ENCONTRAR LA FORMA DE "UN TIPO DE MATERIA CONCRETO" EN EVOLUCION, EXPLORANDO LAS FORMAS (DE LA LUZ REFLEJADA) EN LOS CRISTALES DE LAS ROCAS VOLCANICAS (PROYECTADAS→ ENTRE EL CIELO Y EL SUELO) / JORDI MAQUEDA ⟲ JORGE MAQUEA MERCHAN


 Como quiera que sea / este siglo no-será igual (hacia→ los anteriores pues “es” (el siglo donde encontramos una necesidad () pensar (y) pensar de otra manera (ʎ) quiere decir (actuar→ no igual pensando de la misma forma (de los de antes→ de nosotros), sino moviéndonos (d) el deseo a→  la necesidad (una necesidad concreta en ∫‣ (d) (yhacerlo→ pensando  nosotros  (ʎde otra manera) cuando percibimos luz en  (calor) (como información) de una materia (concreta en evolución ʎ nunca antes en relación → microondas, ʎ incorporadas a las nuevas tecnologías y formando parte del horizonte (el mismo horizonte) es decir→ de nuestro horizonte, igual y ahora común a aquellas entidades-no-reconocidas antes y hacia→ nuevas formas (o entidades reconocibles) d el horizonte natural (sentido) en algunos de nosotros de ese concreto zumbido ʎ parecido de cigarras que varía cambiando en unción (dʎ en ángulos de inclinación y percepción, en tanto→ ellas se reflejan en unción (dʎ→ (x)(forma propia por verificar ʎ todavía ausentes (d) en área y volumen concreto y perceptible de los colores en medio ʎentrey en relación (hacia→  ser-reconocidas en   (d) ʎ en el medio y calor (ahorad (el horizonte→  ʎ nuevo horizonte compartido y que aparece (asomándonos hacia→ en camino a→dónde (ellas) se encuentran y reconocen (desenvolviéndose ahora de otra manera ʎ (d) no igual, como antes las percibíamos (y entendemos que son→ solo ondas reflejadas luego proyectadas del usuario y definidas de un ancho de banda, es decir:  información en ancho (d) microondas (hacia→ y entre la cual somos (percibidos y reconocidos), como igualmente otros seres (son–ahí→ pero no participan en ∫‣ (dʎ  (hacia→ y reconociéndolas de esa otra forma (del mismo modo que no reconocen (matemática y razonablemente)  que [9 (es)] y, por tanto→ no-es 9 igual y lo mismo que 32 de la misma forma y manera (sino) (de que otra manera (9 es → no lo mismo, igual, que 3 multiplicado por tres) y por tanto no es lo mismo /ni  igual, ni de la misma forma 9 que 3 multiplicado por tres) y, por tanto, no-es solo microondas, en el medio (entre) y del horizonte dado a nosotros lo que entendemos de lo que no percibimos,  (en el→ espacio (igual natural (de otra forma concreta y compartido de todos los cuerpos) además, no de la misma forma dentro→ ellas (microondas) en la cabeza y terreno no compartido (de uno con los otros pero (en apariencia→ ocupado por “información” de los otros)

Parecerá extraño encontrar una nueva Ciencia Prospectiva con la necesidad de explorar observando  ʎ  (dsentir-las→  sensaciones nuevas de movernos (hacia→ entender el momento en y (d) una determinada concreta materia (y forma en movimiento y giro que evoluciona (hacia múltiples sentidos (una ʎ la misma y desde otra perspectiva o dimension (perceptible a la nuestra proyectada), como no menos extraño resulta al sujeto común→ la hoja sensible y enorme de una Marquesa en la ladera de un volcán en el Salvador (de una sola forma / luego muchas otros formas iguales (entre muchas más formas distintas (casi no reconociendo de las formas visibles la marquesa del jardín de mi madre, igual (pero en un tiesto y consciente, igual de todo en derredor… luego, lo mismo, las páginas de este blog, conscientes (d) ojos que miran la imagen y también creen y piensan… (no de la misma forma de viajar (hacia→ ʎ entender que uno→ y antes de uno ya es-cribe (entre, en medio (d) volcanes→ cristales y rocas, sin todavía reconocer  (igual) cruzando el océano y la mar― en todo lugar aquello→ lo mismo,  de otra manera no igual (y de muchas formas a lo largo del tiempo→  como aquel ciervo (de pie) sobre, y del lado de un arbusto asomando y que me encontré (sorprendiéndome, en aquella curva del Pirineo occidental (bajando Fontalba  1993 / sin haber llegado nunca, a la forma más alta (el Puigmal) tras de mi / y reconociendo siempre (de mi corazón aquello y roca, igual, otra forma todavía mas grande desde por encimo de todos (hacia proyectada por delante y limite de uno, que podemos reconocer (de otra forma) la misma forma reconocida de antes,  en   (d) ʎ en el medio por la propias experiencia de uno, antes de y (ahora) en el medio.


Luego la razón de estos textos es entender a medida que se expone el cambio (hacia→  formas de  materia en evolución (desde que emerge con volumen y patrón de giro→ a presión y en ángulo perpendicular (desde→ una forma a⟲fuera\(hacia→ dentro)/de nuevo (en→ el medio-otro sobre la superficie / limite o frontera (hacia→ ser-una forma concreta y en su propio camino reflejándose de otra materia (formas-ahí  antes igual y de la misma forma como ella, de otra manera (ahora-ahí→ con la que va entrando en contacto (reflejándose del borde y límite de la forma, como si de la piel de un Rosal abriéndose paso se tratase, proyectándose (hacia→ ser (a partir del suelo e incrustada de la corteza terrestre en unas condiciones particulares→  Plutones: esperando al tiempo y ser en una forma reflejada) como, igualmente→ de otra manera y forma en el medio y disperso sobre el horizonte dado― en la superficie en el que se desenvuelven otras y todas formas que observamos (y de las que no vemos pero que reconoce  (uno→ junto a ellas) en el medio entre y límite o frontera (hacia (El―Aparecer) o Encuentro (de otra forma, lo mismo (vida e imagen) reconstruyéndose de pedacitos de ella aquí y allá. Luego (hacia→ otro lugar, no de la misma manera (lo mismo sino de otra forma igual (llevando consigo esa no-forma necesaria: para ser (en) aquello que habitamos donde se empieza uno a reconocer y reconstruir de si (en dos formas: firmes y de cara→ a aquella otra forma que podemos reconocer proyectada de su sombra (en el suelo) mirando desde el borde del cráter de un volcán: en la que podemos reflejarnos, igual, en la forma de ella mirando la imagen que proyecta (la sombra) y que reconocemos parte y en ángulo de esta (esa lava que vemos y ahora podemos reconocer (es)  proyectada desde abajo y que le da su forma primera al volcán (sobre la corteza de la tierra) y habla al hombre→ del hombre sobre el hombre, y lo que pensaban aquellos del revés y hacia arriba→  que solo podía suceder una vez (ahora desde abajo→ y de la manera más bella, cuando pase y se vaya entenderás, de lo que no quisiste reflejarte de cara Y porqué los españoles bautizaban a los volcanes que por todo el mundo los reconocen, con nombres de santos y santas, pero… en canarias todos, y solo allí, llevan nombre de mujer (que empezando por (T) es (no lo mismo, pero igual  (La) ala T, de Terremoto (entendido de  otros, donde, ya, unos pocos volcanes de formas semi ocultas podemos, algunos de nosotros reconocer→ volcanes apenas proyectados y visibles de sus formas cada cual bien definido dentro cada uno de su propia forma (super definido) 

























































La vida como cultura y herencia, luego de la propia experiencia deja entrever ―en la facultad de comprender de cada uno― como se ha constituido la inteligencia en su proceso, por medio de una adaptación cada vez más precisa y compleja de la conciencia de los seres (hacia→ luego (estar) sobreviviendo en aquellas condiciones de existencia que son dadas (de un horizonte como herencia→ de otros… y que aparece frente a uno, a poco de poner los pies en este mundo) Y (de ello una inteligencia→ dada, como aprendizaje y comprensión (y desarrollada o destinada a asegurar la inserción perfecta en dicho horizonte, establecido como in nicho→ del que se dejan entrever sus muros a medida que, en nuestro camino lo abordamos). Un horizonte, por cierto, cada vez más limitado y que es→ el único, y medio natural que conocemos (y reconocemos→  en tanto a poder uno reflejarse en este (proyectándose luego de su experiencia (desde→ en relación (con las cosas) a⟲dentro (pensadas→ las cosas exteriores y→ luego, de nuevo  afuera con las cosas exteriores igualmente de (ellas) y entre ellas; es decir→ (de uno moviéndose en la experiencia de ser→ en el medio, y luego a⟲ dentro pensar→ la materia, moviéndonos de la experiencia / en el medio común cap a→ i ser― èssers iguals, lo mismo→ no de la misma manera, cada uno de su propia forma (hacia→ ser /→ materia en evolución sensible del horizonte).

Sin embargo, “La inteligencia→ humana ←parece revelarse: en tanto se la deja entre los objetos inertes, y más especialmente sólidos; los conceptos han sido formados a imagen de los sólidos, luego de ahí que triunfa la geometría (y las formas de otros), donde se revela el parentesco del pensamiento lógico con la materia inerte, y donde la inteligencia después del contacto más ligero con la experiencia, avanza de hallazgo en hallazgo con la certeza que la experiencia (de unos pocos por delante→) marcha detrás de ella”, (Variaciones desde⟲Bergson). Como por ejemplo, lo mismo→ igual de otra manera ocurre al observar la forma de una pirámide: la cual, desde un punto (en el espacio y proyectada en perpendicular (decimos también nosotros que es→ un cuadrado plano sobre el suelo, pero… que (también es→ un triángulo proyectado i perpendicular visto desde el horizonte / cuando lo que en realidad y a decir de las rocas que componen la pirámide→ era antes un cono con salida (o para que nos entendamos mejor→ un volcán que ha derramado su sangre (hacia→ la superficie en el medio (un cono sin punta en el cielo ⟲ pirámide sin Piramidón→ en el suelo).

Luego, la agudeza de las personas ―alcanzada una cierta edad― y el entendimiento (de la propia experiencia) muestra la facultad a los sentidos de comprender→ el hecho de estar en camino y moviéndonos (como lava de volcán (hacia→ en todos los posibles sentidos “con ellos” ―los sentido→ reflejándonos y reconociendo-nos proyectados (hacia→ una adaptación cada vez más precisa y compleja (en tanto a entender→ reconociendo de nosotros aquello que (es) tanto nuestra propia conciencia reflejada del medio que reconocemos, como / no lo mimo de ninguna manera→ la conciencia (hacia→ (nosotros de otros seres (que no conocemos→ vivos Y a⟲dentro (de nosotros→ proyectada (y razonada luego afuera (hacia→ re-proyectarse y con ello proyectar unas condiciones de existencia (la nuestra→ que son dadas (a partir de un horizonte que aparece (propuesto→ de otros ante nosotros (hacia→ ser reconocido y reflejarnos del paisaje y paisanaje (de ese mismo horizonte→ proyectándonos, iguales, en el, como todos lo otros. Y cierto (es), o mejor todavía→ “Se diría que tenemos ante nosotros, como recompensa a nuestros afanes, una comarca aún no explorada, cuyos horizontes nadie ha visto, un 'más allá' de todos los países y de todos los refugios buscados por el ideal humano, mundo tan desbordante de hermosura, extrañeza, terror y divinidad, que tanto nuestra curiosidad como nuestro ahínco de poseerlo asumen ansiedades frenéticas"― Nietzsche.

La poesía ha sido siempre evocadora del anhelo, más que de la realidad: alusiva a paisajes y momentos imposibles, conjeturados a la razón y conjurados en la palabra que advierte esperanza y anhelo en aquello que (por ella) habrá de cumplirse. Jamás, hubiese sido posible el Romanticismo, si éste no se hubiese exhortado a través de conjuros escritos en verso, e ideales proscritos por toda una Nación. Nada es irrealizable→ ni siquiera aquellos paisajes imposibles, nos proclama

Y quizá con ello Nietzsche quiera decir algo: de los paisajes que, entendido en su significado más común, podrían describirse como la extensión de aquellos terrenos que vemos desde un sitio (incluso más allá de aquellos terrenos como horizonte→ desde nuestra esperanza… dicho paisaje sería enorme; resultando una diversidad fabulosa de universos y horizontes y , por tanto, también de posibilidades: posibilidades que bien podrían ser y estar, dentro del ámbito de la realidad que percibimos, recogiendo diferentes puntos de vista→ percepciones y experiencias (en lugar de representaciones abstractas) de la existencia, aunque estas percepciones difieran ―y por tanto no loas entendamos→ al estas más allá de “las leyes locales (“Físicas”) con las que hoy nos gobiernan el pensamiento, el mundo y las sociedades” siendo, el conjunto de todas las posibilidades éstas, al modo de “pensar ideas” o “representarlas” todas ellas posibles.

Lo que nos llevaría a entender (de lo propuesto) que, si algo existe, es decir: que si este horizonte que aparece (hoy ante nuestros ojos existe (es→ precisamente ―ahí→  frente a nosotros― porque alguien lo puso y por tanto lo pensó antes→ luego haciéndolo realidad… y todo ello gracias a reconocerlo unos y otros (todos nosotros → como nuestro camino singular y horizonte que es propio (de uno). Pero si aceptamos esto, como posible bifurcación cave entonces igualmente otra posibilidad, más fascínate todavía… y es→ que si no existe otro horizonte (es― sencillamente→ porque alguien (al menos uno: una persona en concreto→ todavía no lo pensó y necesito (por encima de cualquier deseo→ conjurándolo con todas sus fuerzas, cuando ciertamente “el mundo (solo) adquiere sentido (para uno) por su horizonte”— (Husserl). "Sentido y entendimiento del mundo que ha de venir de despejar (de uno mismo) ese mismo horizonte"—(Zubiri). Un horizonte, pero que asoma ante los ojos y del que poco importa hoy, existía ya antes de ser despejado→ pues al despejarlo, en el propio iniciar nuestro camino (hacia→ algún lugar, que habrá de ser (del camino y lugar ―jamás destino → observamos de lo creado el reflejo / parecido→ de nosotros mismos.

Luego, y siendo objetivo→ entiendo, que la filosofía o pensamiento racionalista (en occidente) que no considerase posible el diálogo que nace de la experiencia→ del tránsito del horizonte y frontera de cada uno (que habrá de ser→ (en lugar y tiempo→ al menos de uno (una persona en concreto (hacia→ un reconocimiento del medio (como conjunto) va a tener verdaderas dificultades, luego a la hora de entablar un diálogo en este medio→ entre (hacia→ ser (iguales) como, igualmente→ relacionarse a través de los diversos modos y heterogéneas formas y maneras de ser y pensar, de aquello (antes onda y luego de otra forma⟲dentro Y liberado de los volcanes (que conozco y reconozco, y de los de los que puedo hablar (hacia→ y como las raíces de una planta (que entra en contacto con otras en un horizonte invertido→ saliendo del otro lado (ahora rocas en el medio común, buscando reflejarse de este medio (entre→ como una planta renacida y proyectada  (hacia→ desde el otro lado) 

DEL ENCUENTRO

El encuentro designa el auténtico comienzo, vertiendo a los sentidos la superficie de una imagen perceptible del contorno→ o lado de la forma, y de lo que se está por pensar (a partir de movernos a observar de su borde o contorno: un límite aparente de la imagen y forma curva visible (proyectado hacia→ poder reflejarse (uno) y dirigirse (hacia→ recorrer esta forma de una→ imagen visible a la vista y que sentimos, de alguna manera→ familiar). Pero esto no quiere decir que el encuentro sea el principio de aquello (ahora→ en frente). Lo que quiero decir es: que encuentro (es→ lugar, y como tal,  igualmente (es→ lugar de encuentro, y este (es) entre /como otro lugar (que es→ con nosotros en el: un lugar, que propicia (de esta forma→ el encuentro). Por tanto, quizá no del todo, es, el «entredós» que entendemos de Merleau-Ponty) sino entre→ tomado (el) (y el espacio) que es, como (El Y Lugar de encuentro) como Aquello que (es→ siendo entre dos) y medio (entre→  por el cual relacionarse, los diferentes cuerpos (dentro de→ (un→-espacio, y espacio de ellos (entre ellos→ espacios compartido)

Para el sentido común (hacia→ todas cosas (y ninguna en concreto→ o razón), el Espacio aparece como vacío (y carente de sentido→ sin una estructura fundamental). Esta carencia, sin embargo, es la representación (→ de una mente subjetiva que observa y determina dicho espacio (no conscientemente-estando-ahí, es decir: ajeno al espacio y, por tanto, mostrando una incapacidad, que manifiesta (hacia→ (el-espaciocurvo→ luego desarrollado en la abstracción (matemática→ sobre un plano) para decodificar, no por propia experiencia del espaciocurvo, una organización (→ energética, o (luz de microondas (que no reacciona→ sino a la observación, por el medio, de una experiencia, digamos que muy, pero que muy paciente) y sobrepasa... no tanto la escasa capacidad neuronal y mental (como la  nula voluntad del individuo de ir (hacia→ dicha experiencia moviéndose a→  ser (él ahí). Pero esta incapacidad, se revela igualmente como discapacidad en el ámbito conceptual, manifiesta cuando a aquella mente pobre (es decir→ vaga de experiencias, a partir de la observación en el ámbito de la naturaleza (y entre→  las formas en esta) se le representa luego alguna idea, a partir (de lo extraño→ de una-forma que lo sobrepasa (lo que es tanto como decir que la ignorará→ como ignora (y no reconoce de unas cosquillas→ experiencia), al no poseer aquel referencia alguna: percepción y grado (hacia→ el dolor por el placer de (sentir) las formas advertidas de la experiencia propia (del individuo) en el entorno (hacia→ las misma formas y su relación de... con unas con otras; y de dicha relación→ de las formas (entre si→ (en el medio-entre→ la naturaleza) luego hacia otros entornos, digamos, extraños (es decir: como introducir una planta→ de fuera.. de (→ en su entorno natural / como si de un fantasma se tratase).

Luego y a partir de que de una diminuta porción..., sea posible decodificar (visualmente) la algo de la forma: imagen, con un contenido informacional, esta información habría de ser suficiente, a una mente consciente→ de su entorno (en el medio- entre) para entender, que existe, y existe una estructura (mayor) del mismo Espacio, (capaz de incluir todas las formas existentes; hallando en él (la posibilidad de ser (hacia→ algo nuevo y mayor y que habrá de hacerse, a partir de la observación informacional del lado recorrido de la forma visible (y la experiencia que esta ofrece). Por ejemplo, por la noche al salir a la terraza, de la oscuridad veo imágenes proyectadas, que solo parecen “un pequeño punto de luz azul→ una, o anaranjado→ otra ( al atardecer desde casa /y así múltiples puntos de luz brillantes en colores en el firmamento ” sobre el plano curvo del espacio observado. luego Cada punto pequeñito, de su apariencia, cada una  es→  una forma circular con volumen y forma definida a partir de una sombra (o espacio→ que las proyecta, en contraste de su lado, que es el mismo lado (o borde) de la imagen observada de la forma visible. Luego de cada imagen→ entiendo una estrella (que es-ahí (hacia→ / igual de otra manera→ un Sol que ilumina, junto a otros la oscuridad  / Ni es una pirámide, ni es un triángulo (juntando tres puntos→ o estrellas), Ni es un jodido pentágono; Ni es otra cosa (que Yo no entienda y sienta de la forma misma de las (estrellas→  y lo que estas me trasmiten al observarlas) y (de cada una (algo diferente→  como otro sol (cada uno a su manea y entre estrellas y soles  / en común→ un espacio que (es→ espacio común de todas (luego desde una→ la nuestra (a⟲dentro  todos a→fuera  a todas ellas (hacia→ ellas con amor).

Bien, este es un primer límite o frontera que se impone (a mi inteligencia) de la experiencia del espacio a los sentidos, y dado a la razón (a entender/fuera de sus propios límites de lo sensible y observable), cuando de lo observado de la forma, visible, de su límite no veo la forma invisible que la contiene: pero veo la imagen de esta forma visible que sí está, suspendida; y para que algo esté-ahí ―y yo la pueda ver y reconocer, en su forma concreta y definida― ha de estar igualmente en algo, suspendida, que la contenga y defina. Luego y si somos capaces de llamar al espacio, de lo que no vemos de este: infinito, o espacio vacío, o nada; igualmente deberíamos o podríamos ser capaces (en un esfuerzo sobre-racional) de lo que si que vemos de este espacio (la oscuridad) llamarla “sombra”, reconociendo-hay que (es) aunque no la veo sobre, pero me queda definida del borde de lo que veo: lindando el borde, de lo que veo (que es algo material) y reconocible, luego de este borde (que veo), de ese mismo borde, es reconocible, el borde de aquello que no veo (y que ahora también es algo: pero que no veo); que linda con algo que veo y, además, define aquella forma visible y material, al proyectarse de ella (del borde de la sombra) en su forma, hacia mi…. pudiendo afirmar, que ese algo (que no veo/ vacio / que no era nada) esta lindando, al borde de lo que veo. Luego hablamos ya de dos formas, una (forma) contenida en la otra (forma) que la contiene y define (la imagen) en un lugar concreto del espacio a mis sentidos (de la información que percibo del ancho de su borde, sombra y...  que observo, además, contiene y proyecta de su lado visible (en las formas), las demás formas visible que observo, en un punto, perpendicular a la vista, sobre el plano curvo de todo el espacio que abarco mirando desde mi terraza. Por tanto:  el espacio es una forma ahora definida a mí, de mis sentidos, en una sombra (forma) a partir del lado de las imágenes que a mí me proyecta. 

De la sombra que es-ser-ahí:  entiendo de lo observado que "el lado visible de la forma de la sombra / del ser que la proyecta", es el lado proyectado en ángulo perpendicular a la visión, y perceptible a los sentidos del lado curvo de las formas que proyecta, en un punto (o lado visible de la forma de la sombra, en el espacio de plano curvo, y que se proyecta hacia mí, en un punto, donde me reflejo perpendicularmente al mirar; luego: del lo que entiendo, igualmente, de cada punto/ todos los puntos del espacio: una forma (circular con volumen y forma) y contenida dentro de la forma (la sombra/del ser, que la proyecta) que, además: contiene y define a todas las demás formas que observo en el espacio ―e igualmente, a las que no puedo observar del otro lado del hemisferio, incluyendo la mía―de su lado, del que las proyecta, y de las que yo me proyecto hacia ellas al observarlas, por medio de la misma sombra, del ser que las proyecta que es, igualmente, sombra, es decir, aquello que no-es el ser, y, por lo tanto que no puede ser, a entender de Parménides, pero en ausencia del ser, este puede ser definido del Angulo y forma de la sombra (y dada a entender a la razón) → y tener un nombre que la defina → estando, pero, solo en esa mente definida → no existiendo aquí ni allá (en la realidad). Por tanto, puede ser, siendo solo materia de abstracción (idea), de aquel pensamiento entregado a la racional especulación, sin estar jamás bien especificada (por su naturaleza imperceptible y por tanto indefinible), luego solo en una idea; y, sin embargo… vemos que puede ser, y tener “una forma / de sombra ” y, además, tener un nombre dado por la misma razón cuando es la mía: mi sombra, (pero que a la razón) no dice Nada: pues (es) ser ajeno a la razón,  y no nada que esta razón y como nada pueda entender.

el espacio vacío no-es sino un campo de microondas (L 4D / o sombra), que no podemos medir, decodificar, ni por tanto transformar en la mente en imágenes, pero que esta: “es” y tiene una forma (área / volumen / superficie) como mi propia sombra, que limita del borde con mi forma:  Dicha forma, de materia/energía oscura (sombra) contiene a su vez otras formas, que son perceptibles desde un punto (visible) → que tiene una forma esférica 3D (sombra) a partir de dicho punto visible 3D en nuestro espacio (en 3 dim) → y que se proyecta hacia nosotros



































§ 1 Variaciones desde Emerson,

Nuestra era es retrospectiva―afirmaba Emerson. La nuestra, ahora en el siglo XXI, al menos cuando hablamos de filosofía lo es igualmente; es decir: está inspirada en modelos propios de otra época, y mira hacia atrás evocando un tiempo pretérito, de tal modo que presenta cronológicamente obras de antepasados con el fin de mostrar cabalmente una trayectoria; escribimos y describimos biografías, historias y críticas (con el fin de dar sentido a la propia historia y pensamiento de cada uno): seguimos la tradición. Yo mismo lo hago en este momento ―al menos de alguna manera―a través de unas variaciones de Emerson. Pero este hábito o costumbre (en el medio intelectual.. y de carácter obligatorio (→ conlleva, intrínsecamente, un riesgo). Es decir: las generaciones anteriores miraban cara a cara a Dios y a la naturaleza, mientras nosotros no sabemos hacerlo sino a través de sus ojos. De alguna manera, alguien (o algunos→  nos hicieron creer que caminar a hombros de gigantes (gigantes de tamaño humano, alguno de ellos con más defectos que nosotros mismos) hace avanzar, y llegar tan lejos, que algunos llegaran ser vistos como aquellos gigantes. Y no falta ahí razón, al menos en ese preciso sentido→ de defectuoso, y no en otro sentido. Luego me pregunto→  igual que Emerson: ¿Por qué no entablar también nosotros una relación original con el universo?, ¿por qué no tener (no una filosofía, sino un pensamiento que sea fruto del sentido de nuestra propia visión y no de la tradición, y , por tanto de una realidad que nos sea revelada a nosotros, en lugar de ser la historia y realidad  revelada de ellos→ a nosotros

Ralph Waldo Emerson adolece de escasez de traducciones en nuestra lengua, tanto que está excluido de la historia del pensamiento, por ejemplo, de la Ed Sarpe - 1988.  Excepción de aquellos Ensayos, más o menos conocidos por todos, que han sido traducidos y publicados en numerosas ocasiones, puede decirse que el resto de sus escritos son casi desconocidos. Se entiende, que La historia de la filosofía no ha perdonado a Emerson que renegase del academicismo y se afanase en ennoblecer la cotidianeidad de los hombres, digamos normales (no intelectuales). Emerson acotó con palabras simples pensamientos complejos, siendo el prototipo del genio americano ― «El genio de Emerson es el genio de América» (Harold Bloom) ―partiendo desde lo individual→ para desembocar en la fundación identitaria de la nación y constitución de cada uno de sus ciudadanos como eslabones de pleno derecho. Luego, el descubrimiento de su influencia en la obra de Nietzsche está obligando a los investigadores a una reinterpretación de su enorme legado intelectual. Sin embargo, este hecho de haberlo excluido de las bibliotecas resulta, cuanto menos sospechoso sino lamentable, sobre todo, si tenemos en cuenta que la obra esencial de Emerson —la que comprende sus ensayos, discursos y conferencias— es ciertamente reducida en extensión (y sus diarios y cuadernos de notas, por ejemplo, ocupan cerca de cuatro veces lo que sus escritos teórico-críticos). 

El lugar de Emerson dentro del pensamiento norteamericano es privilegiado, y él corresponde el desarrollo del transcendentalismo, alcanzando tanto a pensadores como a literatos. Puede decirse que la obra de Emerson constituye no solamente el correlato (o influencia recíproca estadounidense→ del Romanticismo europeo ―de tal modo que hace parte de una correlación o serie lógica― sino germen mismo de la filosofía norteamericana —que desde entonces ha crecido, todo hay que decirlo→ de modo irregular—. Dicho trascendentalismo ―del que es baluarte RW Emerson (Boston, Massachusetts, 25 mayo de 1803 /Concord, Massachusetts, 27 abril de 1882) ― fue un movimiento que, si bien compartía algunos rasgos con la religión, la filología y la filosofía, no era en sí ninguna de las tres cosas. El transcendentalismo es primordialmente una doctrina de carácter, que floreció entre 1836 y 1860, según la cual el conocimiento del universo está más allá del alcance de nuestros sentidos ordinarios. Comenzó como un movimiento de reforma dentro de la Iglesia sobre el Dios interior y la significación del pensamiento intuitivo. Fueron críticos de su sociedad contemporánea por su inconformidad reflexiva, y se afanaron a→  que cada individuo buscara (en palabras de Ralph Waldo Emerson «una relación original con el universo» donde todo intento de percepción del mundo es esencialmente intuicionista. La intuición, descrita por el propio Emerson como→  «el más alto poder del Alma», es el fundamento del conocimiento, de manera que todo entendimiento→ está necesariamente limitado de nuestra propia aproximación (hacia→  a la experiencia de lo real) Los trascendentalistas perseguían sobre todo sentir la inspiración y la vida propia y entendida esta: la vida, de cada uno→ como manifestaciones particulares (en cada uno representadas a la manera→  del una forma (única de la Naturaleza). Todas las cosas y hechos eran símbolos mostrados del Espíritu de la naturaleza, nada parecía trivial o vano.

Luego es lógico, uno→  preguntarse ¿Por qué avanzar entre los restos de huesos resecos de  guerras y confrontaciones del pasado, convirtiendo la generación presente→ en otro desfile de máscaras vivientes, que esconden todavía el olor a muertos en su vestuario? El sol brilla hoy igual para todos y todo en cada lugar→ a su manera. Hay nuevas tierras y nuevos hombres en tierras viejas… y, sin embargo: y como nuevos hombres, todavía observamos aún aquel viejo problema derivado del ser (o mejor seria decir→ del querer ser y estar relacionado con la palabra “ser” (y el entorno de esta) / Lo que por cierto (No quiere decir, que cuando se usa (aquella→ la palabra que lo refiere) esto signifique, ni de largo, comprenderlo. 

Pero ¿por qué digo esto? Bien, atengámonos, por lo pronto, a lo absurdo de tener una palabra que define aquello (indefinido) pero  que nombramos, escribimos y definimos como “ser”. Lo cierto, es, que (de algún modo) podríamos afirmar que se refiere/pronuncia o esgrime la palabra “ser” ya antes incluso de comprenderlo / o experimentarlo, y por tanto de alcanzar de la propia experiencia, algún entendimiento acerca de aquello (denominado de la palabra ser), más allá de la idea (subjetiva de aquello) que definimos (del nombre) como “ser”. Luego podría afirmarse que (alguien) está usando la palabra→ el (nombre→ ser), cuando siquiera comprende lo que con ella iba a decir (a los que le escuchan); y de ahí la necesidad luego de explicarlo subjetivamente / a su entender, lo que (el→ refiere a otros, con el ser (definiendo de la idea del nombre (ser) y su sentido subjetivo), para que (los que escuchan) puedan entenderlo; pero sobre todo para que puedan (los que escuchan) entender lo que, con ser, (el que habla a los que escuchan→  les quería decir. Explicación o explicaciones, pero, que luego parecen insuficientes al entendimiento y el sentido común) de aquellas personas, quizás, porque ni (aquel que habla) ni los otros (que escuchan) llegaron conscientemente a la experiencia de “aquello” referido /ni más allá por tanto de lo que es→  una mera representación subjetiva (a partir de un nombre, y solo hablan de aquello, como representado (de la idea→  luego representada del nombre) que luego cada uno se representa ( as i mismo→  a voluntad). De lo que se entiende→  no la respuesta / sino sólo una respuesta (a la propia pregunta subjetiva referida del nombre /que refiere la idea del ser); pero no es posible servirse de ningún nombre, sin chocar con la razónPues considerando el nombre ya y de entrada como diferente de la cosa, se reconocen de entrada dos cosas (el nombre Ser, con que definimos algo, en tanto que refiere algo→ aquello indefinible) o bien, y si se considera el nombre como idéntico a la cosa, será preciso reconocer, que no es el nombre de nada, y luego si se quiere que sea el nombre → de alguna cosa: de (una cosa→  concreta), resultará que el nombre es únicamente el nombre /de un nombre (que refiere algo) y nada más 

De mi parte Ignoro (acerca de lo apropiado) de despertar nuevamente aquella comprensión (clásica del ser), para que, a partir de esta, podamos volver a elaborar la pregunta por el sentido del “ser”. En todo caso dicha pregunta (de existir), no podrá jamás ser respondida / y expuesta de otro (partiendo de una idea) sino (y solo→  de la experiencia y como experiencia propia (→ de aquello) y no como pregunta (por aquello→  referido con el nombre de (ser). Así “nuestras cuestiones habrán de encontrar su respuesta, al confiar en la perfección de lo creado y saber que, sea cual fuere la curiosidad que el orden de las cosas despierte en nuestra mente, el orden de las cosas podrá satisfacerla. La situación de cada hombre es una solución en jeroglíficos, a los interrogantes que él mismo formularía, y realiza como vida, antes de aprehenderla como verdad” ― (R.W. Emerson). Pues de otro modo y si hacemos de la vida ― y de la realidad→  una pregunta “eterna”, podríamos pasar toda la eternidad  haciendo de la vida una no-acción (un no-ser); es decir: una pregunta /una espera/ esperando la respuesta; más si experimentamos la realidad moviéndonos (hacia→ ser de la propia experiencia) obtenemos lo que podríamos llamar respuestas / diríase incluso que son aquellas mismas respuestas, que esperan los que pasan toda la vida haciéndose preguntas. Y de manera análoga, en sus formas la naturaleza ya está describiendo el destino (su propio destino, sobre todo→ cuando "utilizamos la razón en sentido inverso / opuesto"; es decir: cuando utilizamos lo que ofrece respuestas y soluciones al individuo en el medio y la realidad, como medio (por la misma razón→ de cuestionarse el medio y la realidad, luego... (absurdamente) esperando a que sea la misma razón (que se cuestiona y pregunta por la realidad) la que nos ofrezca una respuesta de aquella. Así y luego (atónitos observamos cuando acerca de la cuestión del ser, se afirma que “a la razón (el ser) le es oculto”, pero (inexplicablemente) todo mundo usa y comprende el término (ser aunque sin poderlo explicar) luego  aplicado en aquel sentido ( en que con él (con "el ser"algo → se quiere decir... /… algo →que sí, que podremos explicar, sin que tengamos la necesidad de conocer y entender aquello (oculto) referido del nombre, mientras divagamos en preguntas acerca del sentido del (nombre) que refiere aquello.  De tal manera que  aquello que mantenía la inquietud al filosofar metafísico (estando oculto), se ha convertido hoy en algo manifiesto y tan obvio y claro como la luz  del sol que, sin embargo, precisamente y por la propia luz impide ver el sol / es decir (impide ver aquello que proyecta la luz) y con ello igualmente preguntarnos (más allá de lo obvio) por ejemplo, ¿Qué es realmente aquello que proyecta lo que llamamos sol?


Sobre la Necesidad de la Pregunta 
§ 2 Variaciones sobre La aparición (de Mariano Ibérico)
La apariencia y el ser.

§ 1.1. Sobre la Necesidad de una repetición explícita de la pregunta, por el ser (de Mariano Ibérico). Esta pregunta había caído en el olvido (refería Heidegger 1927) Sin embargo, muchas vueltas se le han dado desde que se publicase Ser y Tiempo y (el ser) sigue sin ser preguntado; esto es→ no preguntarnos nosotros ―subjetivamente y desde dentro― por el ser/ lo que con ser (un nombre dado a aquello) queremos decir... sino, que podemos mejor cuestionarnos acerca de aquello (referido del nombre de ser /por/ y desde aquello mismo ( el ser) y hacerlo a partir de dirigirnos, primero (y como no puede ser de otra manera→ moviéndonos nosotros (hacia → las cosas que son (manifiestas y reales, y que se proyectan (hacia→ nosotros). Entramos de este modo directo y sin rodeos: “nosotros” y llamamos Ser a “aquello” (oculto) que de una cosa “es” manifiesto-en sí misma” de su apariencia. Y llamamos aparecer a aquello manifiesto que de una cosa (que se proyecta) (ES hacia→ nosotros). 

Más allá de cualquier especulación lógica entorno al ser está (aquello - que (es→ real de las cosas / y la  realidad de las cosas→ en sí mismas), es decir:  lo que hace que las cosas sean (ellas: en sí mismas, y sea ella misma (→ esa cosa concreta: la flor de una planta (esa flor concreta frente a nosotros) que se proyecta, como reclamo (hacia→ otros seres y no otra cosa→ no cualquier cosa) no otra flor cualquiera, de una planta cualquiera; y esto es así, e independientemente→ de cómo llamemos (o llamemos a la planta) se nos aparezca, la entendamos nosotros, o la entiendan cualquiera, y entienda  esa flor y esa planta concreta. Una planta (ES siempre aquella planta concreta) por tanto, (ES en sí misma algo (→ un ser concreto (que subsiste y persiste a través de sus apariencias y el tiempo) como elemento más sustancial y hondo que lo que simplemente (de la apariencia→ se puede ver y, por tanto entender que está, igualmente, en lo determinado y en su (forma) figura o imagen. La planta es (siempre esa planta concreta) aunque cambie de tamaño y forma, o cambien, se marchiten y se caigan sus flores. Y un hombre (ES→ ese mismo hombre) aunque cambie de aspecto o trajeEl ser es así, está más allá de (→ la apariencia primera que podemos percibir) pero también está presente en dicha apariencia, del mismo modo que la flor (que se proyecta→ de la planta a otros seres) es parte de la misma, pero de otra manera y color, no igual→ la misma planta que la proyecta. En ese sentido “el ser” sostiene (proyectada) la forma de la planta (siendo de este su esencia y sombra que no percibimos igual  de la planta proyectada) pero que proyecta la forma de la imagen de la planta/ como luego su  flor que percibimos, de otro color y forma, por la vista / de la luz reflejada en esta). Luego (el ser está, incluso cuando este deja de proyectar (de ser: aquella forma de una flor concreta) “la apariencia” reconocible (de una flor/ o una planta, por ejemplo) hacia→ ser una consciencia y sus sentidos / nos diría Heráclito).

No entro, por tanto, en el estudio del ser como concepto y nos centramos (en aquello) existente (por ejemplo: en la planta que es) fundamento y elemento de toda relación, tomando como guía el pensamiento y los puntos de vista de los pensadores (primeros) que llevaron su mirada a la esfera del puro ser: los eleáticos. Y así los resultados de la especulación eleática servirán de ejemplo y guía para ilustrarnos hacia→ el que era su propósito→ encontrar más allá de la variabilidad y multiplicidad de las apariencias sensibles, algo que sustraído a ese cambiar de las cosas (en este caso de la planta) y que, de la misma variedad existente, permaneciese él mismo en sí (como cristales hacia reflejarse en una forma), no dependiendo de ninguna otra cosa, que de la luz. Así, los eleáticos concibieron el ser según estas tres categorías al propio tiempo que definen su esencia, fijan y determinan por contraste los caracteres del aparecer o más exactamente de la aparición sensible. Y que son: la movilidadla unidad y la existencialidad. Examinémoslas en este orden.

Abordamos el estudio de esta contradicción ser y devenir, contemplando las dos figuras: Parménides y Heráclito. El primero representante del ser (Parménides), el segundo del devenir (Heráclito). Parménides afirma la realidad del ser “con exclusión de todo cambio, de toda movilidad” y Heráclito, con energía equivalente acentúa la primordial importancia de la movilidad y del devenir. En la filosofía occidental, Parménides es sin duda el primero en emplear para definir el ser esta fórmula a la vez clara y hermética: "El ser es", "el ser es el ser" que es la fórmula fundamental de la ontología. Y dedujo de ella los caracteres más bien negativos que positivos del ser. El ser es, por consiguiente: “no fue ni será” (entendiendo que abarca toda la existencia, desligado a la relación de ayer y mañana, que constituye el concepto subjetivo del tiempo). El ser es un eterno presente (en todo lo que es→ en todo lo que existe). El ser no cambia, no varía, es el mismo siempre en la inconmutable realidad de su existencia y de su esencia. La negación (decir→ el ser no-es sería afirmar la nada, según estos simples traductores de los griegos) lo que va contra la esencia del ser que es: ser. En resumen: el ser es uno, el ser es, y el no-ser→ existe / sencillamente no-es-ahí (pero te partirá la cabeza entenderloQuizá habríamos de hacer notar que Parménides afirma que es inmutable / invariable de su existencia y de su esencia… (Pero debemos entender esto, al menos si queremos, a partir de aquí, progresar→ el ser es inmutable e invariable de su naturaleza / esencia (esencia: es naturaleza) por tanto inmutable en su naturaleza, y que habrá de ser  (aquello → antes de luz (e igual→ la que luz, pero que no podemos ver (microondas→ muy apretaditas ( hablo de energía sea esto lo que quiera dios que sea).

Sin embargo, leemos que La ontología de Parménides: no sólo implica la absoluta exclusión del no-ser de la esfera de la existencia, sino igualmente la exclusión radical del movimiento, y del devenir. Abolidos de la comprensión del ser los modos temporales del pasado y del futuro, el absoluto presente "es" inmutable (entendamos esto relativo: al ser). Luego la propia definición, nos dicen aquello griegos, excluye el cambio y la movilidad. así Zenón se esfuerza por probar la naturaleza engañosa, ilusoria del movimiento. En la esfera del ser nada ( lo que todavía no-es (ser→ cambia (en movimiento hacia; luego sólo en la apariencia sensible, materia de aparición sensible y opinión (que es interpretación) se da la variación, y aparece el cambio, en lo que no-es todavía y moviéndose  (hacia ʎ aquí topamos por tanto (encontrando Aquello del revés→ algo todavía inconcreto, y que las categorías eleáticas del ser y  no-ser no comprenden ni, por tanto, definen. Si el devenir (el cambio) es ilusorio ¿es, o no-es realidad el cambio que frente de sí uno puede ver?

Bien, sin duda, y de algún modo 8 de ese modo, tal y como lo vemos→ todo aquello que frente a nosotros cambia y se muestra (ES) algo, y es algo además→ concreto, y que los sentidos perciben; pero no-es (el ser-mismo), entienden aquellos griegos, puesto que carece de la absoluta inmovilidad / inmutabilidad que es la característica esencial del ser; Luego→ el (no-es, es decir: lo que (no-es (ser), pero es (hacia→ ser) no es un puro no-ser. Bien ¿y cómo explicamos esto? bien: Solo en la apariencia sensible (que es percepción por la conciencia de los seres conscientes /e individuales, se da la interpretación (que será→ materia de opinión de la razón, que le dice a la conciencia lo que tiene que ver), proyectando de este modo el cambio, que aparece de la forma proyectada (y todavía no concreta) de la esencia (como energía y luz (hacia→ ser (algo concreto a⟲dentro, desde afuera de nosotros (y luego pensado, que percibimos (de la luz y el reflejo de esta en los cuerpos→ por la vista) y que nosotros luego a⟲dentro interpretamos (reflejándonos de la forma por luz reflejada de esta / y que de nuevo proyectamos (hacia→ una forma concreta /que podemos de la conciencia reconocer, y de ello comprender (creando, por la voluntad de ser→ frente y (hacia→ el horizonte de eventos cambiantes (en movimiento y acto→ de ser) en el medio donde nos desenvolvemos (hacia→, ser uno (y parte, otro más igual, a su manera y forma, del mismo horizonte (un horizonte-compartido). Y de este modo hemos formulado en grandes rasgos, y bajo los nombres de sus representantes, las concepciones fundamentales desde la realidad con la inmóvil plenitud de la pura homogeneidad (hacia⟲dentro luego fuera aquello que (hacia→ ser-recorre del horizonte la profunda realidad del devenir, de la movilidad y del cambio en este .. aunque todavía hay quien se pregunta ¿por cuál optar?

Sobre la base de los comienzos griegos de la interpretación del ser, llegó a constituirse un dogma (del que se dice→ el concepto del “ser” es el más universal y vacío. Como tal, opone resistencia a todo intento de definición. Jean Wahl en su estudio sobre el Parménides de Platón, y recordando las propias expresiones del filósofo en el Sofista dice que aquél, no quiere abandonar ni el ser-eleático, ni el devenir-heracliteano; quisiera tener los dos a la vez, porque a ello nos inducen no sólo las exigencias de la especulación sino el propio sentimiento de la existencia y de la vida; por tanto: no podemos renunciar ni al ser ni al devenir (no-ser), y tenemos que esforzarnos (hacia ser por penetrar en el misterio de su coexistencia y  su relación, de su profunda y última tensión existencial.

Remitidos a los datos inmediatos de la conciencia extraemos igualmente un sentimiento heracliteano de la existencia. La conciencia, la vida interior, es una heterogeneidad pura, un puro cambio, un puro devenir. Cuando prescindiendo de toda inmovilización conceptual tendemos nuestra mirada al mundo exterior, obtenemos igualmente la impresión de que la realidad es cambio incesante, torrente incontenible, renovación inacabableBergson. Y así, acaso, una forma de comprender la relación de recíproca implicación entre el ser y el devenir —como una primera aproximación para captar la esencia del ser— consistiría en concebirla por comparación con una estructura que enlaza en el curso temporal: algo que precede, preside, trasciende al mero fluir la temporalidad (de la apariencia), aunque de esta, de la apariencia, no podemos concebirlo aisladamente con plenitud formal: así el ser de una serie temporal está en cada uno de los instantes de los miembros, en su recíproca implicación y en el todo (en el árbol vivo y en lo que renace sobre sus restos). El ser es la totalidad (y está en el árbol) y es lo que persiste como la irrompible interioridad del cambio (El está /aunque ya no esté “mostrándose” ahora como árbol, está ahí→ de otra forma). Y así lo entendía acaso el mismo Heráclito cuando decía que en el mismo río nos bañamos y no nos bañamos, que somos y no somos, como si con estas contradicciones quisiera indicar — igual, de otra manera aquella alteración de la materia en el espacio que es y de pronto no es, para volver, esa misma forma que es y no-es ( pero que jamás podrá ser ( un no-ser)  El, por tanto está (siempre  aunque en silencio /  a cada momento, a cada paso, a cada instante, en todos nosotros y vosotros.

Hay una descriptiva descripción :) del ser a la que acaso alude Maurice Blondel (filosofía de la acción) cuando habla de una "ontología concreta" es decir de un pensamiento en que se toma el ser no en la abstracta formulación tautológica, sino en la realidad (su realidad concreta en la concreción real del modo de ser. La fórmula "el ser es" expresa la especie o variedad lógica; la fórmula "el ser es así" expresa la concreción existencial del ser. En El ser y los seres (1936, M. Blondel). Blondel parte del reconocimiento de una “antinomia/oposición” entre la certeza espontánea y confusa de una presencia, de un fondo sólido, de una subsistencia que funda todo conocimiento, y toda conciencia, sin agotarse en ello, de un lado; y por el otro “un sentimiento sino de ausencia, por lo menos de un misterio que, sin hacernos dudar de la realidad profunda, hace de ella un objeto no de conocimiento definido, sino de búsqueda interminable (L’ Etre, p. 67). Sin embargo, cuando el gran Efesio, se inclinaba melancólicamente sobre el río de lo real, no solo percibía la permanencia de la ley, percibía algo más difícil de expresar, pero que estaba más allá del devenir: la profundidad. "No intentes ―dice en el frag. 45― Llegar a los límites del alma: ella es muy honda". Y esa profundidad ¿Qué es? / Luego ¿no nos moveremos a→ ser nosotros?, o esperaremos a cuando terminamos nosotros de (ser) y, o dejemos de ser nosotros. entonces... Empleando una mejor comparación diremos que el devenir es un torrente, un manantial, un incesante fluir hacia →. Pero agregaremos que, así como las fuentes brotan de alguna oscura profundidad de la tierra, así el devenir (como 4º dimensión física) brota de alguna oscura profundidad de la existencia y que, así como en cada brillante gota de la fuente luce y se oculta el abismo de su origen, así en cada aparición fugaz, luce y se oculta la oscura profundidad primordial del ser. El, ser está ahí (a la vista en lo que vemos, por la apariencia) y más allá (de lo que podemos ver y entender de aquella apariencia). De manera que la única satisfacción posible de lo que Blondel llama desiderium naturale e inefficax ad infinitum está en reconocerse en la unidad trascendente de Dios. [ Martin Heidegger y Wilhelm Weischedel reconocen que la filosofía se constituyó desde antiguo como “ontoteología” (Heidegger) / “filosofía teológica” (Weischedel) Cfr. Wilhelm Weischedel. Der Gott der Philosophen] Luego, el lazo necesario, entre hombre y Dios-ser, no supone, con todo, para Blondel una continuidad real entre lo natural y los sobrenatural, sino que significa solo que el progreso de la voluntad y de la acción (obligándonos a reconocer la insuficiencia del orden natural) confiere al hombre la capacidad→ no de producirlo o definirlo, sino de reconocerlo (hacia →recibirlo con El)