El Genocidio Ruandés: 100 días de matanzas, y un millón de muertos.




Inicio El 7 de abril de 1994 comenzaba en Ruanda el peor episodio de su historia: un genocidio que dejó entre 800 mil y 1 millón de muertos. Fue una limpieza étnica que ocurrió ante la mirada indiferente de la comunidad internacional. Ya han pasado 26 años desde aquel genocidio, pero su impacto en la historia del mundo lo hace un hecho de constante estudio y revisión.

La División que dio lugar al genocidio de hutus contra los tutsis fue planificado por el gobierno hutu de  Juvenal Habiyarimana. Se trató de un discurso de odio que se alimentó durante tiempo: poco a poco, pero la interrogante es ¿existía un conflicto entre las etnias y qué lo provocó? La realidad resulta que hutus y tutsis no son etnias diferentes, de hecho comparten la misma cultura e idioma.

Sin embargo la respuesta a esta pregunta vendría de la época colonial, cuando Ruanda estaba bajo el dominio de Alemania (1894) y luego de Bélgica (1916). Antes del genocidio, en 1994 Ruanda tenía más de 7 millones de personas en tres grupos étnicos: la mayoría hutu y las minorías tutsi y twa. Los tutsis (minoría ganadera) tuvieron el poder durante décadas y demandaban independizarse de Bélgica, por lo tanto los colonos empezaron a favorecer a los hutus (mayoría agricultora), quienes derrocaron a los tutsis en las revueltas de 1959. Finamente, los hutus llegaron al poder tras un golpe de Estado de 1973 que convirtió en presidente a Juvénal Habyarimana. Una acción que nunca fue aceptada por los tutsis.


La Construcción del genocidio devino a partir de las diferencias y divisiones  que dejaron los belgas entre los  hutus y tutsis, y que continuó después de la independencia política de Ruanda el 1 de julio de 1962. En los siguientes años ocurrieron enfrentamientos y matanzas por el control de los recursos del país hasta que entre las décadas 50 y 60 un choque hizo que miles de tutsis huyeran hacia Uganda.

Los refugiados tutsis recibieron apoyo del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, y planeaban regresar a Ruanda. Esta fue la excusa del mandatario Habiyarimana (hutu) para fomentar en 1991 una campaña de odio contra los tutsis y diseñar una estrategia para exterminar a los que aún vivían en el país. Para ello utilizó la Universidad de Butare y a los medios de comunicación. La primera creó una historiografía que deshumanizaba a los tutsis y los categorizaba como invasores, una narrativa que fue difundida por Radio Mil Colinas. Mientras tanto, el gobierno de Habiyarimana organizaba a las milicias hutu en las calles, los interahamwe. Ante este escenario, lógicamente el general Romeo Dallaire, que comandaba a los  Cascos Azules, envió a Naciones Unidas un fax que alertaba de un inminente genocidio, pero la misiva fue ignorada por la comunidad internacional.

El detonante cuando el 7 de abril de 1994, dos misiles derribaron el avión en el que viajaban el presidente de Ruanda, Juvénal Habyarimana, y del Burundi, Ciprian Ntayamira. Inmediatamente, se culpó a los tutsis y en la radio se llamó a empezar la masacre. Al día siguiente, 7 de abril, la primera ministra Agathe Uwilingiyimana y soldados belgas de la ONU fueron asesinados por las fuerzas del gobierno. Como consecuencia, Bélgica y otros países retiraron todas sus tropas. Las condiciones ya estaban dadas para los asesinatos y otros crímenes contra tutsis y hutus moderados a lo largo y ancho del país. El genocidio comenzó en Kigali, donde se estrelló el avión presidencial, y rápidamente se extendió al resto del país. Las milicias hutus poseían principalmente machetes y otras armas primitivas.

100 días de crímenes. Entre 800 mil y 1 millón de ruandeses, entre tutsis y hutus moderados, fueron asesinados en 100 días de cruentos crímenes. Al menos 200.000 mujeres fueron violadas. Aquí surge la definición de genocidio y esta palabra es pronunciada por primera vez el 4 de mayo de 1994 por el secretario general de las Naciones Unidas, Boutors Ghali. Según la RAE genocidio es el "exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad".

¿Qué hizo la ONU? Las Naciones Unidas no solo ignoraron el fax que envió el general Romeo Dallaire advirtiendo sobre la matanza que se preparaba, sino que además los Estados miembros se rehusaron a responder con tropas adicionales.  No fue hasta el 22 de junio que el Consejo de Seguridad autorizó a las fuerzas francesas a enviar una misión  humanitaria, llamada la Operación Turquesa.



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