ES TU CULPA / Jordi Maqueda


En el articulo anterior hice un comentario a Barraycoa y a su libro, muchas cosas quedaron pendientes de que ahora me gustaría terminar de exponer, pues vale le pena. Siguiendo con el autor, este afirma que la culpa, de todo lo que ocurre en los medios y el tipo de información que nos suministran, parece ser del propio ciudadano. O sea, la culpa es nuestra; pues si miramos con atención afirma: “es cierto que encontraremos con frecuencia una simple fábrica de relatos en el periodismo”, y sigue “que se trata de algo “a lo que el público se presta con gusto”-. De modo que somos, poco menos que imbéciles. “El espectador asume el reencantamiento del mundo que hacen los medios porque actuar de otra manera le exigiría demasiado esfuerzo; buscar la verdad exige un sacrificio que la gente no está dispuesta a hacer”: de modo que ahora somos Imbéciles y vagos. Es triste, pero esta es una de las estrategias de manipulación y descalificación que mayormente nos encontramos; afirmando, además, que la culpa de todo la tiene el ciudadano: que se le da lo que pide; y tú miraras a tu vecino, y tu vecino te mirara ti y los dos pensareis: nuestro vecino es vago y estúpido. 

Para Barraycoa “Vivimos en el imperio de lo efímero – dice, aunque no parece hablar de él- Quizá por eso no tenemos el suficiente convencimiento como para persistir en nuestros valores. Nada parece ser constante: no aguantan las familias, no aguantan los políticos en sus principios y tampoco el ciudadano es capaz de insistir en la búsqueda de la verdad”. Para Barraycoa, esas dificultades para persistir en el esfuerzo y búsqueda de la identidad tienen un nombre, “aquel que le dieron los clásicos: pereza. Yo discrepo, pues a lo que el refiere con estar de un lado a otro, mi madre lo llamaría culo inquieto; pues, es cierto que así estamos todos ahora, cambiando continuamente, y sin permanecer mucho tiempo en ningún trabajo o actividad, “probablemente porque ya no encontramos sentido a las cosas que hacemos” –nos dice Barraycoa. Yo opino de otra manera, y es que nos encontramos en esta situación, básicamente, por inestabilidad laboral y política, la falta de objetivos causada por una crisis tras otra, que no nos permite casi a nadie tener una vida como la que tuvieron nuestros padres: estable. Pero es fácil acusar al débil, al trabajador, de perezoso, y vago. Según Barraycoa, este decaimiento del ciudadano activo y comprometido nos lleva hacia sistemas políticas insanos que se sostienen en el mito. De nuevo, la culpa de este sistema es del ciudadano- afirma; y, es igualmente nuestra culpa que tengamos instalada en nuestras sociedades una oligarquía que posee control sobre los recursos económicos, sobre los medios y sobre la capacidad de decisión, frente a la cual el ciudadano se encuentra con una sola posibilidad de acción, el voto. Un voto, por cierto, que no vale para nada más que para reafirmar esa oligarquía se vote a quien se vote. 

La situación es grave, mas que nos pese, nos estamos moviendo en un tejido social donde a pesar de que sabemos que hay altos niveles de corrupción y manipulación, no buscamos que esto cambie de un modo efectivo; y donde muchas personas ya han renunciando, quitándose del medio, creyendo, que si un profesional interpreta la realidad, para qué va a tomarse la molestia de hacerlo él. Al final, se abdican de los compromisos y se proyectan esperanzas en políticos, que poco o nada hacen por la ciudadanía ¡¡como si fuesen a solucionar nuestros problemas!!

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