APROXIMACIONES (To-र)⟶ INTRODUCCION A LA PRIMERA BIFURCACIÓN- (Primera consideración) / Jorge Maqueda merchán ⟲ Jordi Maqueda (Aceuchal, 06207 Badajoz -España)

INTRODUCCION A LA PRIMERA BIFURCACIÓN
(Primera Consideración)

jorge maqueda merchán
jordi maqueda
Aceuchal / 06207 (Badajoz - España)


"Hay cosas que podría buscar por mi mismo, pero que solo no encontraría jamás. Son aquellas que de alguna forma i de niño uno encuentra (i- que de ninguna manera de mayor tendrá más que buscar)." Jorge Maqueda Merchán.

          Bastaría  una noche, no más, para darse cuenta – extrapolando una expresión utilizada en física y exactas -, que existen múltiples dimensiones en la mente del mismo modo que coexisten  múltiples dimensiones en el espacio. Así como los matemáticos y cosmólogos barajan  teorías y posibilidades, acerca de la existencia de infinidad de universos, independientes los unos de los otros, sin dejar de formar parte de un  mismo conjunto o unidad; luego no es necesario profundizar en ecuaciones eternas para afirmar, entendiendo que de modo semejante opera el subconsciente; desarrollándose o desplegándose de manera paralela e inconexa al consciente y sin por ello dejar de formar parte de una misma entidad o yo; entendiendo los sueños o bien, los estados inducidos de catarsis como profundas bifurcaciones, generadas o desplegadas de manera espontánea sobre  el mismo espacio en el que se manifiestan los pensamientos, si bien, surgiendo a un plano – superior o como poco distinto – ajeno a las reglas físicas universales que rigen la vida, el espacio y el tiempo. Sin duda, esto motiva en el hombre, la posibilidad de experimentar un suceso singular e inquietante. Y, por su puesto, desarrollar algún día de un modo controlado tales procesos, nos abriría las puertas que conducen entre inexplorados caminos hacia inimaginables fuentes de sabiduría y conocimientos, las cuales apenas podemos sospechar. Sin embargo, este ejercicio ya sea inducido o generado de manera involuntaria también abre los cerrojos de un espantoso laberinto, por el que transitan horrores y angustias; monstruosidades que habitan en lo más profundo de cada uno de nosotros y, de los que la mayoría, no hemos oído hablar jamás. 


Breve extracto del libro no escrito: LA PRIMERA BIFURCACIÓN 

Autor: jorge maqueda merchán

APROXIMACIONES (To-र)⟶ LOS ÁTALOS (PRIMERA CONSIDERACION) / Jorge Maqueda merchán ⟲ Jordi Maqueda (Aceuchal, 06207 Badajoz -España)


Toda historia al igual que la vida tiene un principio, una historia de la historia. Una sucesión de diversos acontecimientos ocurridos con anterioridad que nos llevan hasta su comienzo. Sin embargo, no siempre es  fácil acceder a esa memoria, a los hechos puntuales que interesan. O dicho de otro modo a ese determinado momento que da origen a un suceso que luego lentamente desaparecerá de los textos de la historia, creando un indescifrable y oscuro misterio. Dicho esto, ahora todos podríamos especular  que esta, es tan solo la historia o el relato  de un pueblo desconocido, remoto en tiempo y perdido entre las brumas de  las muchas veces insondable historia antigua; al igual que pudo haber ocurrido con otras civilizaciones como (Hiperbórea, Atlántida, etc.). Sin embargo, no es del todo así. 


Los Átalos, como cultura y pueblo independiente curiosamente carecieron de esta, de una historia propia - si bien parece ser, fue de un modo voluntario -, desde su escisión del mundo helénico y hasta el momento en que se acomodaron definitivamente en las nuevas tierras de Arhthemis; periodo este, que abarca un espacio de tiempo enorme, al que envuelve un sugerente vacío, a priori inexplicable.


Así,  dada la falta de datos históricos, intuyo que el mejor modo de introducir al lector en el relato, es hacerlo a través de un breve repaso a la propia Civilización Griega, al mundo Helenístico. Y En concreto, refiriéndome a  algunos aspectos que tienen que ver con los mitos, religión y particularmente la  historia de aquellos antiguos griegos. Y que es al mismo tiempo, también el origen de este singular pueblo. Historia que como veremos mas adelante, nos llevara  a conocer los acontecimientos que posiblemente desembocaron en la triste marcha hacia nuevas tierras, de  aquellos grupos de personas que dieron origen a esta narración.


La religión griega 

En cuanto a la religión se refiere, de Lo primero que deberíamos darnos cuenta, y esto es muy importante, es que las creencias griegas, tenían muy poco que ver con la idea de esta, que actualmente nosotros concebimos. Siendo tajantemente distinta, no-solo en aquellos aspectos que tratan sus fundamentos, sino también  sus celebraciones.


Pero exactamente, ¿a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de religión?. Religión, es básicamente, un dogma; (conjunto de creencias inalterables). Un culto; (el hecho de poner en practica por medio de ritos  - también inmutables -  ese dogma). Y un clero; sacerdotes (encargados de mantener y conservar el dogma, y que se muestran como oficiantes del culto).


 Pues bien, entre los habitantes de la antigua Grecia no existía entre aquellos, nadie que pudiese dar idea de un dogma, ni de unos cultos oficiales. De modo, que al carecer de este pilar básico en el que se fundamentan necesariamente las religiones, como lo es,  una casta sacerdotal compuesta por sacerdotes titulados, es licito afirmar, que el concepto de religión era radicalmente distinto a aquel que entendemos cuando hablamos nosotros de religión, o religión de estado  hoy día.


Como ejemplo valga reseñar, que  los sacerdotes griegos eran elegidos de entre el pueblo, entre sus ciudadanos, por un tiempo limitado tras el cual volvían  a ejercer su antiguo oficio, cumpliendo de este modo con sus deberes civiles y militares al igual que el resto de la sociedad helena. Los sacrificadores eran escogidos de entre los carniceros y cocineros, pues estos eran los mas cualificados para la tarea. Y  las grandes ceremonias de culto, consistían en fiestas, envueltas de; cantos, danzas, representaciones artísticas y teatrales, donde los figurantes eran suministrados por la misma sociedad.


Así mismo La religión helena, o más bien, la mitología griega,  no fue revelada ni profetizada por una persona o por un corpus de libros sagrados, así como lo fue el cristianismo o el Islam, los cuales, si establecían reglas y normas concretas para su correcta practica. De lo que necesariamente  se desprende, una amplia sensación de permisividad  que caracterizaba la religión griega por aquel entonces. 


Esta,  era mas bien un conjunto de practicas y creencias acumuladas a lo largo de la historia, surgidas a partir de  viejos ritos pelásgicos o semíticos, que  dieron  origen a la floreciente mitología griega, por medio de fábulas y leyendas, las cuales los primeros griegos inventaron o adaptaron, para posteriormente sucesivos poetas y artistas, adornarlas y hermosearlas, transformándolas indefinidamente. 


Lejos de ser polisetilistas, los helenos no pensaban que los dioses extranjeros fueran falsos o inferiores. Curiosamente estos eran adoptados y asimilados a sus creencias otorgándoles un puesto en el  ya amplio panteón heleno. Además, los dioses griegos no eran perfectos,  omnipotentes y omniscientes como se da en el cristianismo o el Islam. Si bien, estos eran inmortales,  de aspecto antropomorfo se comportaban y sufrían de las mismas pasiones que los hombres. Amaban, se atormentaban y combatían por su supremacía, como podemos comprobar en la obra de Hesíodo - Teogonía -, cuando nos describe la lucha de Zeus por el poder, primero contra su padre Crono  y posteriormente contra los titanes y gigantes.


 Sumado este aspecto beligerante de los dioses, a los valores más representativos de los poemas homéricos, resaltando entre todos ellos, la valentía en la guerra, la honra por medio del combate, y el espíritu de sacrificio en la lucha. Deducimos, que La sociedad helena se veía sometida a la fuerte presión, de unos valores heroicos que reflejaban perfectamente el entorno físico, social y moral de todos los habitantes de la helade. Para los que una educación espartana y la propia  guerra, formaban parte integrante de sus vidas.


De entre aquellos inspirados poetas y narradores que se preocuparon por crear y ordenar el panteón griego, cabe destacar principalmente el trabajo de Hesíodo. Nacido entre la segunda mitad del siglo IIIV a.C. y la  primera mitad del siglo IIV a.C. Gracias a la escritura y a la alfabetización, su obra –Teogonía -, se mostró como un autentico vehículo Didáctico, desde donde relatar con sus versos, surgidos de un casual encuentro con las musas,  la sucesión de hechos y divinidades - marcadas por la violencia -, hasta la instauración del reino de Zeus. Aportando con su relato, un poco de orden al hasta entonces inmenso acervo de tradiciones acumuladas sobre los más diversos aspectos de la vida, la cosmología y los relatos, vinculados con los ritos y costumbres tradicionales.


La Historia de esta historia


Del mismo modo y al igual que con la religión en un principio, cuando esta era difundida por medio de la tradición oral, otro tanto ocurría con la  Historia.  Durante cientos y cientos de años, por no hablar de  miles, cuando en la Grecia antigua los jóvenes y guerreros hijos del  Egeo* 1 se preguntaban acerca del origen de su propia civilización, las respuestas recogidas de parte de sus personajes preeminentes y narradores no eran otras, que la referencia a las antiguas leyendas. Leyendas estas, que algunos siglos más tarde se encontrarían plasmadas en los  escritos de sus autores clásicos. Si bien, se trataba de aquellas mismas narraciones, sutil y poéticamente compuestas.


El nombre de  Aqueos, Danaos y Argivos eran  aquellos que aparecían en los poemas épicos y leyendas, – fuentes estas a menudo contradictorias- referentes al periodo precedente al arcaico, por medio de los cuales los habitantes helenos sabían de su origen como civilización, y como no, de la palaciega  Creta. La cual, al margen de ser el lugar donde la tradición contaba que nació y se crió Zeus, ocupaba un lugar predominante para los antiguos griegos en su historia. Pues hasta allí cuentan las narraciones, se dirigieron los representantes de las diversas razas y tribus helénicas, para fundar el primer estado griego. Estado poderoso, señor de los mares, islas y costas circunvecinas.


Así, el genial poeta Homero, en su canto XIX de la odisea, por medio de su héroe, Ulises, nos dice:


<En medio de las sombría brumas del mar esta la isla de creta, fértil y risueña, de hombres numerosos, que  habitan sus noventa ciudades, donde sus lenguas diversas se confunden. Los Aqueos se mezclan con los cretenses indígenas de corazón altivo, los Cidonios, los Dorios y los Pelasgos, sobre todos ellos en la magna ciudad de Cnosos reinó Minos, que cada nueve años conversaba con el gran Zeus>


 Otro ejemplo que podemos encontrar, de la riqueza argumental y artística de las narraciones que dan cuerpo a la historia y mitos de los antiguos helenos, lo obtenemos leyendo estas pocas líneas, de un fragmento del poema de  Apolonio de Patsos. Por  el cual, se ilustraba a los jóvenes alumnos, acerca de  la historia que dio origen al mito de Minos, el que seria primer rey helénico con el beneplácito de los dioses. Un curioso y maravilloso poema que describe ampliamente el carácter y la forma de aquellos relatos.  Este dice así:


< Fruto de la relación de Zeus con Europa, a quién el primero había raptado, Europa alumbró  tres hijos; Minos, Radamanto y  Sarpedon, los cuales fueron acogidos  por Asterio, rey cretense quien los crió. 

Llegados a edad viril, los tres hermanos se enojaron, por causa de Mileto un hermoso joven, que por preferido tenia a Sarpedon, así  Minos enfurecido, tomo las armas y a todos ellos desterró. 

Tras la muerte de Asterio, Minos para sí el trono de creta reclamó. Viendo que no disponían concederle tal  honor   afirmó, que este  era  deseo de dioses y  para  justificarlo, un preclaro sacrificio ofreció. 

 Minos  pidió  a Poseidón que del agua un hermoso toro surgiese, bajo la promesa de  sacrificarlo en su honor. Habiendo enviado aquel un toro hermoso, y el pueblo así impresionado, Minos Rey, fue proclamado.

 Pero contrariando los deseos de su  dios, porto al toro a sus praderas y distinto toro sacrifico. Provocando de este modo, la ira y el enfurecimiento del vengativo Poseidón >.


       De la lectura de este  extracto, se observa el modo tan particular, mezcla de mitos y leyendas recogidos en poemas, por el que los habitantes de la Grecia que vivieron durante los primeros siglos del periodo arcaico, conservaban el relato de la historia sobre lo sucedido durante un determinado periodo de tiempo, en la impresionante civilización palaciega  que se desarrollo en la isla de creta. En la cual según la leyenda, Minos reinó y que a la postre fue cuna, de  lo que posteriormente se denomino como, la civilización helena. Sin embargo, tan hermosos versos no son historia. Estos son mitos, leyendas y poesía, que bien pensado, no es poco.


En un periodo en el cual todavía no existía la historia, las leyendas épicas eran el único modo de registrar el origen de un pueblo. De hecho  hasta la llegada de la era arcaica, las leyendas se transmitían de modo oral, con las consecuencias que ello conllevaba. Posteriormente, la poesía y los poetas  se ocuparon de transmitir, siempre de un modo muy  particular todas aquellas narraciones, repletas de mitos. Sin embargo, algo estaba apunto e ocurrir entre los siglos VIII y VI a.C. junto al desarrollo económico  que se dio durante ese periodo. 


Me refiero, al increíble florecimiento intelectual, que durante esa época, llevo a los poetas hacia una profunda  reflexión etico-politica, que desemboco con el surgimiento de  unos nuevos maestros de la verdad,  los llamados  sophós “ sabios” (Tales, Biantes, Pitaco y Solón), personajes de amplio conocimiento practico y que se ponían al servicio de la comunidad. Y así, hasta que aparecieron los primeros pensadores, “ los Filósofos”. Por ejemplo Anaximandro de Mileto, quien allá por el 547 a.C. abrió el camino,  hacia nuevas formas de pensamiento, estableciendo una completa visión del cosmos y la tierra con el hombre ocupando un lugar destacado en ella..


A aquellos primeros sabios-filósofos les siguieron; Heráclito, Pitágoras, Jenófanes de Colofón, Parménides, Empédocles, Sócrates, Aristóteles, Platón y muchos más. De hecho, rico y extenso fue el jardín de la reflexión y la sabiduría helena. Y gracias a esa reflexión, a ese nuevo modo de pensar y ver la realidad, nació una nueva ciencia la; - la arqueología –. Basada en el estudio critico de los relatos antiguos y tradicionales, para  posteriormente, comenzar a  desarrollarse esa otra ciencia que todos conocemos con el nombre de   Historiografía.


A partir de este momento Heródoto, Túcides y otros después,  relataron por años, aquellos  hechos que acontecieron durante sus vidas, y algunos otros acontecidos con anterioridad, tratados bajo una visión critica y humana de los datos, al margen de la leyenda. Creando de este modo, un registro histórico de incalculable valor, para las postreras generaciones que les siguieron.


Precisamente es a Heródoto  a quien nos referimos a la hora de hablar  de la columna negra.  Fuerza Persa, que tras la caída de Mileto 494 a.C., cruelmente arrasada por estos, hicieron prisioneros a sus habitantes deportándolos a Mesopotamia. Heródoto cuenta que el viejo Megacles, deportado de Mileto,- y que fue fuente de su narración -, escucho la historia de un muy reducido grupo de habitantes de la ciudad, quienes intuyendo el desastre humano que se avecinaba, y temerosos de la crueldad persa, abandonaron Mileto, todas sus tierras y pertenencias, embarcándose en tres pequeñas naves, hacia rumbo desconocido. Si bien, siempre se ha asociado este hecho, a aquellos otros relatos y leyendas que de similar modo relataban la partida de personas o grupos de personas en busca de aquella región fabulosa, paraíso terrenal, la cual se encontraba al abrigo de toda pesquisa. Concretamente,  tras los montes Rífeos,  de los que se decía retrocedían por si mismos, ante los nuevos conocimientos geográficos y en donde se contaba que reinaba una primavera perpetua. 


Tras la caída de Mileto que dio fin a la revolución Jonia, la cual tuvo como punto mas álgido la toma e incendio de Sardes en el 499 a.C. por parte de estos, dio comienzo un vasto periodo de guerras. Los persas conducidos por  Darío I, tras controlar  y sofocar la sublevación, prepararon una acción de castigo contra la Grecia continental, si bien la derrota en la batalla de Maratón  a manos de Milcíades dio al traste con las  intenciones expansionistas de Dario I. Sin embargo, Jerjes, su hijo, unos años después partió de Sardes con un ejercito de mas de cien mil soldados, al que siguió una escuadra de mas de setecientas embarcaciones. Jerjes si bien llego y saqueo Atenas, no paso del istmo de Corinto, donde los espartanos concentraron todas sus fuerzas. Posteriormente tras la muerte de Mardonio el general Persa, en la batalla de Platea, los ejércitos persas agotados, comenzaron su retirada.


Tras las guerras medicas, tuvieron lugar las Guerras del  Peloponeso que dividieron  la Helade. De esa división surgió la Dinastía Macedonia, y posteriormente  Filipo II de quien se conocen sus conquistas de Pidna Potidea y Metone en el 356 a.C. También  sabemos de  su  enfrentamiento contra los griegos Tebanos y Atenienses, y de su titulación como Strategos Autokrator en el congreso de Corinto. Llegando así hasta  Alejandro Magno y sus conquistas en Asia, de las que seria largo hablar. 


A la muerte de Alejandro en el 323 a.C. le siguieron las luchas mantenidas por los Diadocos, sus Generales herederos. Ptolomeo, Antígono, Casandro, Lisímaco y Seleuco, quienes combatieron por arrebatase entre ellos, distintas partes del imperio.  A la muerte de estos siguió un periodo de paz, que fue roto en el 217 a.C. en la batalla de Rafia, entre Ptolomeos y Seléucidas. Pero Fue durante ese largo periodo de paz, anterior a la batalla de Rafia  cuando, cuando cuenta la leyenda que un correo arribo a Pergamo, proveniente allende los mares, trayendo  una nueva de tierras lejanas, donde aquellos que habían partido 300 años atrás,- de los que hablaba Megacles a Heródoto -, habían encontrado un lugar donde vivir, lejos de las guerras y las amenazas de todos sus enemigos. Cultivando en paz, el arte y la cultura.


Sin embargo, por desgracia la historia no recoge este acontecimiento, bien por que no sucedió, bien por que no intereso. Tampoco ningún texto recoge cualquier acto social que pudiese haber tenido que ver con la llegada de tal individuo a la ciudad, así como tampoco describe partida alguna de grandes números de personas o  naves hacia nuevas tierras llevados por la noticia. Por lo tanto, no se le debe dar mayor importancia a aquel suceso, del  que una leyenda pudiera detentar. Sin embargo, algo de dramático tiene la fábula, pues tras la llegada de aquel mensajero de tierras de paz, los más tristes acontecimientos para los helenos estaban por llegar.


 En el año 200 a.C. el equilibrio entre las tres potencias helenísticas estaba apunto de derrumbarse a causa de  las ambiciones expansionistas de  Macedonia y Siria, ante la evidente debilidad Egipcia. Esto llevo a Rodas y Pergamo a pedir ayuda  a Roma. Echo este, que fue aprovechado por los latinos para  abrir de nuevo las hostilidades con Filipo V de Macedonia, antiguo aliado de Aníbal en la segunda Guerra Púnica.


Tras el conflicto, la situación no quedo del todo clara, y si bien Flaminio había proclamado la libertad de todos los griegos, la incapacidad de estos para administrarla propició una nueva acción de Roma contra Antíoco III en Siria (192 a.C.) con la excusa de liberar las ciudades griegas de Asia menor.


La inminente llegada de los romanos a tierras helenas era temida por los griegos, sabedores de deseo expansionista de estos. Además, los oráculos eran desconcertantes y parecían no augurar nada bueno. Los griegos temían por su libertad y les asustaba  la brutalidad demostrada en otras ocasiones por  las legiones de Roma. Posteriormente como veremos, la historia daría la razón a aquellos temerosos griegos, demostrando que sus temores no eran infundados. Así tras derrotar los romanos a Antíoco III en Manganesia allá por el 188 a. C, Una tercera guerra contra Macedonia, en concreto contra Perseo Sucesor de Filipo V significo, tras la victoria en Pidna, no solo la abolición del reino, sino la conversión de este en cuatro provincias romanas.


La noticia corrió como la polvorea y rápidamente se extendió por todos aquellos reinos y ciudades todavía libres e independientes, sembrando el temor de sus habitantes. La historia, que no la leyenda, cuenta que antes el levantamiento en armas de Adrisco, presunto hijo de Perseo. Roma recibió una notable visita, por parte de una embajada griega de la que formaban parte;  Carneades de Cirene, Diógenes y el peripatético Critolao. De su visita, cita la historia parte del discurso realizado en que dice así:


< Si los romanos quisieran ser justos,-  dijo uno de ellos -, deberían restituir a los otros pueblos sus posesiones y volverse a casa en la miseria, pero creo que en tal caso serian necios; y así es como la prudencia  y la justicia no van de acuerdo > . cita  Lactancio


Inteligentes y casi proféticas debieron parecerle  a los romanos las palabras de aquel Filosofo, fundador de la tercera academia. Y así, del mismo modo que la justicia no era probable, la prudencia parecía aconsejable,  en tanto al modo de controlar y reducir a aquellos que  se revelasen o hiciesen ostentación de hacerlo contra Roma. Y  que  mejor forma de prudencia, que  dando un escarmiento a quienes osasen alzarse contra esta. 


 De ese modo, de la rebelión de Adrisco y su posterior derrota, derivó la anexión de Macedonia al imperio romano, como la primera provincia de oriente en el 148 a.C. El castigo seria  ejemplar, y la crueldad y brutalidad evidenciada por las legiones Romanas fue descrita como dantesca.


El caos y el miedo provocaron que los griegos recelasen de Roma. Pero justo en ese preciso momento es cuando un hecho verdaderamente inusual y significativo hace de la leyenda historia y de la historia leyenda. Todavía los griegos con el miedo oprimiéndoles  el corazón y el terror recorriendo sus venas,  Atalo II de Pergamo entrego su reino al senado romano tras su muerte, como agradecimiento a su amistad, ante la incredulidad de los propios habitantes de la ciudad, sembrando de este modo la confusión y según algunas citas, incluso el pánico. Leamos. 


<algunos eran quienes por él jubiló embargados, cantaban y danzaban mas otros lejos su dolor sufrían, y ofrendas al poderoso  Zeus portaban >  < de aquellos mas afligidos, grupos reunidos partieron, buscando a aquel  de nuevos horizontes llegado,  y que  de nuevas  tierras de paz jactose  antaño de hablar > cita   de nuevo Lactancio 


Si  bien, la historia no  había recogido en ningún momento – hasta entonces -, la leyenda  de aquel sujeto que llego hasta Pergamo desde nuevas tierras, quedando todo como una simple leyenda más. Es Lactancio ahora, quien da crédito a lo sucedido, refiriéndose a quienes recordando las palabras que unos 35 años atrás debió haber pronunciado aquel sujeto, partieron en su busca. Así, De nuevo  la  leyenda, es la que  cuenta como este, fue buscado a través de toda la Helade, hasta dar con él en los montes de Beocia. Pero  es A partir de este momento y durante  el periodo de tiempo que transcurre entre  la entrega de Pergamo a los romanos, y la supuesta partida de estos hacia nuevas tierras, que   la historia pierde de vista para siempre a ese sujeto y su leyenda.


La cita de Lactancio nos lleva a suponer que toda aquella confusión, derivo en la huida hacia nuevas tierras de un buen número ciudadanos, alentados por las palabras de aquel sujeto que años antes había visitado la ciudad. Pero Lo cierto es, que si lo hicieron a bordo de naves, estas debieron partir desde lugares apartados, lejos de los principales puertos de la zona y por supuesto, de un modo sigiloso, ocultos a la mirada de curiosos y bajo la cómplice protección de la noche. Terminando así, con una parte de la historia y dando comienzo la epopeya del pueblo de los Átalos. Descendientes de los helenos, para quienes con la llegada de los romanos a Grecia, comenzó un periodo de profunda oscuridad histórica y de olvido, del que no saldrían hasta muchísimos años después.


De lo sucedido a aquellos descontentos y temerosos de roma, tras la entrega de Pergamo, y de la supuesta  búsqueda del misterioso sujeto por parte de aquellos, no se tiene  prácticamente  conocimiento. Así como tampoco, son demasiado claros los hechos acontecidos con posterioridad y que se sitúan desde el momento de la partida de las naves, hasta la llegada de estas a las nuevas tierras. Por motivos que están fuera de toda comprensión, aquellos helenos determinaron olvidar la historia, y las huellas de todo lo ocurrido con anterioridad, hasta aproximadamente la muerte de Atalo. Dándose así dos  periodos bien diferenciados en la historia oculta  de este pueblo, de los que prácticamente se desconoce todo.


El primero llamado - periodo  estigio- “el Aborrecido” se desconoce su duración, si bien va desde poco después de la muerte de Atalo II, hasta la partida de las naves mandadas por Jantipo hacia nuevas tierras.


El segundo– llamado- periodo Lete – o también conocido como “el periodo que dio el olvido”  se desconoce también cual fue su duración exacta, si bien, se sabe que va desde la partida de las naves, hasta la llegada de aquellas a sus destinos.


Tan solo pequeños fragmentos dispersos, pertenecientes a algunos poemas de dudosa procedencia, presuntamente elaborados durante ese periodo insondable, y aparecidos entre restos antiguos y olvidados, aportan un minúsculo rayo  de luz acerca de los hechos que pudieron acontecer  durante esos penosos años.


 Pero como dije al principio, este relato no es tan solo la historia de un pueblo huido de la barbarie. Este es también el relato de una persona, de un joven atormentado, angustiado por aquello que ignora y  no comprende.  Pero sobre todo, se trata de los avatares de ese joven y de su   búsqueda tras un origen sepultado y  enmascarado entre textos abstractos, surgidos de los abismos del tiempo y el olvido. Del deseo por  conocer un oscuro pasado recóndito, que se revelara estremecedor. 


Si bien es cierto que las creencias griegas, contenían la idea de la transmigración por los cuerpos de otros seres vivos, en lo que podríamos definir como; una rueda de nacimientos. Lo que jamás pudo imaginar la sociedad griega ni mucho menos vaticinar ningún oráculo. Fue, primero el lento declinar de tan espléndida civilización. Y Mucho menos, el nuevo renacer de esta. Siendo este nuevo resurgir en un lugar tan lejano y como consecuencia de  aquello que ninguna mente anterior a la tragedia,  pudo jamás concebir. O, ¿quizá sí?


< La lucha es la norma del mundo y la guerra es la común progenitora y señora de todas las cosas>   

                                                                                           < Heráclito. “El oscuro” > 504 a.C. 



Por desgracia fueron pocos los fragmentos recuperados. Los únicos encontrados son atribuidos  a Perconias y se cree que datan del 66 -d.E- cuando Perconias, hijo Agangrenes el tracio - comenzó lo que trescientos años mas tarde se denominaría como, el segundo ciclo épico, constituido por 5 poemas épicos, tres de ellos denominados oscuros,- además de proscritos- y escritos por él.  De hecho se cree, que este comenzó el ciclo,  justo a la muerte de su padre y cuando ya Perconias contaba la avanzada edad de 77 años.  


Por suerte Ilciades hermano menor de Perconias debió rescatar   algunos de estos fragmentos, de los escritos de su hermano, justo antes de que este  destruyera los tres primeros cantos por completo, - al ser impuesto el decreto de silencio y el olvido – para todos los Átalos. Ilciades presuntamente debió recogerlos y guardarlos, entregándoselos a algún descendiente suyo, del que no tenemos constancia y  Clandestinamente debieron ir pasando de mano en mano, de generación en generación, hasta aparecer en la casa Críalo descendiente lejano de Ilciades.  Concretamente, en su casa de Argos, donde ante una asombrosa expectación surgieron  de pronto, a partir de unas reformas, siendo posteriormente robados. Si bien, se conoce el contenido de una pequeña parte de estos, gracias a una publicación anónima que posteriormente fue retirada con preeminencia. Los tres fragmentos dicen así


Fragmento del poema primero


Ligas de Místicos lascivos  emponzoñaron las conciencias 

Falanges de formación cerrada desgarraron nuestras venas 

Y Mil Huestes  terribles  desbastaron las fronteras


Tras después de siete nefastos días y otras siete nefastas noches

De todos los elegidos, tan solo Jantipo guardaba el Felmo

Cuando sumado el octavo día sus polemarcos rindieron el Yelmo. 


Fragmento del poema segundo


De los bárbaros huidos,  tres titanes nos vinieron a encontrar

aparecidos del olvido, estos despedazarnos querían

cuando como espartanos, dos corderos se arrojaron a luchar


Por dos entregaron sus vidas los valientes del Hefesto, y no fue azar

Pues no menos heroica,  la intervención del vencido  Arteria

Que al más terrible de los titanes, al Aqueronte fue a arrojar. 


Fragmento del poema tercero


Lejos de la amada patria, en la insondable oscuridad,

todos hallamos decidiendo postergar, 

Ocultando a nuestros hijos la monstruosa realidad.


Reliquias y hermosos candelabros lanzados a la hoguera

Profetas  agoreros que manejan el mal

ni en el tártaro nuestra prole, desde ahora os hallara .




Pasifae – esposa de Minos, que perdidamente habíase enamorado del toro, a Dédalo un favor pidió. Que una vaca hermosa de madera construyese para dentro ella esconderse y cerca del toro poderse hallar cuando este se aproximase


El terrible  Poseidon enfurecido, más aun y Como castigo, a Asterión, Pasifae engendro. El monstruoso minotauro, el cual con un apetito insaciable de carne humana, al poco tiempo de sus entrañas nació.


Tras sufrir innumerables desgracias debidas al  terrible monstruoso, Minos tramo una  idea. Pues si muerte no le daba a este debía encerrar, y para ello construiría un palacio sin igual


al minotauro  en el laberinto logró encerar < lugar de iras y no volverás>, conjunto de casas jardines y palacios, morada de la bestia, diseñado y construido por el mejor de sus artesanos


Pero con el encierro de la, no se acabaron las desgracias, mas todo lo contrario, estas acababan de comenzar. Pues con el correr de los años, el minotauro en manos del rey de creta. En un verdadero elemento de horror se convirtió. 


Este   para mantener al monstruoso ser vivo, ahora en símbolo de terror y respeto convertido, impuso un terrible tributo  a los pueblos bajo su dominio. El tributo no era otro que el alimento de aquella bestia, en forma de jóvenes de ambos sexos que eran obligados a entrar en el laberinto con el fin de ser devorados por el minotauro. Por esta razón Egeo, rey de Atenas, debía enviar cada año siete muchachos y siete muchachas a aquella temida isla.


En la tercera de las ocasiones, Teseo, hijo del rey Egeo, y héroe ateniense por excelencia se dijo   a sí mismo, que no sería rey, hasta que acabase con el terror y liberase a su pueblo de semejante castigo, matando al terrible ser que habita en el laberinto cretense. De modo que  se ofreció voluntario a partir rumbo al palacio de Cnosos, junto al grupo de rehenes atenienses que serian enviados a la isla.


Pero curiosamente a su llegada a Cnosos Teseo  no se encontró solo ante la ardua tarea de matar a la bestia. La hija de Minos, Ariadna, se enamoró perdidamente de Teseo y le ofreció ayuda entregándole un amuleto en forma de ovillo de lana, con el que salir del laberinto una vez derrotado el minotauro. Y como cabía esperar, así sucedió.


Teseo, como buen héroe ateniense, salvador de pueblos y exterminador de bestias sobrenaturales, salió victorioso del laberinto tras acabar con la bestia ayudándose de un labris. Posteriormente embarco junto a los demás jóvenes y la expedición puso tumbo a Atenas. Llevando consigo a Ariadna a la que curiosamente abandono en la isla de Naxos, olvidando toda gratitud.


Del final de esta historia es de donde surge el nombre del mar Egeo,- nombre del padre de Teseo- y quien entrego a su hijo de otro juego de velas para el barco, a utilizar en su regreso. La narración cuenta que el padre proveyó al hijo de unas velas blancas, además de las velas negras con las que había partido, quién en el caso de victoria volvería a Atenas cambiando las velas negras por las  velas blancas. Pero En el caso de una derrota, la embarcación a su vuelta, portaría las mismas velas negras con las que partió. Sin embargo, como castigo de los dioses a Teseo por la crueldad mostrada con Ariadna,  hicieron olvidar a Teseo que cambiase las velas negras con las que había partido de Atenas. Cuando Egeo vio desde su ventana, el color de las velas negras de las naves acercándose a Atenas, este, sumido en la más profunda tristeza se arrojó al mar desde  su palacio – donde murió-  creyendo que Teseo había fracasado y perecido en la isla de creta.