LA LUZ O LA NADA
Plaza de España: Mérida (Badajoz) 6 Mayo 2021 Sujeto desaparece al ingresar a las sombras del pasaje, apreciable ahora es solo la forma perpendicular de la sombra (de un sujeto). |
INTRODUCCIÓN
Pero que la filosofía occidental se halla en situación crítica, no lo afirmo yo: es un hecho. Luego que no sirve para nada es solo un dicho, venido a raíz de una tradición que parece desgastada cuando sino mas bien agotada, visto el fracaso a partir de sus teorías y un repetir dando la vuelta siempre a las mismas cosas, explicadas de mil y una maneras, sin aportar nada nuevo o relevante a la realidad; pero, y más importante, olvidándose por completo de explorar nuevas formas de pensamiento o de entender el mundo: no puede sostenerse aquello que se da de golpes contras sus propias paredes y a la vez da la espalda al mundo y a la realidad, a la entrada de un milenio que aguarda y del que algunos afirman: será un milenio mas universal, o no será, dada la deriva cataclísmica de acontecimientos en la que nos vemos envueltos. Es por ello que muchas personas creen que la filosofía (como disciplina / no tanto el pensamiento) es un método de conocimiento que pertenece al pasado, habiendo sido superada por la ciencia y la técnica. Pero este agotamiento académico, en tanto a disciplina, no puede ni debe alejar nuestra atención de lo redundante: el mismo hecho de pensar, y la obligación de hacerlo sobre aquello que se precisa y urge: la verdad; ni debe hacernos perder de vista la necesidad de unos nuevos planteamientos o formas de pensar renovadas, incluso atrevidas, que como afirma Trías: “bien pudiesen alimentarse de la misma disolución de esa razón ilustrada, ahora en período de rebajas”; sobre todo, cuando la filosofía parece haber olvidado su razón primera, y perdido la orientación definitivamente, precisando ahora de esa movilidad libre, como acto que disuelve doctrinas que impiden el debate. (La filosofía implica una movilidad libre en el pensamiento, es un acto creador que disuelve las ideologías. —Martin Heidegger).
Desde mi posición, no me siento obligado a ser continuador de nada, como tampoco entiendo preciso continuar nada (fracasado con anterioridad). Cada cual piensa, y al pensar como al caminar uno dirige primero sus pasos hasta que estos luego lo dirigen a él. Por lo tanto, elegir qué pensar sería fantasear, en un mundo donde la realidad condiciona de antemano mostrando lo relevante, y cuando la verdadera decisión, o elección, sería negarse a pensar “en aquello relevante” desviándose hacia lo improductivo e irrelevante (o académico) que por cierto a muchos agradaría: una existencia irreflexiva, bien pagada, insensible y ausente de la realidad. Si bien, esto parece más grave cuando se te dice o dirige sobre qué, cómo o cuál es la forma apropiada de pensar (cuando se desea publicar). Nada de eso hallarán aquí, y esto me permite una cierta libertad para maniobrar en un terreno en el que —y todo hay que decirlo— se observa cierta intolerancia, cuando entiendo, sería "un gran paso" poder universalizar el pensamiento, empezando por una correcta educación que enseñe a pensar y observar, acerca de nuestras dudas, y no tanto a obedecer sus certezas.
Pero la ciencia no queda atrás de la filosofía en mis críticas. Una ciencia donde al ser escrutada con atención se observa, como mantiene dos varas muy distintas de medir, dependiendo en tanto aquello que trata o estudia: fuera o dentro de nuestro planeta. En el primero de los supuestos —aquello que sucede fuera de nuestro planeta— se muestra irreconocible y abierta de forma permanente a nuevas perspectivas, tesis y descubrimientos como los agujeros negros, energía oscura, teoría de cuerdas, pliegues del espacio-tiempo, etc., reconociendo en ello la existencia de nuevas realidades sin necesidad de verlas, deduciéndolas de forma indirecta (mecanismo este, se quiera ver así o no: próximo a la intuición o clarividencia) no cerrando las puertas, y admitiendo su ignorancia y esas otras posibilidades válidas del pensar. Sin embargo, en el otro supuesto —aplicado a lo que ocurre aquí, en nuestro planeta—ocurre algo muy distinto y enormemente reductor, donde todo tiene que ser medido, experimentado y solo es válido en tanto se pueda comprobar directamente. Luego los sucesos que no encajen en las teorías supuestas al uso (en el paradigma actual) se desprecian e ignoran, o se les fuerza a encajar de cualquier modo, incluso a costa de falsear estudios o la misma realidad.
A primera vista se advierte diferencia: como si ambos niveles (de una misma ciencia) no estuvieran intrínsecamente relacionados. Lo que nos lleva en la práctica, que algunos científicos se hayan convertido en nuevos guardianes celosos de la ortodoxia, e inquisidores de una ciencia, en ocasiones más dogmática e intolerante que la religión, y todo en nombre de una diosa llamada razón extremadamente sectaria e intransigente que solo mira hacia fuera y nunca dentro (que ve la mota de polvo en el ojo ajeno y nunca la viga en el propio). Sin embargo, todo ello no nos habría de llevar al error de despreciar o criticar el pensamiento científico y sus logros, sino a afirmar una obviedad: que el método o paradigma actual no es suficiente, que no alcanza para abarcarlo todo (ni la realidad, ni la realidad de las todas las personas) debiendo este ser revisado y complementado: lo que no será sin esfuerzo y por nuestra parte algo más que un poco de sacrificio
Para terminar, solo añadir que no comulgaré con ruedas de molino sobre lo que filosofía o la ciencia nos ofrece, dando por sentado Nada, o sobre cualquier cosa, objeto de estudio en estos textos, pues esa “razón común a todos” ilustrada o no, se atestigua, al desafiar lo aceptado, tomando aquel camino que nos habrá de enfrentar a las propias sombras: entablando diálogo con todo aquello que dogmáticamente la desafía y pone a prueba, sea en la forma que venga.
© Copyright 2023 / Jorge Maqueda Merchán/
Jordi Maqueda- All Rights Reserved Este obra está bajo
una licencia de Creative
Commons Reconocimiento - NoComercial - SinObraDerivada 3.0 España
No hay comentarios:
Publicar un comentario