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Voy a referirme a quienes no hablan del ser, sino de dios y refieren “en palabras como propias de dios → "dios dice” … engañándose a sí mismos y a los demás, cuando en busca de algo (aunque solo positivo y para ellos) creen hallar una verdad→ que es elaboración suya y pura ficción. Pues dios (directamente no dice→ sino por medio de la palabra escrita / y entregada a quien le sirve / para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto― Rev.1-1) y, muestra su creación (hacia→ para y desde (donde poder (reflejarnos de esta― en toda ella (la naturaleza→ proyectándonos hacia Él.
Pero al extender ―aquellos― su ilusión, ante el delirio de la muchedumbre, no hacen sino poner “conciencias suspendidas”. Son aquellos a los que muchos escuchan, siempre en baños de multitud y que tantas veces se aprovechan del pensamiento vacío de un alma extraviada. Hablo, no de ingenuidad (que la hay), sino de espíritus sin escrúpulos→ que, en la oscuridad, propagan el miedo entre la ignorancia (como una antorcha que quema el trigo todavía sin recoger, en lugar de iluminar la oscuridad, y que ponen en boca de Ángeles o de dios, aquellas palabras surgidas del interés y la vanidad; celosos que no resplandezca la luz y la belleza, y siempre entregados a encubrir verdades y fuerzas que a ellos destronarían: fuerzas y verdades universales que vinculan al ser con nosotros, y nos liberan por medio del poder más profundo que existe, en la riqueza que proporciona una observación experiencial de este mundo→ más aún cuando la realidad siempre nos sorprende y desborda. Son aquellos que no hablan de amor y anuncio de revelación, sino del fin: vaticinando el castigo e ira de dios; que hablan de infiernos, de la Nada y de todo aquello que es instrumento de terror y dominación del hombre sobre el hombre, desviándose y desviando a otros aún más, si cabe, del conocimiento del ser de dios, en aquel laberinto oscuro de emociones e inseguridades, privando de la belleza y pureza observar la luz del amanecer. Pues “Las profecías, y todo lo que ahora conocemos, es imperfecto. Cuando llegue lo que es perfecto, todo lo demás se acabará” ―(Corintios 13). Por tanto, sigamos prudentes nuestro camino (cada uno haciéndonos en el propio ser (hacia→ Y allá donde observemos o escuchemos de dios→ “prudencia”. Si no es amor, no es dios; pues en la luz y en la oscuridad, en el amor ves a Dios si (ves→ luz (es luz y si ves amor (→ es dios (con más o menos luz, e incluso a oscuras y sin colores→ si ves el amor).
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