De héroes y victimas.


Estas son las caras de los sanitarios tras 10 horas: "el resultado de apagar un incendio sin manguera"

Nos dicen que los Sanitarios, en general, son héroes: nuestros héroes. Así nos los pintan, nos dicen que les aplaudamos y les cantemos, y a las 8 de la tarde España sale al balcón y les aplaude, y los telediarios una hora más tarde nos los muestran aplaudiendo, sacando gente adelante en los hospitales, y nos los enseñan bien protegidos, bien equipados, y nosotros lo creemos, porque sale en la tele: en los medio audiovisuales privados, en todos, y nosotros… lo creemos y les cantamos. Igual que a otros sectores: ejército, policía, servicios etc., pero, principalmente aplaudimos a los médicos y enfermeros en los hospitales que están en primera línea, doblando turnos por que muchos enferman y no dan abasto, ayudando a todas las personas y dándolo todo con muy pocos medios… muy pocos. Tan pocos medios que nuestro héroes lloran a escondidas, lloran de desesperación de dolor y de impotencia, y cuanto más les aplaudimos: más les empujamos hacia su destino.

Ayer me hice eco de una carta enviada por una sanitaria de un hospital de Cáceres, a al doctor Gaona (alejado de la corriente principal de información); éste la leyó en su programa, sin nombrar a la autora, decía resumiendo: “hola tenía ganas de escribirte, he estado yendo a trabajar sin descanso, doblando turnos, con una mascarilla e papel, una bata normal, y los guantes se nos acabaron la primera semana. Mi madre a muerto por el virus hace una semana, mi tía que vivía con nosotros ayer mismo murió seguramente las contagié yo estoy desolada, y me siento profundamente culpable. No quiero más aplausos ni canciones… No sé cómo voy a seguir viviendo con esta carga, esta culpa y desolación”. Esta es la realidad: sangre sudor y lágrimas, no son héroes: son víctimas. El héroe elige su destino, mientras la victima tropieza con el a su pesar, como nuestros sanitarios, obligados a ir a trabajar en unas condiciones lamentables, con unos medios inapropiados, por no decir casi inexistentes y con miedo, sobre todo con miedo; pero eso no lo veréis en las televisiones que, por cierto, hace días ya bajaron la intensidad de las noticias, al punto que estando como estamos, con más muertos cada día, si pones la tele a las 11 de la noche solo hay películas y programas de tonterías, como si todo siguiese igual que antes de todo esto. Aunque es normal, después de que hace unos días el gobierno anunciara una inyección económica de 15.000.000 de euros a las televisiones privadas, algo de lo que tengo que hablar, - y por supuesto que hablaré-  pues no lo entiendo, mas allá de pagar para acallar. Así lo veo yo. Hipocresía, hipocresía y mentira, y nuestros sanitarios en un infierno viviendo dramas que desconocemos, pues solo se nos muestra una realidad sesgada de lo que sucede. Nadie oyó hablar hoy de los muertos tirados en las calles de Guayaquil (Ecuador); pero nos metieron con cucharon los datos "muy buenos" de "la curva" de 1000 muertos al día. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario