Dialéctica del Ser/ Variaciones (sobre la filosofía de la acción/ 00013-2 / jorge maqueda merchan* (jordi maqueda) Aceuchal, Badajoz - España.


Algunos creen que existe la soledad, y la buscan (aislarse). “Para estar en soledad, un hombre necesita apartarse tanto de la sociedad como de su propio cuarto. Yo no estoy a solas cuando leo y escribo, aunque nadie esté conmigo. Si el hombre ha de estar solo, que mire las estrellas” —afirmaba Emerson. Yo miro, pero al mirar, aunque mire a las estrellas, siempre miro alguna (que habrá de ser una en concreto), y después, si cabe, miraré a otra: no es lo mismo lo que se percibe, al observar a Arturo o Sirio, que cuando miramos directamente al sol (nuestra propia estrella). A decir de Emerson: los cuerpos celestes, brindan al hombre la presencia perpetua de lo sublime… bien (no sé cómo suena en inglés los cuerpos celestes, brindan al hombre la presencia perpetua de lo sublime… pero en Español (castellano) suena raro, luego lo que está claro es que Emerson no conocía España, no vio la luz de este país, ni por supuesto sintió jamás (en la piel) el Sol (la estrella ilumina con su luz España): “¡Ay! ¡Quién pudiera ser luz del día, y al rayar la amanecida sobre España renacer!”

para estar solo, un hombre no solo necesita apartarse de la sociedad tanto como de su propio cuarto, sino que necesita no-ser (no estar) pues incluso muerto está  (de esa otra manera en la tierra), en algún lugar concreto (del mundo) con todo lo que hay a su alrededor (con todo lo que es, con todo lo que fue, y volverá a ser) solo hay que prestar oído y escuchar eso que suena hoy en todo lugar. ¡Ay, Señor! ¡¿Quién serás tú?! Dorada y reina en el interior, ¡roja y olé! por el norte y el sur.

La palabra (el pensamiento) derivado de nuestra lengua común nos determina, y determina nuestro carácter, y de este nuestras costumbres y de las costumbres la claridad con la que nos expresamos en nuestras relaciones, entre nosotros y con (hacia los otros: con todos los demás (incluso por la palabra escrita). La palabra (como aquello que es (pensamiento) / y entidad (conciencia) proyectada hacia los demás y que nos define: a todos, como uno solo: una sola entidad “viva”/ y ser) agrupados por el pensamiento en una sola conciencia (común): un pueblo y una tierra roja / rica en hierro, sangre de nuestros ancestros, que reconoce: a sus hijos de ella, que no olvida ni el dolor, ni las ofensas cuando, además, contaminan nuestro suelo, nuestra tierra (a nuestra dama y señora de Hierro) “Y al cumplir su voluntad, en un jardín de España nací como la flor en el rosal. Tierra gloriosa de mi querer, tierra bendita de perfume y pasión: España, en toda flor a tus pies suspira un corazón”. 

 

 

VARIACIONES SOBRE (DE) LA FILOSOFÍA DE LA ACCIÓN

2-1 EN EL PÁRAMO FLORECE UNA PEQUEÑA FLOR 

(Texto segundo) 

 

45 Rudolf Karl Bultmann (1884- 1976) teólogo protestante alemán, es el personaje que completa el triunvirato de intelectuales pioneros en la historia de las formas. Recordemos que los críticos dedicados al estudio de las formas, suponían que los primeros cristianos no tenían ningún interés por la historia (lo que es tanto como afirmar que no tenían ningún interés por el Jesús histórico (es decir: no tenían ningún interés por la persona (como forma, semejante a otras formas → personas) ni tampoco en su experiencia (como tal persona que (era -es) (ni donde se encontraba / en lugar y tiempo)→ como una forma rodeada de otras formas (nos solo personas), ni tampoco de sus impresiones y sensaciones en el medio (como esa otra forma mayor que /nos/ contiene a todos, y donde nos movemos (hacia→) de aquel horizonte que nos es dado a los sentidos (del que observamos, sentimos, percibimos la totalidad de todas las diversas formas (seres-que son ahí) entre las que estamos, y nos movemos siempre (hacia→) y donde se originan los pensamientos→ que derivan (hacia→) aquellos (pensamientos →conciencia) y que luego son transmitidos (intercambio de información  entre dos cuerpos → formas) al principio de viva voz (aliento) y  (por tanto→ a través de un medio (o forma → el aire)→ entre dichos cuerpos.  Estando uno, el que habla, frente (al otro / los otros) que escuchan (El)Pensamiento→ consciencia de él)→ de (una) persona que les habla, por medio de (El)aire) (hacia→) otros (ellos→ los otros) que escuchan, y que pueden reconocer y recocerse (reflejarse de él)→de un mismo lenguaje y cultura compartidas-os). Y que por tanto también pueden reconocer (a Él por él) (reconociendo la forma→ de (El)aire) que permite y trasporta (El)Pensamiento →consciencia de él); en una (forma) concreta de él, y común a todos los que le (escuchan o ven), y comparten (una misma conciencia→ costumbres y creencias) por medio de poder comunicarse (mediante de una forma: (El)aire), luego en (otra forma) contenida de este→ (El)idioma → un mismo lenguaje y dios/Elohim).

[Nota al lector, acerca de (Elohim), y dado que nuestra cultura judeocristiana deriva Ontoteologícamente hablando del judaísmo del siglo I d.c., entiendo necesario (y necesidad) profundizar en un conocimiento (teológico del ser) a partir de la ontología mística hebrea referida a dios (y la creación), de la que somos herederos, como (hijos) proyectados→ de aquel (pensamiento o conciencia común (hebrea) y común a todos nosotros (cristianos) en nuestros orígenes] para poder así, alcanzar alguna noción de “aquello”→ que proyecta (de una forma que reconocemos (los hebreos) aquel (pensamiento / conciencia)→ que luego (proyecta→ ) una sombra, 30º perpendicular a la vista sobre un plano, a partir de un punto conocido en contexto académico como escritura cuadrada o arameo cuadrado― que es una forma con volumen representada sobre un plano (𐤀)como por ejemplo: La letra ʾālep → una forma, proyectada de un puntoque es (dicho punto) el lado (curvo proyectado) de una forma (esférica), y proyectada de un punto (sobre un plano)→ (escritura/sobre papel)… una forma (de la que nos reconocemos todos nosotros→ cristianos) proyectados, de ellos (de los otros→ hebreos) y que reconocemos como nosotros (iguales)→ de otra lengua - de otra manera) → y proyectados (igualmente), de una forma que nos contiene a todos. En este sentido… (Y hasta donde necesito, por ahora llegar, para que se entienda lo que quiero decir→ [Refiero, lo que creo haber entendido (de lo que igualmente entiendo que se me ha mostrado) de uno de los significados de la palabra Shyn en hebreo shynuy→ «cambio». El sentido de la shin como “la llama” [Revelación Divina] unida al “carbón” [Esencia Divina]"→ La brasita posee una llama invisible en su interior, que emerge y asciende desde su superficie cuando es encendido. El carbón, el mismo con que todos hemos escrito (es) (lo que queda, como esencia, de lo que fue→ en lo que es (ahora de otra manera) → y diverso; simbolizando la esencia de (lo cambiante→ (la llama) presente frente a nosotros, en el sentido en el que la esencia /de la llama cambiante (frente a nosotros / perpendicular a la vista del observador) → no cambia», luego «Yo soy YUD/HEY/WAOU/HEY, (soy → en todo tiempo y lugar) (pudiendo entender de la esencia (de la llama) “Yo no he cambiado”» (refSefer Yetzirah). Por tanto: soy, el que era (o, según el apocalipsis / el que ya no tiene que venir /pues es, (ser) en todo momento y lugar, de alguna manera, en todas la formas. Luego, La llama interna (del carbón) es la presencia latente del poder de aquello inmutable, referido del cambio de las formas múltiple proyectadas, a partir de aquello→ lo mismo inmutable, dentro (su) propia esfera / pero como lo otro /de lo mismo (proyectado) → (de múltiples maneras). La llama exterior de la Shyn, está en estado de movimiento y cambio continuo (hacia→ múltiples formas] solo para volver (a ser (hacia→ un forma reconocible, dentro de la forma (esférica, mayor que las contiene a todas). Cierro Nota al lector]

Por tanto (y retomando de la idea→ (del ser) (como aquello, de otra manera→ lo mismo), el que escucha y ve, pueden entender a un semejante (y reflejarse→ de una misma conciencia) como semejante a él (y contenidos, ambos, en una misma forma por (El)lenguaje →aliento de él y espíritu →ahora reconociendo a (Él) (conciencia en el aire) moviéndose (hacia→) otro, que pueda reconocer (reconocerse reflejado de esa conciencia→ en (El)aire) y recibirla, como propia y transmitir (reflejarse) de aquel pensamiento (conciencia (hacia→) (otro→ personas concretas), que lo puedan reconocen (proyectado→ de él (/como él) de otra manera→ en la misma forma contenidos; y reconocerse proyectados todos de uno (en una conciencia común (en la que) se pueden reconocer → iguales en conciencia) → por medio de esa conciencia, ahora, común / en Él(aire) →ser (en el aire /pensamiento como conciencia), común, y ser.

 

El pensamiento (como conciencia) y ser;

El pensamiento (proyectado→ por (El)lenguaje) como recepción, de una (conciencia ajena) en lugar y tiempo.

[(DEL LENGUAJE) (sobre la base, que El pensamiento es anterior a la comunicación, (pensamiento) como conjunto de sensaciones e impresiones→ (y reacción propia) a un acto, suceso o encuentro, y (comunicación) como necesidad de comunicar (dicho suceso/encuentro→ sus implicaciones y consecuencias / como un encuentro con un depredador o amenaza (que establece la necesidad inmediata de comunicar) sensaciones e impresiones que se dan (de la propia experticia) (hacia→ el otro (y estableciendo, desde ya ese primer momento una conciencia común) primero, por un lenguaje gestual que fija al receptor/receptores por la mirada y reconocimiento (uno de otro→ iguales, y amenazados por lo mismo). Comunicarse, por tanto, es formular (un pensamiento, a partir de las sensaciones e impresiones de una experiencia concreta) y comunicar dicho pensamiento (DE UNO A OTRO / QUE SE PUEDEN RECONOCER) por algún tipo de lenguaje (que puede entender, reconocer todo el grupo), pero igualmente y dirigido también hacia uno o unos individuos concretos, a partir de fijarlos por la mirada, o del (EL)lenguaje→ que aparece y se desarrolla (como necesidad) con fines comunicativos (y de supervivencia) antes que por cualquier otro motivo]. Por tanto, cuando hablamos de pensamiento / hablamos primero de sensaciones e impresiones (de una persona concreta / a partir de alguna experiencia concreta) que da lugar al (pensamiento→ (de esa persona) y conciencia de su pensamiento→ conciencia de→ (El-Pensamiento, de él) y cuando hablamos de lenguaje (y hablamos de necesidad de transmitir→ lo urgente) para sobrevivir, porque para ligar,  ( basta con una miradita.

Luego [...] el pensamiento como la recepción de un saber ajeno (conciencia ajena) en lugar y tiempo. Ser escolástico significaba en este sentido, estar adscrito a una tradición que, comenzando con Aristóteles (griego), tenía en Santo Tomás (italiano) a su máximo exponente. Ser escolástico implicaba sostener la metafísica y la antropología aristotélica con las correspondientes modificaciones impuestas por el tomismo (Rodríguez Sánchez 1999: 487). Es decir… un castellano, tenía que pensar (dejando de pensar como un castellano, para pensar, como un italiano, que decía, que se tenía que pensar como Aristóteles (un griego)→ porque “Tomas” (el italiano, que pensaba copiando a un griego, y que no pisó España en su p. vida) lo decía).

En el ámbito filosófico, las primeras décadas del siglo XVIII fue uno de los periodos más productivos en cuanto a la renovación léxica del castellano, caracterizado por sus acusadas propiedades neológicas (Álvarez de Miranda, 1992: 45). La fuerza que empuja el cambio semántico en el vocabulario de especialidad de la época es la que Grzega y Schöner definen en su clasificación "world view change", subrayando que: "It is not the referents that change, but the organisation of the content of the sign, the organization of the concept, the relevance of the referents in the world" (2007: 25). En el caso que nos interesa, es la recepción en España de las ideas de Cartesio, Bacón, Boyle, Gassendi etc. La que crea la necesidad de acuñar palabras o resemantizar las que ya existían, cuando su significado patrimonial no alcanza a dar cuenta (de los nuevos conceptos) es decir: nuestra lengua no alcanza a dar cuenta, sentido, de las ideas (conciencia) de otros (osea, que no tenemos nada que se parezca, es decir ( en esencia): no entendemos); y no tenemos nada que se parezca, ni (en esencia) lo entendemos, porque no refleja nada que conozcamos, como no entendemos el sabor del queso alemán / para un alemán) (pero cambiaremos nuestro queso manchego, y haremos queso alemán (por que el alemán, y unos finolis dicen que está rico→ (y empezamos a comer queso (de otros) terminando, muchos, por ser como los otros→ dejando de ser lo que son (Españoles) parar (ser) y relacionarse con los otros. Pero que un pensamiento, ajeno, no encuentre respuesta de otra lengua (quizá) es porque dichas ideas (pensamiento y conciencia de esos otros) no existen, no pueden existir (aquí), y o son absurdas en nuestra sociedad, pues no pensamos, naturalmente, en esas cosas (aquí). Posiblemente debido a que tenemos nuestra propia cultura y lengua, adaptada por milenios a nuestro clima, que imprime un determinado carácter y forma de pensar, y una tierra (que hoy otros ya quisieran para sí, y pensar en qué playa / ciudad vamos a ir el fin de semana que viene, o en semana santa). Un clima y tierra (y paisanos) que nos llevan a relacionarnos de una forma concreta, a pensar en otras cosas (verbenas y fiestas, como hacia Jesús, y sus colegas, que no se perdían una, y si no había fiesta la montaban (en lugar de pensar en revoluciones / venidas de las ideas de otros) y, que en España, ya sabemos, de la propia sangre, cómo terminan.

(El)lenguaje / las lenguas, o idiomas diversos  (de cada uno-a) derivan en grupos de personas (locales), y de estos grupos las costumbres y creencias comunes a un pueblo, y por tanto derivan en un (entidad → y patria→ y una madre (su tierra) de la que proceden todos aquellos que se pueden reconocer por (El)lenguaje común (que deviene de muchas otras formas y lenguas (todas dentro de una misma forma que (El)lenguaje (o lengua) común→ contiene dentro de esa forma. Una entidad y, por tanto (ser) y que nosotros llamamos ser→Español. Una Tierra de gentes venidas de todo el mundo desde la antigüedad, entes de muchos orígenes (y madres /o culturas / que aquí prevalecen, arraigan todas) pero aunadas de un mismo espíritu (pensamiento /conciencia (de) surgida (de aquello que (es→ espíritu / y aliento de todos) y común a todos: nuestra lengua: (El)Español (como espíritu proyectado hacia→ otros) [Recordemos que en el pensamiento griego (espíritu) se expresó inicialmente con la palabra pneûma, que significa soplo vital, respiración y espíritu, aliento, Palabras→ lenguaje, que no podemos ver «pero que (“es (ser) ahí”) «naturaleza» de un modo «distinto» que de uno, a otros españoles podemos reconocer. Se diría que (El)Español es aquello en el aire (aliento y espíritu) que hace vibrar (ser) de otra forma el aire; y que cuando alguien (otro) concreto frente a nosotros habla, (por medio de aquello (que es “ser”) → aliento, espíritu en el aire) podemos reconocernos ambos (iguales, no siempre de la misma forma (sino incluso de formas diversas), pero bajo la misma forma (de El). [En las Escrituras hebreas El (אֶלse traduce al español como “Dios”, “Elohim” para los hebreos. Observemos como EL son las primeras dos letras de Elohim; siendo El la forma singular, y Elohim el plural mayestático. El plural mayestático usado por un soberano en ciertos casos, para referirse a sí mismo en primera persona del plural, empleando generalmente «nos» en lugar de «nosotros»Entonces, las palabras (del evangelio / “las buenas noticias" ) son "aquello" los mismo, de otra manera→ (palabras pronunciadas de viva voz (al aire), y a la vez conciencia y espíritu (de → aquel que las pronunció) y dirigidas (hacia→) alguien (todos nosotros) personas concretas, que escuchan (por medio (de El), y que podemos reconocer de (aquellas palabras / una consciencia y un espíritu) proyectada-(hacia→ (incluso de otra forma→ en otro idioma /dialecto) por aquel que habla, pero que podemos reconocer (por su corazón / de él) nuestro propio corazón y sentido de estas/ luego de reconocer (la forma) proyectada (hacia→ nosotros (los españoles) de El… 

algunos creen que existe la soledad, y la buscan (aislarse). “Para estar en soledad, un hombre necesita apartarse tanto de la sociedad como de su propio cuarto. Yo no estoy a solas cuando leo y escribo, aunque nadie esté conmigo. Si el hombre ha de estar solo, que mire las estrellas” —afirmaba Emerson. Yo miro, pero al mirar, aunque mire a las estrellas, siempre miro alguna (que habrá de ser una en concreto), y después, si cabe, miraré a otra: no es lo mismo lo que se percibe, al observar a Arturo o Sirio, que cuando miramos directamente al sol (nuestra propia estrella). A decir de Emerson: los cuerpos celestes, brindan al hombre la presencia perpetua de lo sublime… bien (no sé cómo suena en inglés los cuerpos celestes, brindan al hombre la presencia perpetua de lo sublime… pero en Español (castellano) suena raro, luego lo que está claro es que Emerson no conocía España, no vio la luz de este país, ni por supuesto sintió jamás (en la piel) el Sol (la estrella ilumina con su luz España): “¡Ay! ¡Quién pudiera ser luz del día, y al rayar la amanecida sobre España renacer!”

Para estar solo, un hombre no solo necesita apartarse de la sociedad tanto como de su propio cuarto, sino que necesita no-ser (no estar) pues incluso muerto está  (de esa otra manera en la tierra), en algún lugar concreto (del mundo) con todo lo que hay a su alrededor (con todo lo que es, con todo lo que fue, y volverá a ser) solo hay que prestar oído y escuchar eso que suena hoy en todo lugar. ¡Ay, Señor! ¡¿Quién serás tú?! Dorada y reina en el interior, ¡roja y olé! por el norte y el sur.

La palabra (el pensamiento) derivado de nuestra lengua común nos determina, y determina nuestro carácter, y de este nuestras costumbres y de las costumbres la claridad con la que nos expresamos en nuestras relaciones, entre nosotros y con (hacia los otros: con todos los demás (incluso por la palabra escrita). La palabra (como aquello que es (pensamiento) / y entidad (conciencia) proyectada hacia los demás y que nos define: a todos, como uno solo: una sola entidad “viva”/ y ser) agrupados por el pensamiento en una sola conciencia (común): un pueblo y una tierra roja / rica en hierro, sangre de nuestros ancestros, que reconoce: a sus hijos de ella, que no olvida ni el dolor, ni las ofensas cuando, además, contaminan nuestro suelo, nuestra tierra (a nuestra dama y señora de Hierro) “Y al cumplir su voluntad, en un jardín de España nací como la flor en el rosal. Tierra gloriosa de mi querer, tierra bendita de perfume y pasión: España, en toda flor a tus pies suspira un corazón”. 

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