(15) LA NADA / DE LOS QUE BUSCAN LA LUZ EN LAS TINIEBLAS (Find the light in the darkness) / jordi maqueda


Buscar la luz en las tinieblas
(Find the light in the darkness)

¿Qué es la luz? ¿Qué son las tinieblas? La humanidad tiene necesidad urgente de una nueva forma de entender e interpretar el mundo, y que responda a las necesidades actuales de muchos de nosotros para estos tiempos. Pero no solo en cuanto a formulaciones y teorías absurdas, sino igualmente, referido al propio lenguaje. Pues este se ha vuelto extraño y sibilino, en manos de quienes alteran y sepultan una realidad que nos resulta cuando menos manoseada, donde encontramos hoy siempre esa Nada, que como una pesadilla "calderoniana" parece a todos perseguirnos, y empujarnos a su servidumbre.

El pensamiento sin Dios, que es el pensamiento del ser diferente, se halla más cerca del Dios divino— nos decía Heidegger. Esto es: que “este pensamiento, sin dios, es más libre para entender la forma de dios, de que lo que pueda creer esa metafísica”. Pero, no nos cabe duda, que ese pensamiento sin Dios (algunos dirán que en la Nada) — parece todavía más lejos de Dios de lo que entiendo, que el mismo Heidegger pensaba o imaginaba; pues podemos afirmar, que Heidegger, si lo encontró (a Dios) —y entiendo que a su manera lo buscaba—, muy vagamente nos lo explicó (por algo será, de esa manera).  No obstante, esto tiene una explicación, y además nos viene esta explicación (precisamente por las palabras de dios), leamos: la lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad! (Mt 6, 22,23); ¡y cuán enorme la oscuridad!, si te alejas del ser: hacia el infinito (en la nada).

¡º< ¡¡¡¡¡ ∞

Precisamente, entiendo que vivir se trata de esa búsqueda, para algunos sin fin —donde muchas veces sin nosotros mismos reconocerlo: andamos buscando a Dios— y a partir de la cual te das cuenta de que todos tenemos familia, pero somos huérfanos en el mundo. Que andamos buscando, sin saber muy bien qué buscamos y siempre desencantados; pues nos cansamos de todo, nuevo o no, que encontramos o compramos. Como aquel niño desamparado que en todo varón encuentra a un padre, siendo incapaz de reconocer al propio, pues nada de él sabe, ni siquiera que se lo arrebataron. Y en ello, hay toda una generación buscando un padre “hoy”, sin saber bien lo que buscan y, por lo tanto, siendo incapaces por si mismos de reconocerlo, pues muchos ignoran incluso que (de verdad) exista. Luego seguimos, desde aquel momento en que somos conscientes de nuestra carencia, en una búsqueda inagotable, buscando, e ignorando, la gran mayoría entre nosotros, que hay un camino Pero un camino distinto por el que antes ibas. De ahí que siempre digo: escucha esa voz que suena dentro de ti, y reconócela en todos tus caminos hacia esa búsqueda de la luz, que como una madre está esperando que de sus propias sombras salgan sus hijos. Pues no pocas veces, y es justo al final del camino, cuando por escuchar la propia voz y ser sabios a nosotros mismos, nos encontramos frente al vacío de un abismo que no esperábamos: entendiendo entonces, y solo entonces que algo nos hemos dejado en atrás; que quizá no hemos escuchado y nos decimos: "de la vida: mi vida, no puede ser solo hasta aquí, y solo esto".

Luego, algún ilustrado o filósofo nos dirá a este respecto: “pero qué nos dices, y de que nos hablas: esta explicación es absurda. Y además, ahora nos de Dios”. Y una cosa hay de cierta de sus palabras, pues tanto la filosofía, como la ciencia, no quieren saber hoy nada de Dios / del ser (que diría Heidegger). Por tanto, luego entendamos —pero entiendan, antes, que unos y otros hablan de la misma cosa ser o dios: que no entienden—que la concepción o noción más rigurosamente del ser, o de dios y que a partir de ciencia y filosofía hoy podemos esperar es, que saben del ser / o dios en la medida precisa en que del ser o de dios nada quisieron, ni nada quieren saber (incluida la propia religión). Y por supuesto, que es absurda, para aquellas almas racionales, que no saben ni entienden, porque se han cerrado sus ojos para que no vean y su corazón no entienda porque del ser ellos nunca quisieron saber. Y ven la luz sin salir de las sombras (en otras formas de oscuridad).



No hay comentarios:

Publicar un comentario