Jordi Maqueda TEMAS / Notas de Viaje
Recientemente, el pasado sábado 24 de abril de 2021, Joe Biden, presidente de Estados Unidos, reconoció como genocidio el exterminio de más de millón y medio de armenios a manos del Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial. Con estas palabras se erigía en claro defensor de los Derechos Humanos. La inédita afirmación -en 1981 Ronald Reagan uso los mismos términos y debió rectificar para no agriar las relaciones con Turquía- se hizo en coincidencia con el aniversario simbólico de la tragedia, iniciada desde esa perspectiva el 24 de abril de 1915, en realidad preludio de una acción sistemática contra una comunidad tradicional, arraigada como comunidad religiosa propia pese a no tener casi prerrogativas civiles. Precisamente Aquella noche del 24 de abril de 1915, centenares de intelectuales armenios de Constantinopla, incluso entre estos algunos amigos y compañeros de lucha de los Jóvenes turcos, fueron detenidos, arrestados y aniquilados. Lo que nos hace recordar a más de uno la operación realizada en Polonia tanto por soviéticos como por nazis tras la invasión de 1939. Liquidar la base intelectual es la mejor plataforma para allanar los planes hacia asesinatos masivos y anular atisbos de resistencia.
www.armenian-genocide.org
Entre 1915 y 1916, en plena Primera Guerra Mundial, tuvo lugar uno de los primeros genocidios del siglo XX). Talat Bajá (Kardzhalí, Imperio otomano, 1874-Berlín, 1921), ministro del Interior otomano, ordenó el asesinato de las élites armenias de la capital, prosiguiendo en la aniquilación sistemática de la población civil armenia, siguiendo por las numerosas poblaciones de esta nacionalidad de las siete provincias orientales. En un primer momento, los agentes del gobierno reunieron a los hombres de menos de 20 años y de más de 45, los alejaron de su región natal donde les sometieron a trabajos forzados. Muchos de ellos murieron allí mismo. Al principio, el objetivo oficial era el de desplazarlos a ellos y a otros cristianos de las provincias orientales desde Anatolia hacia Alepo y los campos instalados en el desierto de Libia. La Ley Provisional de Deportación, del 27 de mayo de 1915, fija el marco reglamentario de la expulsión de los supervivientes así como el expolio de las víctimas. Durante el verano del mismo año desaparecieron dos tercios de la población armenia bajo soberanía turca. En una última fase, el gobierno de Estanbul -que era entonces la capital- decidió liquidar, de todas las maneras posibles, a los 700.000 desgraciados que sobrevivieron a las llamadas “marchas de la muerte[1],” los cuales fueron concentrados en los campos de Siria.
Este es el texto de un telegrama transmitido por el ministro a la dirección de los Jóvenes Turcos de la prefectura de Alepo:
El gobierno ha decidido destruir a todos los armenios que viven en Turquía. Hay que poner fin a su existencia, por muy criminales que sean las medidas a tomar. No hay que tener en cuenta ni la edad, ni el sexo. No ha lugar para escrúpulos de conciencia aquí.[2]
![]() |
Ahorcamiento de notables armenios de Constantinopla por parte de la policía otomana el 24 de abril de 1915. Fuente: Comité de Défense de la Cause Arménienne |
Según afirma el historiador Adnan Çelik, durante la Primera Guerra Mundial, las persecuciones contra los armenios también tuvieron lugar en Diyarbakir, la ciudad kurda más importante bajo dominio otomano. El valí[3], el doctor Mehmed Resid Bey (? Imperio ruso, 1873-1918, uno de los fundadores del Comité Unión y Progreso en Diyarbakir) con la complicidad de la burocracia, de los notables y de las milicias, amén de la anuencia de las tribus kurdas y de los dignatarios religiosos fueron los protagonistas de la represión. El arresto masivo de las élites armenias empieza veinte días más tarde, el 11 de mayo de 1915. Posteriormente, el conjunto de los habitantes de dicha etnia de la localidad de Diyarbakir son deportados y masacrados.
En total, según el censo del patriarcado de Constantinopla de 1914, 49 localidades albergaban a 106 867 armenios.[4]
El papel relevante jugado por el valí Resid ha sido subrayado por varios investigadores e historiadores. Prueba de ello es el telegrama que él envió el 3 de marzo de 1915 a Talat Bajá, el ministro del Interior, antes de su designación como valí de Diyarbakir: “ Cuento poner en práctica los medios más expeditivos contra los armenios.” De hecho, el nombramiento oficial del doctor Resid como valí de Diyarbakir el 25 de marzo de 1915 no era ajeno, para Çelik, a las decisiones que acababa de tomar el comité central del CUP (Comité Unión y Progreso), nombre oficial de los Jóvenes Turcos, en relación a los armenios. En efecto, en otro telegrama expedido por el valí Resiad al Dahiliye Nezareti (Ministerio del Interior turco), el 28 de septiembre de 1915, indicaba que 120 000 armenios habían sido deportados de Diyarbakir bajo sus órdenes.
Según el historiador franco-armenio Raymond Kévorkian, en Diyarbakir, la mayoría de los deportados de la ciudad fueron masacrados mucho antes de llegar a sus puntos de confinamiento. Y no tan solo los de la urbe, sino también aquellos procedentes de los convoyes de otras regiones, dado que dicha localidad era lugar de paso de la mayoría de las caravanas que se dirigían al desierto de Siria.[5]
Jugaron un papel relevante en la persecución los cendirmeyên bejik (guardias campestres o milicianos kurdos). Entre sus misiones estaban las de reunir a los armenios, atacar los convoyes de deportados, capturar y matar a los que se ocultaban en escondites, etc. Se trataba mayoritariamente, de hombres de más de 45 años (los que tenían entre 20 y 45 habían sido movilizados). Muchos eran agricultores pobres sin filiación tribal y no muy numerosos, ya que en cada pueblo había solamente dos o tres de ellos.
Çelik, en su investigación, recoge testimonios verdaderamente sobrecogedores como el de Rabia, la nieta de un superviviente. Su abuelo, Dikran, tenía trece años en el momento del genocidio. Fue salvado por el muxtar (autoridad de la ciudad o del barrio ligada a la prefectura) de Serdê poco antes de que su convoy fuera masacrado. Posteriormente fue islamizado y rebautizado Hasan.
Me acuerdo de que mi abuelo me decía: ‘Los alrededores de la cueva estaban completamente recubiertos de dedos cortados. Desde el momento que las espadas iban a abatirse sobre sus gargantas, las manos [de las víctimas] se ponían en el cuello para protegerlo. Es por eso que hay tantos dedos cortados”. Según mi abuelo, los gemidos continuaron oyéndose en esa cueva durante mucho tiempo. Su turno todavía no había llegado, había otros antes que él. [Un muxtar que se encontraba allí] se acercó a mi abuelo y le pidió al comandante: “Mi comandante, ¿podría darme a aquel para que lo convierta en pastor?” Y el comandante le respondió: “Ve, cógelo y llévatelo’. De esta forma mi abuelo se salvó por pura casualidad.[6]

Sobre el papel de los kurdos en el genocidio de su pueblo, el periodista Irfan Aktan en declaraciones a la plataforma armeno-turca Repair en el 2014 manifestó lo siguiente:
Las razones de esta situación [la participación kurda en las masacres] merecen ser estudiadas. Me parece que la orientación, poco después del genocidio, de la persecución estatal contra los kurdos ha jugado allí un papel. En el proceso de participación de estos en el genocidio armenio, fueron determinantes dos factores: el miedo y la prosperidad. Los kurdos fueron convencidos por el gobierno de Estanbul que los armenios iban a crear su estado y que este iba a oprimirles a ellos. Se les anunció también que el “botín” que quedaría después de la deportación de los armenios sería compartido con ellos. Sin embargo, justo después del genocidio, los Kurdos conocieron, a su vez, conocieron a su vez,, la persecución del Estado.[7]
Como se ha comentado antes, numerosos armenios vivían en localidades consideradas hoy kurdas. Es el caso de Diyarbakir, Van, Bitlis y Mus antes del genocidio puesto que no eran una minoría. Ellos representaban solo uno de los muchos grupos que habitaban en estas llanuras y montañas junto a los asirios, los árabes y los kurdos.
En la actualidad, sin embargo, Diyarbakir, com más de 1.700.000 habitantes, no tiene ninguna comunidad armenia. Aquellos que sobrevivieron al genocidio emigraron a Constantinopla o al extranjero y las familias que se quedaron abandonaron la ciudad en los años cincuenta y sesenta. Solo permanecen en la urbe los llamados “armenios ocultos”, esto es, los descendientes de los que se convirtieron al Islam para salvar sus vidas, o bien de niños de esa etnia que fueron salvados de las masacres por soldados otomanos o kurdos y que fueron educados como musulmanes.[8]
Hay que recordar que los kurdos vivían en un territorio fronterizo, en una especie de no man’s land entre los imperios ruso, turco y persa. La expansión del Imperio otomano y el crecimiento demográfico presionaron a una población, en buena parte nómada, empujándola hacia zonas habitadas por armenios, entre otras etnias no kurdas, que eran sedentarias.
Ese movimiento de población, según el investigador y activista Juan Manuel Olarieta, fue alentado por el gobierno de Constantinopla, en un proceso paralelo al que Rusia llevó a cabo con los cosacos Los otomanos crearon también las Hamidiye Alaylan, las brigadas de caballería kurda como refuerzo fronterizo contra los rusos y los persas.
Los campesinos armenios fueron sometidos al saqueo en forma de pago de cuantiosos impuestos y, luego, al expolio de sus tierras. Estaban obligados a pagar el hafir a los kurdos, una especie de tributo a cambio de asegurarles sus vidas y haciendas.
Mención aparte merece la ensayista y periodista sueca de origen kurdo Dilsa Demirbag-Sten quien, en el 2006, publicó un artículo en el Dagens Nyheter sobre la implicación kurda en el genocidio en contra de los cristianos en el cual relataba que todavía tenía pesadillas de las mujeres armenias violadas y asesinadas.[11]
Más recientemente, el 18 de abril del 2020, Firat Aydinkaya, exabogado de Abdullah Öcalan (Ömerli, Mardin, Turquía, 1949) y escritor, publicó un artículo titulado “Los armenios. El genocidio y los kurdos en ocho preguntas”. El escrito apareció inicialmente en nuptal.net y provocó una discusión entre los kurdos en las redes sociales. Los círculos conservadores atacaron al autor por retratarlos a ellos, los “inocentes,” como los principales perpetradores de la masacre, ignorando el papel de los Jóvenes Turcos del CUP (Comité Unión y Progreso), verdaderos responsables, a su juicio, del genocidio. Los sectores liberales y de izquierdas, sin embargo, sí que reconocían la implicación kurda.
Ayndinkaya hace uso de conceptos como “militarismo de saqueo”, “economía de botín” y “burocracia genocida.” Enumera a varios notables kurdos conocidos- afirma el periodista Abdulmesih BarAbraham-o como él- Ayndinhaya- lo describe “la máquina que hizo posible el genocidio”. En un artículo que analiza las declaraciones de Ayndinkaya y la reacción ante ellas, el reportero Feyzi Çelik profundiza en su concepto de “burocracia genocida”:
Burocracia significa una organización creada por decisión política del estado oficial turco. […] Como es sabido, a principios del siglo XIX se estableció una estructura administrativa centralizada basada en provincias para proteger al imperio multinacional de las influencias nacionalistas. El cuerpo principal de la burocracia del genocidio se creó en el marco de este sistema administrativo. Los gobernadores de las ciudades y distritos provinciales eran los líderes naturales de esta burocracia. También tenían pies locales. Según la época, y a diferencia de otras naciones del imperio, los kurdos se veían a sí mismos como parte de la comunidad islámica del estado otomano. Estaban unidos al califa.[12]

Aun así Firat Ayn sostiene que “mientras que las decisiones de genocidio o deportación fueron tomadas [por la CUP], no se tuvo en cuenta la opinión ni se contó con la aprobación de los kurdos. En otras palabras, los kurdos no participaron en la decisión del genocidio. Sin embargo, aunque la decisión se adoptó sobre el terreno, una parte importante de ellos estuvo involucrada en este vergonzoso crimen.” Y añade que, a través de la Comisión dequí Investigación,[13]los kurdos formaron parte de la burocracia local del genocidio en la mayoría de los lugares. Esto, para el periodista, “nos dice al menos dos cosas. Primero, si no hubiera existido implicación en Kurdistán, la decisión no se hubiera aplicado tan efectivamente. En segundo lugar, la presencia de estos colaboradores en los centros provinciales manipuló fácilmente la actitud y la postura de la ciudadanía sobre este tema”.
Por lo que hace referencia al fenómeno de la ignorancia sobre lo que estaba pasando aducido por algunos líderes kurdos, a un supuesto engaño por parte del Estado, Ayn manifiesta su disconformidad en estos términos:
Aquí es necesario preguntarse qué es lo que no sabían ¿Matar a una persona, quemar a un pueblo en los establos y destruirlo es algo relacionado con la conciencia? Además de eso, ¿solo los ignorantes matan? Por tanto, “la literatura de la ignorancia” es una especie de doctrina de empatía, una especie de documento de blanqueo que dice “entender a los kurdos involucrados en los incidentes.” Sin embargo, para la gran mayoría de los que participaron en progromos y genocidios, especialmente, los kurdos de Hamidiye, es más correcto decir que “lo sabían, y precisamente por eso lo hicieron.” A los que efectuaron este trabajo les gustó la idea que matar a los armenios les traería prestigio en la comunidad, poder ante otras tribus, aceptación ante el Estado, apoderamiento de la tierra y plusvalía,compartir relaciones de propiedad y, finalmente, tener los medios de producción.[14]
Julián Casanova, por su parte, en Una violencia indómita. El siglo XX europeo (Crítica, 2020) se remonta a las masacres sufridas por los armenios a finales del XIX para poner de relieve que, ya entonces, hubo participación kurda den las mismas.
[…] En 1894, kurdos y tropas otomanars destruyeron pueblos matando indiscriminadamente a todos los armenios que encontraron. En diciembre del año siguiente, más de tres mil armenios fueron quemados vivos en la catedral de Urfa y más asesinatos en masa tuvieron lugar en Constantinopla y Asia menor.
Esas masacres, ocurridas entre 1894 y 1895 , denominadas hamidianas, por ocurrir bajo el mandato del sultán Hamid, quien las consintió y amparó, causaron decenas de miles de víctimas -cerca de trescientas mil, según las investigaciones más recientes- y protestas políticas y diplomáticas. […] Según el informe de un diplomático ruso, en 1901, los supervivientes armenios en Sassoun subsistían en una “casi dependencia feudal” de los kurdos locales. “Cada armenio es asignado a algún kurdo y obligado a trabajar para él; los kurdos venden a sus siervos cuando necesitan dinero; si un kurdo mata a un siervo, su señor se venga matando a un siervo perteneciente al asesino.[15]”
Hay investigadores, sin embargo, que consideran que se ha exagerado-e incluso inventado- la implicación kurda en el genocidio armenio. Es el caso del historiador de esta etnia Sedat Ulugana.
En un artículo sobre la participación de su pueblo en las masacres, el autor empieza con esta frase: “ El esclavo que no puede decir nada a su amo, es capaz de llegar a creerse su culpabilidad por el crimen cuya responsabilidad le ha sido atribuida.”
Ulugana afirma no creer que el Imperio otomano no hubiese tenido una agenda secreta en relación a los armenios y manifiesta su disconformidad con las tesis de ciertos círculos que defienden que “la masacre se produjo de forma espontánea durante los años de guerra” El genocidio contiene conceptualmente un programa uniforme y un marco disciplinado. Sin embargo, cuando se observan las masacres contra los armenios, las “deficiencias del plan” salen a la luz. El motivo principal es que la voluntad de los territorios locales prevalece sobre la del gobierno central Eso no es algo específico que se diera durante las matanzas de armenios, sino que constituye una antigua característica de una administración otomana indisciplinada. Es precisamente desde aquí, del punto en que la voluntad territorial se hace visible, que parte- siempre según Ulugana- la tentativa de cargar sobre las espaldas de los kurdos la responsabilidad del genocidio.
Para el historiador kurdo, con la excepción de algunas familias de la élite de su pueblo originarias de los regimientos hamidianos, a principios del siglo XX predominaba un espíritu de solidaridad y de vida común entre kurdos y armenios. No hay que olvidar, por supuesto, las expediciones de pillaje y los homicidios en masa de los regimientos hamidianos durante este periodo ya que estos no solamente organizaron expediciones de pillajes contra los armenios sino que atacaron igualmente a las tribus que no encontraban su lugar en el sistema hamidiano.
La monarquía constitucional de 1908, es decir, el régimen revolucionario de los “Jóvenes Turcos” se corresponde con un momento de ruptura importante en las relaciones kurdo- armenias así como en toda la esfera otomana.
Antes de esta fecha, prosigue Ulugana, los kurdos hamidianos que era fieles servidores del califato y del Imperio otomano, fueron acusados en 1908 de “colaboradores criminales del régimen cruel de Abdulhamid “ y tildados de “reaccionarios anticonstitucionales y anti-progreso.” Hasta 1908, mientras que los armenios eran para el Estado dañinos, pasadas estas fechas fueron progresivamente considerados como “víctimas del régimen hamidiano.” Y, sin ningún género de duda, el arquitecto de esta transformación fue la organización Tasnaksütyun [Dashnaksutyun: La Federación revolucionaria armenia, la FRA].
De esta manera, Rupen Pacha, uno de los cuadros de la organización Dashnaksutyun, que combatía las tropas otomanas en la llanura de Mus, bajó a Mus al conocer unos días más tarde la proclamación de la nueva constitución de 1908. Aplaudido por la población de la localidad se unió a Ômer Naci y a su desfile militar en la ciudad. Ulugana pone de relieve que Naci se convertirá en uno de los altos cuadros de la Organización Especial (Teskilat.i-Mahsusa) implicada en el genocidio armenio. A su vez este se codea con Hodja Ilyas Sami, descrito como el “organizador provincial” del genocidio. Además, Hodja Ilyas Samir que no reinvindicó nunca su kurdicidad y Keagäm Garabetyan fueron conjuntamente y sin discontinuidad elegidos en la Cámara de diputados como parlamentarios del distrito de Mus, en el seno de la alianza del Comité Unión y Progreso (CUP) y la organización Dashnaksutyun (1908-1914)
En conclusión para Sedat Ulugana, durante todo este proceso serán de ahora en adelante los kurdos, particularmente, los regimientos hamidios, los chivos expiatorios. Y uno de los principales impulsores del mismo es, desde su punto de vista, precisamente, Aydinkaya. El énfasis que pone este en el hecho de que durante el genocidio, oficiales de origen kurdo estuvieran presentes en las filas del ejército otomano (lo que explicaría su posterior implicación en el mismo) es cuestionado por Ulugana. Y aporta como argumento que entre los militares del ejército de Estanbul había también oficiales de origen armenio, como Toroslan, decenas de árabes y de turcos, albaneses, bosnios, circasianos, etc. que se encontraban igualmente en los frentes de guerra. Cibranli Halit Bey, (Varto, Mus, Anatolia oriental, 1882- Bitlis, 1925), militar otomano de origen kurdo, acusado durante muchos años de haber dado apoyo e incluso organizado el genocidio, estaba , en realidad, en el frente palestino, lejos de las zonas donde vivían los kurdos y los armenios. No llegará a la región hasta 1916 y salvará, según Ulugana, a cientos de civiles armenios de las manos de Halit Karsialan, comúnmente conocido como Deli Halit Pacha, (Besiktas, Estambul, 1883- Ankara, 1925) (que sería condecorado después de la contienda con la Medalla de la de Guerra de la Independencia) cerca de Kars y los conducirá hasta las tribus Aras. Además, salvaron a Kadri Cemil Pacha e Ihsan Nury y rescataron, igualmente, a cientos de civiles armenios en los alrededores de Igdir.
Es evidente que la participación de parte de los kurdos en las masacres -al nivel que fuera y al margen que quien las incentivara fuese el Imperio otomano- ha dejado huella en la memoria colectiva. Adnan Çelik, al respecto se refiere a expresiones todavía muy usadas por los habitantes de la zona como “cien años de maldición” o “cien años de suspiros y remordimientos. ”Los malos tratos infligidos por elementos kurdos a los armenios han dado lugar a la transmisión de una memoria colectiva negativa impregnada de culpabilidad aún muy viva en Diyarbakir». “Cien años de maldición” que atormentarían a los kurdos a causa de su implicación en las atrocidades de 1915; he aquí una representación extremadamente extendida y que se expresa hoy en pleno día en Diyarbakir. No pocos acontecimientos negativos son considerados, de alguna manera, como una represalia del destino por las injusticias cometidas aquellos años. Así, por ejemplo, la expropiación de los bienes raíces kurdos que se habían beneficiado de los espoliados a los armenios, o la razón de la extinción de la última generación de sus familias.
Çelik encuentra, además, paralelismos entre las representaciones colectivas que se dan actualmente entre los habitantes de Diyarbakir y las de los cristianos de la época, testigos directos de las masacres. Se encuentra, por ejemplo, esta dimensión mesiánica, en el sentido de Walter Benjamin en las historias de dos dominicanos, Hyacinthe Simon y Jacques de Rhétoré, que habían asistido al genocidio de Mardin (en el SE de la actual Turquía en el límite con la frontrera siria). Hyacinthe Simon cuenta que una epidemia afectó la localidad a inicios de diciembre de 1915 y provocó la muerte de numerosos musulmanes:
La venganza de Dios ha empezado exactamente seis meses después del arresto de las élites cristianas de Mardin el 3 de diciembre de 1915 […] Incluso los no cristianos lo esperaban:”Dioban, una mujer musulmana decía:”El miedo y la muerte están sobre nuestras cabezas, todos los musulmanes son responsables, sí; eso es todo” Otra musulmana: “Dios nos castigará severamente y continuará castigándonos” Y otra más: “Hemos hecho muchas cosas contra los cristianos. Dios no nos perdonará.[16]”

En los últimos años, los ayuntamientos pro-kurdos han promovido iniciativas, a veces de origen privado pero con el apoyo de las autoridades locales, con el fin de rehabilitar el pasado armenio de la zona: la restauración de la gran iglesia Surp Giragos, en Diyarbakir; la impartición de cursos de lengua armenia, la publicación de cuentos armenios, la conmemoración del genocidio cada 24 de abril y, finalmente, las disculpas públicas y oficiales de diputados kurdos por la participación de elementos de su etnia en las masacres. En este contexto, se puede mencionar, igualmente, la carta enviada a Agos por Abdulläh Öcalan en la cual califica la tragedia de 1915 como un genocidio que, tarde o temprano, tendrá que afrontar la República turca.
BIBLIOGRAFÍ
AAdnan, Çelik “Mémoire du génocide des Arméniens à Diyarbakir: une présence par l’absence.” En: Varai. Études arméniennes contemporaines, nº 7, 2016, p.7-37. Disponible en: https://journals.openedition.org/eac/975Aktan Irfan“L’identité kurde est marquée par l’oppression et la résistance, le silence et le cri.” En: Repair, 14/05/2014. Disponible en: https://repairfuture.net/index.php/fr/l-identite-point-de-vue-de-turquie/l-identite-kurde-est-marquee-par-l-oppression-et-la-resistance-le-silence-et-le-cri
BarAbraham , Abdulmsesih “El papel de los kurdos en el genocidio armenio y sirio.” En:Seyfo Center.Assirian Genocide Research Center, 23/05/2020.
Casanova, Julián“La semilla de 1914” Una violencia indómita. El siglo XX europeo. Barcelona: Crítica, 2020, p. 65.
Fréderike Geerdink “Los kurdos en Turquía expían su papel en el genocidio armenio.” GlobalPost.22/09/2020 GlobalPost. Disponible en: www.pri.org./stories/kurds-turkey-atone-their-role-armenian-genocide.
Larané, André “24 avril 2015. Le génocide arménien.” En: herodote.net. Le média de l’histoire, (consulta 26/09/2020).
Disponible en: https://www.herodote.net/24_avril_1915-evenement-19150424.php
Olarieta, Juan Manuel “La participación de los kurdos en el genocido armenio.” En: Agenda Roja Valencia 12/06/2016. https://agendacomunistavalencia.blogspot.com/2016/06/la-historiografia-kurda-y-los-que-miran.html
NOTAS
1 En los pueblos que fueron privados, semanas antes, de sus notables y de sus hombres jóvenes, los militares y la policía reunieron a las mujeres y a los niños que fueron agrupados en largos convoyes y enviados a Deir ez-Zor, junto al Éufrates, una región desértica de la Siria otomana.
André Larané “24 avril 2015. Le génocide arménien.” En: herodote.net. Le média de l’histoire, (consulta 26/09/2020).
Disponible en: https://www.herodote.net/24_avril_1915-evenement-19150424.php
2 Ibidem.
3 En algunos Estados musulmanes, gobernador de una provincia, o de una parte de ella.
https://dle.rae.es/val%C3%AD
4 Adnan Çelik “Mémoire du génocide des Arméniens à Diyarbakir: une présence par l’absence.” En: Varai. Études arméniennes contemporaines, nº 7, 2016, p.7-37. Disponible
en: https://journals.openedition.org/eac/975
5 Ibidem
6 Ibidem
7 Irfan Aktan “L’identité kurde est marquée par l’oppression et la résistance, le silence et le cri.” En: Repair,
14/05/2014. Disponible en: https://repairfuture.net/index.php/fr/l-identite-point-de-vue-de-turquie/l-identite-kurde-est-marquee-par-l-oppression-et-la-resistance-le-silence-et-le-cri
8- Fréderike Geerdink “Los kurdos en Turquía expían su papel en el genocidio armenio.” GlobalPost,22/09/2020 GlobalPost. Disponible en: www.pri.org./stories/kurds-turkey-atone-their-role-armenian-genocide.
9 -J Juan Manuel Olarieta “La participación de los kurdos en el genocido armenio.” En: Agenda Roja Valencia 12/06/2016. En: https://agendacomunistavalencia.blogspot.com/2016/06/la-historiografia-kurda-y-los-que-miran.html
10- La Agenda Libre.
11 “Reconocimiento kurdo del genocidio armenio” En: Wikipedia.The Free Encyclopedia.
(consulta25/10/2020)Citado por: Abdulmsesih BarAbraham “El papel de los kurdos en el genocidio armenio y sirio.” En: Seyfo Center.Assirian Genocide Research Center, 23/05/2020.
13- Se trataba de un organismo que establecido en las ciudades y que llevaba a cabo, la planificación, el tranporte y lagestión del genocidio. Según el periodista Abdulmesih BarAbraham, su funcionamiento era muy eficaz.
14 Ibidem.
15 Ben Kiernan, Blood and Soil. A World History of Genocide and Extermination from Sparta to Darfur.p.44Citado por:Julián Casanova “La semilla de 1914” Una violencia indómita. El siglo XX europeo. Barcelona: Crítica, 2020, p. 65.16 H.Simon, 2008, p.196. Citado por: Adnan Çelik “Mémoire du génocide des Arméniens à Diyarbakir: une présencE par l’absence.” En: Varai. Études arméniennes contemporaines, nº 7, 2016, p.7-37. Disponible en:https://journals.openedition.org/eac/975
[1] En los pueblos que fueron privados, semanas antes, de sus notables y de sus hombres jóvenes, los militares y la policía reunieron a las mujeres y a los niños que fueron agrupados en largos convoyes y enviados a Deir ez-Zor, junto al Éufrates, una región desértica de la Siria otomana.
André Larané “24 avril 2015. Le génocide arménien.” En: herodote.net. Le média de l’histoire, (consulta 26/09/2020).Disponible en:
https://www.herodote.net/24_avril_1915-evenement-19150424.php
[2] Ibidem.
[3] En algunos Estados musulmanes, gobernador de una provincia, o de una parte de ella.
[4] Adnan Çelik “Mémoire du génocide des Arméniens à Diyarbakir: une présence par l’absence.” En: Varai. Études arméniennes contemporaines, nº 7, 2016, p.7-37. Disponible en: https://journals.openedition.org/eac/975
[5] Ibidem.
[6] Ibidem
[7] Irfan Aktan “L’identité kurde est marquée par l’oppression et la résistance, le silence et le cri.” En: Repair, 14/05/2014. Disponible en: https://repairfuture.net/index.php/fr/l-identite-point-de-vue-de-turquie/l-identite-kurde-est-marquee-par-l-oppression-et-la-resistance-le-silence-et-le-cri
[8] Fréderike Geerdink “Los kurdos en Turquía expían su papel en el genocidio armenio.” GlobalPost,
22/09/2020 GlobalPost. Disponible en: www.pri.org./stories/kurds-turkey-atone-their-role-armenian-genocide.
[9] Juan Manuel Olarieta “La participación de los kurdos en el genocido armenio.” En: Agenda Roja Valencia 12/06/2016. En: https://agendacomunistavalencia.blogspot.com/2016/06/la-historiografia-kurda-y-los-que-miran.html
[10]La Agenda Libre.
[11]“Rconocimiento kurdo del genocidio armenio” En: Wikipedia.The Free Encyclopedia. (consulta25/10/2020)
En: https://en.wikipedia.org/wiki/Kurdish_recognition_of_the_Armenian_Genocide
[12]Feyzi Çelik Citado por: Abdulmsesih BarAbraham “El papel de los kurdos en el genocidio armenio y sirio.” En: Seyfo Center.Assirian Genocide Research Center, 23/05/2020.
[13]Se trataba de un organismo que establecido en las ciudades y que llevaba a cabo, la planificación, el tranporte y la
gestión del genocidio. Según el periodista Abdulmesih BarAbraham, su funcionamiento era muy eficaz.
[14]Ibidem.
[15] Ben Kiernan, Blood and Soil. A World History of Genocide and Extermination from Sparta to Darfur.p.44. Citado por: Julián Casanova “La semilla de 1914” Una violencia indómita. El siglo XX europeo. Barcelona: Crítica, 2020, p. 65.
[16]H.Simon, 2008, p.196. Citado por: Adnan Çelik “Mémoire du génocide des Arméniens à Diyarbakir: une présence par l’absence.” En: Varai. Études arméniennes contemporaines, nº 7, 2016, p.7-37. Disponible en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario