EL SER / EL SER Y SU SOMBRA (02) EL SER Y EL APARECER DE SU SOMBRA /jordi maqueda

Ser y su Sombra : El ser y el aparecer de su sombra /jordi maqueda 

Jordi Maqueda / Jorge Maqueda Merchán
Aceuchal, Badajoz


El ser y el aparecer de su sombra

En la mitad de mi vida descubrí (no lo recordé: sino que entendí) que con 16 años había matado/asesinado, acabado con la vida (piénsenlo, yo lo pienso) de un canario a sangre fría en su jaula. No tenía más edad 15/16 años cuando aquello ocurrió. Justo por entonces había comenzado a leer por mi propia cuenta algo de filosofía, creo que me estaba sacando el graduado escolar en nocturno. Mi primer libro de filosofía (anterior de la Sarpe 1988), y que compre con mi dinero fue: humano, demasiado humano (Nietzsche): Se me ha dicho repetidas veces, con profunda sorpresa por mi parte, que en todas mis obras, desde El origen de la tragedia hasta Preludios para una filosofía del porvenir, había algo de común; se me ha dicho en todas había redes para atrapar pajarillos inocentes, y una especia de provocación al derrumbamiento de todo lo que habitualmente se estima. ¡Cómo! ¿Todo no es humano, demasiado humano? Era la exclamación que, según dicen, arrancaban mis obras, mezclada a cierto sentimiento de horror y de desconfianza. Se ha dicho que mis libros son escuela de desprecio y de valor temerario. (Nietzsche - humano demasiado humano, párrafo -1). Aquella mañana agarré una escopeta, que no recuerdo ni por qué estaba en mi habitación, y culata sobre el hombro, dirigí el cañón del arma en dirección a la jaula donde estaba al canario de mi vecino (Pedro) —apunte sin siquiera pensar una milésima de segundo en el canario ni en nada— y disparé: matándolo.

"Hay algo más nocivo que la maldad humana: la irreflexión". —Hannah Arendt

El hecho había quedado sepultado en la memoria. Cierto que Recordaba a Pedro, mi vecino viendo a mi casa a hablar con mi padre mientras escuchaba (yo) la discusión desde arriba, mirando tras una puerta entreabierta, pero mi mente había arrinconado lo escatológico del recuerdo (guardándolo), para más adelante. Cuando mi conciencia volvió a traer aquel recuerdo completo en mi madurez, gran parte de todo aquello, lo que hasta entonces había considerado como algo positivo: referido al tiempo de la niñez o adolescencia y de la vida (de mi propia mi vida) se tornó en otra cosa: más oscura, y allí donde antes solo veía ingenuidad, ahora también veía algo siniestro: “Tal serás cual es aquello que niegas”. A partir de ahí, la senda se estrechó y la luz se oscureció y entre aquellas tinieblas tropecé con algo: una sombra, que al fijarme comprendí, reconociéndola: que no era otra que mi propia sombra… Hoy no preciso de valor para ponerme entre la luz y mirar, a través de mi sombra. El canario… fue solo el principio de un camino por recorrer (sombra y yo) juntos, hacia el borde del abismo: esa frontera imperceptible entre el bien y mal. Hacía una serie de historias pasadas que habrían de ser exhumadas, que a todas luces me parecieron igualmente terribles. Pero, terribles, ¿por qué? Al principio, no veía lo que ya era manifiesto/evidente en la sombra y que estaba dividido en dos mitades, de un lado lo que era (y de manera inconsciente había olvidado que soy) y de otro, quien negaba y despreciaba parte de lo que era, o soy: refiero a mí (yo-consciente) esa persona/individuo, quizá, poco humana por incompleta, de sí mismo, que precisa de recorrer un difícil camino asomándose a su oscuridad (al olvido), para poder rTal te conviene volver a ser cual es aquello que más amas: encontrarse de nuevo, uno consigo mismo: reencontrar/nos, hallando la libertad que supone saberse uno mismo y sombra. Una sombra que había estado y estará siempre conmigo. Una sombra de la que ya no dudo, pues de cierto es sombra y mía. Ahora, lo que me pregunto, es más acerca de esa región, de donde al obstaculizar la luz surge aquella proyectada, dando lugar a una forma invertida, que pretende la silueta de mi cuerpo: que de alguna manera ha propiciado un lugar a aquello que unos llamamos sombra, y otros la nada, pues en esencia (es – oscuridad), pero una oscuridad que no-siendo “es” / en mí, y que, por tanto, “es” sombra y no nada

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