DESDE UNA FILOSOFÍA DEL LÍMITE (2) -EL SUJETO DEL INCONSCIENTE (1) /jordi maqueda


EL SUJETO DEL INCONSCIENTE
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El siglo XXI será el siglo del pensamiento espiritual, o no será — nos dicen. En todo caso será otro siglo, donde igualmente hay que pensar. Pero en esa línea descrita de un pensamiento espiritual (que puede ser igualmente, más natural y menos estructurado) la filosofía racionalista que no considere posible el diálogo que nace de la experiencia propia, espiritual o no, va a tener dificultades a la hora de entablar un diálogo con los otros modos de pensar, así como por si misma encarar esa otra manera de pensar, como igualmente sugiere Heidegger. La filosofía del límite (desarrollada por E.Trías) quiere reconocer esas formas espirituales (y simbólicas) y a ellas les otorga un espacio, pues a entender del propio E.Trías, resulta más apta que otros planteamientos para llegar a un entendimiento, con aquellas otras formas de pensar. En la filosofía española contemporánea ha habido interés en la integración de lo espiritual, pero no siempre contando con tradiciones más allá de las propias del cristianismo y de la teología occidental. No faltan ejemplos, desde Zubiri a Zambrano, pasando por Marías. Sin embargo, S. Paniker (Filosofía y mística) se adelanta, en su reclamación hacia un entendimiento entre el pensamiento racional y la dimensión espiritual, que no confesional, en sintonía con otras culturas y tradiciones, en este caso orientales. No obstante, ninguno de ellos desarrolló “un sistema” donde lo espiritual formará parte intrínseca de él, junto con un elemento esencial e imprescindible de universalidad, es decir, teniendo en cuenta lo que podríamos considerar como fenómeno espiritual, independiente de su tradición, pero manteniéndose en los límites del estudio filosófico.

 

Sin embargo, Eugenio Trías, mientras exploraba todas las implicaciones que supone el concepto de límite o frontera, ―a su manera entendida este límite o frontera, y esto debe de quedar muy claro, por las connotaciones y particularidades, que veremos más adelante― vio natural la integración del componente espiritual, simbólico, en su sistema filosófico (determinado en buena parte por lo onírico: los sueños, que son un tipo de experiencias: que se deben, luego, interpretar). Y no es fácil encontrar otro filósofo, que se atreva a revelar vías de pensamiento disidentes del pensamiento más escrupuloso, a no ser, que entendamos que Heidegger ya recorre ese camino (del pensar disidente) mucho antes pero de manera consciente ― no interpretando sueños―y no solo reconociendo ese límite, o frontera, como lo define trías... sino (Heidegger) adentrándose en el límite ―ahora como una idea― y que él llama (la nada) proponiendo dicho camino hacia las propias sombras (como camino singular). En este sentido, quiero entender que trías ya ve ese límite, que pretende ahora su límite ―igualmente en Heidegger―, aunque no traza un recorrido del sujeto sobre el límite, más allá del propio ejercicio "onírico" de posibilidad: desestimando la potencia de la propia idea propuesta: que pretende se derive en un "actuar" más allá incluso del propio actuar (de trías por los medios oníricos) hacia otros; esto es, o  debería haber sido: dejar de ser un soñador, para convertirse, el mismo de facto, en el héroe. Un actuar moverse a otro lugar (el lugar de la experiencia). Un echar a andar hacia la frontera o límite, igualmente expresado de sus textos. Como leemos de su libro (la razón fronteriza) donde se da a entender esa acción, a movernos a actuar. Leemos: Esa voz desciende del arcano y rasga el velo del misterio al presentarse, en ocasiones señaladas, en lo más íntimo de la experiencia del habitante de la frontera. A ese descenso de la voz imperativa, de carácter categórico, puede el fronterizo responder, en cuyo caso propicia un movimiento de alzado a la condición de habitante del limes. Puede también, libremente, no corresponder a ella, o hacer oídos sordos a su apremiante requisitoria 3. Toda la amplia gama de posibilidades que se desarrolla en esa tesitura de prueba, verdadera prueba ético, metafísica, constituye el contenido posible de una genuina ética fronteriza. (E.Trías – La razón fronteriza). Pero pronto vemos que nos habla de una prueba ético-metafísica, no de una acción moverse al acto de ir hacia, o de una experiencia pura, pues todo es un constructo a su soñar, donde el sujeto queda incluso en principio desplazado. Quiero decir que su filosofía atiende siempre en un segundo lugar la presencia a del sujeto. “Le importa mucho más enfrentarse con la realidad (subjetiva) del ser "desde su íntima matriz o primera categoría". En su discurso filosófico, el sujeto viene después. En un primer momento, se sigue reflexionando sobre el cerco en donde ha aparecido "la cosa" (de manera subjetiva/ añado de nuevo) (Domingo Cía Lamana).

De modo que hay un pensar de trías sobre el límite o frontera, pero no existe un actuar: un acto ir de facto (en la práctica de la realidad hacia el limite o frontera) traspasando ese cercio de la razón: razón, analítica, que el mismo utiliza para describir sus sueños partiendo de los estudios y análisis de estos de Freud. Pues "Solo se conoce el actuar: como consecuencia de un acto: acto- consecuencia, en la realidad. “La esencia del actuar es el llevar a cabo (algo). Llevar a cabo significa desplegar algo en la plenitud de su esencia, y guiar hacia ella (para producir)” Heidegger: Sobre el Humanismo.



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