(20) LA NADA / LA CONDICIÓN DE LA NADA →SIEMPRE SE CUMPLE / jordán maqueda

 


LA CONDICIÓN DE LA NADA SIEMPRE SE CUMPLE 

¿Cómo se puede cumplir ninguna condición en algo que no existe? ¿Me estoy contradiciendo? Pero que la condición de la Nada Absoluta se cumpla: “no ser”, entiéndase: totalmente inexistente, no es óbice para que precisamente por cumplirse, podamos hablar de la Nada como tal: de aquello que imaginamos, pero inexistente en absoluto; y precisamente, porque la condición de la Nada para que no sea (o bien sea eso: ausencia de todo) debe siempre cumplirse… podemos afirmar, que ciertamente “no es” y no existe. Además, la física parece confirmarlo, cuando ha demostrado que más allá del vacío no hay nada observable o medible, sino solo vacío, pero (y aquí empieza lo embarazoso) que fluctúa y, por lo tanto, no es la Nada. Pues en este vacío la energía aparece y desaparece, como si fuese y viniese, pero (entonces esto, ¿no demuestra más bien que la Nada, sencillamente, no existe y, por tanto, el enunciado es absurdo? (sí, pero no). ¿De dónde viene esa energía? Si concluimos que el vacío no es la Nada, pues en él suceden cosas, y entendemos que Nada viene de nada o de la Nada, (y La condición de la Nada, para que sea Nada absoluta, se cumple siempre) esta energía ha de venir de algún lugar (o ya estar ahí) y no venir de la Nada.

Vemos que se manifiesta esta energía en el vacío, y pensamos (en nuestro entendimiento) que el vacío no puede crearlo por sí mismo, y entonces, de ahí, que nos remitimos a lo que no entendemos, afirmando (por la razón): viene de la Nada. Pero cómo: tal y como lo plantea la ciencia (viene de algún sitio) esta energía surge al vacío observable y medible, pero ¿no de él?: surge a él donde se manifiesta, quieren decir, pero ¿por qué surge? Quiero decir ¿Por qué surge energía y no más bien Nada? pues observamos que surge algo, pero… ¿Podría surgir esta energía de la Nada? Pues al pensar (en acto de ser, ―y no acto de ser nada) pensamos y por el juicio, y sin razonar ( lo absurdo), entendemos: que no, que no puede ser y surgir de Nada o de la Nada, pues de la nada → nada es → (al menos, si entendemos, y de nuevo repito, que la condición de la Nada, para que sea Nada, siempre debe cumplirse (y se cumple por su mismo principio: de no ser): no surge en ella (en la nada) o de ella, pues en ese caso algo detectaremos de ese lugar (y no sería ya nada), o bien detectaríamos las partículas en tránsito; además: la condición de la nada (nada: como tal absoluto ) debe siempre cumplirse y «nada surge de la Nada», «ex nihilo nihil fit». Repito: «de la Nada, nada proviene». Y, es aquí, donde la filosofía debería hacerse una Itv (o revisión / del motor) de sus propios principios, para poder hacerse escuchar: y dar un golpe sobre la mesa al paradigma actual, amparado en la nada y… en el cero / “cero patatero” holandés (donde una necesidad de solución a un problema (la única hambruna extendida que vivió Europa en todo el siglo XX) encuentra una solución momentánea/ exótica en la patata venida de fuera  y exótica (como el cero), y que luego se muestra cómoda, crea habito (frita) y luego una norma en la alimentación (como el cero): patatas fritas con hamburguesa y kétchup  (que multiplica el colesterol malo) pero se ha convertido en la  base de la comida basura en los restaurantes y hogares del mundo ( que no alimenta, sino que nos enferma)(como el cero): vean la misma imagen proyectada de la misma sombra de la razón: que no lleva a nada 1x0=0 / todo x cero = cero ) y limite asintótico de las ciencias (y cerco de la razón impuesto a esta / atascada (y que nos enferma: como las patatas fritas) ;y la filosofía lo está igualmente su pensamiento (asintótico) proyectado al infinito con el ser (no hallando ahí, su forma, en todo lo que es: aquí y ahora (y que nos enferma: como las patatas fritas)… y quizá de este modo y siguiendo no al conejo, sino la propia sombra/ dejar de mirarse el reloj y la hora para ir al Mc Donald , pues hay mucho trabajo y un futuro que construir / habitar, no yéndose por las nubes (y esperando los premios de la razón otorgados por una fórmula que explota, como nos explota siempre en la cara todo lo que hacemos haciendo volar el mundo en mil pedazos por los aires:

La condición de la nada siempre se cumple

La razón x cero→ siempre explota.

EL PRETENDIDO ÁMBITO ACTUAL DE LA NADA (03) /LA RELIGIÓN, EL SER Y LA NADA ¿Qué finalidad tiene la religión para nosotros?

 

LA RELIGIÓN o LA NADA

¿Qué finalidad tiene la religión para nosotros?


Esta es una era que debemos alumbrar cada uno con nuestra luz, y no ensombrecer con nuestras miserias, pues la deberemos salvaguardarla del fuego de nuestras propias llamas.

¿Qué es la religión?, explico a mí entender que es la religión, de manera que me la puedo explicar, a partir de su encaje con todo lo demás (las demás formas de las que somos conscientes: de todas, y todas en un solo “ente”, forma o ser, que las proyecta.

Nos preguntamos ¿qué es la religión?, y por supuesto, digo religión cuando de lo que quiero decir es, la idea que esta propone de dios, no por como lo propone, sino por lo que nos propone, siendo el medio que conocemos primero (al ser/ tenemos conocimiento del ser), en tanto nos habla (de él: sobre un lado proyectado de este) mostrándolo en una idea (proyectada de las personas: como dios, entendido este, como una sombra, la propia sombra, proyectada por las personas, y en la que ellos se reflejan, en tanto a su entendimiento de ser, mas luego y al ir madurando cada uno tomará la que será su senda, recorriendo de su sombra (proyectada de la idea de dios) ese espacio de sombra que lo separa del ser.

Bien, refiero pues religión cuando de lo que quiero decir es, un la forma en que al ser se refleja en (la religión), a partir de otra forma que lo proyecta hacia el ser (las personas) que lo proyectan, en una idea proyectada en dios, que es una sombra del ser proyectada (en un plano: nuestro plano) en la que luego nosotros nos proyectamos (nos reflejamos), y por tanto,  es igualmente nuestra sombra, proyectada hacia el ser, de una nuestra forma (en un punto) donde nos reflejamos, luego en una forma (que nos define, en tanto nos define a nosotros del entendimiento y comprensión de este (del ser): en el medio, hacia los demás y nosotros mismos). Luego: “A nuestra imagen i semejanza”: entiéndase (tal y como lo entendemos, se proyecta a nosotros), cuando nos proyectamos hacia el ser a partir de su sombra, reflejándonos en ella, y por tanto, reflejados en nuestra propia sombra hacia el ser de (nuestros temores y miedos , o representaciones / de dios)…, eso es, precisamente, lo que nos proyecta su sombra, la sombra del ser / nuestra propia sombra, proyectada de la idea de dios… (Sombra, del ser que la proyecta (la persona) y a partir de su sombra, que proyecta del ser (de su idea y temores) y donde luego ser refleja). Un ser que no entendemos bien, pero que todos tenemos muy presente y proyectamos cada uno a nuestra manera, en lo que aquello nos representa este dios a unos y a otros (como otra forma proyectada del ser, a partir de la religión, y de su forma proyectada de dicho ser, en dios),

La religión, por tanto, y a mi entender (digamos el catolicismo, por ejemplo que es la mía), nos muestra una idea del ser (que entenderemos de una esfera perfecta) a parir de una sombra de este, proyectada de un punto, del lado, de dicha esfera: hacia otro punto en el espacio (en el que nos reflejamos, --al mirar, o querer entenderlo) y en el que este en este se proyecta hacia nosotros, a partir de su sombra, que es nuestra sombra reflejada (temores y miedos de dios / deseos de perdón y redención), y proyectada en un punto (que es una forma proyectada del ser (sombra)/ hacia quien lo busca / proyectándose en aquel punto (que es una forma, proyectada y entendemos (interpretamos), pues es reflejada de nuestra forma y sombra, proyectada hacia aquel. Siendo cada religión o expresión de dios, una expresión proyectada (un segmento proyectado del ser en un punto del espacio y el tiempo, a la consciencia / hacia el observador y definida en un punto (con forma y volumen) / entendible / de nuestro plano, y en la que nos reflejamos, igualmente a través de nuestra sombra / espacio entre las formas y forma que las define/ reflejada de nuestro lado, y de nuestra sombra hacia el ser.

Ayer no me ingresaron el dinero en el banco, era sábado Me quedaba sin dinero, y casi sin comida por mi falta de previsión, y pensaba en mi madre. Yo siempre proveo en casa, saliendo a comprar y todo eso. Pero ayer estaba sin salir de la habitación y esperando, sin dejar de mirar la aplicación del banco, cuando, mi madre abrió la puerta de la habitación y se dirigió a mí, y me miro preguntándome, muy preocupada, si no habían ingresado el dinero todavía, yo estaba relativamente, no diré tranquilo, pero resignado a esperar, pero al verla preocupada, con ese miedo perenne, me preocupe (por ella / 91 años, y siempre pensando en los timos de internet, o que le quiten el dinero), además,  era evidente que esperaba que fuese a la compra, quería algo, seguro, y nadie quiere que le falte nada a su madre, y aquella preocupación suya dirigida a mí, hizo que le respondiese de inmediato, osea, me proyecte hacia ella, de su proyección hacia mi/ en preocupación: en  una explicación bien desarrollada y amplia, hacia y sobre sus propios temores irracionales (aquellos que ella me proyectaba)(y le preocupaban, pero a su vez , al proyectarme yo hacia ella, sobre sus propios miedos (a partir de dicha situación y momento) y  mi estado se condicionaba, hacia el suyo, y a través del suyo, y lo hacía en una forma digamos que triangular, en la que aquel segmento de espacio tiempo, se proyectaba en un punto, en el que mi madre ahora se proyectaba y reflejaba / de mi explicación), a partir de aquel lado de mi forma (en un segmento de momento y lugar) proyectado, de aquel (ancho de tiempo) en la habitación y hacia mi madre, y de cuyos 3 lados proyectados en mi explicacio entendió (de un lado: furioso (por la demora bancaria), pero más impotente ( por no poder hacer nada) esperando: pero todavía más preocupado, … pero… preocupado viendo que ella no entendía, que era algo temporal y circunstancial. Entiéndase: yo respondía hacia ella de sus preocupaciones, respondiendo ahora sobre estas preocupaciones, con mi preocupaciones, que no eran otras, sobre aquello o en relación a lo que me madre me había proyectado, y en las que de la proyección, en aquel punto, ahora ella se reflejaba, de mi basta y amplia explicación: impotente, ella, de entender, mis expresiones de la situación puntual, y por tanto con más miedo e impotencia todavía, pues ella no entendía, que mi preocupación era por ella (por sus temores, derivados en miedo), pues a mí el dinero no me preocupa, jamás me importo, sino es porque le puede faltar algo a mi madre.  Es mi madre la que me preocupa.

 ¿Qué finalidad tiene la religión para nosotros?

Aclarado esto, podemos considerar, de nuevo aquella pregunta ¿qué finalidad tiene la religión para nosotros?, ¿por qué la necesitamos?, vemos que por sí misma la pregunta puede ser obviada, por los que están en la fe, pues ya están ( pero no entiende deonde están) ; pero también por los que no están en la fe y niegan a dios; sin embargo, esto plantea un conflicto , extraño, a los últimos: pues el principio de toda negación es que se sustenta sobre aquello que niega: una afirmación y, por tanto, se ha de reconocer esta primero: lo que niegas. No podemos reconocer “la nada” sin negar antes al “ser”, entiéndase: habiendo primero reconocido al ser, lo negamos, y en su ausencia encontramos, o reconocemos la Nada, pero no como algo (una nada: algo que queda), sino como ausencia del ser. Luego podrá parecer, sobre todo a aquel que no piense demasiado al respecto, que la religión parece ser algo que no necesita la persona que se plantea la pregunta anterior: ¿por qué necesito la religión?, pero el mero hecho de formularla ya equivale a admitir cierto desconocimiento, y debido a lo que ignora: no se ha convertido aún para este en una “evidente” necesidad; entiéndase: se reconoce que pertenece a la naturaleza de la religión el hecho de que esa persona la necesite, pues sin dios, no tiene sentido su negación (o afirmación de la Nada). Así, donde quiera que se encuentren individuos planteando preguntas similares a estas, o negando a dios, ahí también emerge la necesidad de la religión: y de dios. En suma, la relación que se tiene, por algunos, con la religión se muestra como una contradicción (como una contradicción misma es la Nada): cuando de cierto es, que para quienes no es dios (negándolo) una necesidad evidente... precisamente, más evidente por esa misma razón, es una necesidad.  

"Y ahora estoy sentado aquí, desesperando. no pienso en nada más: este destino roe mi mente; pues tenía mucho que hacer afuera. ¿Y por qué no los vi cuando levantaban los muros? Pero nunca escuché el ruido o sonido de los constructores. Imperceptiblemente me encerraron, fuera del mundo" (Cavafis)

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MI RECHAZO FIRME HACIA ESA FILOSOFÍA / / jorge maqueda merchan & jordi maqueda / Aceuchal (Badajoz - España)

 Luego mi rechazo firme hacia esa filosofía (de pensamiento iluminista importado de fuera (a España) y del que nos avisan otros) centrada en algo que no vemos del texto → al que escribe de otro, como si lo conociese y supiese de Aquello (inconcreto y no reconocido de su parte), referido del otro (como una sombra en el texto y que no vemos → que no ven algunos, pero descrita, a la vez, del otro lado del texto) es lo que hace que (desconfié) y me pregunte… ¿Están ciegos?, más allá de preguntar o de preguntarme sobre cualquier absurdez como ¿por qué algunos buscan la nada, mientras otros están nadando en ella, hablándonos de nada concreto? Es que se ha vuelto ciego todo el mundo y ciega con ellos la razón; cuando alrededor nuestro el mundo está lleno de vida y luz, y hay de todo, en todas direcciones (inabarcable) que referir de lo concreto y real.

Pero que la filosofía occidental se halla en situación crítica, no lo afirmo yo: es un hecho. Luego que no sirve para nada es solo un dicho, venido a raíz de una tradición que parece desgastada cuando sino mas bien agotada, visto el fracaso a partir de sus teorías y un repetir dando la vuelta siempre a las mismas cosas, explicadas de mil y una maneras, sin aportar nada nuevo o relevante a la realidad; pero, y más importante, olvidándose por completo de explorar nuevas formas de pensamiento o de entender el mundo: no puede sostenerse aquello que se da de golpes contras sus propias paredes y a la vez da la espalda al mundo y a la realidad, a la entrada de un milenio que aguarda y del que algunos afirman: será un milenio mas universal, o no será, dada la deriva cataclísmica de acontecimientos en la que nos vemos envueltos. Es por ello que muchas personas creen que la filosofía (como disciplina / no tanto el pensamiento) es un método de conocimiento que pertenece al pasado, habiendo sido superada por la ciencia y la técnica. Pero este agotamiento académico, en tanto a disciplina, no puede ni debe alejar nuestra atención de lo redundante: el mismo hecho de pensar, y la obligación de hacerlo sobre aquello que se precisa y urge: la verdad; ni debe hacernos perder de vista la necesidad de unos nuevos planteamientos o formas de pensar renovadas, incluso atrevidas, que como afirma Trías: “bien pudiesen alimentarse de la misma disolución de esa razón ilustrada, ahora en período de rebajas”; sobre todo, cuando la filosofía parece haber olvidado su razón primera, y perdido la orientación definitivamente, precisando ahora de esa movilidad libre, como acto que disuelve doctrinas que impiden el debate. (La filosofía implica una movilidad libre en el pensamiento, es un acto creador que disuelve las ideologías. —Martin Heidegger).

Desde mi posición, no me siento obligado a ser continuador de nada, como tampoco entiendo preciso continuar nada (fracasado con anterioridad). Cada cual piensa, y al pensar como al caminar uno dirige primero sus pasos hasta que estos luego lo dirigen a él. Por lo tanto, elegir qué pensar sería fantasear, en un mundo donde la realidad condiciona de antemano mostrando lo relevante, y cuando la verdadera decisión, o elección, sería negarse a pensar “en aquello relevante” desviándose hacia lo improductivo e irrelevante (o académico) que por cierto a muchos agradaría: una existencia irreflexiva, bien pagada, insensible y ausente de la realidad. Si bien, esto parece más grave cuando se te dice o dirige sobre qué, cómo o cuál es la forma apropiada de pensar (cuando se desea publicar). Nada de eso hallarán aquí, y esto me permite una cierta libertad para maniobrar en un terreno en el que —y todo hay que decirlo— se observa cierta intolerancia, cuando entiendo, sería "un gran paso" poder universalizar el pensamiento, empezando por una correcta educación que enseñe a pensar y observar, acerca de nuestras dudas, y no tanto a obedecer sus certezas. 

Pero la ciencia no queda atrás de la filosofía en mis críticas. Una ciencia donde al ser escrutada con atención se observa, como mantiene dos varas muy distintas de medir, dependiendo en tanto aquello que trata o estudia: fuera o dentro de nuestro planeta. En el primero de los supuestos —aquello que sucede fuera de nuestro planeta— se muestra irreconocible y abierta de forma permanente a nuevas perspectivas, tesis y descubrimientos como los agujeros negros, energía oscura, teoría de cuerdas, pliegues del espacio-tiempo, etc., reconociendo en ello la existencia de nuevas realidades sin necesidad de verlas, deduciéndolas de forma indirecta (mecanismo este, se quiera ver así o no: próximo a la intuición o clarividencia) no cerrando las puertas, y admitiendo su ignorancia y esas otras posibilidades válidas del pensar. Sin embargo, en el otro supuesto —aplicado a lo que ocurre aquí, en nuestro planeta—ocurre algo muy distinto y enormemente reductor, donde todo tiene que ser medido, experimentado y solo es válido en tanto se pueda comprobar directamente. Luego los sucesos que no encajen en las teorías supuestas al uso (en el paradigma actual) se desprecian e ignoran, o se les fuerza a encajar de cualquier modo, incluso a costa de falsear estudios o la misma realidad.

A primera vista se advierte diferencia: como si ambos niveles (de una misma ciencia) no estuvieran intrínsecamente relacionados. Lo que nos lleva en la práctica, que algunos científicos se hayan convertido en nuevos guardianes celosos de la ortodoxia, e inquisidores de una ciencia, en ocasiones más dogmática e intolerante que la religión, y todo en nombre de una diosa llamada razón extremadamente sectaria e intransigente que solo mira hacia fuera y nunca dentro (que ve la mota de polvo en el ojo ajeno y nunca la viga en el propio). Sin embargo, todo ello no nos habría de llevar al error de despreciar o criticar el pensamiento científico y sus logros, sino a afirmar una obviedad: que el método o paradigma actual no es suficiente, que no alcanza para abarcarlo todo (ni la realidad, ni la realidad de las todas las personas) debiendo este ser revisado y complementado: lo que no será sin esfuerzo y por nuestra parte algo más que un poco de sacrificio. solo añadir que no comulgaré con ruedas de molino sobre lo que filosofía o la ciencia nos ofrece, dando por sentado Nada, o sobre cualquier cosa, objeto de estudio en estos textos, pues esa “razón común a todos” ilustrada o no, se atestigua, al desafiar lo aceptado, tomando aquel camino que nos habrá de enfrentar a las propias sombras: entablando diálogo con todo aquello que dogmáticamente la desafía y pone a prueba, sea en la forma que venga