(12) LA NADA / LEIBNIZ, HEIDEGGER, DIOS Y LA NADA

LEIBNIZ, HEIDEGGER, DIOS Y LA NADA


Leibniz trató el tema entre Dios y la Nada, sobre una la dialéctica entendida como símbolos de presencia y ausencia. Son muchos los aspectos bajo los que Leibniz se considera uno de los máximos exponentes de la filosofía moderna; entre ellos, por cuestionarse aquello que Heidegger ha llamado fundamental a la filosofía, entiéndase la pregunta: por qué hay entes mejor que nada, por qué existen cosas mejor que no existen. Esta cuestión, íntimamente unida en la filosofía leibniciana y universal, sostiene aquella otra que inmediatamente debe formularse: suponiendo que tenga que existir algo, por qué este determinado estado de las cosas resulta mejor que ningún otro, (pregunta, por la que luego se deducirá que habitamos el mejor de los mundos posibles). A partir de Leibniz, muchos pensadores han venido haciéndose estas preguntas, con aquel mismo trasfondo que el mismo Leibniz ya enunciara: «la primera pregunta que tenemos derecho a formularnos será por qué hay algo mejor que nada. Pues la nada es más simple y más fácil que algo». Bien pues en respuesta: entiendo esto, primero que nada hay simple cuando afrontamos la realidad, y si no intente usted entender el viento, lo mas ligero que no facil que podria manejar; luego, la más mínima célula es tan compleja que creemos entenderla, pero no podemos crearla (lo más simple es  pretender entender la realidad sin la experiencia de la realidad (y solo por la razón) afrontarla, y sin salir del salón de mi casa: eso si es simple). Otra cosa muy simple es entender (que por la razón, pues de otro modo es imposible este absurdo, sino por la razon)  que a partir de nada, la nada es más fácil que algo pero.. resulta que yo soy algo: pensando en la nada / hay algo por tanto, (ahora ya no parece tan fácil verdad) , no ser que mi pensamiento sea tan absurdo que me resulte incapaz de entender, que no puede haber una nada "cuando - todo - es - algo".

Leibniz, en su Teodicea podríamos decir, que había empezado el mismo a echarse el lazo de la nada al cuello, al sentenciar que «nada señala mejor la imperfección de una filosofía que la necesidad en que se encuentra el filósofo de confesar que ocurre algo, según su sistema, de lo que no hay razón alguna»; y si «nada existe sin que pueda darse una razón suficiente de su existencia»¿cómo iba a renunciar a dar razón del origen radical de las cosas? ("Alto: y sople aqui") vamos a ver y a ir poco a poco: pero que nada tenga una razón suficiente (a la razon) que yo pueda entender, bien más parece ser razón suficiente para que "yo" me pregunté por qué nada tiene una razón suficiente (a la razon). Luego, las cosas (en la realidad) ya tienen una razón, y más que suficiente (y evidente) para ser, y ser como son (otra cosa es que yo no las vea o entienda de su naturaleza), pero en la naturaleza solo la Nada no tiene la razón suficiente de ser, y por eso no es.

Luego de las cosas que son (del cosmos y la naturaleza) todas tiene su razón, mas no es la razón que nosotros les damos o que dé la razón a estas: a partir de que nada tiene una razón suficiente (para la razon) de ser (y afirmando lo que deben ser), sino que estas ya poseen su propia razón de ser y ser (de aquello, en tanto forma de aquello /ser: de su ser) y a lo que que precisamente nosotros somos por el momento ajenos: de nuestro ser), en tanto no le hallamos razón, ni lo hallamo a él, mas pretendemos dar luego su ser (en forma de  utilidad) a todas las cosas. ¿por que hay algo y no mas bien nada? Pues bien, la razón suficiente es, precisamente: por que debemos reconocer ese algo para no quedar en nada, pues nada que no reconozca a otro ser tendria razon suficiente de existir, al no tener una voluntad, hacia el acto de existir conociendonos, y reconociéndose ser de algo

Mas luego Leibniz afirmaba que no es tan sencillo este misterio, del mismo modo que “la Nada no es asunto fácil” como llegó a afirmar él mismo: parece que las cosas que no son - son dificiles de comprender J  <( Pues cada vez que creía tenerla atrapada entre sus manos y conceptos se le volvía a escapar J , no sin antes dejar otras y nuevas cuestiones que solucionar J. Luego, en su intento de dar razón de la nada, parece que Leibniz no terminará nunca de hacerlo, como se evidencia de sus propios escritos J, y algo parecido, pero no igual, sino de otra manera veríamos y veremos después en Heidegger, por lo que se desprende de sus escritos y conferencias, algunas ya muy posteriores, en tanto, a la imposibilidad de revelar la Nada absoluta. Pues la nada, entendida como nada absoluta, no se deja aprehender ni por las buenas, ni por las malas dando la impresión que se trata de un tema que tenga más que ver con la voluntad de esa nada, o mejor sería decir con la voluntad del que no es nada, y se reconoce en ella en todo momento y lugar. De modo que podríamos afirmar que es la voluntad (y el deseo que la empuja) la culpable de que lleguemos al punto de captarla (deseo de nada, si bien no como verdad, sino como verdad (o potencia) la posibilidad del ser, ausente.. que vive de irrealidades y fantasías entre unicornios y centauros, en una ciudad dormida entre voces ideales y amorosamente queridas muriendo de nostalgia, de rabia un día y de pena al otro dia, son aquellos que ya hemos perdido como si hubiesen muerto, muertos en vida: morir en clamor, al fin y al cabo morir en una ciudad dormida. A veces ellos nos hablan en nuestros sueños; a veces la mente los oye en el pensamiento. En estas salas oscuras, en las que  caminó de un lado a otro, buscando las ventanas.

Pero será luego, en la filosofía existencialista, donde encontramos una mayor relevancia referida a esa, Nada, o idea de la nada, pero no tanto ya, con relación a por qué algo, en vez de nada, sino con respecto al ser humano, por ejemplo: “El Ser y la Nada” de Sartre. Sin embargo, es con Heidegger (mentor de Sartre) donde podemos hablar del renacer de «La Nada» como concepto fundamental, de nuevo en filosofía moderna, revelándose de forma más penetrante a la sociedad y el pensar de las personas, a partir de la introducción de nuevos conceptos con la finalidad de repensar la tradición metafísica (ontológica) occidental, sobre una nueva hermenéutica y renovada concepción del ser humano, donde se retoma el tema de la nada, aunque subjetivamente, en tanto que habita el Dasein y, que poco o nada tiene que ver, a mi parecer, con la Nada absoluta, pero que luego resulta muy práctica, al parecer, como observamos aún hoy en las universidades, conferencias y librerías.

Heidegger, a modo de entrada y presentación de su teoría, nos apunta: que el pensamiento filosófico, como antes la ciencia, había olvidado la importancia de la nada, que es la base sobre la que se construye el ser (debemos mirar qué quiere decir, en lo que dice: ahí hay una sombra). Sin embargo, y como bien afirma Heidegger, ciencia y filosofía se olvidaron antes de la nada y su relevancia, entendida esta relevancia a partir de la afirmación de Heidegger: que sobre la Nada se construye el ser <( Pero Heidegger también parece olvidar u omitir que el ser es increado, y no se construye en, o sobre lugar alguno y menos sobre Nada… >( ni tampoco el ser de las cosas (o las personas) pero esto quiere aclaración; entiéndase:  que cuando referimos la Nada, cuando yo refiero la Nada, refiero la Nada (absoluta) luego cuando hablamos del ser, este ser ha de ser absoluto: todo lo que es (en la creación y lo creado) entiéndase igualmente dios, o bien un concepto aproximado a dios, como referí anteriormente. Luego el ser que habita en las cosas y el propio hombre, es y habita como parte de ese ser absoluto, que está: es presente en todo lo creado, en todo lugar y cosas e (igualmente en nosotros). Para Algunos, esta parte del todo que habita en las cosas, es precisamente, el ser o alma de las cosas, otros refieren el “el espíritu” que anida en nosotros: dos en uno, y uno en todo lo demás, como entendemos que se desprende no solo de las enseñanzas orientales, sino igualmente de la misma religión cristiana, que habla de iglesia, no como una construcción de piedra, sino iglesia como el cuerpo espiritual, donde el espíritu del de dios anida en cada uno de nosotros, y todos nosotros en un mismo cuerpo espiritual o iglesia (el cuerpo del señor / el padre) en espíritu, por voluntad de Dios. No es tan difícil entender lo que se quiere decir, menos aún si tomamos y entendemos las escrituras (la palabra escrita en estas) para entender al ser, y al ser que reconocemos en todas las cosas (de la creación). Luego, cualquier referencia a otro Ser (no absoluto) y, por tanto, de una Nada (no absoluta), entiéndase: una nada hallada aquí o allá, de esta u otra manera, es abandonar el tema fundamental a tratar de una Nada absoluta como concepto absoluto contrario o en contraposición al ser, volviendo este un asunto menor y subjetivo en todo caso: una nada egoísta y diminuta que pretende alguna relevancia. Pero ya desde Parménides se definió al “ser” y entendemos este como contraposición a la “nada” y la "nada" en contraposición al "ser", ambos, por tanto, conceptos absolutos y opuestos. Pero cuando absoluto es el ser: que es, y al mirar doquiera vemos todo aquello que es... en absoluto puede ser la Nada, pues hay Ser.

Sin embargo, también reconocemos que no sabemos en propiedad que es el ser, sabemos que existe, sí, pero no qué es (más allá de la teología y la filosofía, pues la ciencia hoy no habla de él); y aunque también entendemos que, en ausencia del ser, cabria su ausencia, no podemos y es imposible saber de aquello a lo que nos referimos por esa ausencia, o ausencia de ser (a la que muchos dieron nombre, y para mayor confusión de las personas: la llamaron la nada, pero que no-es, no existe), pues hay presencia. Luego mi pregunta es: como quien afirma la nada: la ausencia del ser (como absoluto), puede firmar luego al ser/ o a dios / o la misma creación por medio de la Nada, o a partir de la Nada, al ser. Cómo, quien no conoce al ser, afirma a este a partir de la nada que no conoce, que no se deja ver, pues no puede verse... o, a partir de la Nada, la creación. ¿De qué manera podríamos entender lo increado y menos lo que no es, y no existe?, o, como Dice Dionisio, De qué manera, pues, podrá lo creado ver lo increado?, que ni los profetas lo han visto. Sin embargo, hay quien encuentra, o encontró algo, y nos habla de aquello de un modo subjetivo: de un ser que primero no está, si no lo revela una nada diminuta, que es la que lo revela en nuestro diminuto ser, subjetivamente, claro está. Pero cómo... si ningún entendimiento creado, puede entender lo increado en esencia, sino muy vagamente y teniendo mucha fe, como además entender lo que no es y no existe, y entender que lo que no existe pueda alumbrar, o propiciar de alguna manera al ser (pues por que existe) De modo que por todo ello, entiendo un constructo o idea sobre el ser, que sí existe y es, como todos cada día podemos comprobar —aunque no todos lo puedan reconocer— a través de todo aquello que existe, y es. Pero un constructo ¿para que? para hablar de la muere y que tenemos que morir: es lo que se aprecia (a priori J  )/ construir una pirámide, pero ¿para que? para luego enterrarnos cuando hayamos muerto, o mas bien para  habitar

(15) LA NADA / DE LOS QUE BUSCAN LA LUZ EN LAS TINIEBLAS (Find the light in the darkness) / jordi maqueda


Buscar la luz en las tinieblas
(Find the light in the darkness)

¿Qué es la luz? ¿Qué son las tinieblas? La humanidad tiene necesidad urgente de una nueva forma de entender e interpretar el mundo, y que responda a las necesidades actuales de muchos de nosotros para estos tiempos. Pero no solo en cuanto a formulaciones y teorías absurdas, sino igualmente, referido al propio lenguaje. Pues este se ha vuelto extraño y sibilino, en manos de quienes alteran y sepultan una realidad que nos resulta cuando menos manoseada, donde encontramos hoy siempre esa Nada, que como una pesadilla "calderoniana" parece a todos perseguirnos, y empujarnos a su servidumbre.

El pensamiento sin Dios, que es el pensamiento del ser diferente, se halla más cerca del Dios divino— nos decía Heidegger. Esto es: que “este pensamiento, sin dios, es más libre para entender la forma de dios, de que lo que pueda creer esa metafísica”. Pero, no nos cabe duda, que ese pensamiento sin Dios (algunos dirán que en la Nada) — parece todavía más lejos de Dios de lo que entiendo, que el mismo Heidegger pensaba o imaginaba; pues podemos afirmar, que Heidegger, si lo encontró (a Dios) —y entiendo que a su manera lo buscaba—, muy vagamente nos lo explicó (por algo será, de esa manera).  No obstante, esto tiene una explicación, y además nos viene esta explicación (precisamente por las palabras de dios), leamos: la lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad! (Mt 6, 22,23); ¡y cuán enorme la oscuridad!, si te alejas del ser: hacia el infinito (en la nada).

¡º< ¡¡¡¡¡ ∞

Precisamente, entiendo que vivir se trata de esa búsqueda, para algunos sin fin —donde muchas veces sin nosotros mismos reconocerlo: andamos buscando a Dios— y a partir de la cual te das cuenta de que todos tenemos familia, pero somos huérfanos en el mundo. Que andamos buscando, sin saber muy bien qué buscamos y siempre desencantados; pues nos cansamos de todo, nuevo o no, que encontramos o compramos. Como aquel niño desamparado que en todo varón encuentra a un padre, siendo incapaz de reconocer al propio, pues nada de él sabe, ni siquiera que se lo arrebataron. Y en ello, hay toda una generación buscando un padre “hoy”, sin saber bien lo que buscan y, por lo tanto, siendo incapaces por si mismos de reconocerlo, pues muchos ignoran incluso que (de verdad) exista. Luego seguimos, desde aquel momento en que somos conscientes de nuestra carencia, en una búsqueda inagotable, buscando, e ignorando, la gran mayoría entre nosotros, que hay un camino Pero un camino distinto por el que antes ibas. De ahí que siempre digo: escucha esa voz que suena dentro de ti, y reconócela en todos tus caminos hacia esa búsqueda de la luz, que como una madre está esperando que de sus propias sombras salgan sus hijos. Pues no pocas veces, y es justo al final del camino, cuando por escuchar la propia voz y ser sabios a nosotros mismos, nos encontramos frente al vacío de un abismo que no esperábamos: entendiendo entonces, y solo entonces que algo nos hemos dejado en atrás; que quizá no hemos escuchado y nos decimos: "de la vida: mi vida, no puede ser solo hasta aquí, y solo esto".

Luego, algún ilustrado o filósofo nos dirá a este respecto: “pero qué nos dices, y de que nos hablas: esta explicación es absurda. Y además, ahora nos de Dios”. Y una cosa hay de cierta de sus palabras, pues tanto la filosofía, como la ciencia, no quieren saber hoy nada de Dios / del ser (que diría Heidegger). Por tanto, luego entendamos —pero entiendan, antes, que unos y otros hablan de la misma cosa ser o dios: que no entienden—que la concepción o noción más rigurosamente del ser, o de dios y que a partir de ciencia y filosofía hoy podemos esperar es, que saben del ser / o dios en la medida precisa en que del ser o de dios nada quisieron, ni nada quieren saber (incluida la propia religión). Y por supuesto, que es absurda, para aquellas almas racionales, que no saben ni entienden, porque se han cerrado sus ojos para que no vean y su corazón no entienda porque del ser ellos nunca quisieron saber. Y ven la luz sin salir de las sombras (en otras formas de oscuridad).



(15) LA NADA / DE LOS QUE BUSCAN LA LUZ EN LAS TINIEBLAS (Find the light in the darkness) / jordi maqueda


Buscar la luz en las tinieblas
(Find the light in the darkness)

¿Qué es la luz? ¿Qué son las tinieblas? La humanidad tiene necesidad urgente de una nueva forma de entender e interpretar el mundo, y que responda a las necesidades actuales de muchos de nosotros para estos tiempos. Pero no solo en cuanto a formulaciones y teorías absurdas, sino igualmente, referido al propio lenguaje. Pues este se ha vuelto extraño y sibilino, en manos de quienes alteran y sepultan una realidad que nos resulta cuando menos manoseada, donde encontramos hoy siempre esa Nada, que como una pesadilla "calderoniana" parece a todos perseguirnos, y empujarnos a su servidumbre.

El pensamiento sin Dios, que es el pensamiento del ser diferente, se halla más cerca del Dios divino— nos decía Heidegger. Esto es: que “este pensamiento, sin dios, es más libre para entender la forma de dios, de que lo que pueda creer esa metafísica”. Pero, no nos cabe duda, que ese pensamiento sin Dios (algunos dirán que en la Nada) — parece todavía más lejos de Dios de lo que entiendo, que el mismo Heidegger pensaba o imaginaba; pues podemos afirmar, que Heidegger, si lo encontró (a Dios) —y entiendo que a su manera lo buscaba—, muy vagamente nos lo explicó (por algo será, de esa manera).  No obstante, esto tiene una explicación, y además nos viene esta explicación (precisamente por las palabras de dios), leamos: la lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad! (Mt 6, 22,23); ¡y cuán enorme la oscuridad!, si te alejas del ser: hacia el infinito (en la nada).

¡º< ¡¡¡¡¡ ∞

Precisamente, entiendo que vivir se trata de esa búsqueda, para algunos sin fin —donde muchas veces sin nosotros mismos reconocerlo: andamos buscando a Dios— y a partir de la cual te das cuenta de que todos tenemos familia, pero somos huérfanos en el mundo. Que andamos buscando, sin saber muy bien qué buscamos y siempre desencantados; pues nos cansamos de todo, nuevo o no, que encontramos o compramos. Como aquel niño desamparado que en todo varón encuentra a un padre, siendo incapaz de reconocer al propio, pues nada de él sabe, ni siquiera que se lo arrebataron. Y en ello, hay toda una generación buscando un padre “hoy”, sin saber bien lo que buscan y, por lo tanto, siendo incapaces por si mismos de reconocerlo, pues muchos ignoran incluso que (de verdad) exista. Luego seguimos, desde aquel momento en que somos conscientes de nuestra carencia, en una búsqueda inagotable, buscando, e ignorando, la gran mayoría entre nosotros, que hay un camino Pero un camino distinto por el que antes ibas. De ahí que siempre digo: escucha esa voz que suena dentro de ti, y reconócela en todos tus caminos hacia esa búsqueda de la luz, que como una madre está esperando que de sus propias sombras salgan sus hijos. Pues no pocas veces, y es justo al final del camino, cuando por escuchar la propia voz y ser sabios a nosotros mismos, nos encontramos frente al vacío de un abismo que no esperábamos: entendiendo entonces, y solo entonces que algo nos hemos dejado en atrás; que quizá no hemos escuchado y nos decimos: "de la vida: mi vida, no puede ser solo hasta aquí, y solo esto".

Luego, algún ilustrado o filósofo nos dirá a este respecto: “pero qué nos dices, y de que nos hablas: esta explicación es absurda. Y además, ahora nos de Dios”. Y una cosa hay de cierta de sus palabras, pues tanto la filosofía, como la ciencia, no quieren saber hoy nada de Dios / del ser (que diría Heidegger). Por tanto, luego entendamos —pero entiendan, antes, que unos y otros hablan de la misma cosa ser o dios: que no entienden—que la concepción o noción más rigurosamente del ser, o de dios y que a partir de ciencia y filosofía hoy podemos esperar es, que saben del ser / o dios en la medida precisa en que del ser o de dios nada quisieron, ni nada quieren saber (incluida la propia religión). Y por supuesto, que es absurda, para aquellas almas racionales, que no saben ni entienden, porque se han cerrado sus ojos para que no vean y su corazón no entienda porque del ser ellos nunca quisieron saber. Y ven la luz sin salir de las sombras (en otras formas de oscuridad).



(16) LA NADA / LA NADA COMO SIGNIFICANTE DIFERENCIADO, o POTENCIAL INDIFERENCIADO / jordi maqueda


LA NADA COMO SIGNIFICANTE DIFERENCIADO,
o POTENCIAL INDIFERENCIADO

Cuando hablamos de la Nada —que ya es mucho hablar de aquello que desconocemos— surgen dificultades sobre su conceptualización, representación y potencial realidad. La función simbólica en esta “no cosa” se torna aún más extraña e indescifrable, no hay forma / ni manera de poder entender, cuando la semiótica (la Ciencia que estudia los diferentes sistemas de signos que permiten la comunicación entre individuos, sus modos de producción, de funcionamiento y de recepción) se torna inservible y defectuosa ←º<, al comprobar que con lo que tratamos es con lo indiferenciado, o como lo califican algunos: un potencial informe e indiferenciado ←º<¡¡¡ Terreno pantanoso este reino de lo indescriptible, pero ya descrito informe e indiferenciado, pues “la Nada” no tiene caracteres que la diferencian de otra cosa siendo la vez (meta-diferente)o diferente ←º<¡¡¡∞ de toda “cosa” (ente). (La nada / la desconocida) en su esencia (su nombre-nombra-lo inexistente) ←º<¡¡¡∞

Así, al preguntarnos o preguntar por la Nada —nada en sentido estricto— como un potencial indiferenciado, surge de inmediato un bloqueo: primero, no nos sirven las comparaciones con la realidad, pues no podemos comparar con nada lo que la Nada sea (?) ni tampoco podemos visualizar lo que de manera literal la Nada pudiera ser. Por tanto, no podemos explicar ni sugerir la realidad de esta “desconocida” informe y atemporal desde nuestra realidad, ni de ninguna otra realidad (si no aquella realidad será nada) cuando queremos concretar aquello que no es concreto, concretándolo por la razón (en un nombre) al que esta misma razón le tendrá que dar un sentido → sentido de su ser (inexistente) por medio de la misma razón (absurda), que le dio un nombre (absurdo y que en si mismo se contradice / afirmando lo que no es, en su propio nombre) a lo inexistente ←º<¡¡¡∞  Quizá, y en este caso como en ningún otro, lo pretendido (de ese nombre) no se adecúa fácilmente luego para su entendimiento º<¡¡¡∞ x∞  por mucho que se pretenda por algunos (revelar) definir o entender (lo que no está presente). Por ello sencillamente, la Nada es un ejercicio de búsqueda condenado a fracasar en la curva hiperbólica del propio pensamiento irracional que busca en el infinito el objetivo de un ejercicio que excede a los dominios de lo existente, estando, además, más allá del ámbito de la ciencia o, sobre todo, si se relaciona a la ciencia: una ciencia que busca hallar en su fin la cosa para su estudio (y entenderla), luego: al pretenderlo donde no hay ente. Pero aun así, algunos físicos insisten y proclaman su posible existencia: de una (Nada) creadora del universo (entiéndase por tanto mas alla de lo universo / como motor inmóvil que mueve) y existente en un vacío que no es (tal vacío), donde de ese vacío, por lo tanto entiende: que no hay casi nada: o nada en absoluto, según leemos de algunos casos. Se diría que se parecen estos científicos, a aquellos helenos que terminaron por levantar un templo al Dios desconocido (solo porque unas ovejas se pararon en un lugar que ningún dios había asociado con él; y dando lugar a que un altar fuese construido allí, sin el nombre de un dios inscrito en él) y del que luego alguien, que pasaba por allí, les vino a hablar: de esa Nada.

(17) LA NADA / DE LA AUSENCIA OBJETAL / Jordi maqueda


DE LA AUSENCIA OBJETAL
(El arte, entre la Nada y el Vacío)

Treinta radios comparten el cubo de una rueda;
más solo la rueda le da su utilidad.
Moldea una jarra con arcilla;
el hueco interior le da su utilidad.
Corta puertas y ventanas para la estancia;
solo estos vanos le dan su utilidad.
Se obtiene beneficio de lo que hay;
la utilidad la da lo que no hay. - (Lao-Tsé)

I

Me pareció interesante el tema de la ausencia objetal, al hablar de las razones, angustias y, o necesidades que se dan en la psique a la hora de afirmar o representar lo inexistente. Luego y referido al arte (y respecto a la Nada: pues asi lo encontre referido / partir de la nada de un lienzo vacío) plantea, no solo la cuestión la nada como una posibilidad de representación, o construcción artística y utilización de la Nada en el momento actual sino, que igualmente º< nos plantea aquellas apreciaciones que se daban antaño frente a al vacío ( no frente a la nada) en el psiquismo primigenio, y representado en el arte en los albores de nuestra especie, en tanto a como se afrontaba y solucionaba esta situación o actitud frente al vacío, cuando se les representaba algo ausente: un vacío, al que cabía dar un sentido ya en el pasado —igualmente trasladado esto al presente—, pues entiendo dice mucho al respecto de esa otra Nada (o vacío) que aquí también tratamos. bien pues olviden la Nada, ni el artista está sobre o frente el vacío, ni los antepasados, por supuesto, tampoco (no entendían de la nada). nos explicamos (nos):

Este breve ensayo surge como idea consecuencia de la lectura de unas consideraciones entorno a la ausencia objetal de Jorge del Rio Coll, y del que tomé para iniciar su ejemplo de una huella dejada en la nieve, que nos muestra un lugar previa y realmente ocupado, nos dice col (que olvida al aire, que ahora lo ocupa en una forma, como olvida el artista que no pinta sobre la nada, sino sobre otra forma que ya es algo como la roca en el pasado hoy (el lienzo), o el científico que piensa sentado y adormecido en su silla, pintando en el en-sueño de la razón: la nada). es  cierto se advierten los lados de una forma en la nieve, y que nos invita a una serie de reflexiones sobre diversas experiencias entorno al vacío y perfectamente extrapolables al tema que nos toca, cuando se da esa desaparición del objeto previamente existente, y que nos lleva primero a preguntarnos sobre ese espacio vacío o vaciado (que no los está: vacío) así como de la naturaleza de sus límites, y luego a cómo podría ser aquello que antes había ocupado el lugar y estar constituidos sus bordes: la forma de lo ausente, o forma ausente y referido de las causa primeras: ¿qué dejó esa forma?, y luego ir a las ultimas causa de la forma ¿qué la mantiene estable en su forma?

Desde que el arte se emancipa, transgrediendo la forma natural como vemos el mundo, ya desde los impresionistas la idea de lo lleno y de lo completo, cambia igualmente hacia lo incompleto de forma. Y, esa falta de forma, o forma ausente, es suplantado (en un ejercicio del intelecto) por nuestro entendimiento, rellenando lo que no vemos y superando así la angustia de ese vacío o (horror vacui occidental), que es apreciable ya en el cubismo en el siglo XX, o en las misma esculturas de Oteiza y Chillida, en las que el vacío es un elemento compositivo más en el total de la obra escultórica: se diría en este caso, que estos artistas, escultores nos advierten ya, de una Nada, que no esta, pero es: ahí, como un ejercicio a superar. Cornelis Van de Ven, por ejemplo, entendió perfectamente esa Nada, o vacio, como "el contenido intangible de la forma" extrapolado a la arquitectura (vacío interior). Partiendo de este principio llegó a razonar y relacionar modos de construir, definidos por aquel poema de Lao Zi, donde una rueda de carro construida con radios y un recipiente de arcilla representaban los dos modos mencionados de construir con el vacío: donde la utilidad de la rueda depende del vacío central, donde se inserta el eje ←  º<  → y la del recipiente de su vacío interior. El vacío es, por tanto, ya parte integrante de nuestra realidad: del espacio, pues a partir de este diferenciamos entre espacio construido (ocupado) y espacio (desocupado) sin construir ←  º<  → (habitar). Heidegger utilizó un concepto al que llamó Raum, para definir que “un espacio es algo aviado (espaciado), algo a lo que se le ha franqueado espacio, o sea dentro de una frontera, en griego "péras". La frontera no es aquello en lo que termina algo, sino, aquello a partir de donde algo comienza a ser lo que es:comienza su esencia. Espacio es esencialmente lo dispuesto (aquello a lo que se ha hecho espacio), lo que se ha dejado entrar en sus fronteras. De ahí que los espacios reciben su esencia desde lugares y no desde «el» espacio” — (Construir, habitar, pensar, Martin Heidegger, Darmstadt, 1951). Por tanto, y sea cual sea la superficie a trabajar, el vacío parece un elemento propicio a las nuevas ideas y tendencias, manifestándose no como una Nada, sino como elemento constituyente del espacio donde se sustenta el contenido, y por lo tanto —"una pieza más, una entidad espacial, y podríamos en un inicio, presentar al vacío como complementario del lleno, y el conjunto como reverberación entre opuestos (M de Prada: Arte y vacío. Sobre la configuración del vacío en el arte y arquitectura)—, y elemento de distinción de los límites de las formas y las cosas, del contenido y del continente. 

II


Antaño, cuando en situaciones primigenias del psiquismo (1) se daba una ausencia objetal que era imprescindible resolver para la constitución de este, nuestros antepasados ya tenían el impulso de conocer y explicar diversos fenómenos: la necesidad de ordenar y reducir a ciertas unidades, no solo la realidad y dotarla de sentido, pues esto podría salvarles la vida: un huella (en el suelo) llevaba a la representación mental de una Pantera, por ejemplo. sino a igualmenete llevar el mundo de la luz ala oscuridad, lo que hoy llamamos el caos de la naturaleza a su propia cueva. donde a partir de unos puntos en la roca (roca) pero cacia de un sentido, adquiria sentido y color de unr inos trazos salientes con otros, aparentes de forma que recordaban a la realidad. 

Luego el mundo de la representación (mental) surgió en el hombre primitivo como imperativo, no solo para advertir los peligros de lo no-presente, pero existente: la pantera, sino e igualmente para liberarse del temor que le causaba lo caótico o desconocido” (Ramos, 1993: 25).. Puede decirse, que desde entonces existe una actitud en las personas —una inclinación natural— orientada, pero no únicamente al conocimiento: ¿qué había?, sino e igualmente a cómo podría ser re-ocupado dicho espacio. En este sentido, Bergson indagó sobre los efectos del tiempo y el ser, y afirmando, que para que exista el vacío necesitamos del recuerdo de lo lleno. Piera Castoriadis Aulagnier, en su libro La violencia de la interpretación (1975),  propone poner a prueba un modelo del aparato psíquico que privilegia el análisis de una de sus tareas específicas: la actividad de representación, donde igualmente se contempla la posibilidad de otro tipo de vacío, que más podría denominarse como la Nada, y consistente en la ausencia de un objeto cuya presencia sería indispensable para que el psiquismo incipiente pudiese constituirse” —Jorge del Rio Coll

En un artículo titulado: “Concepción del espacio en el arte prehistórico”, S. Giedon expuso, que la evolución de la utilidad espacial en el arte, estaba determinada por la proyección gráfica de la actitud personal con respecto al mundo: así, en las cavernas utilizaban la superficie que la naturaleza les ofrecía. Parecerá que no tiene nada que ver con el asunto que tratamos, pero pensemos el vacío (en la cueva, la pared sin pintar) esta representaba el fondo, aunque para la visión occidental, el vacío indica la ausencia de algo, tal como lo expresa H. Bergson: en tanto que era presencia y ahora es ausencia, y por ello precisa de un existir anterior para su falta. Una vez reconocida esta ausencia en la pared de la cueva (un existir anterior, una forma sugerida) surge en quien observa la necesidad de pensarla y completarla (de nuevo ese horror vacui): así, para nuestros antepasados, el vacío de la pared en la cueva sería luego una pieza. un elemento más, donde se podían reconocer ciertas formas, que realizaban buena parte del trabajo, creando primero aquella necesidad de completarlas...  hoy el hombre moderno dispone del mayor lienzo,preparado como un cuaderno de dibujo para escolares, con su puntitos (formas) de las estrellitas que nos ayudarán a entender la 4d, a partir de la 3d, y de las plantas (como el olivo) que nos dice con sus brotes que nos alcemos hacia arriba, y desde arriba miremos (proyectados) desde la grieta de la pared de la cocina / nos metamos al horno a quemarnos en nuestra sombras, y así mantenernos firmes en nuestra nueva forma, luego para reconocer la forma del reflejo de la nevera, y poder reconocer nuestra imagen en ella, y ver así del congelador abierto en ángulo: lo que tenemos para mañana guardado en conserva, y recordándonos que el número áureo que expresa la relación que guardan los números en la secuencia de Fibonacci 1,618034 es la base matemática sobre la que se construye la forma rectangular que podemos relacionar visualmente con la pirámide y su sombra que la proyecta → proporción áurea a partir de la que surgen todas las formas que encontramos y encontraremos en la naturaleza y el cosmos en su forma perfecta, y que podemos estudiar en las plantas (perfectas todas ellas, en su forma perfecta). 





Esta imagen proveída por el Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial el 16 de noviembre del 2022 muestra la nebulosa oscura L1527, alimentando una forma: capturada por el Telescopio Espacial James Webb de la NASA. (NASA, ESA, CSA, STScI, Joseph DePasquale (STScI), Alyssa Pagan (STScI), Anton M. Koekemoer (STScI) via AP) / el lado de la sombra, en ángulo, proyecta sobre sobre el lado de la forma, que es el lado de la imagen de la sombra,que es el lado de la forma de la sombra (curva) proyectado en un punto en el espacio (que es una forma esférica) proyectada de lado de la forma    )(  desde  el lado de la forma curva de la sombra

Luego, el hombre que habitaba las cavernas, en algunas de ellas solo marcaba, en ocasiones, con pequeños trazos para completar las figuras que la naturaleza en ellas insinuaba (como vemos arriba). Sobre las razones que se dan en la psique a la hora de afirmar o representar lo inexistente, cabrían muchas suposiciones en tanto a la necesidad, como ya apunté anteriormente, pero para aquellas personas en tanto lo que era presencia y ahora ausencia: una sombra, luego aquella ausencia (o sombra), vuelve a ser presencia: presencia, ahora de algo ( el ser) . Por supuesto, rellenar pintando un vacío no hace más listo o más fuerte, pero ayuda a primero a reconocer una necesidad: un punto de fatiga y a partir de ello solucionarlo. Y esto, hace igualmente hoy del arte de dibujar con las estrellas las formas que nos sugieren las plantas: una necesidad (que a la vez es solución) frente a las sombras, al vacío y  la Nada.

             
1(B Jowett -1946: Meno).​
Jorge Río Coll, (Entre la Nada y el vacío)
Margarita Rodríguez Ibáñez. (El vacío y la nada en el arte)
Manuel de Prada- Arte y vacío. Sobre la configuración del vacío en el arte y arquitectura
Piera Castoriadis Aulagnier, La violencia de la interpretación (1975
S. Giedon -Conce
pción del espacio en el arte prehistórico.
Bergson, Henry - La evolución creadora en Obras Escogidas
Martin Heidegger - Construir, habitar, pensar, 1951.
Platón - Menon
Benjamin Jowett (1946). Plato, Meno

(17) LA NADA / DE LA AUSENCIA OBJETAL / Jordi maqueda


DE LA AUSENCIA OBJETAL
(El arte, entre la Nada y el Vacío)

Treinta radios comparten el cubo de una rueda;
más solo la rueda le da su utilidad.
Moldea una jarra con arcilla;
el hueco interior le da su utilidad.
Corta puertas y ventanas para la estancia;
solo estos vanos le dan su utilidad.
Se obtiene beneficio de lo que hay;
la utilidad la da lo que no hay. - (Lao-Tsé)

I

Me pareció interesante el tema de la ausencia objetal, al hablar de las razones, angustias y, o necesidades que se dan en la psique a la hora de afirmar o representar lo inexistente. Luego y referido al arte (y respecto a la Nada: pues asi lo encontre referido / partir de la nada de un lienzo vacío) plantea, no solo la cuestión la nada como una posibilidad de representación, o construcción artística y utilización de la Nada en el momento actual sino, que igualmente º< nos plantea aquellas apreciaciones que se daban antaño frente a al vacío ( no frente a la nada) en el psiquismo primigenio, y representado en el arte en los albores de nuestra especie, en tanto a como se afrontaba y solucionaba esta situación o actitud frente al vacío, cuando se les representaba algo ausente: un vacío, al que cabía dar un sentido ya en el pasado —igualmente trasladado esto al presente—, pues entiendo dice mucho al respecto de esa otra Nada (o vacío) que aquí también tratamos. bien pues olviden la Nada, ni el artista está sobre o frente el vacío, ni los antepasados, por supuesto, tampoco (no entendían de la nada). nos explicamos (nos):

Este breve ensayo surge como idea consecuencia de la lectura de unas consideraciones entorno a la ausencia objetal de Jorge del Rio Coll, y del que tomé para iniciar su ejemplo de una huella dejada en la nieve, que nos muestra un lugar previa y realmente ocupado, nos dice col (que olvida al aire, que ahora lo ocupa en una forma, como olvida el artista que no pinta sobre la nada, sino sobre otra forma que ya es algo como la roca en el pasado hoy (el lienzo), o el científico que piensa sentado y adormecido en su silla, pintando en el en-sueño de la razón: la nada). es  cierto se advierten los lados de una forma en la nieve, y que nos invita a una serie de reflexiones sobre diversas experiencias entorno al vacío y perfectamente extrapolables al tema que nos toca, cuando se da esa desaparición del objeto previamente existente, y que nos lleva primero a preguntarnos sobre ese espacio vacío o vaciado (que no los está: vacío) así como de la naturaleza de sus límites, y luego a cómo podría ser aquello que antes había ocupado el lugar y estar constituidos sus bordes: la forma de lo ausente, o forma ausente y referido de las causa primeras: ¿qué dejó esa forma?, y luego ir a las ultimas causa de la forma ¿qué la mantiene estable en su forma?

Desde que el arte se emancipa, transgrediendo la forma natural como vemos el mundo, ya desde los impresionistas la idea de lo lleno y de lo completo, cambia igualmente hacia lo incompleto de forma. Y, esa falta de forma, o forma ausente, es suplantado (en un ejercicio del intelecto) por nuestro entendimiento, rellenando lo que no vemos y superando así la angustia de ese vacío o (horror vacui occidental), que es apreciable ya en el cubismo en el siglo XX, o en las misma esculturas de Oteiza y Chillida, en las que el vacío es un elemento compositivo más en el total de la obra escultórica: se diría en este caso, que estos artistas, escultores nos advierten ya, de una Nada, que no esta, pero es: ahí, como un ejercicio a superar. Cornelis Van de Ven, por ejemplo, entendió perfectamente esa Nada, o vacio, como "el contenido intangible de la forma" extrapolado a la arquitectura (vacío interior). Partiendo de este principio llegó a razonar y relacionar modos de construir, definidos por aquel poema de Lao Zi, donde una rueda de carro construida con radios y un recipiente de arcilla representaban los dos modos mencionados de construir con el vacío: donde la utilidad de la rueda depende del vacío central, donde se inserta el eje ←  º<  → y la del recipiente de su vacío interior. El vacío es, por tanto, ya parte integrante de nuestra realidad: del espacio, pues a partir de este diferenciamos entre espacio construido (ocupado) y espacio (desocupado) sin construir ←  º<  → (habitar). Heidegger utilizó un concepto al que llamó Raum, para definir que “un espacio es algo aviado (espaciado), algo a lo que se le ha franqueado espacio, o sea dentro de una frontera, en griego "péras". La frontera no es aquello en lo que termina algo, sino, aquello a partir de donde algo comienza a ser lo que es:comienza su esencia. Espacio es esencialmente lo dispuesto (aquello a lo que se ha hecho espacio), lo que se ha dejado entrar en sus fronteras. De ahí que los espacios reciben su esencia desde lugares y no desde «el» espacio” — (Construir, habitar, pensar, Martin Heidegger, Darmstadt, 1951). Por tanto, y sea cual sea la superficie a trabajar, el vacío parece un elemento propicio a las nuevas ideas y tendencias, manifestándose no como una Nada, sino como elemento constituyente del espacio donde se sustenta el contenido, y por lo tanto —"una pieza más, una entidad espacial, y podríamos en un inicio, presentar al vacío como complementario del lleno, y el conjunto como reverberación entre opuestos (M de Prada: Arte y vacío. Sobre la configuración del vacío en el arte y arquitectura)—, y elemento de distinción de los límites de las formas y las cosas, del contenido y del continente. 

II


Antaño, cuando en situaciones primigenias del psiquismo (1) se daba una ausencia objetal que era imprescindible resolver para la constitución de este, nuestros antepasados ya tenían el impulso de conocer y explicar diversos fenómenos: la necesidad de ordenar y reducir a ciertas unidades, no solo la realidad y dotarla de sentido, pues esto podría salvarles la vida: un huella (en el suelo) llevaba a la representación mental de una Pantera, por ejemplo. sino a igualmenete llevar el mundo de la luz ala oscuridad, lo que hoy llamamos el caos de la naturaleza a su propia cueva. donde a partir de unos puntos en la roca (roca) pero cacia de un sentido, adquiria sentido y color de unr inos trazos salientes con otros, aparentes de forma que recordaban a la realidad. 

Luego el mundo de la representación (mental) surgió en el hombre primitivo como imperativo, no solo para advertir los peligros de lo no-presente, pero existente: la pantera, sino e igualmente para liberarse del temor que le causaba lo caótico o desconocido” (Ramos, 1993: 25).. Puede decirse, que desde entonces existe una actitud en las personas —una inclinación natural— orientada, pero no únicamente al conocimiento: ¿qué había?, sino e igualmente a cómo podría ser re-ocupado dicho espacio. En este sentido, Bergson indagó sobre los efectos del tiempo y el ser, y afirmando, que para que exista el vacío necesitamos del recuerdo de lo lleno. Piera Castoriadis Aulagnier, en su libro La violencia de la interpretación (1975),  propone poner a prueba un modelo del aparato psíquico que privilegia el análisis de una de sus tareas específicas: la actividad de representación, donde igualmente se contempla la posibilidad de otro tipo de vacío, que más podría denominarse como la Nada, y consistente en la ausencia de un objeto cuya presencia sería indispensable para que el psiquismo incipiente pudiese constituirse” —Jorge del Rio Coll

En un artículo titulado: “Concepción del espacio en el arte prehistórico”, S. Giedon expuso, que la evolución de la utilidad espacial en el arte, estaba determinada por la proyección gráfica de la actitud personal con respecto al mundo: así, en las cavernas utilizaban la superficie que la naturaleza les ofrecía. Parecerá que no tiene nada que ver con el asunto que tratamos, pero pensemos el vacío (en la cueva, la pared sin pintar) esta representaba el fondo, aunque para la visión occidental, el vacío indica la ausencia de algo, tal como lo expresa H. Bergson: en tanto que era presencia y ahora es ausencia, y por ello precisa de un existir anterior para su falta. Una vez reconocida esta ausencia en la pared de la cueva (un existir anterior, una forma sugerida) surge en quien observa la necesidad de pensarla y completarla (de nuevo ese horror vacui): así, para nuestros antepasados, el vacío de la pared en la cueva sería luego una pieza. un elemento más, donde se podían reconocer ciertas formas, que realizaban buena parte del trabajo, creando primero aquella necesidad de completarlas...  hoy el hombre moderno dispone del mayor lienzo,preparado como un cuaderno de dibujo para escolares, con su puntitos (formas) de las estrellitas que nos ayudarán a entender la 4d, a partir de la 3d, y de las plantas (como el olivo) que nos dice con sus brotes que nos alcemos hacia arriba, y desde arriba miremos (proyectados) desde la grieta de la pared de la cocina / nos metamos al horno a quemarnos en nuestra sombras, y así mantenernos firmes en nuestra nueva forma, luego para reconocer la forma del reflejo de la nevera, y poder reconocer nuestra imagen en ella, y ver así del congelador abierto en ángulo: lo que tenemos para mañana guardado en conserva, y recordándonos que el número áureo que expresa la relación que guardan los números en la secuencia de Fibonacci 1,618034 es la base matemática sobre la que se construye la forma rectangular que podemos relacionar visualmente con la pirámide y su sombra que la proyecta → proporción áurea a partir de la que surgen todas las formas que encontramos y encontraremos en la naturaleza y el cosmos en su forma perfecta, y que podemos estudiar en las plantas (perfectas todas ellas, en su forma perfecta). 





Esta imagen proveída por el Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial el 16 de noviembre del 2022 muestra la nebulosa oscura L1527, alimentando una forma: capturada por el Telescopio Espacial James Webb de la NASA. (NASA, ESA, CSA, STScI, Joseph DePasquale (STScI), Alyssa Pagan (STScI), Anton M. Koekemoer (STScI) via AP) / el lado de la sombra, en ángulo, proyecta sobre sobre el lado de la forma, que es el lado de la imagen de la sombra,que es el lado de la forma de la sombra (curva) proyectado en un punto en el espacio (que es una forma esférica) proyectada de lado de la forma    )(  desde  el lado de la forma curva de la sombra

Luego, el hombre que habitaba las cavernas, en algunas de ellas solo marcaba, en ocasiones, con pequeños trazos para completar las figuras que la naturaleza en ellas insinuaba (como vemos arriba). Sobre las razones que se dan en la psique a la hora de afirmar o representar lo inexistente, cabrían muchas suposiciones en tanto a la necesidad, como ya apunté anteriormente, pero para aquellas personas en tanto lo que era presencia y ahora ausencia: una sombra, luego aquella ausencia (o sombra), vuelve a ser presencia: presencia, ahora de algo ( el ser) . Por supuesto, rellenar pintando un vacío no hace más listo o más fuerte, pero ayuda a primero a reconocer una necesidad: un punto de fatiga y a partir de ello solucionarlo. Y esto, hace igualmente hoy del arte de dibujar con las estrellas las formas que nos sugieren las plantas: una necesidad (que a la vez es solución) frente a las sombras, al vacío y  la Nada.

             
1(B Jowett -1946: Meno).​
Jorge Río Coll, (Entre la Nada y el vacío)
Margarita Rodríguez Ibáñez. (El vacío y la nada en el arte)
Manuel de Prada- Arte y vacío. Sobre la configuración del vacío en el arte y arquitectura
Piera Castoriadis Aulagnier, La violencia de la interpretación (1975
S. Giedon -Conce
pción del espacio en el arte prehistórico.
Bergson, Henry - La evolución creadora en Obras Escogidas
Martin Heidegger - Construir, habitar, pensar, 1951.
Platón - Menon
Benjamin Jowett (1946). Plato, Meno

18 (LA NADA) / LA FORMA DE LA NADA / jordi maqueda

 


SOBRE LA FORMA DE LA NADA

Parménides se obsesionó con la Nada, como después lo hicieron tantos otros. Lo cierto es, que en filosofía esto ocurre más de lo que creemos (obsesionarse con lo absurdo)… “Anduvo, no hace demasiado por el mundo, igualmente, una doctrina que hizo bien y mucho mal: y entre sus males, uno fue el de traernos, un género de análisis donde los hechos se pulverizan con él: “Y el hombre, esta cosa, ¿es una cosa?” Por absurdo que nos parezca la pregunta, hay quienes se la habían propuesto”. (Revista Filosofía, Voz 13, N. 2 - El hombre de carne y hueso) — Unamuno. Por lo tanto, y siguiendo con la no existencia (la nada), concluiremos: que despojar a la Nada de nombre, y no pensarla (no razonarla: pretendiendo explicar, por la razón, una posibilidad no real: de la ausencia del ser: pues las cosas sencillamente son) hubiese sido abortar el nacimiento a esta igualmente de todo: desterrarla de nuestra mente.

Así, la forma de la nada dada a entender a la razón, a saber de Parmenides, en ( la supuesta) ausencia del ser (puede ser y no-ser definida absolutamente / o ser definida → (tener un nombre que la defina: por la razón) y no ser → (estando solo en la mente) → pero no estar aquí ni allá (en la realidad). Por tanto: puede ser (la nada) y a la vez no-ser, siendo esta materia de la abstracción sin estar bien definida jamás (por su no naturaleza inexistente y por tanto indefinible), (estando →sin estar aquí o en lugar alguno), (solo estando, o siendo → una idea) → (idea pero: sólo en el pensamiento entregado a la contemplación de una Nada → en la imaginación o el ensueño y tener forma y nombre de Nada.

Entiéndase, que cuando hablamos hoy de la Nada, hablamos de algo circunscrito ya a la mente (una sombra de aquella nada) y que en el ámbito de la filosofía se proyecta de diversas formas (Parmenides es” la imagen” primera, de esa sombra de la Razón, que desde entonces se proyecta hacia nosotros, infatigable y negándose con todas sus fuerzas a desaparecer: a no existir,  y que ( de forma “memética” → instrumento de la psique del lenguaje de la razón (Susan Blackmorela máquina de los memes- 1999) cada cierto tiempo gusta de descorrer las cortinas en la mente, revelándose en otra imagen (diferente, de alguien) que proyecta esa misma sombra / de la razón: que luego (por los memes del lenguaje de la razón) se proyecta manifiesta  hacia otras imagines a lo largo del tiempo y la historia hasta nuestros días, en los que podemos apreciarla de su  imagen proyectada en algunos filósofos que afirman  por ejemplo:  que falta mucho por decidir si el horizonte de la Nada es un horizonte habitable en todo su sentido práctico o existencial (E.Trias). Y del mismo modo esta otra, de un profesor de filosofía: La Nada por sí misma pareciera que no puede ser vista sólo le entendemos en relación a lo que es, a la manera de ausencia, de hueco, espacio o vacío, pero siempre en relación con la periferia del hueco, vacío o espacio mismo del que hablamos. Sin esa periferia del Ser en la frontera de la Nada, no podríamos reconocer que hay algo más que no es lo que vemos. Sin el Ser, la Nada no podría ser comprendida  ¡ª<!!!∞ (entiéndase lo que nos dice hector: hay algo más: hay la nada, que no podría ser comprendida sin el ser, que es y por tanto no hay Nada, para comprender) empezando porque no habría un alguien que la comprendiera si hubiésemos eliminado todo ser. (Bueno… a ver→ es que →si hay nada →no hay ser, Héctor (principio de contracción) La eliminación del Ser es la eliminación de toda posibilidad de comprensión de la Nada aunque no de la Nada en sí ←   Ciertamente no todo es Nada .  Pero sí es por la Nada que vemos lo que es,  ( puesto que si todo fuera Ser ) tampoco podríamos identificarlo pues no habría distinción entre las cosas que existen “ya que todo sería un sólo Ser en un sólo ente (Contemplar la nada / héctor Sevilla 2011) ← .(Precisamente para eso están las formas  Sr. héctor), para distinguir entre las cosas que existen, en sus formas, dentro de una forma mayor que es el ser, que a su vez contiene todas las formas que tienen su ser: un solo ser (forma), conteniendo todas las formas :seres (la Pta definición de ser). Otro libro para tirar a la basura.

Y he aquí, el grave problema, manifiesto a los ojos, cuando el desconocimiento del ser, y de lo que somos, propicia que no nos reconozcamos, pero en su lugar nos y reconociéndonos en una Nada que (por supuesto, que no puede ser vista: ni es un horizonte habitable, para alguien  normal con sentido común; ni siquiera a partir de filosofías absurdas y literaturas ficción que han hecho de la Nada ámbito de su despliegue, y que en el ámbito de la literatura se denomina  ficción especulativa: nada, que ver como la realidad de carne y hueso, como nada que ver tiene la nada con la filosofía de lo real de carne y hueso. Por suerte ha habido quienes han logrado ubicarla y razonarla dentro de su ámbito circunscribiéndola a este: Heidegger, Sartré y otros filósofos, que no solamente no la extrajeron fuera de este (su ámbito/concp.) sino, que le dieron dimensión y campo de acción en la mente, lugar donde medra según estos, relacionándola con una angustia: o vacío existencial, y no con una ausencia objetalque ya hemos explicado.


(19) LA NADA/ LA SOMBRA DE LA NADA : La imagen de la sombra que más ilumina la nada: El conejo Blanco que se mira el reloj



LA SOMBRA DE LA NADA
La imagen de la sombra que más ilumina la nada:
El conejo Blanco que se mira el reloj

¡ª<◊ - ¡ª<◄( - ¡ª< ◙

¿Es posible pensar y pensar en la Nada racionalmente pudiendo constituirse en un horizonte desde el cual es posible vislumbrar algo algo: aunque no se sepa muy bien que es, no siendo aquello de carne y hueso la razón? Creo que el pensamiento debe empezar por lo más fundamental, para poder comprender de lo que hablamos. Entonces: ¿es posible comprender lo que no existe, ni puede existir? / ¿Es posible explicar y hablar de lo que no existe? Y ¿Es posible imponer ese pensamiento absurdo, y fundado en la nada de una imaginación patológica?

En todo caso, lo peor que te puede ocurrir si estás hablando de cómo es (no-siendo) y dónde está (no-estando) la Nada, es que un niño fije su atención y, mientras explicas aquello que ni tú mismo concibes o entiendes, este te interrumpa y pregunte ¿de qué hablas? Posiblemente, el niño con esa lúcida ingenuidad propia de la infancia, haya percibido que algo, y ciertamente es así: que no tiene sentido lo que dices, y estás hablando de una “cosa” mientras te esfuerzas en explicar que esa misma “cosa” no es. Por suerte para los padres, esa lucidez inquisidora desaparece paulatinamente con la edad pero, créanme: el niño no anda mal encaminado.

Como refiere John D Barrow: El Libro de la Nada2009 "la pregunta (sobre la Nada) es razón suficiente para escribir un libro"←º<!!!. (y el tema suficiente razón como para no abrirlo) Pues la cuestión es la siguiente: Cómo podríamos hablar, saber y menos escribir sobre algo que, no solo no existe, sino que no existió jamás, pues no tenemos conocimiento de ella ni de su existencia. En situaciones normales, podemos hablar de algo que existe y podemos también hablar de algo que no existe, pero que existió con anterioridad y conocemos, aunque sea vagamente por referencias, pues otros lo descubrieron-ahí — o bien, porque existen pruebas de su existencia. Lo cierto, es que los niños pueden estar siempre distraídos en sus cosas, y no muy atentos a lo que dicen los padres —o eso creemos— pero, aunque estos habiten el reino de la fantasía a esas tiernas edades, parecen distinguir claramente aquello que proviene de ese otro reino, más allá, y que tan frecuentemente moran los mayores: "el reino de lo absurdo". De modo que si insistimos, como insistimos tantas veces en explicar aquello que no conocemos, que nadie ha visto, que ni siquiera se sabe dónde está, o si estuvo, o fue alguna vez: es posible que alguna mente joven que esté escuchando se pregunte, y luego nos pregunte por aquello que no existe pero de lo que estamos hablándole (no sé si me entienden, en tanto a lo absurdo que queda uno hablando de cómo es algo, que no es ni puede ser, luego como si lo conociera).

De modo que si estaba ya complicada la noche teniendo que explicar esa Nada como una inexistencia absoluta de algo, “algo” que no existe ni existió jamás, pero que lo estamos explicando en su razón pura y parece que incluso lo conocemos. Créanme, la noche se complica, cuando ahora tenemos que explicar: que no existe, aquello de lo que hablamos, y con ello refutar todo lo anterior, e igualmente a nosotros mismos. Pues, no se tratará de explicar la no presencia → de algo (que hoy pudiese ya no existir) sino más, de explicar razonadamente la inexistencia → la no-existencia-absoluta (o inexistencia absoluta que, además → no puede ser de algo, ni de nada ¿me entienden? La Nada (el nombre) refiere→ la inexistencia absoluta→ /y “refiere (en su mismo nombre: un nombre que-es-ahí refiriendo → a la nada, que no-es en ningún lugar). Bueno, vemos que el lenguaje (racional) no nos ayuda / vemos que el lenguaje no ayuda a entenderlo, pero si a la razón práctica a explicarlo ← ¡ª< ¿Pero esto para qué nos sirve? se Diría Unamuno, cuando refiriendo a la utilidad de ciencia se pregunta:” toma uno el tranvía eléctrico para ir a oír una ópera; y se pregunta: ¿cuál es, en este caso, más útil, el tranvía o la ópera?”  Bien: pues en este caso, el nuestro, no nos es útil ni el tranvía que nos lleva ni la ópera.

La filosofía responde ―o debería responder (mejor dicho) ―, a la necesidad de formarnos una concepción unitaria y total del mundo y de la vida, y como consecuencia de esa concepción, un sentimiento que engendre una actitud íntima y hasta una acción” (Unamuno). En este caso, el de la concepción de la nada (o la nada que no vemos pero está: ahí, presente en la mente) la acción, no responde a necesidad alguna, sino a una razón: que más podría entenderse como irracional, o (patológica) dirigida en algún tipo de interés (voluntad o deseo). No suelen ser nuestras ideas las que nos hacen optimistas o pesimistas, sino que es nuestro optimismo o nuestro pesimismo, de origen filosófico o patológico, y quizá, tanto el uno como el otro, el que hace nuestras ideas (Unamuno): Unamuno ve un lado de una sombra, que reconoce luego de sí mismo y hoy de todos ¡<◊ y con su lenguaje castellano/ un castellano que no sabe de sombras comienza a recorrerla El hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no se haya dicho que es un animal afectivo o sentimental. Y acaso lo que de los demás animales le diferencia sea más el sentimiento que no la razón. Más veces he visto razonar a un gato que no reír o llorar. Acaso llore o ría por dentro, pero por dentro acaso también el cangrejo resuelva ecuaciones de segundo grado…//… así, lo que en un filósofo nos debe más importar es el hombre. Tomad a Kant, al hombre Manuel Kant, que nació y vivió en Koenigsberg, a forales del siglo xviII y hasta pisar los umbrales del XIX. Hay en la filosofía de este hombre Kant, hombre de corazón y de cabeza, es decir, hombre, un significativo salto, como habría dicho Kierkegaard…/… el salto de la Crítica de la razón pura a la Crítica de la razón práctica. Reconstruye en esta, digan lo que quieran los que no ven al hombre, lo que en aquella abatió, después de haber examinado y pulverizado con su análisis las tradicionales pruebas de la existencia de Dios—del Dios aristotélico, que es el Dios que corresponde al Dios abstracto— vuelve a reconstruir a Dios, pero al Dios de la conciencia, al autor del orden moral, al Dios luterano, en fin. Ese salto de Kant está ya en germen en la noción luterana de la fe. El un Dios, el Dios racional" ←º<¡¡¡es la proyección al infinito de fuera del hombre por definición, es decir, del hombre abstracto, el hombre no hombre…/ , (Unamuno-del sentimiento trágico de la vida)

¿Estábamos hablando entonces de dios? bien…”Llegados a este punto, y si queremos ser formales en aquello que tratamos, vemos que no podremos dar nombre y llamar cosa a lo que no lo es, o Nada a (nada) pues “no es: no hay cosa” y, precisamente, porque no “es” no puede tener nombre o categoría, ya que ni conocemos, ni podemos conocer aquello (?) en absoluto, como ninguno de nosotros es capaz ni puede hablar de lo que no existe, ni podremos nunca justificar o explicar, de ninguna manera “la inexistencia –de algo” —(“algo, ya sería cosa”)— que no conocemos ni existe, y menos aún deberíamos divagar en conceptos y mecanismos que rayan, cuando no superan, lo inaudito, del mismo modo que a nadie se le ocurre explicarnos sobre la inexistencia de cualquier otra cosa que no existió jamás; pues, y además, con solo nombrar (“algo: su nombre - darle nombre”) aunque no exista, sería empezar a dimensionar: primero, de una forma abstracta un entorno / para de inmediato empezar a dar “mentalmente” forma a una idea o concepto desarrollando la identidad de aquello; esto sería: crearlo —(auto crearlo)— nosotros mismos. Luego para quien no sale de su casa a conocer las realidades del mundo, lo ideal es recrear su propio mundo en casa: hoy lo hacemos todos) luego la crítica kantiana, pensamiento kantiano, consiste en separar aquello que la razón puede legítimamente conocer de aquello que está fuera de su alcance ¿pero que puede reconocer quien en toda su vida no sale de su pueblo, y esta siempre pendiente de un reloj? Todo, y solo gracias a la razón: solo hay que limitar la imaginación, para que no se vean los unicornios. Precisamente, en la "Introducción" a su Crítica de la razón pura Kant da cuenta, con su metáfora de la paloma, de que lo más importante era fundamentar sólidamente una nueva filosofía limitando la imaginación de sus alcances al genuino alcance de la razón (el infinito), leemos: Nuestra tendencia a extender el conocimiento no reconoce límite ninguno. La ligera paloma, que siente la resistencia del aire que surca al volar libremente, podría imaginarse que volaría mucho mejor aún en un espacio vacío. De esta misma forma abandonó Platón el mundo de los sentidos, por imponer límites tan estrechos al entendimiento. Platón se atrevió a ir más allá de ellos, volando en el espacio vacío de la razón pura, por medio de las alas de las ideas. No se dio cuenta de que, con todos sus esfuerzos, no avanzaba nada, ya que no tenía punto de apoyo, por así decirlo, no tenía base donde sostenerse y donde aplicar sus fuerzas para hacer mover el entendimiento.

Kant se dedicó por una década a trabajar (sobre esa base donde sostener aquello) sin salir de la madriguera, en una pretendida solución para los problemas, que él mismo se había planteado resolver (para solucionar el mundo de las personas, después de haber ya solucionado todo lo demás en una «Historia general de la naturaleza y teoría del cielo, o ensayo sobre la constitución y el origen mecánico de todo el edificio del mundo, tratado según principios newtonianos - 1755,creo no lo recuerdo». Pero resulta paradójico que el creador del imperativo categórico, el filósofo que se atrevió a definir al ser humano como un fin en sí mismo, con la obligación de ser lo más autónomo posible / (y atrevido: atrévete), tuviese una vida tan recortada y auto controlada, determinada por una gran ansiedad interna (no salir de casa, solo al trabajo, y luego… ni eso), una corporalidad endeble y un psiquismo  o conjunto de de caracteres psíquicos de un individuo y de los fenómenos relacionados con ellos) tan rigidificado: (tendencia de alargar innecesariamente las palabras para aparentar elegancia en el habla / pedante).. pero aunque amante de la compañía y la conversación, Kant se aisló, esto pese a los intentos de sus amigos de sacarlo de su aislamiento. En 1778, en respuesta a una de esas peticiones de un antiguo alumno, Kant escribió: Cualquier cambio me hace aprensivo, aunque ofrezca la mejor promesa de mejorar mi estado, y estoy convencido, por este instinto natural mío, de que debo llevar cuidado si deseo que los hilos que las Parcas tejen tan finos y débiles en mi caso sean tejidos con cierta longitud. Mi sincero agradecimiento a mis admiradores y amigos, que piensan tan bondadosamente de mí hasta comprometerse con mi bienestar, pero, al mismo tiempo, pido, del modo más humilde, protección en mi actual estado frente a cualquier alteración. - Kant. “No había nada muy extraordinario en esto, ni tampoco le pareció a Alicia muy extraño oír que el conejo se decía a sí mismo: «¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Voy a llegar tarde!» (Cuando pensó en ello después, decidió que, desde luego, hubiera debido sorprenderla mucho, pero en aquel momento le pareció lo más natural del mundo)”. Alicia en el país de las maravillas

En la cultura popular, el Conejo Blanco se ha convertido en un símbolo a seguir, donde seguir al Conejo Blanco describe el acto de seguir a algo o a alguien ciegamente. (Kant Creció en un hogar pietista luterano que ponía énfasis en una intensa devoción religiosa, la humildad personal y una interpretación literal de la Biblia. De modo que Kant reconstruyó con el temor del corazón lo que con la cabeza había abatido. Pues suele ocurrirle a la razón que termina antes su edificio en la especulación y no examina hasta después las consecuencias (propias y ajenas), ni los cimientos sobre los que los había construido. Kant fue para Nietzsche un “demorador” (Tardanza en el cumplimiento de una obligación desde que es exigible). ¡Y no me hables ahora del imperativo categórico, amigo mío! Esta palabra hace cosquillas en mi oído y tengo que reír, a pesar de tu presencia tan seria: me hace pensar en el viejo Kant, quien, en castigo por haber introducido subrepticiamente "la cosa en sí" -¡un asunto bastante ridículo también!-, quedó sobrecogido de temor por el "imperativo categórico", y con él en el corazón regresó extraviado nuevamente a "Dios", al "alma", a la "libertad" y a la "inmortalidad", igual que un zorro que regresa extraviado a su jaula- ¡y su fuerza y astucia fueron las que habían roto esta jaula! (Nietzsche, 1990, § 335: 193-194).  

La razón no es más que un instrumento y Nietzsche advertirá de cómo Kant en sus propuestas del conocimiento y de la acción, conduce a los espíritus a caer en el instinto del rebaño "De un examen de doctorado. "¿Cuál es la tarea de todo sistema escolar superior?" Hacer del hombre una máquina. "¿Cuál es el medio para ello?" El hombre tiene que aprender a aburrirse. "¿Cómo se consigue esto?" Con el concepto del deber. "¿Quién es su modelo en esto?" El filólogo: éste enseña a ser un empollón. "¿Quién es el hombre perfecto?" el funcionario estatal. "¿Cuál es la filosofía que proporciona la fórmula suprema del funcionario estatal?" La de Kant: el funcionario estatal como cosa en sí, erigido en juez del funcionamiento estatal como fenómeno". (F. Nietzsche, Crepúsculo de los Ídolos)

Una vez dado ese paso, al “conceptualizar” lo que habremos hecho es traer aquello inexistente al plano existencial, a la vez que nosotros nos sumergimos en su laberinto (y a los otros: memes /memética) y, por tanto, sería entonces hablar de una “cosa” o "algo" ahí, que no está (en la realidad) pero está en la mente de todos: La razón práctica, y su moral luterana (la sombra) de dios. En consecuencia, y en este caso concreto que tratamos (al haber dado nombre a lo inexistente: la Nada) no estaríamos hablando de aquello que "no es -absoluto", sino de algo ya representado / en nuestra mente “encarnado”, pero que solo cabe existir en la mente de quien la concibe y en de los que lo leen, pues, y repito, en este caso concreto: La Nada, y lo que con ella se quiere decir (nada / como absoluto) más allá de su representación subjetiva, no podrá existir jamás; precisamente, dada la contradicción con lo existente, pues ambas realidades se dan como absolutas, y allí donde existiere “Nada-absoluta” (Inexistencia total o carencia absoluta de todo ser) no cabe el “Universo” (lo existente/ la naturaleza de las cosas que , si, son) siendo, igualmente a la inversa. Resultando: que toda investigación sobre la Nada-absoluta, será una divagación por una razón Práctica, que no nos llevará a conclusiones, sino a: Nada. 

El hombre Kant no se resignaba a morir del todo (un cobarde, en otras palabras, y luego un enfermo patológico, al que apartaron de la universidad). Y porque no se resignaba a morir del todo (dio el salto aquel, el salto inmortal de una a otra crítica. “Quien lea con atención y sin anteojeras la Crítica de la razón práctica, verá que, en rigor, se deduce en ella la existencia de Dios de la inmortalidad del alma, y no esta de aquella. El imperativo categórico nos lleva a un postulado moral que exige a su vez, en el orden teológico, o más bien escatológico, la inmortalidad del alma, y para sustentar esta inmortalidad aparece Dios (el sujeto en el último capítulo de trías). Todo lo demás es escamoteo (Centauros y limitaneis) del profesional de la filosofía…