De Los Paisajes Posibles (2)


La poesía ha sido siempre evocadora del deseo, más que de la realidad: alusiva a paisajes y momentos imposibles, conjeturados a la razón y conjurados en la palabra que advierte esperanza y anhelo, en aquello que habrá de cumplirse. Jamás, hubiese sido posible el Romanticismo, si éste no se hubiese exhortado de la nada, a través de conjuros escritos en verso, e ideales proscritos por toda una Nación. Nada es irrealizable, ni siquiera aquellos paisajes imposibles, nos proclama. Y quizá con ello nos quiera decir algo: de los paisajes posibles, de los que se advierte un fantástica teoría, a saber: Paisajes que, entendidos en su significado más común, podrían describirse como la extensión de aquellos terrenos que vemos desde un sitio, incluso desde nuestra imaginación o esperanza. Pero existen muchas otra formas de representar o utilizar el “concepto de Paisaje” más allá de su significado común al tratar de biología, arte u otras materias, y, refiero al modo cuando es utilizado por los físicos en Cosmología y Astrofísica, donde bajo el paraguas de la teoría de cuerdas, este paisaje englobaría posibilidades de universos paralelos que recogerían al mismo tiempo, la posibilidad de existencia de otras partículas e interacciones, diferentes de a las leyes locales de la física. De tal modo, que el conjunto de todas las leyes posibles recibiría el nombre de “paisaje”. Luego, y según algunas interpretaciones de la (S.T.) este paisaje sería enorme; resultando una diversidad fabulosa de universos y, por lo tanto, también de posibilidades: posibilidades —y es aquí donde extrapolo— que bien podrían ser o estar, dentro del ámbito de todo lo humano, recogiendo diferentes puntos de vista, percepciones o representaciones de la existencia, aunque estos difieran de “las leyes locales que hoy gobiernan el pensamiento, el mundo y las sociedades” siendo, el conjunto de todas las posibilidades éstas, al modo de “ser, pensar” y-o “representar”: todas ellas permitidas. Lo que finalmente nos llevaría a suponer, dando como resultado, que si algo no existe es, sencillamente, porque alguien aún no lo pensó y deseó conjurándolo con todas sus fuerzas, cuando “el mundo adquiere sentido por su horizonte”—(afirma Husserl). "Sentido y entendimiento del mundo que ha de venir de despejar ese horizonte"—(Zubiri). Un horizonte, que asoma ante nuestros ojos y del que poco importa, si ya existía antes de ser despejado, o si bien al despejarlo lo hemos creado nosotros mismo; qué más da, si está ahí, esperándonos. Piensen pues y sueñen con todas sus fuerzas y, quizá, mañana despierten a un mundo nuevo. "Ese mundo".

"Se diría que tenemos ante nosotros, como recompensa  a nuestros afanes, una comarca aún no explorada, cuyos horizontes nadie ha visto, un 'más allá' de todos los países y de todos los refugios buscados por el ideal humano, mundo tan desbordante de hermosura, extrañeza, terror y divinidad, que tanto nuestra curiosidad como nuestro ahínco de poseerlo asumen ansiedades frenéticas".Nietzche . 

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