La “solidaridad” de Europa se tambalea ante una crisis, que deja al descubierto muchos fantasmas del pasado


La crisis del coronavirus ha puesto en cuestión esa solidaridad europea tan proclamada por los eurófilos. Y Alemania tendrá que reflexionar en unos días que es lo que más le interesa, como líder – cuestionado en estos momentos- de la vieja Europa

 La crisis del coronavirus ha relegado a todos los demás asuntos al margen, en lo personal, en lo social y en lo político. Convirtiéndose en una crisis verdaderamente universal para todos nosotros. Afrontamos todos un verdadero reto, en un escenario de aislamiento muy peligroso de final desconocido. Pese a ello, la” política” nunca para, aunque en Europa precisamente la política no está ofreciendo su mejor cara ni respuesta, y la crisis del ha puesto muy en cuestión esa solidaridad europea tan proclamada por los eurófilos. Más, después de escuchar ayer al Ministro holandés, criticando la gestión de ayudas a España y cuestionando cómo podía ser que estuviésemos en estas condiciones: palabras inaceptables, que sumadas a la Negativa de Berlín, que sigue sin creer en los eurobonos, confiando, en el mecanismo de rescate y en las medidas del BCE tiene para apoyar a países europeos en situaciones difíciles.  Mecanismos éstos, de otro lado, donde de ir por  cuenta propia a pedir un rescate seria carísimo para los países con economías más desfavorecidas y un mayor endeudamiento como Italia, Grecia, España, Portugal etc.

 Pero Alemania tiene que reflexionar, y tiene que hacerlo en estas dos semanas que le quedan, antes de la nueva reunión de ministros de la CE, pues su negativa y el fracaso de una ayuda conjunta a países como España e Italia podría sacar de sus agujeros a la extrema derecha (también en Alemania) reclamando un espacio, hasta ahora inexistente en la realidad social, pero que de llevar a la ciudadanía al desencanto y la frustración podría tener su nicho para medrar, lo que consecuentemente posibilitaría en otros países Europeos ese repunte de nacionalismo tan temido, que daría al traste con una comunidad europea de la que muchos ya dudan, pero en la que Alemania, por lo que le conviene, todavía creé… esperemos que crea de verdad, porque de lo contrario nos hundimos todos en la más absoluta miseria. Adiós. (J. Maqueda)