Cuando escuchamos hablar sobre la Nada, lo asociamos generalmente al vacío del espacio, o bien a escritos o artículos de cosmólogos o físicos que se refieren a ella; si bien, ninguno logró todavía encontrarla, al menos hasta el momento; sin olvidar, claro está a la filosofía: Heidegger o Sartre, entre otros. Pero, lo que muchos ignoran es que hay otras formas de “Nada”, u otro tipo de nada, una nada más reconocible, si queremos llamarla así, y a la que esta vez sí, enfrentaremos todos alguna vez a lo largo de nuestras vidas. El diccionario Oxford de la mente, recoge algunas entradas al respecto de la Nada, y podemos encontrar que se aportan casos de personas —siempre desde una óptica neurofisiológica— que, bajo los efectos de los anestésicos, afirman que su percepción es la de no-ser. Y me pregunto: ¿puede ser tal experiencia de ausencia, de no-ser, de la no-experiencia, la experiencia de la Nada?, e igualmente: ¿son la inatención, la agnosia, o la extinción…, experiencias de la Nada? A decir verdad lo ignoro por completo.
Sin embargo, hay algo que sí puedo
afirmar, y afirmar en base en mi propia experiencia, de vivir la vida tal y
como acontece en el momento presente. Una afirmación, en este caso, construida
alrededor de una experiencia propia de la realidad, a través del testimonio
puede dar una persona viva. Me refiero a cuando nos encontramos frente a esos
momentos críticos de la vida ―como ocurrió en mi caso: en coma y frente a la
oscuridad, en el silencio más absoluto― o bien, (e igualmente refiero aquí mi
propia experiencia) en esa espiral a la que acompaña una desgarradora
sensación, donde el significado de la vida parece haber desaparecido y solo te
queda sufrimiento. Es en este momento último, precisamente es donde puede
apercibirse con mayor facilidad un vacío ― una Nada (falta o carencia) ― cuando
enfrentamos la pérdida de un ser querido, un desahucio o una enfermedad
mortal... sobre todo, al caer en la cuenta que jamás volverás a ver a la
persona amada, o en aquel caso en que percibes que tu propia existencia, tu
vida, puede terminar. Entonces: Aquello que se extiende entonces frente a
nosotros, más aún al cerrar los ojos, es lo más parecido a la Nada que yo
conozco, y que una persona consciente puede experimentar. Quizá por ello ha
sido en el ámbito neurológico y después en el psicológico, es donde la Nada
ofrece nuevas perspectivas, si damos por hecho este sea el ámbito de aquella
(la Nada). Luego está el mundo de lo sensorial, desprendido de lo intelectual,
donde y según los místicos, se puede estar más cerca de esa realidad vacía o
sunyata (vocablo este normalmente traducido como vacuidad o vacío) y que sobre
todo se da en el ámbito oriental, donde encontramos algunas filosofías dentro
del budismo, en las que se busca esa vacuidad, algunas de ellas derivadas de
las enseñanzas del Maestro Eckhart de Hochheim: un predicador de la serenidad,
nacido en 1260 en Tambach, Alemania, que reconoce a Dios (nos dicen: como una
ausencia o presencia, que solo puede ser vivida y experimentada en medio de la
Nada). Sin embargo, la cultura oriental no ha pasado a través de la noción de
Dios identificado con el ser, con lo que es, y no se ha visto obligada a
apoyarse en la negación y llamar no-ser a este último misterio, y
sencillamente, lo ha llamado (la) Nada, śūnyatā en el buddhismo de expresión
sánscrita: vacuidad. Relevantes en este último caso es son "Los filósofos
de la nada", englobados dentro de la escuela de Kioto y, más
concretamente, las figuras principales de la escuela de Kioto: Nishida, Tanabe
y Nishitani. Ni que decir, que la emergencia de la escuela de Kioto marcó un
momento decisivo en la historia de las ideas. Este grupo de filósofos no
solamente representó, o representa, la primera contribución sostenida y
original de Japón a la filosofía occidental, sino que además lo hace desde una
perspectiva característicamente oriental. Lejos de un simple revestir las
preguntas tradicionales de la filosofía en un estilo oriental, es un desafío
disciplinado y bien informado para con la definición de la historia de la
filosofía misma. De ahí la mención a estos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario