ADVERTENCIA
De lo que aquí se trata, y quiero dejar esto bien claro para no confundir a nadie, es en relación a unas experiencias (propias) de las que entiendo un conocimiento que todavía no se bien dilucidar Esto no es un estudio a priori, basado en unas ideas abstractas o algo parecido, u otro tipo de estudio científico (metodológico), sino un intento trabajoso por mi parte de entender un buen número de experiencias singulares y percepciones físicas propias, y propiciadoras (desde hace un par de años) de una clase diferente de entender y estar en el mundo: un saber o conocimiento, no lo sé, pero en todo caso muy difícil de acometer y más de entender, pues como la lechuza de Minerva, solo trae su mensaje cuando el día ha terminado, y por tanto ignoro aún su fin ―o finalidad, siquiera si la tiene (esto siempre me dio igual)― más allá de en lo que a mí mismo me atañe, respecto mi persona; esto es: principalmente entender y entenderme a mí mismo en el mundo, y al mundo que me rodea (J Maqueda).
Alguien dijo una vez que auténtico del aprendizaje es confirmar de alguna manera algo que ya está dentro de nosotros: aprender sería por tanto un redescubrimiento más que una novedad. Es cierto que partir de una edad todos tenemos las suficientes experiencias (aquí me reconozco) para que instruirse en ellas sea un arreglo de sus interacciones, o una reordenación de sus jerarquías y no la miseria de una acumulación constante de información nueva. Todo ya está allí, y es solo su redescubrimiento lo que constituye el aprender. Aprendizaje no es por tanto almacenar mas información, sino ir reconociendo la ya almacenada (de nuestras propias experiencias) y su influencia recíproca en las necesidades del presente.
Esta es una línea de textos, por tanto, de carácter exploratorio, que requieren de cierta aptitud mental para poder profundizar, pues al igual que las estrellas solo brillan para quienes al cielo miran; la realidad solo existe cuando hay una mente capaz de reconocerla. A continuación, se reúnen diferentes textos y, o mensajes arrojados al viento. Entiéndase este un camino a recorrer donde descubrir otras formas de ver y pensar: un viaje sometido a permanente ajuste y revisión con relación a un evento que va tomando forma. No se defenderá posición o doctrina alguna de inicio, y si bien parto de unas convicciones puedo perfectamente también aceptar otras posibilidades, pues como muchas veces sucede en un viaje, este puede no ser solo de descubrimiento, sino igualmente ―y a veces lo es― de transformación (espero así lo sea para muchos). Mi idea, por lo tanto, es solo avanzar sobre el límite de la luz y las sombras: estar en el camino por voluntad de aquel que se dispone a un viaje incierto, recorriendo el sendero que nos lleva de la mano hacia donde creemos que nada hay ya tras el horizonte, y no existen territorios por explorar.
SOBRE LO PUBLICADO EN EL BLOG
La publicación de un texto en el blog, no implica estar acabado: sino apartado; en espera y progresión. Las fuentes de algunos textos, así como otros recursos, no se mencionan inicialmente en algunos de ellos o no al completo, pendientes de ser ampliados o volver a ser examinados (algunos no estarán ni corregidos) por incompletos, al estar apenas iniciados y o vagamente expuestos. Por el momento todo irá al blog (de la forma que sea y como sea, a fin de mantener algún orden) mientras trabaje en ellos. El blog es mi mesa de trabajo (inicial y final) y la naturaleza en su espectro más amplio, y la realidad (social) el ámbito en el que me desenvuelvo, pero no es una galería de exposiciones: si bien un texto refiere algo, que siempre será dado a interpretar (las imágenes, que si no referidas al texto, si que limitan de la interpretación de terceros a un contexto (el de la realidad y la experiencia), esto implica un esfuerzo. Si alguien está interesado en cualquier tipo de información, o quiere decir algo al respecto, puede hacerlo a través de los comentarios, incluso se aceptan críticas, aunque no me importe lo que cualquiera pueda pensar al respecto de lo que escribo o atrapo en el tiempo. En tanto, al modo de abordar las ideas, mis ideas (no hay ideas / sino contexto del que parto y siempre de la realidad)
En estas páginas se mantiene la neutralidad y no pertenencia. No me guía escuela de pensamiento o ideología política o de partido alguno, y puedo estar de acuerdo o no, criticar, denunciar o aplaudir cualquier cuestión o noticia (tontería, absurdo o mentira) independientemente, de la orientación de estas (político, filosófica/ científica. Los artículos, ensayos y demás contenidos serán siempre “la opinión de quien los escribe” y, generalmente críticos, sobre una línea de pensamiento que fluye, en la idea manifiesta de la explotación y destrucción del hombre y su medio por el propio hombre. Tanto aquellos de un lado del espectro político, como los del otro, así como las diversas líneas de pensamiento (filosóficas) aquí no se verán aplaudidos: ni ellos, ni las ideas monolíticas que representan. Desde aquí critico y denuncio aquellas decisiones, noticias o sucesos o ideas que menoscaben la integridad y derechos universales de las personas. Saludos!!! Y de un Mazo dando
Ahora: Concentrémonos en el nombre→ Nada; en que quiere decir→ Nada, y en el titulo del texto→ Nada… Luego ¡Nada! ¡Nada! ¡Nada!.. Demos pues, el tema por resuelto.
Hay dos tipos de personas que ven cosas, las que las ven de forma accidental, y a las que de forma accidental el fenómeno les persigue a todas partes. Los primeros hablan de ello sin saber en absoluto de lo que hablan, pues una visión accidental no aporta conclusiones, más es una gran confusión.. Luego están los otros, los que llevan tiempo en relación, y sabrían de lo que hablan (al menos más que los otros ) pero no lo hacen... no lo harán jamás, y por qué no hablan.. la razón: la misma por la que si un amigo te revela, algo, a ti, y no lo hace en una plaza, con un altavoz y para todo el mundo, es porque es solo para ti.. (Se trata de una relación, no sé muy bien de qué tipo, pero una relación que compensa) y una vez pasado lo chungo, ¡que pasa y es chungo! ya no quieres perder esa relación, por nada del mundo... ni cámaras, ni videos, ni gente alrededor… “tus ojos, y lo que se presenta”.
¡Hablan de juzgar y clasificar la sagrada naturaleza! ¡Dejémosles pues, que hablen y digan, pues si al menos fueran humildes. Pero acaso esos mismos hombres ¿no hicieron ellos antes una ley que ahora no respetan? ¿Acaso no son insolentes con todo lo divino? ¿No es mágico eso que llaman Nada, y eterno todo aquello que no tiene alma?; ¿no es mejor Nada que tanta insolencia? Se enorgullecen por lo que no son, y cuánto más por lo que no saben y conocen: que los rayos del Sol son más nobles y divinos, y los manantiales de la tierra, los bosques, y el rocío de la mañana, el alma nos refrescan. ¿Pueden hacer ellos algo que se le parezca? Pueden matar pero no pueden dar vida. Se preocupan, traman y maquinan, pero ni con sus artes pueden entender, que no quiere ser resuelto aquello que les mira, mientras las estrellas observan siempre por encima. Paciente naturaleza desnuda que los sufre y tolera; pero no podrán interrumpir el otoño y menos aún la primavera. ¡Ella si es realmente poderosa! Que les permite vivir y destruir, y pese a eso, y pese a ellos, y pese a todo ¡la Nada sigue siendo Nada y la belleza todavía más bella y divina! - Jorge Maqueda Merchán - Jordi Maqueda
ACERCA DE UN TEXTO
“Un texto” (habrá de ser, siempre, un texto de una persona “concreta” (su conciencia (hacia→) otro, (otra persona concreta) que lo pueda reconocer y (←reflejarse de él) (de su intención (→motivo del texto←) reconociendo del texto, el mismo motivo de él): como (aquello) que (“es”→ (λóγος) (palabra→ como forma del pensamiento y verdad), como un (Τέλος) Así todas las cosas hechas, incluidas las pensadas por los seres humanos tienen un telos (o Motivo, concreto del Texto → una (ἰδἑα) razonada (en una forma, que podemos reconocer (igual, a de otros: y reflejarnos (de esa forma) a la vez, que reflejar (proyectar→) nuestro propio (λóγος) pensamiento verdadero y reflejo), lo mismo, de otra manera igual, (de otra forma→ por la palabra), y por la que otros (el otro) que habrá de ser: una o varias personas concretas→ luego se puede reflejar igualmente en nosotros de ella / “seria por tanto sabio decir – dice Heráclito- que junto a él (entendemos el pensamiento y por medio de ella: la palabra / añadimos nosotros)→ todo es uno" y conciencia)
PRÓLOGO
Apenas todavía no daba comienzo el verano, cuando un buen amigo me preguntó en el pueblo (Aceuchal), a dónde iría este año de viaje —de expedición quería decir—, pues no publiqué nada al respecto de viaje alguno —como si las redes sociales fuesen el altar, donde suplicamos intermediación a la vestal que encarna nuestra sociedad, frente a esos falsos dioses que muchos honran con piedad y franco servicio en un culto vano, hacia unas deidades que no lo son, pero siempre observan y murmuran. “Por supuesto”— le contesté. Claro que tengo previsto viajar este año. — añadí seguidamente. Si bien, nada hacía sospechar tras mi sonrisa la respuesta que aguardaba a la siguiente pregunta, que anticipa siempre la atención los dioses (אלוהים) conocedores de aquellas almas que alzan sus ojos a las estrellas y encuentran un universo digno de admiración: que no observan tradición alguna impuesta por hombres, ni temor, a cuanto desconocido ahí fuera les aguarda. “A la Nada”— le respondí. Sus ojos como platos rivalizaban con mi sonrisa cada vez más amplia, sabedor de aquello expuesto ante quien jamás pensó tal lugar como proyecto, interpretando mil y un significados de lo que no se termina de entender: como aquellos, que de pronto reconocen un día los poderes que gobiernan trabajado desde el cielo.
Lo cierto es, que a menudo quien gusta de viajar, gusta igualmente de diferentes maneras de hacerlo y a veces, aunque sea hoy en día algo excepcional: a través de aquellas formas que complementan y no alimentan el ego. Hay personas que deciden emprender un viaje dedicado a los otros, que observan y murmuran, y los hay que emprenden su camino como una modesta senda de autoconocimiento, un estar consigo mismo. En mi caso, explorar, como significante apunta adquiriendo mayor sentido cuando en algunas de sus formas trasciende ese: “su significado”, hallando en la soledad, el silencio y en una forma particular de pensar, la vía que puede encauzar hacia aquel excepcional destino.
Cuando me planteé —si se puede decir así (lo explicare al final) — este proyecto, aún no había dado comienzo el verano y no ignoraba lo que enfrentaba: había tiempo y aún podía renunciar y escaparme lejos de la nada, a Centroamérica o Indonesia, donde me queda trabajo por hacer, pero no fue así. Las propias condiciones personales y un estado de ánimo espectacular, sumada aquella conjunción de 7 planetas: que salí apresurado a recibir al puente de madrugada (24 /7/ 2022), saludando así a las estrellas y al universo, que parecían invitarme a afrontar lo que en otras condiciones hubiere sido imposible siquiera plantearme: como si ellos, los astros, hubiesen hecho su trabajo mostrándose alineados frente a mí y ahora yo debiese hacer el mío. No habría otro momento igual, entendí, cuando hacer el esfuerzo: que no sacrificio, pues nada sacrificado hay en el conocimiento y en buscar la verdad, sino agradecer. Así me armé de cuántas herramientas: libros y otros textos pude adquirir, con el fin no de alcanzar —que sería mucho anticipar— sino de dar comienzo una singladura de la que casi 3 años meses después, y lo que todavía queda (11/2022) momento en que escribo este texto (01/2025) cunado lo estoy revisando para integrarlo, solo puedo estar agradecido y con ganas aún de continuar, pues la exigencia intelectual y mental, no solo pone a prueba cuanto soy, sino también hasta dónde puedo dar y llegar, en pos de ese lugar al que casi nadie se aventura y menos aún llegan, donde habita lo que es y a la vez no es; lo que se muestra y oculta a la vez; lo que desafía a la realidad y al mismo concepto, aquello que algunos afirman revela finalmente al ser, y que ha llevado de cabeza a pensadores de todos los tiempos. Ese es el camino que elegí y que ahora sigo. ¿Hasta cuándo? Serán las Cárites, sindicadas a los misterios y el inframundo por las me dejaré guiar: ellas dirán
INTRODUCCIÓN
Que la filosofía occidental se halla en situación crítica es un hecho; que no sirve para nada es un dicho, venido de una tradición que parece del todo agotada, visto el fracaso de sus teorías y un repetir y dar la vuelta siempre a las mismas cosas, explicadas de mil y una maneras, sin aportar luego nada nuevo o relevante a estas, olvidándose por completo de explorar nuevas formas de pensamiento y entender el mundo: no puede sostenerse aquello que se da de golpes contras sus propias paredes y a la vez da la espalda al mundo y a la realidad, a la entrada de un milenio que aguarda y del que algunos afirman: será un milenio moral y espiritual o no será, dada la grave deriva de acontecimientos en la que nos vemos envueltos.
Pero este agotamiento académico, no puede ni debe descarriar nuestra atención hacia lo redundante, sobre aquello que se precisa en verdad, ni debe hacernos perder de vista la necesidad de unos nuevos planteamientos o formas de pensar renovadas, más cuando la filosofía parece haber olvidado su razón primera, y perdido su orientación definitivamente, precisando ahora de esa movilidad libre en el pensamiento, como acto creador que disuelve aquellas doctrinas que impiden el debate1. Luego, no son pocos los que opinan, que parecería existir algo interesado en mantener cierta oscuridad y confusión, y por tanto la ignorancia: Pero en mi caso no me siento obligado a ser continuador de nada ya iniciado, como tampoco entiendo preciso continuar con aquello (fracasado en su explicación con anterioridad). Cada cual piensa, y al pensar como al caminar uno dirige primero sus pasos hasta que estos luego lo dirigen a él. Por lo tanto elegir qué voy (yo) a pensar sería fantasear, en un mundo donde la realidad condiciona de antemano mostrando lo relevante (a quien se refleja de dicha realidad) la misma realidad natural que gusta de ocultarse a tantos.
Luego la verdadera decisión, o elección, sería negarse pensar “en aquello relevante” desviándose hacia lo improductivo e irrelevante (lo académico, podríamos decir ) que por cierto a muchos agradaría: una existencia irreflexiva, bien pagada, insensible y ausente de la realidad. Si bien, más parece grave cuando, se te dice o dirige sobre qué, cómo o cuál es la forma apropiada de pensar. En mi caso no me siento influenciado o dirigido en forma alguna2, y esto me permite una cierta libertad para maniobrar en un terreno en el que —todo hay que decirlo— se observa cierta intolerancia, sumado a esa recalcitrante aversión a abrirse al común de los mortales, cuando entiendo sería un gran paso, para el hombre ( i refiero al hombre español que piensa por si mismo) y lo mismo para la humanidad: empezando por una correcta educación que enseñe a pensar y no tanto instruya a obedecer: “La necesidad o casi obligación de tener que apoyarse permanentemente en lo que dicen otros autores cuya valía, de alguna manera ha sido reconocida (pero no siempre probada) por la tribu a la que pertenece cada uno, que limita la comunicación e igualmente el diálogo a los fieles y seguidores de esos autores: y escuelas, excluyendo a todos los demás, obligando luego a un acto de fe en lo se dice, o a ir a las fuentes que se usan como referencia: (este pecado / tal i como afirma José Luis Cardero López / Universidad Complutense de Madrid lo comete también este escrito aunque no de la misma forma, sino e otra manera hacia y contra lo mismo que se pronuncia (de la filosofía )”.
Pero la ciencia no queda atrás. Una ciencia donde al ser escrutada con atención se observa, mantiene dos varas muy distintas de medir, dependiendo en tanto aquello que trata o estudia: fuera o dentro de nuestro planeta. En el primero de los supuestos —aquello que sucede fuera de nuestro planeta— se muestra irreconocible y abierta de forma permanente a nuevas perspectivas, tesis y descubrimientos como los agujeros negros, la teoría de cuerdas, los pliegues del espacio-tiempo etc., reconociendo en ello la existencia de nuevas realidades sin necesidad de verlas, deduciéndolas de forma indirecta (mecanismo este, se quiera ver así o no: próximo a la intuición o clarividencia) no cerrando puertas, admitiendo su ignorancia y esas otras posibilidades validas del pensar. Sin embargo, veamos ahora en el otro supuesto muy distinto —aplicado para lo que ocurre aquí, en nuestro planeta— y enormemente reductor, donde todo tiene que ser medido, experimentado en laboratorio y sólo valido en tanto se puede comprobar directamente. Luego los sucesos que no encajen en las teorías supuestas al uso se desprecian e ignoran o se les fuerza a encajar de cualquier modo incluso a costa de falsear la realidad. A primera vista se advierte diferencia: como si ambos niveles (de una misma ciencia) no estuvieran intrínsecamente relacionados. Lo que nos lleva a que en la práctica, algunos científicos se hayan convertido en los nuevos guardianes celosos de la ortodoxia, inquisidores de una religión: la ciencia, en ocasiones más dogmática e intolerante que la de siempre, y todo ello en nombre de una diosa llamada razón tremendamente sectaria e intransigente (que solo mira fuera y nunca dentro). Pero todo ello no nos lleva al error de despreciar o sobre criticar un pensamiento científico y sus logros, sino a afirmar una obviedad: que el método o paradigma no es suficiente, no alcanza para abarcarlo todo, y este debe ser complementado.
Para terminar, solo añadir que no comulgaré con ruedas de molino sobre lo que filosofía o la ciencia ofrece, dando por sentado respecto a la nada, o sobre cualquier otra cosa, objeto de estudio en estos textos, pues esa “razón común a todos” ilustrada o no se atestigua, en desafiar lo ya aceptado enfrentando así las propias sombras: entablando diálogo con todo aquello que dogmáticamente la desafía y pone a prueba, sea en la forma que venga.
1- (La filosofía implica una movilidad libre en el pensamiento, es un acto creador que disuelve las ideologías. —Martin Heidegger)2- (escuelas y universidades)
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