Jean-Michel Basquiat (1960–1988) Drogadicto y Genio
Testigos de la debilidad del antiguo paradigma -ahora de rodillas por un microbio que paraliza la sociedad y aniquila a sus ciudadanos, ya sobrepasados por todo-, cabe abordar la posibilidad de uno nuevo: mejor que el anterior. Sin embargo, con más de 500 millones de personas en sus hogares en todo el mundo, sin otra obligación que esperar a que todo pase… de todas las recomendaciones que nos dan los gobernantes estos días, para estar en casa (desde esconder notas, hacer deporte, cocinar, estar con los niños, salir al balcón a aplaudir etc.) ninguno de ellos, nos dice que pensemos. Que pensemos en cómo abordar la idea de mejorar el mundo; o, que en lugar de seguir conectándonos en Youtube, Skipe, ordenadores, tablets y dilapidar el tiempo -más allá de entretenernos- utilicemos todos los recursos a nuestro alcance: ordenadores, redes y sistemas –pero sobre todo nuestra inteligencia- al igual que para hacer mascarillas, en esta ocasión, para desarrollar semilleros de ideas, ideas con las que mejorar nuestro mundo y la sociedad a la que pertenecemos…dando soluciones, no inmediatas, pero si proyectos, donde llegado el momento de dar viabilidad a un nuevo plan social, se tenga en cuenta la opinión de las personas en todo su conjunto, y no vayamos a un nuevo mundo, prefabricado, a la altura y necesidades del capital, en lugar del de las personas. Jamás se construyó algo, sin haber tenido antes una idea de aquello que se iba a construir. Y, si el día de mañana empiezan las obras, y no se nos consultó nada: ya sabéis de quién fue la idea, y, por lo tanto: aunque posiblemente cambie el mundo, para vosotros (nosotros y nuestros hijos) no va a mejorar nada. De nosotros depende, pero si queremos cambiar el mundo tendremos que empezar por nosotros. Primero, tendremos que cambiar nosotros. (Aquí lo dejo de momento) y no estaría mal. Ya puestos a escuchar algunas ideas, solo por escuchar: digo yo.
Por cierto, se me olvidaba. La pintura no está ahí, en la cabecera, para hacer bonito y tiene una razón. En mi último viaje a mi ciudad (Barcelona) con mi pareja, y antes de regresar a Extremadura, tuve conocimiento de un evento importante, al menos para mí. Aquel verano se me dio la oportunidad, única, de poder ver 100 obras de Basquiat (juntas): una retrospectiva en Bilbao (Guggenheim) que exploraba algunos de los temas más importantes de la obra del autor, superdotado y prolífico, que abrió nuevos caminos en el arte contemporáneo.. La retrospectiva tenía como título sugerente ((Jean-Michel Basquiat: “Ahora es el momento”)). Y ciertamente, ese era el preciso momento, jamás volverían juntarse cien cuadros del autor en ningún otro lugar del mundo. Y lo mismo ocurre ahora, jamás nos volveremos a juntar tantísimos millones de personas en nuestras casas, con la misma necesidad, sin la presión del trabajo pero con la posibilidad de aportar ideas y dar un empujón que ayude a mejorar nuestro mundo: “Ahora, también es el momento: "El momento preciso"... Posiblemente, no vuelva a haber otro.
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