LA SATISFACCIÓN DE UN DESEO RESUELTO EN SU REPRESENTACIÓN / Jorge Maqueda merchán ⟲ Jordi Maqueda (Aceuchal, 06207 Badajoz -España)


Llevaba algún tiempo buscando ―algo más de dos meses― las obras completas de Wittgenstein. Cuál sería mi sorpresa, tras meses después de haberlas solicitado, y cuando ya creía tenerlas en mis manos que comprobé, no sin asombro que faltaba del tomo el Tractatus Logico-philosophicus -(1921) e igualmente, las Investigaciones filosóficas Philosophische Untersuchungen - (1953). Las obras completas se repartían en dos tomos, pero me habían enviado solo el segundo, que recogía diarios, conferencias y otros ensayos. Sin embargo, no iría más allá mi frustración, cuando del tomo en mis manos descubrí textos que me eran del todo ajenos; luego y lejos de decepcionarme me embargo el asombro, no encontrando desperdicio alguno en las notas y epístolas (1) en las que hallaría curiosidades; algunas, como la referida a la carencia de sentido de la definición russelliana del cero, o sobre la cuestión entera de la existencia de números de cosas (2) descrita, en una singular hipótesis formulada por medio de una ecuación, que no me veía capaz de comprender: pasando noches enteras en vela, y envuelto por la invocadora sonata de Tartini, intentando alcanzar el significado de ésta. Sería días más tarde, y a través de la lectura de notas dispersas, cuando —marginando el significado literal de la hipótesis (la ecuación referida) que el autor quería dar por resuelta— resolviese a mi entender, no ya la solución de ésta en una fórmula dada, sino más “el deseo a la solución” en ella, tal y como nos es propuesto del propio Wittgenstein, y de sus propias palabras se entienda cuando leemos en otro contexto: “la representación de un deseo es, eo ipso, la representación de su satisfacción (3)”. Preguntándome entonces ¿no es igualmente la representación de su deseo —una hipótesis (resuelta en la ecuación) — la solución, a la cuestión que nos ha sido propuesta? Y, de la que resulta la obtención de un deseo dado en su representación; y, por tanto de esta se obtenga, igualmente la representación de su satisfacción, independientemente, luego de la veracidad o no de ésta.... Un saludo, y si van a leer a Wittgenstein, escuchen a Tartini.

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1 Wittgenstein. 2 tomos. Ed. Gredos- 2009)
2 (de una entrada a su diario filosófico 21/10/1914, Tomo II ed. Gredos 2009, pág. 37)
3 (observaciones a «la rama dorada de Frazer» Wittgenstein Ed. Gredos T2 pg.535)

ACERCA DE UNA SOCIEDAD PROFUNDAMENTE ENFERMA / Jorge Maqueda merchán ⟲ Jordi Maqueda (Aceuchal, 06207 Badajoz -España)


«Nada más trágico que vivir en «el peor de todos los mundos posibles» donde las penas, siempre, prevalecen sobre las alegrías; y nada más absurdo que el sufrimiento: nacer, la enfermedad y luego tener que morir, a veces incluso quitándose uno mismo la vida, renunciando así y definitivamente, a este ingrato lugar —un mundo absurdo y desprovisto de sentido para muchos— donde el dolor centellea con resplandor demoníaco, y las personas participan de innumerables sufrimientos. Donde los marginados, y las víctimas lentas del hambre y la guerra se consuelan en el llanto que, aún conserva el recuerdo y sabor agridulce de la sangre de sus familiares. Y, sin embargo, un mundo, el que se vislumbra vagamente una luz, revelada de aquel mismo sufrimiento, de sabernos muertos pero, seguir aún vivos. Pues, ciertamente, seguimos aquí. Sin embargo, decía krisnamurty, que estar adaptado, siendo educado, estando considerado en una sociedad como la nuestra: enferma —con toda su miseria, brutalidad y conflictos— formando parte ella es, igualmente, estar enfermo; además, de predispuesto a abandonarse por completo a su aviesa moral los unos y, sometidos a sus políticas y engaños los otros. Todo habrá de resumirse en servir; servir de un modo u otro al renovado Leviatán —el mismo que nos obliga y desangra— sea a través de consumismo, la dilapidación y codicia; o bien, ardiendo en la condenación de la servidumbre: esclavizados los unos por los otros, y lentamente consumidos, día tras otro por burócratas, banqueros, políticos, jueces, agencias gubernamentales, calificadoras, de crédito y, por todo aquello que en sí mismo consiente, se arrastra y presta alimentando, la falacia que perpetúa la angustia de esta terrible infamia. Crisis dicen: no hay crisis, sino en la conciencia, cuando esta ya no puede aceptar unas normas, aquellas mismas que en el pasado le dieron contingencia, y que únicamente sirven a los impulsos materiales de las personas: a intereses individuales que se tornarán siempre en contra de los otros —un problema que surge con los deseos y la naturaleza misma del hombre— generando así este conflicto, eterno, únicamente en el fin de acumular poder y riquezas.

UN LUGAR MÁS ALLÁ DE LAS SIRENAS (Primera i Segunda consideración) / Jorge Maqueda merchán ⟲ Jordi Maqueda (Aceuchal, 06207 Badajoz -España)



Un lugar más allá de la Sirenas

<Llegaras primero a las sirenas, que encantan a cuantos hombres van a su encuentro. Aquel que imprudente se acerca a ellas y oye su voz, ya no vuelve a su hogar, sino que le hechizan las sirenas con el sonoro canto sentadas en una pradera y tiñendo a su alrededor enorme montón de huesos de hombres putrefactos cuya piel se va consumiendo. Pasa de largo y tapa las orejas de tus compañeros con cera blanda, a fin de que ninguno las oiga; mas si tu deseas oírlas, haz que te aten a la velera embarcación de pies y manos, derecho y arrimado a la parte inferior del mástil. Y acaso de que supliques o mande a los compañeros que te suelten atenté con mas lazos todavía>.–  (Odisea; Rapsodia XII).


¿Quién no ha escuchado hablar alguna vez de las sirenas? entiendo que aquellos que no estén familiarizados con la mitología Griega, y posean una imagen de estas, formada dentro de un folklore más actual; metamorfoseado por el cine y los libros de cuentos, que de niños nuestros padres nos solían comprar. Al leer las líneas arriba expuestas se extrañaran, y exclamaran al tiempo que se preguntaran sorprendidos: <demonios> entonces... < ¿Qué son realmente, las Sirenas?>.

Lo cierto es, que aquella imagen que nos habíamos fabricado de niños, de pronto se viene al traste al conocer algunas de sus muchas referencias en la literatura; sin embargo, lo peor es, que muy pocos convendrán en ponerse de acuerdo a la hora de opinar entorno al tema; de dar una descripción y explicación exacta de estas. Así, al intentar determinar su origen, numero, o cometido, dentro del enorme entramado mitológico, nos sentimos abrumados; sumergidos en un mar de opiniones y en algunos casos, incluso contradictorias, pues, son varias las versiones existentes, que se barajan al respecto y que se recogen, extraídas la vasta mitología y la Poesía Helena.

Unas veces las encontramos como horribles monstruos – marinos o terrestres - que atormentan a los hombres; otras, en un papel que resulta compasivo, piadoso con aquellas víctimas que lograron conmoverlas: << Personificando el alma tranquilizadora que comparte la tristeza de los vivos, después de haber sido un peligro para ellos>>. Al mismo tiempo las podemos encontrar como fieles protectoras de las tumbas << contra las acometidas de malos espíritus >>. Por otro lado, estaría su origen, a priori atribuido a Forcis: < El anciano del mar>. Si bien, observamos distintas posibilidades, partiendo de una paternidad sugerida a partir de unas gotas de sangre, caídas de la punta del río Aqueloo; en cuyo caso, sus madres bien podrían ser varias: desde Gea, pasando por una de las tres musas: Melpomene, Caliope o Terpsicore. Y por ultimo estaría su numero, dos o bien tres dependiendo del autor. Y cuyos nombres varían en función de quien fuese la madre. En el caso de ser esta Melpóneme, sus nombres serian: Telxipea, Aglaope y Pesinoe. Mientras, si su maternidad es atribuida a Terpsicore, sus nombres varían siendo: Parténome, Leucosia y Ligea. << ( M.J.Riche)- >>.

Lo cierto parece, que Entre tanta vacilación, de lo que no cabe duda es, que encontramos un bonito y sugestivo nombre – hoy profanado y, hartamente manoseado hasta la saciedad– para describir unos seres Míticos fabulosos, de los que apenas sabemos nada. Inventadas por la imaginación humana, < nos dicen unos>. Pero, ¿quién puede afirmar?, No haber escuchado jamás - en los más profundo de sí -, cuando el alma se encuentra sosegada, melodiosas voces seductoras por las que dejándonos llevar, nos hemos sentido hechizados y visto que nuestra alma era empujada.

Leyendo atentamente, el fragmento de la traducción de la Odisea, realizada por L. Segala i Estaella, y editada por la colección Austral - Posiblemente una de las mejores transcripciones realizadas al castellano, dada su fidelidad literal -. Algunas inquietantes respuestas con relación a estos extraños y curiosos seres, parecen emerger a la luz, surgidas de las palabras escritas hace milenios, de la mano del genial Homero.

Gracias a éste insigne poeta, y a modo de apercibimiento, se nos revela una primera descripción, sorprendente y no menos aterradora; quizá un tanto somera, que ensancha el profundo mar de desconocimiento, que de estos legendarios seres míticos poseen hoy día las personas. En cualquier caso, monstruos marinos o demonios alados para unos, o bien, vírgenes protectoras de las almas para otros; la mitología nos recuerda que podría tratarse de parientes próximos a Erinas y Arpías, poseedoras una dilatada y endiablada leyenda negra, marcada por la desgracia y la tragedia, que no debemos en ningún caso orillar.

Sin dejar de un lado el poema y observando la advertencia - por cierto a tener muy en deferencia–, “que la divina Circe, diosa de lindas trenzas”(1), dedica al valeroso argivo <Odiseo>; Parecería obvio comprender, - si damos pie a la leyenda, dándola por cierta - el motivo por el cual a lo largo de los siglos, no hemos tenido noticia de aquellos que se han aventurado a buscar, ese lugar tan insólito y remoto; desbordante de belleza y paz; para unos maldito y despreciado por otros; que con sus encantadoras y sonoras voces habitan protegiendo, sin tregua y con desvelo, las incansables y melódicas sirenas. Los peligros sufrimientos y miserias que aguardarían acechantes a cuantos partiesen en su busca, serian dignos a tener en cuenta y pocos serian, quienes se atreverían finalmente a desafiar las advertencias. Por desgracia La literatura, los relatos existentes no hablan de aquellos que quizá partieron un día, sucumbiendo antes de regresar con alguna noticia desde sus destinos y dejaron pudriendo sus huesos y pieles al sol; sobre soleadas praderas verdes; colgados de abruptas paredes, en escarpados acantilados; o bien, en el fondo oscuro y frío, de un bravío mar.

Sin embargo, y como cabria esperar, existen otras versiones menos comentadas que circulan entre algunos hombres; hombres duros de la mar y la montaña. Se trata de antiguos y curiosos relatos que con el tiempo han pasado ha formas parte de la leyenda, y de los que es complicado afirmar su veracidad. En todo caso es algo que tan solo conocen unos pocos, los más viejos del lugar y guardan celosamente de desvelar a extraños. Tan solo la ingenuidad de unos niños hambrientos de esperanzas e historias, abren los tímidos labios sellados que protegen tan singular secreto. Generalizando, todas estas leyendas vienen a contar, que abordo de los pesqueros en alta mar, o en el interior de inalcanzables refugios en las montañas, - sobre heladas cumbres nevadas -; cuando el tiempo impide faenar; cuando la nieve cubre pasos infranqueables y los hombres se reúnen arropados por una cálida Llar; se dice, se relata, que hay quienes un día partieron con rumbo y destino desconocido, tardando luego innumerables semanas, incluso meses o años en regresar. Llegando, incluso a dárseles por muertos; ahogados o perdidos en la tempestad. Sin embargo, y tras haber debido sufrir espantosas miserias y penalidades un día regresaron, si bien, quienes los vieron luego dijeron que parecían otros, personas muy distintas; y, que al ser preguntados sobre donde estuvieron, jamás, hablaron de ello. Como si un fiel juramento sellara sus labios para la eternidad y la vida les fuese en ello. Tan solo se podía observar en su rostro una delicada sonrisa, y ese brillo, esa luz radiante de paz y esperanza en su mirada, que les delataba en sus rostros magullados por las rocas o corroídos por la sal. Aquel brillo era el reflejo abstracto de quienes alcanzan un destino utópico a la razón, inimaginable a los mortales, donde se encuentran todos los acentos, colores y sonidos de la tierra. Un lugar en el que la naturaleza muestra al hombre su grandeza, hasta entonces, oculta a los sentidos. Ese lugar, donde los hombres tras mucho batallar, alcanzan la felicidad y la paz con sus semejantes y consigo mismos.

De lo que no cave duda es, que al margen de la leyenda, la terrible ausencia de hechos confirmados y contrastados de noticias, acerca de aquellos valientes o locos desvariados que arriesgando su vida, hubiesen partido hacia las verdes praderas; agudiza el talante mítico de tan asombroso lugar, pues nos sugiere dos posibles opciones. Una, la mítica: <<Aquel que imprudente se acerca a este ya no vuelve a su hogar, sino que le hechizan las sirenas con el sonoro canto sentadas en una pradera y tiñendo a su alrededor enorme montón de huesos de hombres putrefactos cuya piel se va consumiendo >>. La Otra, escéptica: << se trata de seres y lugares imaginarios; Inventados por la mente humana, y no habitan otro lugar que esta>>.

Es posible, ahora sea el momento, en que quizá cabria preguntarse: ¿qué puede haber de cierto en todo ello?. Evidentemente, recurriendo a la lógica y a la razón, una respuesta nos parece demoledora. Pero no seré yo, quien la manifieste, ni argumente. Bien saben las divinas Carites, que de ello me guardare, como me he guardado del hambre y la peste. Y al punto, viene observar esta otra advertencia.

< Mas aún, una advertencia transmito, pues aquellos que ligeros emiten juicios, y de confianza se sienten colmados; por las Sirenas, los primeros serán hechizados >. (Pausanias de Hefesto) (Nekuia- 26).

No me negaran que si no extraña, más curiosa, parece esta advertencia viniendo de palabras de Pausanias; no solo un poeta, sino también filósofo perteneciente a la escuela escéptica de Pirrón de Elis, al igual que Timón de Fluente, y por ello un tanto pragmático. Estudioso de Homero, como lo fueron: Aristóteles, Eustaquio – comentarios a la Ilíada -, Heráclito – alegorías homéricas, y Platón – Hipias menor. Sin embargo, tan solo es Pausanias quien al final de su estudio (Nekuia) <la evocación de los muertos>; cierra este de modo tan inquietante, sin aparentemente motivo alguno, y advirtiendo al lector de tomar a la ligera juicios, no sabemos exactamente relacionados con qué.

Lo cierto es, que Al tratarse tan solo de un fragmento – concretamente perteneciente a la parte final - de su estudio, desconocemos que poderosos motivos, pudieron llevarle a manifestar tal advertencia. Y llegados a este punto, quizá debamos ser nosotros, quienes Intentemos atisbar, si encerrado entre el mito y la enrevesada leyenda, existe algo que podamos extrapolar a la realidad.

Entiendo que ésta puede parecer una tarea complicada. Un trabajo tan solo reservado para aquellos, que tras muchos años de estudios; de intensa formación académica, poseen el método y el medio, para poder bucear en la compleja dimensión, en la que parecen permanecer tan singulares textos. Pero, Razonemos por un momento. Situémonos en la piel del poeta; comprendamos su modo de ver el mundo, las personas, los sentimientos. O mejor aún, reflexionemos acerca del modo de expresarse de estos. Me viene curiosamente a la memoria una vieja lectura; un ensayo de Borges llamado “la poesía” en el que alude al Panteísta Irlandés Escoto Erigena, quien parece ser dijo que La sagrada escritura encerraba un infinito numero de sentidos(3); y la comparó con el plumaje tornasolado de la cola de un pavo real>>.

De todos es conocido que los poetas proceden por hipérbolas. Pues bien, al leer poesía caminamos, a veces sin saberlo, sobre una calculada y trabajada configuración metafórica, con la cual ha entretejido en su totalidad el autor su poema. Lentamente, al profundizar en este, del deslumbrante tumulto de sus palabras, se comienzan a advertir diversos significados; interpretaciones todas posibles, pero de las que tan solo una, permanecía latente en la mente del autor. Su mensaje. En este caso: su advertencia.

Así pues, la pregunta correcta, no seria: ¿Qué son? Si no, más correctamente: ¿Qué es, aquello que representan? ¿A qué, se está refiriendo realmente el poeta, cuando nos advierte de ellas, de ir en su busca?, pero no esperen que yo les de la respuesta. Desembarazarse del oscuro y abultado velo, que cubre nuestras consciencias y ver mas allá de ésta, es una tarea que incumbe individualmente a cada uno de nosotros; un ejercicio que deberemos realizar de un modo intimista y personal. Ya resulta bastante embarazoso para mí, que tener que hablar de aquellas emociones que más profundamente nos embargan; voces que en ocasiones resuenan con fuerza en nuestro interior, provocando que alcemos la vista hasta lugares insólitos, lejanos de nuestras tierras. Lugares, donde habita la fascinación, y el encanto; desde donde se escucha el sutil y melódico canto de vírgenes aladas, que con pujanza, tiran de nuestras almas. Cuánto más complicado, todavía, sería tener que razonar, describir esas pasiones - que llevan voluntariamente a partir en una azarosa busca - a todos aquellos que las ignoran. Que ignoran el sonido oculto, camuflado tras el fuerte viento en la tormenta, sobre las altas cumbres nevadas; tras el ruidoso rugido de las olas que se estrellan furiosas contra las rocas sobre escarpados acantilados. En el lamento que exhala la nieve al crujir, bajo las botas al ser pisoteada. En el monótono rumor del agua que se advierte risueño, alborozado, en primavera sobre los vapores de un diminuto arrollo escarchado. Esa inexplicable necesidad de ir mas allá, de seguir navegando, caminando entre la tempestad, cuando aparentemente delante no hay mas que soledad, y un intenso frío; sin saber que Parca, en silencio aguarda.


(segunda consideración)⟶  después  (2011-2020)


La literatura o relatos existentes no hablan de aquellos que partieron un día y sucumbieron antes de poder regresar con noticias e historias de sus destinos, y dejaron pudriéndose sus huesos y pieles al sol. Sin embargo y como cabría esperar, existen otras versiones —menos comentadas— que circulan entre hombres de la mar y la montaña. Se trata de  relatos que, con el tiempo han formado parte de la leyenda y de los que es muy complicado afirmar su veracidad. En todo caso, es algo que tan solo conocen unos pocos, los más viejos que guardan-se celosamente de desvelar a extraños. Solo, la ingenuidad de quien no pregunta puede abrir los labios sellados de quienes protegen su secreto. Solo entonces —abordo de un pesquero en alta mar o en el interior de inalcanzables refugios en las montañas, sobre heladas cumbres, cuando la nieve cubre los pasos y los hombres se reúnen arropados por el fuego— es cuando se habla sin temor, de quienes un día escucharon antes una llamada luego partiendo, no sabiendo después nadie de ellos durante semanas, meses o incluso años —llegando incluso a dárseles por muertos— o perdidos de la tormenta, pero que un día volvieron, regresados quizá por la misma tempestad que como de la tormenta los había regresado, y portando-se de las mismas ropas de  cuando se fueron y raídas por el tiempo, evidenciando de las miserias de la existencia penalidades; si bien, quienes los vieron llegar afirmaron que luego de habla. y con ellos parecían ser otros i pensamiento: igual pero distintos ellos de cuando un día partieron, y que al ser preguntados dónde, jamás lograron sonsacarles o que hablaran de ello. Como si un fiel juramento sellara sus labios para la eternidad, y la vida les fuese en ello. Tan solo se podía observar una delicada sonrisa y un brillo radiante en su mirada al ser preguntados que delataba a aquellos rostros magullados por el frío, el sol o la sal. Aquel brillo, decían los viejos, era el reflejo de quienes alcanzan de un destino Lo utópico a la razón, inimaginable al mortal común, donde se encuentran los matices (todos de la tierra y en él uἡiverso. Un lugar en el que la naturaleza (que gusta de ocultarse) se muestra al hombre y le hace partícipe de su grandeza, velada hasta entonces a los sentidos. Ese lugar donde el hombre, solo después de mucho batallar y desafiando la propia vida con la muerte puede alcanzar de la verdadera patria, aquella paz tan anhelada para con y de sus semejantes consigo mismo.

Sin embargo, esa misma y terrible ausencia de hechos confirmados y contrastados de noticias, acerca de aquellos valientes o locos desvariados, que arriesgando su vida hubiesen partido hacia i de las verdes praderas; agudiza el talante mítico de tan asombroso lugar, pues sugiere de dos las posibles opciones. Una la mítica: «aquel que imprudente antes se acerca i luego del lugar (esta) ya no vuelve a su lugar, sino que le hechizan / no los mismo igual las sirenas del sonoro canto sentadas en una pradera tiñendo-se del alrededor y él (un enorme montón de huesos de hombre putrefacto cuya piel se va consumiendo». La Otra escéptica-con / afirma: «que se trata de seres y lugares imaginarios: inventados por la mente humana y que no habitan otro lugar que esta». Cabría entonces preguntarse entonces ¿Qué puede haber de cierto en todo ello? Evidentemente, y recurriendo a la lógica de la razón, una respuesta aparece y demoledora. Pero no seré yo, quien la manifieste o argumente pues saben las divinas Carites que de ello me guardaré, como me he guardado de atrás las furias del hambre y la peste. Y al punto viene observar esta exhortación que transmito, "pues aquellos que ligeros emiten juicios y de confianza se sienten colmados — erguidos sobre el arrecife son hechizados" .

Precisamente Pausanias (aquel griego de provincias de profesión sus viajes) — no solo poeta sino también filósofo, que vivió bastante y deambuló mucho más — perteneciente a la escuela escéptica de Pirrón de Elis, al igual que Timón de Fliunte y por ello pragmático estudioso de Homero, como lo fueron: Aristóteles y Eustaquio “comentarios a la Iliada”; Heraclito "alegorías homéricas” y Platón “Hipias menor”, es quien al final de su Nekuia «evocación de los muertos» cierra de modo inquietante sin aparentemente motivo y advirtiendo al lector, de tomar a la ligera juicios, aunque no sabemos exactamente relacionados con qué. Pues al tratarse tan solo de un fragmento —perteneciente a la parte final— desconocemos, que poderosos motivos pudieron llevarle a manifestar tal advertencia, cuando de por medio andan las sirenas.

Llegados a este punto, quizá, debamos ser nosotros quienes intentemos atisbar: si encerrado entre el mito y la leyenda existe algo más, algo que podamos extrapolar a la realidad. Entiendo, por supuesto, que-es de tarea complicada y no reservada a quienes tras muchos años de estudios y formación poseen, el método  (pero acusan la inexperiencia del medio) y en él para bucear Lo (Aquelloo i-de antes) en la compleja dimensión en la que se muestran (de tan singulares textos la forma de lo oculto de un texto / explicado o traducido i comentado de otro que no-es-ahí (i-de su experiencia ellas). Pero razonemos un momento y situémonos en la piel del poeta; comprendamos su modo de ver el mundo, i-de las personas los sentimientos; o, mejor aún, reflexionemos acerca del modo de expresarse de estos. Me viene a la memoria una vieja lectura; “la poesía” - Borges, donde alude al Panteísta Irlandés Escoto Erigena, quien dijo, “La sagrada escritura encerraba un infinito número de sentidos" comparándola con el plumaje tornasolado de la cola de un pavo real. Luego, de todos es conocido que los poetas, proceden por hipérbolas; pues bien, al leer poesía caminamos, a veces sin saberlo, sobre una calculada y trabajada configuración metafórica, con la que ha entretejido el autor su poema. Lentamente, al profundizar en este, y del tumulto de sus palabras se comienzan a advertir diversos significados; interpretaciones, todas posibles, pero de las que tan solo una permanecía latente en la mente del autor: “Su mensaje” o, en este caso “advertencia”. Así pues, la pregunta correcta, no sería ¿qué son? sino, ¿qué es aquello que representan? A qué se está refiriendo realmente el poeta, cuando nos advierte de las sirenas.

Pero no esperen por mi parte una respuesta. Desembarazarse del oscuro y abultado velo que cubre nuestras conciencias y ver más allá es tarea propia que incumbe individualmente a cada uno de nosotros: un ejercicio intimista y personal. Ya resulta bastante embarazoso para mí, que tener que hablar de aquellas emociones que más profundamente me embargan: voces, que sin oírse resuenan con fuerza en nuestro interior, provocando que alcemos la vista hacia lugares insólitos y lejanos de nuestras tierras. Lugares, donde habita la fascinación y el encanto y, desde donde se escucha el sutil y melódico canto de unas vírgenes aladas que con pujanza, tiran de nuestras almas. Cuánto más complicado, todavía, sería para mí tener que razonar, describir esas pasiones que nos llevan voluntariamente de antes a Luego partir ( moviéndonos i-de uno a otro lugar i del acto ser) hacia en una azarosa búsqueda Y más aún, tener que hacerlo (explicándole a nadie de aquellos de Aquello.o Lo que ignoran dεl sonido oculto y camuflado tras el fuerte viento, en las montañas; oε detrás el rugido de olas que se estrellan furiosas contra las rocas, oε en solitarios acantilados; oε en un lamento que exhala la nieve al crujir bajo las botas, cuando es pisoteada; oε el monótono rumor que se advierte risueño, en primavera bajo los vapores de un diminuto arroyo del agua escarchada; oε ἡ ese destello de arriba abajo que se filtra buscándonos entre las hojas de los árboles al levantar dε1 sol, tornando de tonos  mágicos la realidad, como si está, de alguna sucinta manera tratase de insinuarse, mostrando por unos instantes tonos extrañamos, antes ocultos sobre aquellas mismas formas Y Cómo explicar esa necesidad de mirar y  escuchar o hablarle a las estrellas ε de ir más allá del horizonte y seguir (adelante) caminando entre la tempestad cuando y aparentemente, delante no hay más que soledad y un intenso frío, sin saber qué de Parca, Lo qué más allá y dεl silencio aguarda.... "A cuerpos hermosos de muertos que se asemejan a deseos que pasaron sin cumplirse; sin merecer de la noche más placer, que una luminosa, mañana ".

"Los días del futuro están delante de nosotros como una hilera de velas encendidas: velas doradas, cálidas, y vivas. Quedan atrás los días ya pasados, una  línea triste de velas apagadas; las más cercanas aún despiden humo, velas frías, derretidas, y dobladas. No quiero verlas; sus formas me apenan, y me apena recordar su luz primera. Miro adelante mis velas encendidas. No quiero volverme, para no verlas y temblar, cuán rápido la línea oscura crece, cuán rápido aumentan las velas apagadas" (Cavafis).

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CAP 1 - 5 : El cartero siempre ataca, por lo menos, dos veces.



capítulo en curso (escribiendo...)

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Siempre me pregunté qué le puede pasar a un hombre o una mujer, por la mente, cuando se atavía con el uniforme de la Guardia Civil, se cala el tricornio hasta las orejas, y luego se mira cuadrándose frente al espejo ¿Qué tipo de seguridad puede otorgar a una persona vestir ese uniforme? Desde joven, esta pregunta había estado dando vueltas en mi cabeza, y por como se desarrollarían los acontecimientos aquel día, seguiría sin respuesta.




El Guardia Civil, al comprobar que me detenía ante la amenaza de los disparos, y que no iba a seguir huyendo, con toda la tranquilidad del mundo, y obviando la presencia de las criaturas que por momentos se acercaban en nuestra dirección, guardó su pistola en la funda, y me hizo señales explícitas con gestos para que me acercase.

―¡Vuelva aquí de inmediato, y entre en el coche! ―me ordenó

―¡Estás loco! Me voy a mi casa "Julay"· ―le respondí gritando, a la vez que pegaba mi espalda a la pared, buscando más seguridad, y mayor ángulo de visión.

―¿Me ha oído? Venga aquí ¡Ya! y entre en el coche de una puta vez, o tendré que arrestarlo. ―dijo, dirigiéndose de nuevo a mí con tono amenazante.

―Paso . Me quedo. Vete por donde viniste, y déjame en.... ―y poco más pude añadir, aparte de ― ¡CUIDADO!.




Apenas pude alertar con la suficiente antelación, como para que mi "cuidado" sirviese de algo al distraído Guardia, que pendiente en aquel momento de mí, no vio como se le venía encima, apareciendo del interior de unas de las casas situadas por frente, el cartero del pueblo. Poco o nada pudo hacer el hombre para evitar la brutal envestida y la primera dentellada al cuello, que lo llevó inmediatamente al suelo, cayendo presa del paroxismo extremo del cartero, que entre enormes borbotones de sangre, no cesaba en su afán interminable por desgarrar entre sus dientes pedazo tras pedazo de cuello. Y todo, ante la mirada estupefacta del compañero del guardia, que no veía el momento de salir del coche, para ayudar a su colega.

Apenas debieron pasar unos segundos, entre el comienzo del ataque, y el mordisco en el brazo que me dio el perrito. De ese modo, desperté de una pesadilla para introducirme de inmediato en otra. Por suerte, reaccioné a tiempo, aunque la impresión causada de la visión del ataque anterior, así como la rapidez con que se dieron los acontecimientos, no me permiten relatar con exactitud lo que pasó. De todo, lo primero que recuerdo es, que tras el mordisco del animal, mi primera reacción fue soltar al perro, que salió disparado en dirección a mi casa. Luego miré a mi izquierda y el sobresalto fue de importancia. Tenía a todas aquellas criaturas casi encima, a no más de un par de metros. Eran más numerosos, y venían a por mí.

Pero no iba a ganar para sobresaltos aquel día. Apenas me dije, preguntándome «¿Patitas para qué os os quiero?» comenzando a correr, y habiendo dado la primera zancada, que tres disparos me aturdieron. Cerré los ojos sin para de correr, y cuando quise darme cuenta, al abrirlos tenía al otro guardia frente a mí. Este se había bajado del vehículo disparando repetidas veces al endemoniado cartero, que quedó en apariencia inerte sobre su compañero. Luego, el guardia se dirigió directamente hacia mi posición, intentando así cortarme el paso, a lo que no se me ocurrió otra cosa que gritar preguntando: «¿Pero qué coño os pasa conmigo?» esto ya casi abordándole y cayendo, debido a la inercia, encima de él. Entonces me agarró sujetándome con fuerza, mientras me gritaba. Por fin, y después de un breve forcejeo logré zafarme, empujando a un lado al pesado guardia civil: precisamente en la dirección del cartero que se había incorporado por completo del suelo. No miré atrás, y salí corriendo, a la vez que el sonido de otro disparo me sorprendió, haciéndome tropezar y caer al piso.

Los disparos parecían provenir en esta ocasión de la ventana de mi casa. Levanté la vista desde el suelo, sin levantar la cabeza, para comprobar si me encontraba en la linea de fuego; pero antes de que pudiese apenas mover una pestaña, o hacer amago de volver a levantarme, unos gritos me advirtieron.

―¡No te muevas del suelo! ―gritó alguien.

La voz pareció la de Chemi, pero entre tanta confusión y ruido de disparos no estaba seguro. De lo que sí lo estaba, era de que además de los disparos de fusil que venían de frente, y muy posiblemente desde la ventana de mi casa, también podía escuchar otros de escopeta, "seguro", y provenientes de detrás mío. En cualquier caso, y de lo que estaba también "seguro" era, en primer lugar y más importante, que la escopeta estuviese donde fuere "no me apuntaba a mí, pues era un blanco fácil, inmóvil en el suelo. Y segundo, y no menos importante: que si los tiradores seguían a aquel ritmo y con la misma cadencia de fuego, en apenas unos instantes no quedaría una sola criatura en pie. Aunque la cuestión más importante, y de la que no estaba para nada seguro en aquel momento era, saber si seguiría aún con vida para entonces.
© Jorge Maqueda & Aitor Gil 
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Espero que hasta ahora les gusté el trabajo. En ese caso, siempre serán bienvenidos sus comentarios y sugerencias en el blog. No olvidéis, que si escribo aquí, es también por vosotros. Un abrazo a todos.

CAP 1 - 4 : El perrito de los cojones





«Eram quod es, eris quod sum »
"Yo era lo que tú eres; tú serás lo que soy"
-Quinto Horacio-

 
―¡Silencio! ―Hice callar a Aitor. Le hice un gesto con la mano, apuntando hacia la ventana, e insistí en que no abriese la boca― ¿Lo oyes? Me parece que es el motor de un coche.

Aitor dejo de hablar. Prestamos atención, esperando escuchar de nuevo el ruido de algún motor. Entonces oímos un acelerón lejano. Nos levantamos los tres de un salto poniéndonos de pie. «¿Y mi M4?» preguntó Aitor, mientras Chemi se dirigía corriendo, anticipándose a Aitor y a mi, hacia la ventana de la habitación, que da a la calle Santa Marina. «En el suelo detrás del sofá» le indiqué a Aitor, que habia empezado a dar vueltas buscando, mientras yo me dirigía a la habitación dónde dejé las bolsas con el resto de las armas. Abrí una de las bolsas de deporte y busqué uno de los dos MP5 que guardábamos en estas. Mientras tanto, Chemi ya había pegado su nariz a la ventana, sin perder detalle de todo lo que ocurría fuera. Yo, tras terminar de cargar mi arma me dirigí también a la ventana junto a Chemi, pero no sin antes buscar a Aitor con la mirada, encontrándolo apostado, vigilando la entrada posterior.

―¿Ves algo? ―Le pregunté a Chemi en voz baja, mientras este abría unos milímetros la ventana.

―¿Escuchas eso? ―dijo Chemi, abriendo un poco más, la hoja de la ventana.

―No. no escucho nada ―le respondí.

―¡¡joder, joder!!― exclamó entre dientes. ―¡¡Mira tu mismo!! ―me dijo, apartándose de la ventana.

―Que mire ¿donde?

―¡Al fondo joder! ―concretó.

Al hacerse a un lado y girarse, comprobé la cara de impresión de mi amigo. Ocupé luego su lugar asomándome, mirando hacia donde el me había indicado. Unas figuras humanas, deslumbradas en parte por el sol, se movían lenta y torpemente en nuestra dirección. Pasados unos instantes pude distinguirlas con mayor claridad. Y, no me lo podía creer: eran aquellas malditas criaturas moviéndose a lo lejos. Las mismas de la noche anterior.  Por lo visto,  mientras Aitor nos relataba el fin del hospital  TB, y sin que ninguno de nosotros hubiese intuido lo que podía suceder, una parte del pueblo se había hechado a la calle: la parte esa con la que uno, no quiere encontrarse jamás. Tenían aquel caminar, y aquellos ojos. Algunos podían parecer mis vecinos, pero esos ya no eran mis vecinos. Contaba al menos diez, que pudiese ver con claridad ―el más próximo, a algo más de cien metros―, pero seguro había más. Los podía escuchar: podía escuchar de fondo esos ruidos: Grrrr, Argggh,  que ya me eran tan familiares. Miré entonces a Chemi y él me miró con los ojos muy abiertos. «¿Qué hacemos?» le pregunté, sin saber muy bien que hacer. Chemi levantó las cejas, pero no respondió a mi pregunta. Entonces escuchamos los ladridos.




 Miré, asomándome de nuevo por la ventana, y pude ver al perrillo del vecino, uno pequeñajo  llamado DIDI, que venia corriendo, y que terminó por situarse a unos metros más allá de nuestra ventana, empezando a ladrar en dirección a las criaturas dudando: si ir  hacia adelante y atacar, o para atrás y huir. De algún modo, le ocurría los mismo que a nosotros, pero inconsciente del peligro que corría. Abrí la ventana y le llamé por entre la persiana, en voz baja: «DIDI Silencio. Ven aquí vamos ven» le dije. Confiaba, que si el perrito me escuchaba y reconocía, se acercaría lo suficiente, como para poderlo alcanzar  y meterlo en casa. DIDI pareció calmarse, sentándose mirando fijamente a la ventana pero, madre mía, cuando este comprobó que era yo “Su vecino", con el que jugaba cada vez que veía”: se volvió loco. Pareció como si aquel instante le hubiesen metido unas pilas de plutonio por el culo, empezando a ladrar como un jodido “DOBERMAN” de 65 kilos, y a pegar saltos y vueltas entorno así mismo, sacando los dientes amenazantes igual que un mandril  defendiendo su territorio. El escandalo era de importancia, y las criaturas, todavía lejos,  no tardarían en fijar su atención en el chucho, si este no paraba de ladrar y hacer espavientos.

―Estás loco llamando al perro. Nos va a delatar a todos.  ―Me recriminó Chemi, y no sin razón.

―¿Qué coño esta pasando ahí fuera? ¿Qué es ese escandalo? ―preguntó Aitor.

―¡Este gilipollas! que ha llamado al perro del vecino, y ahora esta montando la de Dios, delante de la ventana ―contesto Chemi.

―Haced que se calle, o pegarle un tiro. Pero que se calle de una vez ― dijo Aitor.

En aquel instante, y con el pequeño cabrón todavía ladrando delante de nuestra ventana, volvimos a escuchar el motor de un coche, posiblemente el mismo de antes, al que siguió un disparo lejano pero potente, del que no teníamos idea de su procedencia. El sonido, cada vez más notable del vehículo, y por lo tanto más próximo a nosotros y acelerando, nos dejaba pocas opciones. De otro modo, los ocupantes del vehículo, ya a punto de aparecer por la resolana verían al animal, delatando este nuestra posición con sus ladridos y gestos. De modo, que tomé una decisión importante, la única que podía tomar, y para la que no dispuse de mucho tiempo de reflexión: aunque luego me pesase tanto.

Voy a salir a por el perrito― le dije a Chemi, haciéndolo a un lado de un empujón, y dejando el arma en una silla.

¡Te verán! ―dijo Chemi, que inútilmente había intentado detenerme sujetarme por el brazo .

Salí de la casa como alma que lleva el diablo, sin haber pensado con la suficiente calma en las consecuencias que aquel acto podía acarrear, y con la firme convicción de atrapar al perro de inmediato, volviendo luego al interior de la casa. Sin embargo, las cosas no siempre son como a uno le gustaría, y ni mucho menos salen como se piensan. Así, el perrito, al contrario de lo que creí que ocurriría cuando este me reconociese, salió disparado a velocidad y dirección absurda, hacia el centro mismo de la calle y yó―como no podía ser de otro modo, y más absurdo todavía― le seguí. Cuando por fin lo agarré y quise darme cuenta, comprobé a mi pesar, que me encontraba ―con el perrito en brazos― en la misma resolana (un cruce a tres calles): La zona más desprotegida de la calle, y expuesto a la vista todos: amigos, criaturas y de la guardia civil, que en aquel momento aparecía con su vehículo, asomando a la resolana, dándome el alto por medio del altavoz instalado en el vehículo.





Sin embargo, no hice caso. Las criaturas estaban muy próximas y se acercaban por la calle cañada en grupo numeroso, estando ya amenos de 50 metros. De modo que... seguí corriendo a toda prisa en dirección a mi casa, ignorando el alto que me acababan de dar desde el vehículo policial pero entonces... un disparo al aire, y un "ALTO" más claro y cercano, me clavaron los pies al suelo.




No sé como pude , pero sopesé la situación: Tenía a un tipo con una pistola detrás mío, y a un grupo de muertos con muy malas intenciones avanzando hacia mí. Los muertos me daban más miedo pero calculé, en base a mi propia experiencia en este mundo del demonio, que las balas eran más rápidas que los muertos de modo, que manteniendo uno de mis ojos en los pellejudos que se acercaban por la izquierda―lenta, pero de manera constante― me di la vuelta girándome con el perrito en brazos, mirando al guardia que me acababa de dar el alto. "Me habían pillado". Y todo... por  culpa del perrito de los cojones.

© Jorge Maqueda & Aitor Gil 
Safe Creative #1102038413285 


Espero que hasta ahora les gusté el trabajo. En ese caso, siempre serán bienvenidos sus comentarios y sugerencias en el blog. No olvidéis, que si escribo aquí, es también por vosotros. Un abrazo a todos.

E.M.A.C.O.M. ( ALTO ESTADO MAYOR DE LA DEFENSA )



Horas antes de que un objeto desconocido penetrase la atmósfera terrestre impactando en Aceuchal, comenzaron una serie de importantes comunicados, e intercambio de ordenes e información, primero entre  el Secretario de Defensa Norteamericano, alertado por el NORAD (North American Aerospace Defense Command (Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial) y el Mando Estratégico del Atlántico (O.T.A.N). Luego del primer informe. el Mando Estratégico Atlántico alertaba, enviando copia del comunicado al Mando Operativo Conjunto de las Fuerzas Armadas Españolas, ubicado en el Cuartel General del Estado Mayor de la Defensa. y este al (J.E.M.A.D.), que a su vez informaba al Ministerio de la Defensa y al Estado Mayor Conjunto. Los comunicados, así como las ordenes que se dieron tras estos, se siguieron sucediendo y fueron registrados por el INECAD durante todo el incidente, hasta hoy.  Luego lo que aquí les mostraremos, será  la copia del registro recuperado, relativo al flujo e intercambio de comunicados efectuados (no al contenido de estos) entre los estamentos  políticos y militares, incluyendo eslabones de la propia cadena de mando de las fuerzas armadas, y de seguridad del estado, que iremos publicando a medida que avance la historia.


FUERZAS ARMADAS DE ESPAÑA



 (E.M.A.C.O.M.) 
ESTADO MAYOR DE LA DEFENSA


COMUNICADOS RELATIVOS: AL DÍA PRIMERO DEL EVENTO (OAM/211/1FLECHA)



ADVERTENCIA: La totalidad de la información expuesta en esté blog relativa al E.M.A.C.O.M, (OAM/211/1FLECHA) así, como la mención explicita a la cadena de mandos (NOMBRES Y LOCALIZACIONES) y  también, relativos  a la ultización de escudos de los estamentos citados, ha sido autorizada por Santiago palomo Tejero:  Secretario del EMAD, al propietario del blog, 
Santiago P Tejera
(Sub Secretaria de EMACOM) 
Nuevos ministerios, Madrid. 

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(COMENTARIOS): Si usted se encuentra leyendo esta página, es por que está a un paso, de comentar este blog: algo que podrá contar a su nietos. Una decisión, y eso se lo garantizamos, de la que no se arrepentirá por lo menos, hasta que ya sea demasiado tarde. Recuerde, que la decisión es solo suya, y que los autores del blog no reconocemos responsabilidad civil o penal alguna, relativa a los daños post-traumáticos que su tierna mente pueda sufrir mientras permanezca  leyendo o comentando el blog. Por lo tanto nos vemos en la obligación de advertirle por ultima vez, que mientras usted sea parte integrante de la ficción podrá, entre otras cosas, ser: mordido en el brazo, mordido en el pierna, mordido en el cuello, mordido en el culo, mordido en el mano etc... o bien disparado en el brazo, disparado en el culo, disparado en el cabeza, disparado en el codo, disparado en el ojo, disparado en el dedo etc... o golpeado con un bate, golpeado con un martillo, golpeado con un ladrillo, golpeado con un baldosín, golpeado con un Botijo etc.. Si usted ha entendido todo lo dicho y expuesto, y sigue queriendo HACER UN COMENTARIO SUGERENCIA: rellena el formulario que se encuentra más abajo (Nombre, edad, etc..).  Copie estas preguntas y péguelas en el formulario de comentarios de la página, junto a tus opiniones. Y no olvides dejarnos un mail por lo menos:

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Los Zombis (1) : El origen

Introducción:

    Se han preguntado alguna vez, por qué a algunas personas les aterran los zombis. Por qué, solo con pronunciar la palabra zombi, mientras caminamos por el campo o el bosque atardecido, a más de uno y yo me incluyo, se nos erizan los pelos de la nuca, y a poco que nos separemos del grupo notando que nos tocan por la espalda, salimos corriendo como alma que lleva el diablo. ¿A qué tanto miedo?

    El zombi, ciertamente es una criatura por su aspecto, olor  y forma de vestir muy desagradable y que, además, gruñe a todas horas, lo que recuerda  más a algunos vivos, que a algún monstruo en particular. Luego es proyectada-mente hostil hacia las personas, lo que también recuerda a muchos vivos. Además, y al igual que estos, no hace otra cosa durante las 24 horas que preocuparse por sus necesidades más básicas e inmediatas, que en su caso se reducen a: alimentarse de la gente, comiéndole sus cerebros. Esto, por descontado, no ayuda a que nuestra opinión mejore acerca de ellos, pero no me deja de recordarme de nuevo a algunos vivos, o medios que manejan los vivos. Quizá, y solo digo quizá les temamos tanto, por que se parecen demasiado a nosotros: “Son como nosotros mimos, y nosotros somos ellos” Suscribe, un personaje de las historietas clásicas de zombis. Además, no olvidemos que cualquiera de nosotros puede convertirse en uno de ellos, y no habrá escapatoria alguna. Recuerden, que sus historias las encontramos normalmente en un apocalíptico escenario, antesala del fin de los tiempos. Nadie quedará vivo.

    Por otro lado entiendo, que el drama zombi transcurre, ya sea en el cine o los libros muy variado en sus formas, aunque no tanto así en su fondo; pudiendo encontrar al igual que ocurre con las personas, a zombis de muy variado tipo y condición: Nos encontraremos a unos que serán muy malos y agresivos, y a otros más distraídos, o lentos y quizá por ello más cercanos a nosotros: “Cuidado", pues al pues igual que con los vivos, estos últimos pueden llegar a ser los más peligrosos. Personalmente he de decir, que son estos últimos mas distraidos los que siempre me han atraído y emocionado en lugar de aquellos más agresivos y violentos. Pero claro, esta es solo mi opinión. Ustedes pueden adoptar al zombi que más les guste, yo aquí vendo de todo. Ya me entienden.


BREVE HISTORIA DE LOS ZOMBIS (I)
El Origen, y primera evolución hacia un zombi más moderno.

Zombi. La palabra no es de ahora. Ésta la encontramos ya en Europa desde el S.XIX, concretamente derivada de una palabra haitiana (Zombie) y cuyo significado es: "persona que regresa de la muerte, normalmente a consecuencia de un ritual vudú". La raíz de (Zombie) es “nzambi” que se encuentra en el idioma bantú, un conjunto de lenguas originarias del África negra, si bien “nzambi” tiene su origen concretamente en el Congo. Estos, los zombis revividos por la magia o el  hoodoo, pueden ser programados para beneficio de quienes les han devuelto la vida, normalmente para satisfacer los propósitos de aquel que les devolvió el aliento. Este tema se desarrolla perfectamente en el libro "The Serpent and the Rainbow", escrito por Wade Davis en 1985 y publicado por Simon & Schuster (ISBN 978-0684839295). En el libro, un científico contratado por una empresa farmacéutica de Boston acude a Haití en busca de una droga que paraliza completamente a las personas —la compañía busca un sustituto natural de la anestesia—. Los efectos de esta potente droga son que las personas parecen realmente muertas al punto de ser incluso enterradas y, sin embargo pasado un tiempo se les ve por la calle, deambulando de un lado a otro.

De esa misma leyenda, que dio pie al libro de Davis, se extrajo durante años que los zombis eran seres de hábitos nocturnos y que, además de atacar a las personas, también podían ocuparse de otras labores. De hecho, son capaces de hacer todo cuanto se les ordene y nunca se quejan. Incluso pueden ocuparse de  pesadas del campo, si bien sus actividades deberán cesar antes del amanecer. El zombi vudú, no come ni presenta cansancio, pero el dueño deberá cuidarse y mucho de que su esclavo no toque la sal, pues la criatura intuiría su estado y regresaría de inmediato a la tumba de la que salió, desoyendo las ordenes de su amo. Además de estos zombis, más comunes, en Haití hay otra clase, que es conocida como zombi errante, y que se refiere a aquellos que han muerto en un accidente, y no habiendo completado su vida natural, salen de sus tumbas para caminar en la noche sin hacer daño a nadie. Este, cuando da por terminado su ciclo de vida segado por el accidente, regresa a su tumba. Hasta aquí, habríamos hablado de los zombis más “tradicionales”, pero nos queda por tratar la historia moderna, los zombis entendidos cómo los conocemos hoy día, y no al estilo Haitiano, a mi entender, ya desfasado y romántico.

Parece que al hablar de zombis modernos, tengamos que referirnos obligatoriamente a Georgezombis modernos. Esto es un mito, o un error, si bien, no negaré una parte de razón a quienes lo promulgan. Él fue quien los masificó y convirtió en objeto de culto, al punto de que hoy encontremos zombis en el lugar menos insospechado, como por ejemplo trasladados a la mismísima literatura clásica: sí, clásica, y si no lean a este particular "Lazarillo de Tormes" versión Z, diciendo: “Matar zombis nunca fue pan comido”.

Si hemos de remontarnos a la primera aparición de los zombis, en una obra de ficción esta la encontraremos en “Herbert West: El Reanimador”, un cuento largo de H P Lovecraft, publicado en seis partes independientes, y en los cuales se detallan las investigaciones del un tal doctor Herbert West, de la Universidad de Miskatonic, para intentar reanimar a los muertos. Sin embargo, el mismo Lovecraft cuenta en sus cartas a sus amigos, que esta historia la escribió a modo de parodia de la novela Frankenstein; y como no podía ser de otro modo en una parodia resultó, que cuando los muertos volvían a la vida, lo hacían convertidos en violentos y hambrientos caníbales. En resumen, convertidos en “el zombi” que más tarde hará famoso estereotipándolo George A. Romero en sus películas. Pero resulta, que los Zombis tampoco empezaron en la pantalla grande con G. A. Romero.



Allá por el año 1932 un director llamado Víctor Halperin estrenó la película "La legión de los muertos sin alma", interpretada por Bela Lugosi. La película es muda y Lugosi interpreta a un hechicero que convierte en zombis a una pareja de distraídos turistas. La película está basada en "The Magic Island", un libro de W. B. Seabrook, periodista que recorrió medio mundo escribiendo siempre sobre temas escabrosos. Antes de la aparición en escena de los Zombis de Romero, también se estrenaron dos películas famosas sobre estos, una casi una obra maestra del cine, y la otra una de las peores películas de la historia. Hablamos de “I Walked With a Zombie (1943)” y “Plan 9 From Outer Space (1959)”. De aquel grandísimo director, Jacques Tourneur, la primera, y la segunda, es obra del tristemente conocido por todos, como el peor director de la historia: Ed Wood.

Richard Matheson, llevada al cine por primera vez en 1964 como: “The Last Man on Earth” de Sidney Salkow y protagonizada por Vincent Price —a quién le interese, le diré que hubo una segunda versión de la novela de Matheson: "The Omega Man", que en España se título: "El último hombre vivo", dirigida por Boris Sagal, guión de John William Corrington e interpretación de Charlton Heston.

Así, ya estaría todo más o menos sentado y listo para la aparición de la película fundadora, por así decirlo, del subgénero de zombies: "La noche de los muertos vivientes" (Night of the Living Dead) de 1968, que fue filmada de forma independiente por la compañía “Image Ten”, formada para la ocasión por el director George A. Romero, y los productores John Russo y Russell Streiner, todos buenos amigos. La filmación costó 114 mil dólares y fue realizada en la ciudad de Evans City, Pennsylvania. Para abaratar costos la filmaron en blanco y negro, a pesar de que el cine a color ya se había instalado. La historia en sí fue a partir de una idea de Romero y Russo, pero el guión se dice que lo escribió Romero durante tres días en 1967. Luego vendrían las secuelas del mismo Romero, los spin-off de Russo, y otras tantas películas de zombis inspiradas en la más famosa: La noche de los muertos vivientes.



Pero los zombis también han evolucionado, y si hemos de destacar alguna característica de estos nuevos zombis es que ya no sólo se mueven al caer la noche: el zombi infectado por algún virus, o agente toxico pasea a cualquier hora del día. Con estos nuevos seres ya no funciona la bisutería religiosa, y es más recomendable tener un arma a mano: hacha, pistola o bate, que pueda desmembrarlos, pues de lo contrario volverán a levantarse. Una sierra eléctrica es una excelente, sino la mejor opción. Además, es importante no olvidar que estos seres pueden detectar cualquier alteración sonora y saber de dónde proviene. También pueden ver en la oscuridad. Gracias a este factor se les facilita alcanzar a los vivos en la noche. Tienen un paso muy lento y la mayoría cojea. Sin embargo, hay algunos que debido a la infección de un virus, son capaces de correr. Tienen una fuerza desproporcionada y poderes telepáticos. Pero quizá, todo esto ya pertenezca más a la segunda parte de nuestra breve historia de los zombis, que en breve vera la luz

© Jorge Maqueda Merchán (del articulo breve historia de los zombis) 
publicado originalmente en la Revista Red CF nº 1
Licencia de Creative Commons

ENTREVISTA A: Carlos Sisi. Autor de Caminantes y, Caminantes Necropolis

Hace ya casi tres meses hablé con Carlos para preparar una entrevista que originalmente figuraría en el siguiente numero, el número 2, de la revista RED CF. Sin embargo, mi actual situación personal, en lo relativo a la salud, ha llevado no solo al retraso del siguiente numero de la revista Zombis 2, sino también a parar la Red de Ciencia Ficción temporalmente. Ello a propiciado, que para no dejar más tiempo en el cajón la entrevista a Carlos, la publique en este blog, entendiendo que el material que tenia en mi poder no podía permanecer por más tiempo ajeno al público dada la calidad humana de este; por ello, aquí me dispongo a divulgarlo no sin añadirle algo de humor chungo, de ese de mi cosecha propia, si bien, con el beneplácito del propio Carlos Sisi claro esta; cuyo buen humor porta por bandera y del que yo soy testigo. Sin más preámbulos, aquí os lo dejo esta fantástica entrevista de un tipo sencillo y cercano, para que disfrutéis. Se que os gustan estas cosas.

            Jorge Maqueda Merchán



Hay días que uno mejor haría con no levantarse de la jodida cama. Igual que el día que se me ocurrió entrevistar a Carlos Sisi. O mejor dicho obligar a Carlos a que nos concediese una entrevista y para ello tenderle una pequeña trampa. Lo cierto es, que Conseguir que Carlos nos concediese una entrevista no fue tan difícil como muchos podrían suponer. De hecho, si mis primos y yo hubiésemos sabido lo fácil que resultaría convencerlo con solo haberle preguntado, nos podíamos haber ahorrado todo el pollo que montamos "simulando" un secuestro y el gasto en billetes para el balneario que le tuvimos que mandar para que viniese, y darle de comer durante medio día. Por no decir que, aunque Carlos ya esta en su casa, a nosotros nos busca la interpol . Manda huevos.

    Jorge Maqueda Merchán


ENTREVISTA

1- Hola Carlos, bienvenido a mi... nuestra humilde morada. No imaginas lo felices que somos en estos momentos mis primos y yo, por tenerte aquí, entre nosotros, aunque sea en contra de tu voluntad. Pero ya verás que bien nos lo pasamos. Sientate por favor en nuestra silla de invitados donde esperamos que te sientas cómodo, como en tu casa, y no te preocupes por ese de la porra que hay detrás tuyo, es mi otro primo: Jacinto, "el porras" y esta aquí, más que nada para protegerte de los Fans.  Pero bueno Carlos... dejémonos de preámbulos y vamos a lo que hemos venido a hacer.... Todos sabemos ya quien eres, me refiero a aquellos a los que nos gusta el género de zombis y conocemos tu trabajo. Pero  lo cierto es que de ti no sabemos mucho, por lo menos del modo en que nos gustaría. Que puedes decirnos, acerca de tu persona, tu profesión, la que tenias antes de dedicarte a escribir, y si la mantienes.

Sí, naturalmente que la mantengo, no hay otro remedio. En este país hace falta vender mucho para poder vivir de esto, y aunque Los Caminantes ha tenido un éxito inesperado y sorprendente, todavía no es suficiente. Sigo escribiendo por las noches, cuando apetece, que es cuando salen bien las cosas. Sobre mi persona, como he dicho muchas veces, soy alguien muy muy normal. Me gusta que mi mundo sea pequeño, me gusta vivir en familia, y sigo prefiriendo ser un observador en segundo plano. El exceso de vida social me abruma y aturde; siempre fui algo introvertido. Y, sobre todo, me gusta pasar tiempo con mi mujer y mis hijas. Si no estoy con ellas no me siento en mi sitio.



2-  Vamos al grano... ¿Por qué, una novela de zombis y no de vampiros o de fantasía? con lo que gusta a los editores y a las jovencitas y no tan jovencitas  ¿ Ya seguías el genero de antes. ?

Siempre me fascinaron las películas de zombis, y las catastrofistas en general. Hay algo en la soledad del ser humano que se enfrenta a un mundo manifiestamente hostil que me atrae poderosamente. Leí la versión novelada de La Noche hace muchos años y me pareció cautivadora, realmente funcionaba, sin necesidad del apoyo audiovisual tan emblemático del género. Muchos años después me sentaba delante de la pantalla en blanco del ordenador con una acuciante necesidad de escribir. Aún no sabía de qué... sólo quería involucrarme en el proceso creativo. De alguna forma aquella novela, o aquellas películas, incendiaron mi mente... y poco a poco, Susana (que al principio se llamaba Elena) empezó a aparecer.

2- Sabemos de tus dos novelas escritas en Dolmen. Y sabemos también, que ha de venir una tercera, o eso he leído ¿Para cuando?

Ando con varias cosas, pero supongo que la primera en aparecer será Los Caminantes: Hades Nébula, que es la conclusión de la trilogía. Es el fin de la saga, a menos que se me ocurra expandirla por algún lado, si me apetece y la gente aún tiene ganas de más. Pero los zombis tendrán un merecido descanso y yo podré volcarme en otras ideas con las que estoy jugando.

3- Tras esa tercera novela que esperamos ansiosos ¿Tienes más planes? A corto, medio o largo plazo y.. si así es, ¿Son planes de zombis?, o ¿Te someterás al dólar ?, y empezaras a escribir lo te pidan las editoriales. Fantasía, Vampirilandia, Narrativa, etc. Vamos lo que escribe todo el mundo para no variar.

A mí me gusta el terror, y es de lo que escribiré. No tiene que ser necesariamente terror sobrenatural. Hace poco vomité 120 páginas de algo de índole catastrofista por el placer de hacerlo, aunque no sé si haré algo con eso; ya veremos. Me gusta mucho la fantasía, pero no me siento capaz de aportar nada al género después de leer cosas como El Señor de los Anillos. Me satisface tanto que no veo ningún motivo para embarcarme en presentar mi visión de las cosas, está todo ahí.  Sobre los vampiros, me pasa un poco lo mismo. Después del Salems Lot de Stephen King no me siento interesado por hacer ningún aporte: ese libro me fascinó tanto que si quiero dejar que mi mente juegue con vampiros, sólo tengo que releer ese libro y me siento completamente satisfecho. Y el dólar, a estas alturas puedo decir que estamos definitivamente en marcha. Veremos la versión americana en algún momento del 2011, aunque probablemente más tarde que pronto. Tengo mucha ilusión con eso.

4- la pregunta de arriba tiene que ver con esta de algún modo.. Carlos. A ver como te lo pregunto sin que me mandes un zombi para que me muerda...  ¿Sabes que a muchos de los que siguen la línea clásica en la literatura, o mainstream: escritores, reseñadores, críticos etc... , Este tipo de literatura Zombi, no es que no les guste, sino que ni siquiera la consideran como tal?  A no ser que se trate de amigos en cuyo caso consienten y la bien critican casi que por compromiso. ¿Lo sabes? Si es así... ¿como llevas que algunos letrados que no han escrito en la vida nada merecedor de ser nombrado en el aula de un colegio, o no tienen ni siquiera obra publicada alguna, se permitan dar consejos de como escribir  a vosotros, - los escritores Z- que ya tenéis obra publicada y además, en tu caso, con un éxito envidiable?

Aquí hay varios puntos. El primero es el tema de si lo que hacemos los llamados escritores Z es literatura, o subliteratura. Francamente, ni me lo planteo. No me importa qué etiqueta nos pongan a nosotros o nuestras obras. Son sólo etiquetas. Pollock dijo una vez: “yo lo he hecho, ustedes hablen de ello”. Dejaré que otros etiqueten lo que hacemos. Me importa la opinión de la persona de a pie que ha invertido su dinero en nosotros, para su ocio personal. Me gusta que mis libros les entretengan y les hagan disfrutar. No me importa compararme con las películas palomiteras, y no me importa que intenten degradar la obra diciendo que no es literatura. Es ridículo. Literatura es sentimiento, es emoción. Pero tocas, de todos modos, un tema bastante peliagudo, que es el de los bastidores de este mundillo al que me he asomado. Siendo un intruso que vende, es incluso comprensible que haya tocado un poco el ego de algunos individuos, y he tenido alguna experiencia desagradable en este sentido, pero éstas han sido las menos, sinceramente. Ojalá nunca hubiera tenido que enfrentarme a ellas, porque son muy tristes, pero créeme que haré lo posible por seguir concentrado en mis lectores, quienes quieran serlo, y dejar esas fanfarrias de lado. Son venenos que es mejor encerrar en un cajón oscuro y olvidarlos. El Ying de todo esto son todos esos maestros que se han acercado a mí y me han alentado bien con consejos, con su cariño, con su experiencia, o con palabras de aliento, y la lista es mucho mayor. David Jasso, por ejemplo, consiguió que Necrópolis fuera una experiencia mejor; Juan de Dios Garduño, o David Mateo, Julián Sánchez, y hasta Manel Loureiro, que me llama de vez en cuando y me anima: él pasó por el camino que yo ahora recorro hace ya tiempo. A todos ellos, y a muchos otros, les agradezco todo lo que han hecho por mí.

5-¿Sabes que tus libros los leen los universitarios entre clase y clase? Doy fe de ello. ¿Que les puedes decir estos jóvenes tan trastornados?

Es inadmisible. Si continúan así, podrían acabar queriendo contar sus propias historias y acabar involucrados en ambientes artísticos y de expresión nada recomendables para la sociedad-engranaje que han diseñado para nosotros (risas) Pues lo sé muy bien, porque tengo amigos y sobrinas universitarias, y gente que me contacta, y parece que la novela se pasa de mano en mano. Es maravilloso, y agradezco mucho a todos los que disfrutaron con los libros que los haya recomendado. Es lo que ha hecho el éxito de Los Caminantes venda tanto, el boca a boca.

6-DOLMEN: ¿ Que es para ti dolmen? Cuenta como se dio el encuentro entre Carlós y dolmen y si realizas trabajos margen de escribir para ellos. Hablarnos de esa relación escritor editorial.

No hay mucho que contar, realmente. Cuando mi familia leyó el manuscrito y me animaron a enviar la novela a alguna parte, pensé en Dolmen al instante, porque ya se habían lanzado a publicar una novela de zombis. Fueron tres o cuatro meses de espera, y cuando creía que tendría que recurrir a la autoedición, recibí un email con palabras de elogio y la noticia de que iban a publicarla. Desde entonces la relación ha sido muy buena. Obviamente, Dolmen no tiene los medios de otras editoriales monstruo que todos conocemos, por eso es incluso más meritorio que hayan conseguido que Los Caminantes llegue a tanta gente y siempre les estaré muy agradecido por la oportunidad que me dieron.



7-¿Que autores, en general de todo genero y área científica, o de estudio, o filosófica son tus preferidos? ¿Te influencian en algo? ¿Que les asiduamente en casa?

La verdad es que no le hago ascos a nada. Me gusta leer de todo, aunque mis favoritos supongo que andan en torno a King, Kundera, Koontz, Tolkien, Robert Sheckley... también Benito Pérez Galdos, Federico Axat...

8-¿Te han propuesto cine? ¿Conoces a alguien del mundillo del cine?  ¿Conoces a Ezequiel Montes? Por lo que se, este esta haciendo algo en Málaga al respecto. ¿Si te lo proponen escribirías para cine o cederías derechos de obra?

Lo del cine lo veo como una nebulosa difusa que gira constantemente en torno a Los Caminantes, pero cuesta enfocarla. Han habido varias propuestas, interesadas en los derechos, pero Los Caminantes requiere una puesta en escena que se escapa del presupuesto medio de muchas productoras, y así me lo han explicado. Todavía ese eco resuena alrededor, aunque no termina de confirmarse nada. Y sí, conozco a Ezequiel, aunque por ahora no puedo comentar mucho más... :)

9- Y para ir terminando, mis diez preguntas, no se si de rigor. Carlos, entre tú y yo. ¿Se liga más ahora? ¿Por que, no me negarás, que aunque escribes sobre mortajas, lo que se te acerca a diario a pedir autógrafos, esta de muy bien ver?



Es verdad que mis fans son las más guapas (risas) Fue una de las cosas en las que estaba equivocado... pensé que mi público objetivo sería alguien adolescente, un poquito friki como yo, con un regusto por el sabor de la casquería... pero nada más lejos de la realidad. La gente que me escribo son, en muchos casos, personas que nunca se habrían acercado al género y que sienten incluso un poco de repulsión por la portada, que es demasiado explícita. Eso es fantástico, y me alegro de haber trascendido del género para satisfacer a los lectores con algo que consideran una novela de terror.



10 - Bueno y ya para finalizar, no te pregunto más. Solo despídete a lo zombi de todos aquellos a los que nos gusta leerte, y te seguimos.

Os mando un asfixiante abrazo rompe-costillas por todo lo que me habéis dado en esta pequeña aventura, confiando en mis libros y pasándolo bien con ellos. Gracias, y ojalá sigamos juntos mucho tiempo :)


Estimados amigos, esto ha sido todo por ahora. En días próximos prepararé  el siguiente capítulo, y alguna otra cosilla.  Espero que hasta ahora les gusté el trabajo.  En ese caso, siempre serán bienvenidos sus comentarios y sugerencias. No olvidéis, que si escribo aquí, es también por vosotros. Un abrazo y que la puta fuerza sea con todos vosotros. 
El autor