ de (lo impropio su saber i ausente de su experienci) lo mismo que del texto no-es i es ausente el sujeto después que refiere i no-es / de aquello /que-es (de otro su sentido)
Y del deseo antes luego referido de la voluntad de poder ser→ del otro lo que-es de Nietzsche su sentido / i- de la nada él (Heidegger) con su particular visión filosófica centrando el debate filosófico del siglo XX, y podríamos decir que siguen haciéndolo en buena parte aún hoy, al dirigir todavía la atención y en gran medida al problema de la Nada.
En Nietzsche casi todos los temas fundamentales de la filosofía confluyen, sobre todo en los últimos años, en uno solo y fundamental: el nihilismo por el que todo se reduce a nada por lo tanto nada tiene sentido / que luego Heidegger reconoce: «para el pensar, la esencia del nihilismo es el enigma» [Nietzsche]. Pero del mismo modo nosotros también hoy podemos reconocer pensar el nihilismo (o sentido de un lugar común (donde nada tiene sentido) como una sombra que nos acompaña a la persona. «El más inquietante de todos los huéspedes», como lo llamó Nietzsche. Así pues, la experiencia (o sentido) de la Nada se encuentra ligada en estos dos autores en principio —Nietzsche y Heidegger— desde la experiencia (o experiencia de la usencia de un sentido que ellos no encuentran de todo. Sin embargo: para que el nihilismo o la experiencia del nihilismo tenga sentido: en el sentido que nada tenga sentido / hay ser de todo y experimentar todo ( de esta vida) / para que luego ciertamente i de todo lo que –es : nada (de lo experimentado) tenga sentido /pues de otra manera lo que hayamos son personas que subjetivamente hablan de todo / a la vez que refieren ausencia de sentido de nada (ahí) → cuando lo cierto es que no se refieren siquiera alguna cosa concreta (ahí) / cuando ( sin sentido de nada) nos hablan de la experiencia del sin sentido de todo (sin moverse i desde su casa). luego observando publicaciones: artículos, libros, de estos últimos años, podemos afirmar que la filosofía hoy, es pensamiento ausente del que no-es (de la experiencia i de la nada luego de todo lo que-es y nos habla / desde esa Nada… Luego “o se atreve a avanzar alguna proposición relativa al inmenso descubrimiento parmenídeo de esa nada, o ‘aquel’ no accede a su pretensión de constituirse como pensador, y menos a un desarrollar una auténtica filosofía” nos dice Eugenio Trías, quien igualmente afirma: “Una filosofía prueba su temple, su valor, su poder en esta prueba a que le somete la necesidad de hacerse cargo de la nada” / es decir: nadie de la experiencia hablando de todo lo que-es i no conoce / que luego no- es (o es nada) que conoce.
Lo cierto y como vemos es, que por mucho que el propio Parménides entendiese, e insistiese en la cuestión de la Nada como aquel asunto que bajo ninguna circunstancia podía ser acogido por el pensamiento y el lenguaje, esta no ha dejado ni deja indiferente a nadie que se aproxime a ella o la tome como lo propio a estudio, incluidos los más destacados pensadores, entendiéndose de todo ello, la Nada como “aquello que ― Heidegger afirma ― se debe considerar, de alguna forma (es decir: de lo que (alguna forma) todavía no-es de uno /pero de uno puede ser del acto ( al menos de antes ir moviéndose del pensar de lo que-es una cosa concreta (ahi) ya desde el comienzo del pensar” (). Sin embargo, el hecho de que tantas personas se precipiten a escribir (de diversas formas o dar sentido a lo que no-es de la propia experiencia) el descubrimiento parmenídeo —incluso después de que el mismo Parménides rematara asunto dándole por cerrado— nunca cambió, ni cambiará la realidad de su hallazgo: la nada no existe, (pero nunca entenderás que lo que no-es i no existe – existe (platón).
Sin embargo, su descubrimiento (1), aún siendo de aquello no existente, pero existe (i de lo que es mejor no pensar pues nunca lo entenderías) no fue cualquier cosa dada a los hombres como demuestra la historia del pensar; pues los agujeros negros del universo parecen miseria comparados con las sombras de nuestra razón: cuando especialmente en este último i del pensamiento (ausente lo que-es) son mucho más que lagunas oscuras y profundas, teniendo la capacidad de atraer y destruir las ideas positivas y enfrentarnos explicar lo que es (representación o imaginar) desde la Nada, tomándola en consideración. Una Nada, que estudiaron y estudian muchos; pero, una Nada que principalmente solo encuentran (en el mundo) aquellos que de la pereza ( se dejaron ‘encantar’ y que habiendo buscado a todo un sentido racional, buscaron también sentido justo en aquello que no lo tenía (i del sin sentido finalmente al final tal búsqueda no refleja búsqueda de cosa alguna más que reconocer en lo manifiesto un largo despilfarro de fuerzas, sumado al tormento que ocasiona este 'en vano' vivido como decepción ante una presunta «verdad» que no-es: de creencia en la negación que compensa el vacío o ausencia que reconocemos aún mayor: la ausencia de Dios y por tanto de de esperanza. Sin embargo, es [“Negando y rechazando el sendero que conduce al pensamiento por la vía extraviada y errática de la nada que Parménides cerró / otros abrieron la brecha de esta proteica cuestión ( para tantos que no pudiendo ser de su impotencia i-de nada lo que son / pretenden llegar a ser (de todo i de todos en su ideas) Así, no es de extrañar que hoy las nuevas generaciones de estudiantes, licenciados y profesores de filosofía (que pensar lo propio no saben ni pueden ser de moverse de si mismos en lo propio (desde sus propias experiencias) / no dejen pasar la ocasión de darle una vuelta al tema de otros (i pensar nada propio / para de lo que-es de otro) luego no-ser de uno mismo “donde piensa Nada (propio) solo para decretar el carácter de algo consustancialmente impensable que no-es, pero-es (ser- i-pensamiento de alguno que de nada-es, después pensamiento filosófico” explicado / de una experiencia que-es del sentido de otro).… mas de esta primera vía de investigación te (aparto). Y luego también de aquella por la cual los mortales que de nada saben, yerran, bicéfalos… De la naturaleza- Parménides (pues el entendimiento de una revelación solo se debe al que le es revelada, y a nadie más)
Luego cabe insistir en que una filosofía o filosofía del ser (ontología) que se distancié sobre el extraordinario desafío que de la Nada (o de la opinión el pensamiento de lo que es de otro) se nos propone, no puede acreditarse como ontología (del ser); luego pensar la Nada / no es lo mismo como camino de entendimiento: digamos de un empezar a pensar, moviéndonos del pensamiento-es pensando en un saber consciente (que reconocemos de un saber desde Nada) i que es principio de esa nueva vía hacia el conocimiento de una frontera o límite que se debe traspasar Y por tanto, hemos de entender: pensar de movernos-ser uno antes de estar pensando en nada / como vía para empezar i de no ser (en nada) proyectarnos a ser de un entendimiento (hacia un conocimiento que es de las cosas que-son i del camino (apareciendo luego de uno pensadas en conciencia de un entendiendo mayor. “Podría pensarse que si hay tal cosa como pensamiento es, justamente, por el envite que (desde la experiencia del no saber de nada se propone. Y hasta podría hacerse extensiva esta reflexión con relación al propio lenguaje, o a la expresión lingüística necesaria para todo pensamiento, o al hecho en general de que pensamiento y lenguaje se hallen desde siempre en estrecha trabazón” como medio / para qué una de una conciencia aquello luego i del medio en otra pueda ser.
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