Me
hice eco esta mañana de una noticia inquietante, no por menos esperada, pero
ciertamente preocupante. La publicaba MIT Technology Review, en español, que es la edición en castellano
de MIT Technology Review, una revista publicada por Technology Review
Inc., compañía independiente de medios de comunicación propiedad del Instituto
Tecnológico de Massachusetts (MIT). La noticia era clara en su tirulo: Aceptémoslo,
el estilo de vida que conocíamos no va a volver nunca, invitándonos a aceptar esta realidad
distopica, y el hecho de que vamos a tener que vivir, más de lo que ninguno de
nosotros esperaba, en un estado de Pandemia permanente. Y aunque todos
deseamos volver a la normalidad lo antes posible, parece que la mayoría de
nosotros todavía, no ha aceptado que nada volverá a la normalidad después de
unas semanas, ni siquiera de unos meses. Lo cierto, es que algunas cosas nunca volverán a ser
como antes.
Y mientras tanto, cada país deberá
"aplanar su curva" de contagios, mediante el distanciamiento social
que ya estamos sufriendo. Intentado así, que la pandemia avance a un ritmo más
lento, hasta lograr la inmunidad de grupo (suponiendo
que la inmunidad dure años, algo que
aún no sabemos) o hasta que se descubra una vacuna (algo que no
pasará como pronto hasta 2021, si es que llega). Pero el problema no
se acaba aquí. Mientras haya una sola persona en el mundo con
el virus, los brotes pueden y seguirán ocurriendo sin
controles estrictos para contenerlos.
Pero esto ya lo sabemos. Lo que no sabemos es que en un reciente informe del
Imperial College de Londres (Reino Unido) los investigadores propusieron una
forma de actuación: imponer medidas de alejamiento social más extremas cada vez
que los ingresos en las unidades de cuidados intensivos (UCI) empiezan a
aumentar, y suavizarlas al reducirse la cantidad de las personas
ingresadas. Y (agárrense) Según este
modelo, los investigadores concluyen que el alejamiento social y el cierre de
escuelas deberían producirse aproximadamente dos tercios del tiempo, es decir, dos meses sí y uno no, hasta
que haya una vacuna disponible, algo que no se espera, como mínimo hasta dentro
de 18 meses. 18 meses Mínimo… (Encerrados 2 meses, y un mes para
trabajar y estudiar: quienes estudien o trabajen) y así durante 18 meses. De lo que resulta, ciertamente, que “el mundo
no va a cambiar: ya ha cambiado, y lo ha hecho ante nuestros ojos. aunque todavía seguimos sin creerlo, menos aún aceptarlo”. Esperamos volver a una normalidad
que ya no formara parte de nuestras vidas sino de los libros de historia y por
la que quizá un día los nietos nos pregunten: y tú abuelo ¿dónde estabas el día que cambió
el mundo?
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(MIT Technology Review) Vivir en una pandemia permanente. Aceptémoslo, el estilo de vida que conocíamos no va a volver nunca
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