DE LA ARTICULACION DEL PENSAMIENTO Y POR EL LENGUAJE (el) SER DEL PENSAMIENTO



DE LA ARTICULACION DEL PENSAMIENTO Y POR EL LENGUAJE (el) SER DEL PENSAMIENTO (1 DE 1) 



Jorge maqueda merchán
Jordi maqueda
Aceuchal / 06207 (Badajoz - España)



Es difícil en ocasiones expresarse después de lo observado de alguna cosa antes, y cuánto más, todavía, expresar eso que sentimos acerca de lo observado; y así nos va.... No obstante, persisto en este deambular inagotable como pequeña condena que sufro con (júbilo→ eso que siento propio y de alguna cosa (lo→ que es antes de alguna manera y fuera del texto en el medio y en relación a alguna cosa de la propia experiencia / después lo→ de un texto y de una palabra lo→ del júbilo): cuando a ello de nuevo vuelvo y de un texto, que (ciertamente no-es cualquier texto) lo de una experiencia antes / que-es→ “una de esas cosas que Edgar Morín llamaría cuestiones ingenuas y banales (que todos solemos plantearnos entre los siete y los diecisiete años de edad, y que más tarde se inhiben (y de uno mismo la imposibilidad de ser de ellas) al mismo tiempo que nos oprime y asfixia pues de exponerlas se ridiculizan en cuanto entramos en las Universidades y en las Doctrinas”; aunque. en mi caso ―que no soy de universidad ni doctrinas― me gustaría compartir de algunas lecturas, donde frases, enunciados, se dijeron que me dieron solo en que pensar, por el contrario (de otras lecturas) que como potencia y del pensamiento (antes) de la acción me movieron después (hacia→ actuar y a las me remito; de entre ellas una y donde entendí “El mundo era lo expresableluego lo que no era expresable quedaba fuera del mundo”. Después, y en la proposición 5.6 de su obra Tractatus Logico-Philosophicus Ludwing Wittgenstein afirmaba, «los límites de mi lenguaje Significan los límites de mi mundo» («Die Grenzen meiner Sprache bedeuten die Grenzen meiner Welt»). Y no parece que lleve poca razón. Nos educan mediante el lenguaje (siempre presente en nuestra formación desde edad muy temprana, siendo casi lo primero que aprendemos) pero, el lenguaje, como todo lo pretendidamente humano (y creado por las personas en su ilimitada imperfección) es incompleto e imperfecto, en tanto que no sirve universal y entera o correctamente a su fin, y, por tanto (comunicarse, solo por medio del lenguaje no es hacerlo manifestándose uno enteramente a los demás). Es cierto, que de una parte el lenguaje permite ejercer el pensamiento hacia fuera (expresarnos), pero al mismo tiempo de una parte nos limita de una sola forma: en las propias limitaciones de este; y de otro lado a veces somos en las propias limitaciones de uno: ausente del sentido propio de una cosa―por el mismo lenguaje― lo referido del otro→ pues, indudablemente, no podemos, y nadie puede representarse y ser del pensamiento entendiendo (de la memoria) de cualquier cosa que se nos refiera, sin haber sido antes nosotros en alguna experiencia de lo mismo (y de alguna cosa: luego en concreto de esa misma cosa (y en conciencia propia) después representada ante nosotros del pensamiento (aquello→ de lo que nos está hablando otro que nos lo refiere (por medio de una correcta definición lingüística. Y aun así, entendemos, que el significado de las palabras siempre depende de otras  palabras, y sin esas otras, no hay nada, y lo mismo cuando no se ha considerado en ningún momento la necesidad de la experiencia→ como fuente primera de entendimiento de una cosa (de uno) y de toda palabra y nombre (o significante) de su significado de su verdad que deseamos transmitir mediante el lenguaje; Dicho de otra manera, el significado es el contenido y el significante es la forma física de un signo (como la palabra) que representa alguna cosa

Luego, qué ocurre si “algo” es de una palabra→ “indefinible” a la conciencia propia (en ese sentido mismo del logos: y de una verdad propia / y al escuchar aceptamos verdad de una palabra→ algo, que es aquello “indefinible” sin propio significado de nosotros mismos (lo de otro) no encontrando de la experiencia propia su verdad de alguna cosa, y solo encontrando otras palabras que lo definen en el sentido de algo (que es el sentido del otro (de algo) impropio que nos han explicado, pero que no conocemos de ninguna forma ninguna cosa nosotros, ni de la propia experiencia de aquello que no-es en nuestra conciencia (y nada ahí) pues… sencillamente no existe de nosotros / más después comprobando y del lenguaje que es de la razón (articulado aquello mismo) y de una representación (algo) de nada que ya hemos comprendido (por medio del lenguaje) de lo que otros antes nos han explicado (por medio del lenguaje) y que ahora podemos recordar, como la cara de un hijo. ¿Lo pensaron así alguna vez? Luego y no en pocas ocasiones, llegamos a pensar (yo mismo lo hago) que más parece que no somos nosotros quienes usamos el lenguaje, sino que este nos utiliza a nosotros: desde aquel instante en que aquello que observamos en el camino, de alguna manera y sólo se explica de inmediato en nuestra mente (del pensamiento→ por el lenguaje) incluso antes de encontrarle uno mismo el significado al ente, que nos encontramos observamos armada la frase que con las palabras propias definen aquello, que curiosamente ― y a veces ocurre― que de la propia experiencia, no conocíamos.

Esta  reflexión parte de la idea de ser uno del pensamiento (desde las ideas o conceptos que refieren entidades aprendidas de otros (y preso de estas por el pensamiento y de su ser→ la palabra) sin ser percibida la situación, lo cual genera una paradoja (que observamos / mas no advertimos (lo serio de ésta) cuando al intentar consolidar nosotros una identidad (de alguna cosa y de nosotros mismo observada del medio (en nuestra propia revelación (lo de uno mismo) no percibimos como el mismo pensamiento (por la luz la razón (y de la sombra del lenguaje (en la palabra), se dispara articulándose de ésta a controlar (y dar sentido de pensar o imaginar) y limitando así la manifestación espontánea y diversa de aquello mismo (de una cosa del medio y propia) a la mente de uno / amputando de la conciencia aquello mismo del medio que correspondería al conocimiento desde sus propias sensaciones y percepciones de lo mismo (en particular / lo de uno mismo después y de su propia experiencia)

Peor aún es→ cuando nos abstraemos de la experiencia inmediata y directa—y nuestro pensamiento se distancia de la vivencia pura (y solo pensando de un espacio en una estancia limitada) ― se impone una suerte de control del impulso (que impide ser del acto hacia→ que la sustancia esencial de la mente se despliegue moviéndose uno del medio de todas en todas sus formas. Esta limitación no es únicamente una restricción desde lo conceptual (aprendido de otro) que nos lleva a pensar que de un nombre una flor (es) y (es) lo mismo que esa flor que yo tengo ante mis ojos); sino y más allá incluso se trata de un fenómeno (irracional) en el cual el esfuerzo por dominar el pensamiento (desde la razón actúa antes como una barrera impidiendo o negando el impulso que a uno le lleva a conocer alguna cosa y siendo después desde la experiencia propia y (en conciencia de aquello) de lo que la mente luego se expresa de los verdaderos colores y riqueza innata variando entre la inmediatez intuitiva y las estructuras discursivas del pensamiento (siempre frente una cosa)

Luego, y sin salirnos de este mismo marco: la filosofía abordada desde el mismo pensamiento de una perspectiva que desafía el correlacionismo→ aquella noción que se asume donde  el pensamiento humano del mundo están intrínsecamente vinculados de modo que uno no puede concebirse sin el otro, y donde la contingencia de lo real es absoluta (en algunos casos→ entendiendo) que un evento, estado o cosa, puede ser→ de alguna manera o de cualquier manera/ dependiendo de la situación, sin ser antes necesario ni imposible después del pensamiento (algo→ que se presenta con cierto margen de incertidumbre y que puede o no concretarse del todo o de alguna forma (algo) dando opción s que el pensamiento (por la razón) pueda formular enunciados acerca de entidades que “no son” y son en el sentido radical, es decir→ entidades que no están determinadas de una forma desde La percepción Directa, La Inferencia y el Testimonio Valedero como pruebas de una naturaleza real preestablecida (que todos más o menos entendemos de lo que conocemos) pero son→ del pensamiento entidades). Lo que nos lleva después a La Confusión, en Lo Engañoso de una Expresión Verbal totalmente desconectada con la realidad y, por tanto, a un Falso Conocimiento. En este sentido, el pensamiento humano, aun cuando se origina en su propia estructura y limites propios, es capaz de plantear y dar sentido a las preguntas de uno que trascienden lo limitado de la propia experiencia directa o incluso ausente de esta, abordando después una realidad radicalmente contingente→ “que no-es necesaria”, sino que depende de las circunstancias, condiciones o deseos de uno para existir u ocurrir (evolucionado después de otros). A continuación, algunos ejemplos breves que ilustran (lo que queremos decir→ en relación a otras materias) que se han mencionado de otros textos y en relación de alguna manera y de lo mismo que estamos trabajando:

Imaginemos la observación de un fenómeno astronómico, como la explosión de una supernova, que nos ofrecería algunas (sensaciones inmediatas) de la percepción o visión directa. Por ejemplo: la supernova del Cangrejo, es una supernova que fue ampliamente vista en el año 1054, y según astrónomos chinos y árabes, fue notoria a la luz del día durante 23 jornadas y visible 653 noches, a partir del 10 de julio de 1054 hasta el 12 de abril de 1056. Sin embargo, a partir de esos datos, extrapolados a hoy mediante telescopios (y de las supernovas actualmente, los científicos deducen más allá de estas y las leyes físicas subyacentes: la forma de cómo es y no-es o se manifiesta la materia en el universo. Este proceso refleja la postura especulativa al reconocer que, aunque percibamos el evento individualmente y de nuestras propias sensaciones de su aparición sintiendo alguna cosa / después su desarrollo y explicación se fundamentan hoy como parte o dentro de una realidad (o paradigma) independientemente de nuestra experiencia directa (es lo que dicen otros que es, y más allá incluso de lo que podamos sentir de nosotros que es).

Luego de marcos conceptuales en el ámbito teórico: un físico, parte de ciertos datos experimentales (premisas). Luego y a través del razonamiento deductivo, deduce (lo que no-es a los sentidos→ la existencia de partículas aún no detectadas físicamente). Aquí, la validez del testimonio de datos medibles se combina con la lógica para proponer (o asentar) un modelo que supone la presencia de una realidad (y formas) más allá del fenómeno observable, alineándose con la idea del materialismo especulativo de que lo real trasciende la misma realidad observable Lo que para algunos podría ser y no-ser→ nada / lo que realmente no-es pero es y es como es→ abierta a múltiples interpretaciones e incluso a no existir y existir→ de uno luego de otro evolucionando (meméticamente) y en el ejercicio: en el sentido que algo se configura a partir de una interrogación constante sobre la naturaleza de (algo) que no existe de nosotros, pero existe y de una pregunta después acerca de lo que no-es… Y Nos  movemos ahora hacia esa otra línea de reflexión que apunta a (eso→ de lo mismo y pensamiento) que se denomina filosofía y de razonamiento (o solo de pensamiento→ especulativa)

Tanto en las propuestas en las corrientes del realismo y materialismo especulativo, se busca trascender la limitación impuesta por la estrecha correlación entre sujeto y objeto o realidad. Apostando por una capacidad del pensamiento que-es→ aunque originada en criterios físicos  y experienciales ( en su origen), capaz (por sí misma) de extenderse de una realidad que, en sí misma es y es diferente a nuestra perspectiva.

Dicha filosofía especulativa (si es que podemos hablar hoy de otros tipos de filosofía distinta) se erige→ desde la posibilidad de uno y ser pensamiento y moverse de él a-hacia→ y de las cosas que son de la realidad en el medio (y de un margen de movimiento interpretativo) luego a no moverse de la propia realidad de una estancia (en lo que después se nos explica cómo una apuesta por recuperar la facultad del pensamiento expresada en la posibilidad de generar marcos interpretativos y no como lo que-es→ un abrazo a la incertidumbre que deviene del pensamiento encerrado o cerrado al mundo (y más propio de un lugar y personas con poca luz); pero, que curiosamente  a algunos nos permite observar de esa tensión de un pensamiento controlado y de la angustia… después entender de la ausencia de la propia experiencia la imposibilidad luego de un enunciado que capte la apertura de lo real a una conciencia (que después de una experiencia se pueda explicar), y de lo que se establece (entiendo→ el centro del que debería ser un debate del pensamiento contemporáneo (español) empezando desde su propio ser)

Que nos mueva a repensar (y tomados de la mano de un hilo de cordura) no solo los límites del conocimiento humano sino también la manera en que hoy entendemos el sentido relativo de las cosas que se articula desde la libertad especulativa para cuestionar y reinventar los fundamentos mismos de lo que se conoce de las ultimas causas (o de la realidad). Frente a la realidad misma y manifiesta donde todos los eventos, incluyendo las acciones humanas, están causalmente determinados y se puede entender de o por causas anteriores y son y es por lo tanto necesario (poder conocerlos entendiéndolos desde un determinado origen) Y no caer en la contradicción / y decir yo soy (aquí y ahora de esta manera→ un filósofo) y pretender después reinventarse de otra realidad imaginaria y distinta (y ausente de la realidad misma de la que es y a la que “radicalmente” pertenece).

Luego entiendo, y de mí mismo, que el pensamiento se revela (a veces ajeno) y no solo como una herramienta para describir el mundo, sino como aquello que se atreve a dialogar con una realidad mayor de la que nos hace y no nos hace participes (y tomemos ahora ese hilo de cordura→ pues parece negarse de uno el propio pensamiento a encasillarse en definiciones preestablecidas y verdades de otros, más cuando estas son aceptadas (más les hace después parecer, y refiero de todos en general: extraviados)  Por tanto… De nuevo y de mí mismo, entiendo:

La percepción directa, la inferencia y el testimonio valedero como pruebas o tres formas de conocimiento y verdad que constituyen fundamentos esenciales en nuestra búsqueda de la propia verdad. La percepción directa nos ancla en la experiencia inmediata de la realidad de uno mismo; la inferencia, mediante el razonamiento lógico a partir de datos o premisas, nos permite construir conclusiones que trascienden de uno la mera experiencia sensorial; y el testimonio valedero (de otro), respaldado por la credibilidad y la tradición, ofrece una verificación adicional en contextos específicos hacia la propia verdad o conocimiento de algo en relación a alguna cosa (de una cosa concreta y d nosotros nuestra verdad después). Cada uno de estos métodos funciona como una prueba de la realidad, estableciendo un puente entre el pensamiento de uno y lo que es –sin embargo, debemos reconocer que su eficacia reside en que, al ser usados correctamente (y de un margen interpretativo), cada uno se sustenta en una conexión genuina con la naturaleza de las cosas (que son entendidas de sí mismas antes y en conciencia de uno mismo luego de aquello (una cosa) y de lo otro y él→ ser del pensamiento lo mismo uno consciente). Yo soy, de lo de mi mismo→ el pensamiento / luego por la palabra (él→ de un texto) de un nombre y una forma fuera del texto.

La confusión como falso conocimiento: Cuando el conocimiento se construye sobre premisas que no están fundamentadas en la verdadera esencia o en la "real naturaleza" de un fenómeno, surge lo que podemos denominar confusión (cuando no es la falsedad por medio de propios intereses lo que prima). Este falso conocimiento no es simplemente una equivocación temporal, sino un descarriar nuestro pensamiento que nos aleja del entendimiento profundo de la realidad. La confusión se manifiesta cuando interpretaciones parciales, erróneas o falsas se presentan como verdades firmes, desviando así la búsqueda de sentido hacia rutas que no corresponden con lo que realmente es→ una necesidad propia de nosotros conocer). En este sentido, la claridad en la percepción y la consistencia en el razonamiento son vitales para evitar caer en interpretaciones distorsionadas del mundo.

Lo engañoso en la expresión verbal y su desconexión con la realidad: El lenguaje, herramienta central a través del cual estructuramos el pensamiento y compartimos conocimientos, posee una ambivalencia inherente. Por un lado, es capaz de transmitir ideas complejas y de generar marcos interpretativos que nos permiten comprender de la realidad misma igual lo contingente y lo imprevisto; por otro, puede volverse engañoso cuando las palabras empleadas carecen de una correspondencia directa con la experiencia real o con la naturaleza propia de las cosas. Cuando el discurso se distancia del referente (y de una cosa) que pretende describir, se generan malinterpretaciones y, como consecuencia, se alimenta una comunicación que, lejos de acercarnos a la verdad, nos conduce a un constante estado de ambigüedad y falsedad simbólica. Este fenómeno es o deberían ser especialmente críticos aquellos contextos filosóficos, donde la precisión en el uso del lenguaje es crucial para no desvirtuar el significado de enunciados (en relación a la experiencia propia de alguna cosa).

En el marco de una filosofía especulativa –donde se pretende trascender la rígida correlación entre el pensamiento y la experiencia– estas tres proposiciones permiten cerrar una separación y a la vez una reflexión que se mueve entre la posibilidad de generar sentido de nada y el riesgo intrínseco de equivocación. La percepción directa, la inferencia y el testimonio valedero se erigen como pilares que, en conjunto, ofrecen una base robusta para acceder a lo real (desde lo cual ser y después del pensamiento movernos de algo (hacia alguna cosa). No obstante, debemos ser conscientes de que el pensamiento está siempre expuesto a la tentación de la razón a caer en la explicación de lo que no-es y por tanto en la confusión extraviándose uno: cuando precisamente y de la explicación de lo que no-es se fundamenta un falso conocimiento (aprendido) desvinculado de lo que es de la verdadera naturaleza antes de los fenómenos luego de las ideas, o cuando el discurso verbal se aparta de lo que realmente es hacia lo no-es pero que se pretende representa (de algo ) alguna cosa.

Luego  la tarea del pensador contemporáneo –y de quien se adentra en el terreno de lo desconocido– consiste en mantener el ser→ de algo entendiendo alguna cosa) que no-es de una forma concreta y moviéndose manteniendo viva la conexión entre el pensamiento y realidad, utilizando las pruebas o experiencia válidas ―empezando desde las propias sensaciones de alguna cosa ahí que no-es pero es y existe lo que a los sentido ordinarios no parece existir― para sostener nuestro conocimiento. Al mismo tiempo, es imperativo reconocer y evitar engaños que surgen de la confusión conceptual y del uso impreciso del lenguaje. Solo a través de un discurso riguroso se podrá lograr una comprensión más profunda de lo que es y no-es libre de lo que son distorsiones, en las que el sentido se fundamente en el reconocimiento real (aunque sea de alguna manera y de alguna forma: partiendo de vagas pero precisas sensaciones). Luego Se abren aquí  múltiples senderos que se bifurcan para explorar distintas tradiciones de pensamiento desde las escuelas de filosofía oriental– que han abordado el reto de articular un conocimiento que sea simultáneamente fiable y abierto.

El ser uno del pensamiento (-y de otro)  (a la vez / es impedir por el control (cuando uno es ausente de la propia experiencia) que la sustancia que constituye la Mente tome diversas formas  गः.  Durante ese tiempo el ser de (uno) descansa en su propio estado y uno mismo (inmodificado (sin representaciones falsas). En otros momentos el ser está identificado con las modificaciones (proponiendo cuestiones / luego de uno pensando en cosas que no son-ahí / pero son formas del pensamiento que representan realidades o supuestas realidades imaginarias) यो. 5. Hay cinco clases de modificaciones o vrittis (algunas) dolorosas y (otras) no dolorosas. 6. (Estas son: el recto conocimiento (comprensión profunda y correcta de la realidad y, por ejemplo: de alguna cosa sin experimentar dicha cosa o ninguna cosa (la imaginamos); luego la falta de discernimiento (incapacidad de distinguir lo que es correcto de lo incorrecto ( no distinguir verdad de una cosa de uno mismo de la no verdad de lo mismo (cuando es de otro su verdad); la ilusión verbal (se refiere a una situación en la que el lenguaje, ya sea escrito o hablado o pensado, crea una imagen o percepción errónea en la mente del oyente o lector): lo mismo de otra manera es: no distinguir de la realidad la posibilidad de un sueño y establecerse de la memoria representarse de algo en lugar de por conciencia de una cosa. 7. Luego la percepción directa, la inferencia (proceso mental donde, a partir de premisas o datos, se llega a una conclusión lógica) y el testimonio valedero (considerado válido, creíble y aceptable en un contexto específico, un relato o declaración que se considera como prueba fehaciente o confirmación de alguna cosa concreta) son pruebas. 8. Confusión es falso conocimiento no establecido en la real naturaleza de una cosa. 9. Lo engañoso en la expresión verbal proviene de palabras que no tienen ninguna (relación con la) realidad―(Samadhi Pada 1-9 ).

 

 

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