(17) LA NADA / DE LA AUSENCIA OBJETAL / Jordi maqueda


DE LA AUSENCIA OBJETAL
(El arte, entre la Nada y el Vacío)

Treinta radios comparten el cubo de una rueda;
más solo la rueda le da su utilidad.
Moldea una jarra con arcilla;
el hueco interior le da su utilidad.
Corta puertas y ventanas para la estancia;
solo estos vanos le dan su utilidad.
Se obtiene beneficio de lo que hay;
la utilidad la da lo que no hay. - (Lao-Tsé)

I

Me pareció interesante el tema de la ausencia objetal, al hablar de las razones, angustias y, o necesidades que se dan en la psique a la hora de afirmar o representar lo inexistente. Luego y referido al arte (y respecto a la Nada: pues asi lo encontre referido / partir de la nada de un lienzo vacío) plantea, no solo la cuestión la nada como una posibilidad de representación, o construcción artística y utilización de la Nada en el momento actual sino, que igualmente º< nos plantea aquellas apreciaciones que se daban antaño frente a al vacío ( no frente a la nada) en el psiquismo primigenio, y representado en el arte en los albores de nuestra especie, en tanto a como se afrontaba y solucionaba esta situación o actitud frente al vacío, cuando se les representaba algo ausente: un vacío, al que cabía dar un sentido ya en el pasado —igualmente trasladado esto al presente—, pues entiendo dice mucho al respecto de esa otra Nada (o vacío) que aquí también tratamos. bien pues olviden la Nada, ni el artista está sobre o frente el vacío, ni los antepasados, por supuesto, tampoco (no entendían de la nada). nos explicamos (nos):

Este breve ensayo surge como idea consecuencia de la lectura de unas consideraciones entorno a la ausencia objetal de Jorge del Rio Coll, y del que tomé para iniciar su ejemplo de una huella dejada en la nieve, que nos muestra un lugar previa y realmente ocupado, nos dice col (que olvida al aire, que ahora lo ocupa en una forma, como olvida el artista que no pinta sobre la nada, sino sobre otra forma que ya es algo como la roca en el pasado hoy (el lienzo), o el científico que piensa sentado y adormecido en su silla, pintando en el en-sueño de la razón: la nada). es  cierto se advierten los lados de una forma en la nieve, y que nos invita a una serie de reflexiones sobre diversas experiencias entorno al vacío y perfectamente extrapolables al tema que nos toca, cuando se da esa desaparición del objeto previamente existente, y que nos lleva primero a preguntarnos sobre ese espacio vacío o vaciado (que no los está: vacío) así como de la naturaleza de sus límites, y luego a cómo podría ser aquello que antes había ocupado el lugar y estar constituidos sus bordes: la forma de lo ausente, o forma ausente y referido de las causa primeras: ¿qué dejó esa forma?, y luego ir a las ultimas causa de la forma ¿qué la mantiene estable en su forma?

Desde que el arte se emancipa, transgrediendo la forma natural como vemos el mundo, ya desde los impresionistas la idea de lo lleno y de lo completo, cambia igualmente hacia lo incompleto de forma. Y, esa falta de forma, o forma ausente, es suplantado (en un ejercicio del intelecto) por nuestro entendimiento, rellenando lo que no vemos y superando así la angustia de ese vacío o (horror vacui occidental), que es apreciable ya en el cubismo en el siglo XX, o en las misma esculturas de Oteiza y Chillida, en las que el vacío es un elemento compositivo más en el total de la obra escultórica: se diría en este caso, que estos artistas, escultores nos advierten ya, de una Nada, que no esta, pero es: ahí, como un ejercicio a superar. Cornelis Van de Ven, por ejemplo, entendió perfectamente esa Nada, o vacio, como "el contenido intangible de la forma" extrapolado a la arquitectura (vacío interior). Partiendo de este principio llegó a razonar y relacionar modos de construir, definidos por aquel poema de Lao Zi, donde una rueda de carro construida con radios y un recipiente de arcilla representaban los dos modos mencionados de construir con el vacío: donde la utilidad de la rueda depende del vacío central, donde se inserta el eje ←  º<  → y la del recipiente de su vacío interior. El vacío es, por tanto, ya parte integrante de nuestra realidad: del espacio, pues a partir de este diferenciamos entre espacio construido (ocupado) y espacio (desocupado) sin construir ←  º<  → (habitar). Heidegger utilizó un concepto al que llamó Raum, para definir que “un espacio es algo aviado (espaciado), algo a lo que se le ha franqueado espacio, o sea dentro de una frontera, en griego "péras". La frontera no es aquello en lo que termina algo, sino, aquello a partir de donde algo comienza a ser lo que es:comienza su esencia. Espacio es esencialmente lo dispuesto (aquello a lo que se ha hecho espacio), lo que se ha dejado entrar en sus fronteras. De ahí que los espacios reciben su esencia desde lugares y no desde «el» espacio” — (Construir, habitar, pensar, Martin Heidegger, Darmstadt, 1951). Por tanto, y sea cual sea la superficie a trabajar, el vacío parece un elemento propicio a las nuevas ideas y tendencias, manifestándose no como una Nada, sino como elemento constituyente del espacio donde se sustenta el contenido, y por lo tanto —"una pieza más, una entidad espacial, y podríamos en un inicio, presentar al vacío como complementario del lleno, y el conjunto como reverberación entre opuestos (M de Prada: Arte y vacío. Sobre la configuración del vacío en el arte y arquitectura)—, y elemento de distinción de los límites de las formas y las cosas, del contenido y del continente. 

II


Antaño, cuando en situaciones primigenias del psiquismo (1) se daba una ausencia objetal que era imprescindible resolver para la constitución de este, nuestros antepasados ya tenían el impulso de conocer y explicar diversos fenómenos: la necesidad de ordenar y reducir a ciertas unidades, no solo la realidad y dotarla de sentido, pues esto podría salvarles la vida: un huella (en el suelo) llevaba a la representación mental de una Pantera, por ejemplo. sino a igualmenete llevar el mundo de la luz ala oscuridad, lo que hoy llamamos el caos de la naturaleza a su propia cueva. donde a partir de unos puntos en la roca (roca) pero cacia de un sentido, adquiria sentido y color de unr inos trazos salientes con otros, aparentes de forma que recordaban a la realidad. 

Luego el mundo de la representación (mental) surgió en el hombre primitivo como imperativo, no solo para advertir los peligros de lo no-presente, pero existente: la pantera, sino e igualmente para liberarse del temor que le causaba lo caótico o desconocido” (Ramos, 1993: 25).. Puede decirse, que desde entonces existe una actitud en las personas —una inclinación natural— orientada, pero no únicamente al conocimiento: ¿qué había?, sino e igualmente a cómo podría ser re-ocupado dicho espacio. En este sentido, Bergson indagó sobre los efectos del tiempo y el ser, y afirmando, que para que exista el vacío necesitamos del recuerdo de lo lleno. Piera Castoriadis Aulagnier, en su libro La violencia de la interpretación (1975),  propone poner a prueba un modelo del aparato psíquico que privilegia el análisis de una de sus tareas específicas: la actividad de representación, donde igualmente se contempla la posibilidad de otro tipo de vacío, que más podría denominarse como la Nada, y consistente en la ausencia de un objeto cuya presencia sería indispensable para que el psiquismo incipiente pudiese constituirse” —Jorge del Rio Coll

En un artículo titulado: “Concepción del espacio en el arte prehistórico”, S. Giedon expuso, que la evolución de la utilidad espacial en el arte, estaba determinada por la proyección gráfica de la actitud personal con respecto al mundo: así, en las cavernas utilizaban la superficie que la naturaleza les ofrecía. Parecerá que no tiene nada que ver con el asunto que tratamos, pero pensemos el vacío (en la cueva, la pared sin pintar) esta representaba el fondo, aunque para la visión occidental, el vacío indica la ausencia de algo, tal como lo expresa H. Bergson: en tanto que era presencia y ahora es ausencia, y por ello precisa de un existir anterior para su falta. Una vez reconocida esta ausencia en la pared de la cueva (un existir anterior, una forma sugerida) surge en quien observa la necesidad de pensarla y completarla (de nuevo ese horror vacui): así, para nuestros antepasados, el vacío de la pared en la cueva sería luego una pieza. un elemento más, donde se podían reconocer ciertas formas, que realizaban buena parte del trabajo, creando primero aquella necesidad de completarlas...  hoy el hombre moderno dispone del mayor lienzo,preparado como un cuaderno de dibujo para escolares, con su puntitos (formas) de las estrellitas que nos ayudarán a entender la 4d, a partir de la 3d, y de las plantas (como el olivo) que nos dice con sus brotes que nos alcemos hacia arriba, y desde arriba miremos (proyectados) desde la grieta de la pared de la cocina / nos metamos al horno a quemarnos en nuestra sombras, y así mantenernos firmes en nuestra nueva forma, luego para reconocer la forma del reflejo de la nevera, y poder reconocer nuestra imagen en ella, y ver así del congelador abierto en ángulo: lo que tenemos para mañana guardado en conserva, y recordándonos que el número áureo que expresa la relación que guardan los números en la secuencia de Fibonacci 1,618034 es la base matemática sobre la que se construye la forma rectangular que podemos relacionar visualmente con la pirámide y su sombra que la proyecta → proporción áurea a partir de la que surgen todas las formas que encontramos y encontraremos en la naturaleza y el cosmos en su forma perfecta, y que podemos estudiar en las plantas (perfectas todas ellas, en su forma perfecta). 





Esta imagen proveída por el Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial el 16 de noviembre del 2022 muestra la nebulosa oscura L1527, alimentando una forma: capturada por el Telescopio Espacial James Webb de la NASA. (NASA, ESA, CSA, STScI, Joseph DePasquale (STScI), Alyssa Pagan (STScI), Anton M. Koekemoer (STScI) via AP) / el lado de la sombra, en ángulo, proyecta sobre sobre el lado de la forma, que es el lado de la imagen de la sombra,que es el lado de la forma de la sombra (curva) proyectado en un punto en el espacio (que es una forma esférica) proyectada de lado de la forma    )(  desde  el lado de la forma curva de la sombra

Luego, el hombre que habitaba las cavernas, en algunas de ellas solo marcaba, en ocasiones, con pequeños trazos para completar las figuras que la naturaleza en ellas insinuaba (como vemos arriba). Sobre las razones que se dan en la psique a la hora de afirmar o representar lo inexistente, cabrían muchas suposiciones en tanto a la necesidad, como ya apunté anteriormente, pero para aquellas personas en tanto lo que era presencia y ahora ausencia: una sombra, luego aquella ausencia (o sombra), vuelve a ser presencia: presencia, ahora de algo ( el ser) . Por supuesto, rellenar pintando un vacío no hace más listo o más fuerte, pero ayuda a primero a reconocer una necesidad: un punto de fatiga y a partir de ello solucionarlo. Y esto, hace igualmente hoy del arte de dibujar con las estrellas las formas que nos sugieren las plantas: una necesidad (que a la vez es solución) frente a las sombras, al vacío y  la Nada.

             
1(B Jowett -1946: Meno).​
Jorge Río Coll, (Entre la Nada y el vacío)
Margarita Rodríguez Ibáñez. (El vacío y la nada en el arte)
Manuel de Prada- Arte y vacío. Sobre la configuración del vacío en el arte y arquitectura
Piera Castoriadis Aulagnier, La violencia de la interpretación (1975
S. Giedon -Conce
pción del espacio en el arte prehistórico.
Bergson, Henry - La evolución creadora en Obras Escogidas
Martin Heidegger - Construir, habitar, pensar, 1951.
Platón - Menon
Benjamin Jowett (1946). Plato, Meno

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