Ayer,
el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez enfrentaba, de nuevo, una comparecencia
en los medios públicos para rendir cuentas sobre el estado de la grave crisis
del coronavirus que asola medio mundo. Nos venía a explicar, exponiendo, la situación
actual (grave) y, así aportar algo de serenidad, sosiego y tranquilidad a la Sociedad Española en su conjunto, ciertamente,
preocupada por cómo evolucionan los acontecimientos, o eso pensaba yo. "Estamos
en guerra”― nos dijo, a poco de empezar y recalcó en alguna ocasión más a lo largo de
su discurso ―por si faltaba alguien, terminarlo de acojonar― “y apoyamos un Plan Marshall para la
reconstrucción"― dijo
también. Pues sí,
así me acojoné hasta yo. “Estamos en guerra y destruidos”, aunque
nadie pego un disparo, ni vio caer una bomba.
Pero no es la primera
vez que estamos en una guerra, de estas, sin bombas (cada una a su manera
claro). Y me pregunto: guerra ¿qué guerra? pero ¿contra qué? La verdad, no
lo tengo claro, o al menos no tengo claro que estemos en guerra. Está muriendo
gente por el coronavirus: desde febrero, Vale; y, por la gripe: desde Noviembre
(3 veces más -niños y mayores- pero eso
es normal y no es guerra) vale. Hay que hacer algo, y hay que hacerlo urgentemente,
rápido, vale. Está bien, voy a dar “guerra” como buena, porque el “coronavirus”
mata a la gente. Pero, señor presidente, la palabra guerra no tranquiliza a
nadie. La situación es grave, y lo será más, pero hablar de “guerra y
reconstrucción”… el alarmismo, no trae sosiego. Si queremos que la gente este
en casa, porque es lo que hay que hacer, hay que convencerla de que eso es lo
mejor y no asustarla y, sino: para eso están las fuerzas del orden. El miedo
trae lo que hemos visto hasta ahora, desabastecimiento, carreras al hospital,
carreras al súper, tensión (mala cosa el miedo) si pasamos luego al Pánico. Y hay personas
susceptibles, enfermas: del corazón, tensión, etc. o, sencillamente muy mayores,
a las que sólo escuchar ciertas palabras y luego ver algunas noticias en la tv, ya las
pone en riesgo mucho antes de que llegue el CoronaVirus (y las cadenas de televisión
generalistas se lo tendrían que hacer mirar: una familia con sus hijos y mayores no se
puede levantar por la mañana, poner la tele, y desayunarse 300 muertos en
España y 800 en Italia a las 9 de la mañana y luego comer y cenar, con más de lo mismo). La información, hoy día, por suerte, quien la quiere cruda la
encuentra, tenemos internet, pero la tele es familiar, la vemos todos: niños y
mayores incluidos.. ahora hasta el sálvame con el coronavirus (que no es un espectáculo). Con lo
que quiero decir que, aunque la situación no es igual de alarmante en todas las
ciudades, el miedo “ya si
lo es” como consecuencia del alarmismo en general, pero sobre todo, y en buena parte por culpa de en
los medios. Y este coronavirus, cierto, se va a llevar a muchos por delante, que
enfermaran; pero, también a algunos que no enfermarán del virus, porque ya
estaban enfermos y no salían ni de sus casas: y a esos se los llevará (de una manera u otra) el miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario