(08)LA NADA /NADA Y AUSENCIA A TRAVÉS DEL LENGUAJE / Jordi maqueda

 NADA Y AUSENCIA A TRAVÉS DEL LENGUAJE

Existen gran variedad de formas en torno al lenguaje, que han sido creadas a lo largo del tiempo, y nos sirven para relacionarnos tanto con la ausencia, como con la nada, que van desde lo no expresado, o aquello que se dice a medias —en ese límite entre el pensamiento y la palabra pronunciada— hasta aquellos términos relativos a una negación rotunda y sin ambigüedades: el “No”, que deriva en sus equivalentes, negar, nadie y, por su puesto: nada. Una nada, que igual que en los casos anteriores, conlleva una connotación real de ausencia en cualquiera de sus contextos. Pero una Nada de la que, y a diferencia de las otras expresiones, conviene cuidarse y “sustraernos al contagio de esa Nada” que nos oscurece el alma y el mundo. Recuerden las palabras del filósofo É. M. Ciorán cuando, en su libro La tentación de existir, afirma: “Para otros, acostumbrados a la negación, luego afirmar exigirá ya un esfuerzo contra sí mismo…/… no hay nada como negar para emancipar el espíritu”. Pues la Nada puede ser también una cárcel oscura, que nos aprisione en su condición, haciéndola luego nosotros propia y nuestra, como podemos observar de aquellas inquietantes sentencias relativas a “esa Nada” que algunos, filósofos, o profesores y estudiantes de filosofía afirman, pero que de ninguna manera podemos permitir, pueda dar sentido alguno a nuestras vidas, como se pretende por algunos intérpretes de  los textos de Heidegger o Sartre, cuando de aquellos leemos: la nada no nos proporciona el contra concepto del ente, sino que pertenece a la esencia del ser mismo…”cuando, ya desde Parménides sabemos, que definió al ser, precisamente como contraposición, y opuesto a la “nada”. Pero y aun así, y llevados por su propia cerrazón, dentro del pensamiento filosófico existencialista, tan arraigado en la sociedad del siglo pasado, y todavía en el presente, se propone, que “la nada mora en el seno del ser (nuestro ser) como un gusano”; o dicho de otra forma:¡no somos nada! Y lo peor… todavía hay quien da valor (y no solo ontológico) a todo esto: son los mismos “huérfanos” (aquellos) que en su negación total niegan también a dios y el amor, arrojando ambos a las llamas de la desesperanza. Esa misma desesperanza que como un viento recorre ahora el mundo y ciega a las personas cubriendo sus vidas de tinieblas que impiden ver el horizonte, más allá de su propia desesperación y hoy parecen haber perdido la razón.

Pero la nada, es igualmente utilizada por los escritores, aunque no referida en estos casos como Nada, o Nada absoluta, sino más bien aludiendo a un conjunto de causas que producen o desencadenan un resultado ruinoso (en ese sentido existencialista donde la Nada surge adueñándose de la vida). Nada, novela de Carmen Laforet, sirve de ejemplo: en clave de la posguerra, donde se cuenta, cómo la joven Andrea se traslada a casa de su familia en Barcelona para estudiar en la universidad. Pero sus enormes ganas de vivir y experimentar, chocan frontalmente con el hambre y la tensión propias del ambiente y momento de posguerra, que igualmente se vive en casa de su abuela., mientras Andrea, ve reducirse a nada sus vivencias y expectativas, rodeada del sórdido ambiente de una sociedad degradada. Igualmente, en la novela la corta de Miguel de Unamuno, Nada menos que todo un hombre, se siente la nada, a la vez que examina la fuerza brutal de la voluntad del protagonista: Y esa nada ha causado muchos llantos, y nada fue instrumento de la muerte, y nada vino a ser muerte de tantos. (Sonetos 83).

Pero también podemos hablar a nivel coloquial del uso de nada, por ejemplo en aquella frase: no somos nada, referente a la fragilidad del ser humano respecto a la ausencia de salud y fortaleza o de la vida. Otro ejemplo sería la expresión no he dicho nada, en tono de reproche; o cuando a la pregunta “¿qué pasa?” respondemos nada, cuando realmente se oculta un todo que pretende ocultarse. En estos casos (aprendemos algo importante) pues se entiende un soporte conversacional, de respuesta rápida, que en ocasiones, anticipa la explicación, o la verdad ausente en un principio; o bien, la oculta para siempre. Pero, observemos, pues en tal caso esa “nada” (palabra) es “mucho” pero ese mucho es ausente (nos lo han ocultado)... y me explicaré:

Ocurre que al escuchar nada, la misma palabra ciega la razón, pues aceptamos nada como respuesta, en lugar de la verdad como respuesta. Nada, es solo una palabra, no una cosa, ni la verdad: es solo una palabra que no nos ciega los ojos, sino la inteligencia por la razón (cuando alguien la esgrime) y mantiene, a la vez que la respuesta sigue ausente tras ella; o bien, sencillamente aceptamos (nada) por respuesta, respuesta que sabemos no es verdad; pero no porque la verdad esté ausente, y lo sabemos, sino porque nosotros lo aceptamos: permitimos que esté ausente al aceptar nada (la palabra y respuesta de aquel) como respuesta veraz, a sabiendas de que nada no es una respuesta a nada, ni tampoco a nuestra pregunta. Por tanto, aceptamos una palabra (y no la verdad) por respuesta, en lugar de la verdad real por respuesta. Permitiendo el arbitraje de aquella verdad por aquel que la oculta por medio de la (palabra) nada. Pero cuidado: pues también se puede dar esta otra situación (muy probable por cierto), cuando sencillamente aquel no oculta nada detrás de su respuesta (pues nada hay), pero debido a nuestra ingenuidad, y debería añadir, también curiosidad, al percatarse de ella: de nuestra curiosidad superficial, luego mantiene nuestro absurdo interés hacia aquella (nada) que no es la verdad de nada, pero que bien pudiera ser un ovillo de nada, donde como el gato en la lana quedar enredados, precisamente por el lenguaje hermenéutico que conlleva la nada… moraleja: no seas el gato.

II

Pero sin querer extenderme demasiado en tantos significados de nada, y esperando que esta pequeña muestra sirva de ejemplo, voy a centrarme ahora en el que debate: a nivel científico, suponiendo que podamos tratar la Nada (absoluta) científicamente, claro está. Pues existe ciertamente debate entre físicos y cosmólogos, más allá del existente frente a la filosofía, y muy interesante de observar; precisamente, por lo dicho anteriormente: “si podemos realmente tratar la Nada científicamente”. Algunos de ellos, los físicos, argumentan que el vacío, al que muchos llaman o entienden como la Nada, podría ser la Nada. Incluso lo afirman; si bien, esa Nada no es lo mismo que la Nada "real" absoluta, luego afirman otros (muy acertadamente). Pues algunos de ellos: físicos y astrofísicos, consideran que son dos cosas bien diferentes a las que llamamos nada o Nada: desde la nada del clásico vacío, hasta la idea de la Nada como potencial indiferenciado. Y más allá de dar todo tipo de explicaciones, creo interesante recoger algunas frases, en relación con este tema, la Nada, ofrecidas El 20 de marzo del 2013, por prominentes físicos y pensadores, que se reunieron en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York durante el debate anual Isaac Asimov, que aquel año se centró en el tema de "la existencia de la nada. Y donde se trató abierta y discutidamente, aquello que resume bastante lo que se pretende de mis escritos: La diferenciación de nada o vacío, frente a la Nada (absoluta) e imposible. Y es que La simple idea de la nada, puede parecer un concepto que, aparentemente, incluso los niños pequeños pueden entender, pero resultó sorprendentemente difícil para los científicos allí sentados de precisar, con algunos de ellos cuestionando, si una cosa como nada existe en absoluto. De ahí lo interesante.

De la primera, la más básica idea de la nada —el espacio vacío sin nada en él — se acordó rápidamente que no era la nada, “pues en nuestro universo, incluso un vacío oscuro, vacío del espacio, ausente de todas las partículas, es todavía algo "Tiene una topología, una forma, es objeto físico," dijo el filósofo Jim Holt durante su exposición.

Pero hay un tipo más profundo de la Nada, argumentó el físico teórico Lawrence Krauss de la Universidad Estatal de Arizona, el cual consiste en ningún espacio en absoluto, y no hay tiempo, no hay partículas, no hay campos, no hay leyes de la naturaleza. "Eso para mí es lo más cercano a la Nada que usted puede conseguir". (Aquí vemos una afirmación de la Nada) dijo Krauss. Pero Holt no estuvo de acuerdo. Respondiendo: "¿Es eso realmente nada?”, preguntó. "No hay espacio y no hay tiempo. Pero, ¿qué pasa con las leyes físicas, ¿qué pasa con las entidades matemáticas? ¿Qué pasa con la conciencia? Todas las cosas que son no-espaciales y no temporales. ".

La física teórica Eva Silverstein, de la Universidad de Stanford, sugirió un concepto de nada muy técnico basado en la teoría del campo cuántico que implica un sistema cuántico que carece de grados de libertad (dimensiones). "El estado fundamental de un sistema cuántico con huecos es mi mejor respuesta", dijo. “Los filósofos analíticos nos dicen que nada es solo un sustantivo o nombre, parece un nombre para una entidad, pero no lo es: es solo que no significa nada", dijo "¿Qué es tan especial acerca de nada entonces? No parece una noción filosófica fructífera", añadió, acertadamente, a mi parecer, y en la línea de estos, mis escritos

"Pero solo porque nada puede ser sumamente difícil de conceptualizar, no significa que no sea una cosa real", contestó ( de nuevo )Krauss. Como no podía ser de otro modo y en su línea (inamovible) Añadiendo: Hay un montón de cosas en la ciencia que son imposibles de conseguir bajo cualquier recurso intuitivo, pero eso no quiere decir que no existen", dijo Krauss. 

Pero la dificultad en la comprensión de la nada, no es de ahora, y se remonta a hace mucho tiempo. Los antiguos griegos no tenían ningún concepto del cero y odiaban tanto la idea que se negaron a incorporar al cero en su sistema numérico, aun cuando sus cálculos astronómicos lo demandaban. "Nosotros los humanos tenemos una repulsión real para la nada, para el vacío", dijo Seife. "Para nosotros la nada representa algo a lo que le tenemos miedo, el desorden, una ruptura de las reglas"  

En última instancia, la definición de la nada puede ser solo un objetivo en constante movimiento, cambiando con cada revolución científica, a medida que las nuevas percepciones nos muestran que lo que pensábamos que era nada, es realmente algo. Como moderador, Neil deGrasse Tyson, director del Planetario Hayden del Museo, dijo para terminar: "Tal vez, la nada nunca se resolverá o, por el contrario, y si se siguen aplicando las leyes de la física: estas las leyes de la física no serán nada." ¡Concluyente!

Supongo que el cero lo vino a arreglar todo, al menos para Seife: tenemos el cero, parece que le gusta el cero, le gusta el orden, seguro mirar la hora y llegar a tiempo al trabajo, o mejor parece, o no lo parece y lo die el mismo: que le asusta el desorden y la ruptura de reglas, pero le gusta el cero, nunca pensé en el cero, visto como lo que es: (nada) integrado en todo lo que es nuestra vida, y ahora que lo pienso, hasta pone orden (todo lo contrario que ocurre en la naturalez)  luego, y si el cero es otra forma, dentro de la forma, dentro del cerco: una forma de cerco. Yo la veo dentro, no veo el cero en un pino, ni en una abeja. Solo en las personas. cosa de comerciantes para echar cuentas, calcular lo que se debe, y con eso hemos ido a la luna. supongo que por eso no hemos vuelto (cabe la posibilidad: del error, precisamente, lo que no ocurre en caos perfecto de  la naturaleza, pero si con el cero. 

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