Dialéctica del Ser/ Variaciones 00014/ jorge maqueda merchan* (jordi maqueda) Aceuchal, Badajoz - España.

  Título: No tiene.

Trabajo: Estudio de Un solo texto, proyectado de muchos textos sin orden
Tema: Dialéctica del Ser
Forma: Variaciones hacia→ Potencias /dejándose (uno) llevar
Dirigido a: quien se pueda reconocer y reflejar de (él)
Núm. entrada web 00013 /

Título Entrada:  Sobre la filosofía, o, del acto
              Subtítulo:  Variaciones sobre la filosofía de la acción
De la de la acción a la realidad.

Eduardo Le Roy (1870 -1954) se relaciona con el modernismo y la filosofía de la acción, la obra del más importante seguidor de Bergson: Eduardo Le Roy, y sucesor de aquel en el colegio de Francia. Los escritos de este coinciden prestando gran atención a los problemas gnoseológicos y metafísicos (pero dentro del interés que los domina: el religioso, en el sentido de catolicismo modernista). Le Roy, como uno de los críticos más radicales de la ciencia contemporánea, hace suyos llevando hasta las últimas consecuencia los temas fundamentales de la crítica de la ciencia, (al igual que Mach, Duhem, y Poincaré, y otros), pero para él, la crítica de la ciencia no tiene su fin en sí misma (en esa crítica); esto es, desvaloriza su saber en provecho del pensamiento intuitivo y la fe religiosa. Le Roy cree que el mérito de Bergson ha sido haber afirmado la subordinación de la idea, a la realidad→ y de la realidad la acción; y por tanto haber visto en la acción el principio y fin de las cosas; y en la inteligencia solo una luz, que nos guía, y no ya una fuerza que se baste a sí misma.

El pensamiento discursivo y razonado sustituye al dato primitivo, absolutamente heterogéneo: fluido, continuo y móvil, por una construcción ordenada, en la cual las cosas se perfilan con netos contornos en el tiempo y en el espacio: sobre una construcción que el espíritu humano ha construido por unas necesidades (que no lo son, o no son realmente necesidades, sino necesidades creadas, de la acción → hacia→ la representación), y que, por tanto, son fruto (estas necesidades: que no lo son)  de abstracciones y simplificaciones arbitrarias.  Y aun mas arbitrarias son las abstracciones y simplificaciones arbitrarias de la ciencia (como sistemas luego estadísticos de simplificación, añadiría Gasset), la cual construye por sí misma el llamado “hecho científico”, donde Las pretendidas confirmaciones del experimento son en realidad círculos viciosos, cuando de un método o aparato, se tienen estos solo por buenos, si nos dan aquellos mismos resultados que nosotros hemos decretado arbitrariamente. El rigor y la necesidad de los resultados existe solo en el lenguaje que la ciencia emplea, y son por ello mismo, fruto de una pura convección; de tal modo: “todos los cuerpos pesados caerán siempre según las leyes de Galileo, porque estas leyes constituyen la definición de la caída libre”. / La definición de unidad de tiempo, supone la noción de movimiento uniforme, y esta no puede constituirse, sino se posee ya una unidad de tiempo”. Fundada en estos círculos viciosos la ciencia no tiene valor teórico, sino que busca y encuentra solamente constantes útiles, y las encuentra… pues la precisión humana no comporta una precisión absoluta, y exige que la realidad esté solo aproximadamente representada, en sus relaciones con nosotros, por un sistema de constantes simbólicas, llamadas leyes. La ciencia así entendida es un producto de la libertad del espíritu, así como es un producto de la libertad del espíritu, el mundo rígido, muerto y necesario, al que se orienta la ciencia… pero la esencia misma de esa libertad escapa a la ciencia: encontrarla, esa esencia y hacerla progresar es el fin de la filosofía.

La teoría física se ha ido progresivamente convirtiendo en un sistema de leyes estadísticas. Esto significa leyes de probabilidad -sobre todo, las más próximas a la enunciación de hechos-. Por tanto, la física no nos habla hoy del «Ser real», sino del «Ser probable». Qué signifique claramente el «Ser probable» es cosa que aún no ha sido congruamente definida, si bien para el asunto que ahora nos interesa es suficientemente clara: el «Ser probable» no es el «Ser real», no es la Realidad. (Ortega y Gasset)

La ciencia, entiendo de mi parte ― más allá incluso de lo que le exigía Le Roy entonces― debe dar cuenta de la evolución que ha hecho surgir de la materia la vida. Luego [exigimos más aún: y si esto de lo que hablamos se quiere llamar a sí misma ciencia, es decir, ciencia sensu estricto, debería ser capaz de explicarnos qué es la vida, (pero sobre todo: y más allá de decirnos lo que hace la luz, explicarnos: qué es la luz /o, qué es la consciencia]. Aunque, siempre se lo podemos poner fácil, y que nos digan, no, porque la vida necesita el agua / como al revés: ¿por qué el agua necesita la vida?, pues seamos coherentes: nadie pensó, si el agua necesita la vida (pues en si, el agua "es" vida, fluyendo hacia la vida, tanto como la vida fluye hacia ella). Además en nosotros es vida de una forma concreta y no de otra manera, que sería lo mismo (agua), pero no igual (en otros seres), que lo mismo: agua, siendo en todos los seres vivos de alguna otra manera, de aquella manera…en la que somos (toda la vida) agua, y el agua "es-en todo lo diverso" vida.

 (Variaciones acerca del ser a partir de algunos enunciados de Le Roy) 

(§ 1) Para poder hablar- con propiedad- de lo que sigue, es necesario hablar de lo que se conoce, sino es mejor callar; me sirvo, pues de lo que conozco, y de mi experiencia, en relación a aquello. Aunque, me explicaré. Desde hace años me dedico a mirar; digamos que a mirar y reaccionar de otra manera, hacia lo que miro (reconozco) y luego observo con atención. Algunos llaman a esto contemplación; para mí es sencillamente: ser-frente-algo, y (para ser-sincero, además) he de decir que me ha causado más de algún problema, pues a veces me paro (ahí) absorto, dejando que se sucedan (instante tras otro instante). Da igual si voy o no acompañado, si estoy en la montaña, en la calle, en casa y, o frente a aquello más insignificante, pero que siento proyectado hacia a mí como una margarita hacia el sol. Entonces (y de alguna manera) me olvido de lo que es (y de lo que dicen que es) incluso, de lo que yo mismo podría pensar que es, desprendiéndome así de toda subjetividad, y respondiendo a lo que entiendo una llamada como podría ser la de aquel vecino que sabes que está-ahí: en su casa,  a sus cosas, y que no conocías /nunca nos habíamos cruzado la vista, dirigiéndonos la palabra o la mirada; otras veces siento que es como aquel desconocido que te pregunta ¿eres de por aquí?, pues no andas cerca de tu casa; incluso ―alguna vez me ocurrió― cuando desde el coche notas y luego al mirar, por la ventana de este, ves (entiendes) que algo-aquello te saluda (nos sabes qué, o quién). La cuestión es que entonces me dirijo (hacia→ allí (algún lugar) Unas veces de forma más serena (que otras), pero casi siempre respondiendo, y en ese caso, de responder: intento ir hacia aquello / ahora frente a mi) buscando (generalmente y primero con la vista) entender, y comunicarme de alguna manera, esto es, profundizando (proyectándome) igualmente hacia aquello (incluso hablándole), y por lo que procuro alcanzar algún tipo de experiencia (y conocimiento), de aquello.

Cabe señalar, aunque algunos lo ignoren, que muchas personas carecen objetividad, pues a menudo andan sirviendo a su voluntad (subjetividad) según propios deseos, lo que quiere decir que pocos están capacitados para librarse de su misma voluntad cegadora y (poder apartarse) y seguir su instinto (otro camino), donde se señala algo que (entiendo / siempre) deberíamos atender.; es decir: escuchar, y escucharnos a nosotros mismos (esa voz) que es la propia voz interior que nos señala (hacia donde caminar―  no siguiendo la voluntad de otros―, sino un camino propio. Pero este problema ―pues debemos llamarlo así― no es de ahora: “La utilidad (material) es el gran ídolo de nuestra época, y a él deben complacer todos los poderes y rendir homenaje todos los talentos”. ―Cartas sobre la educación estética de la humanidad—Friedrich Schiller (1759-1805). Lo que quiero decir, es que llegado el momento, hemos de abandonar ese conocimiento fundado en la razón y la practicidad de creer que ya sabemos todo, o que necesitamos saber todo, y que reconocemos impuesto ― (ignorando →de la luz (en las formas) los reflejos)―  estando al servicio de la voluntad (y el deseo/ a través de lo que nos muestran y señalan otros). Voluntad, que tiene que ver con nuestras necesidades (que no lo son, y son por tanto creadasa partir, normalmente “del deseo “y, por tanto, que igualmente “tiene que ver con nuestro sufrimiento”, haciéndonos esclavos (víctimas) de aquella propia voluntad. Se separa así, del modo expuesto (lo señalado de la voluntad del deseo) concibiendo por fin, y solo entonces (cada uno) el mundo: los objetos, las personas y todos los demás seres libres de sus relaciones con el deseo (de lo concreto, y que es voluntad del deseo / pero no necesidad), consiguiendo de este modo autoconciencia (de la experiencia) →pura), es decir una pura voluntad (sin voluntad – de (algo) → o lugar); es decir: un conocimiento y experiencia objetiva, donde (todo es un querer “ser”)→ en camino →hacia (aquello) → en algún lugar... (En algún instante).

(§ 2) La evolución como movimiento incesante, continuidad y progreso, se podría explicar (quizá) admitiendo “que el pensamiento es el Ser mismo”, es decir (el ser) de otra maneralo otro, y múltiple (que-es / de aquella otra manera (o de alguna manera) / que no-es →el Ser, sino lo otro (que no-es →lo mismo: que el-Ser) →sino lo otro; como principio y urdimbre de toda realidad (y relación entre todos los otros seres).

Luego para entender la existencia, la vida (en este sentido y relación) es necesario admitir que los individuos vivientes son manifestaciones de una biosfera ―proyecciones de esta― que circunda la tierra, y que se encuentra (proyectada a si misma de la Héliosfera), y que los unos (vivientes o no), son todo aquello (lo otro y  múltiple) en relación dependiente (unos de otros) igualmente por el pensamiento / (del ser → (hacia)→ los otros, como lo otro) por  las proyecciones que este suscita y vivifica (de la luz a la conciencia), como parte y múltiple (siendo en lo otro (de alguna manera igual) que Él es ) proyectado, de lo Uno (a, en, hacia, para) todos con los individuos (conscientes /en lo otro y múltiple) en una misma relación. Con la aparición del hombre inicia otro momento (de caos y progreso / pero igualmente inicia algo que podemos llamar espiritual), es decir, del mundo donde este (el hombre) advierte de aquel/y aquella (del mundo y la realidad) algo más (y donde el cristianismo se fundamenta, y después se orienta hacia el advenimiento, de lo que ya está / más no se advierte (pues quedó oculto / y de ello un buscar (buscándose a si mismos) dirigidos →hacia →un nuevo grado de realidad y percepción (del ser) en la que podemos reconocer: de aquello mismo, de otra manera. Este nuevo grado parte de la experiencia Y pensamiento intuitivo → de acción, tanto como luego del razonar objetivo, hacia reconocer (en movimiento de proceso continuo del devenir incesante y progresivo (y duración real -Bergsondel devenir temporal de la conciencia (del ser) (en tiempo ―y duración― real) → hacia) lo demás (todo).


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