FILOSOFÍA PARA PROFANOS (EL HOMBRE ANTE LA ANGUSTIOSA PARADOJA DE LA LUCIDEZ I ANTE LA MUETE DE NINGUNO EXPLICADA POR OTRO)
jorge maqueda merchán
jordi maqueda
Aceuchal / 06207 (Badajoz - España)
Es en muchas ocasiones y normalmente a una edad tardía, quizá Influenciados por una amistad o la casualidad algunas personas de clase humilde y trabajadora sencillamente comienzan a advertir una terrible seducción, como esa atracción que les conduce hacia⟶ situaciones i luego a temas que van más allá del que ha sido hasta entonces su quehacer cotidiano. Digamos que son dejándose seducir de melodías en el aire hacia⟶ cuestiones metafísicas que del pensamiento (i afuera) desde tiempo inmemorial han inquietado de manera fabulosa tanto a hombres comunes i notables (adentro). Estos al igual que otros antes entonces comienzan a hacerse preguntas entorno a sí mismos y a aquello que más profundamente les inquieta o por que no decir lo mismo atormenta. Generalmente se trata de Preguntas laberínticas que atañen a cuestiones desde hace milenios envueltas en una densa niebla de desconocimiento e interpretadas como Interrogantes profundos donde lentamente se abren paso la consciencia i la razón. Luego no parece extraño que a resultas de este interés uno decida aventurarse a realizar pequeñas lecturas o incursiones podríamos llamarlas igualmente dado el carácter esporádico y breve de estas i-que tienen como único fin encontrar algunas respuestas (de esas misma lecturas). Así encontramos que son muchos los que durante años pueden ir recopilando libros e ideas sobre los estantes de la librería de su estudio⟶ grandes teorías y ensayos científicos descansan allí a la espera de algún día i por fin, entender uno el profundo significado que se encuentra bajo aquellas gruesas tapas. Pero invierno tras invierno es fácil comprobar como la agradable lectura de aquellas paginas repletas de "un saber extraordinario" no ayudan ni proponen ninguna solución alguna a las propias preguntas o los innumerables problemas que día tras día i por si misma la vida plantea (incluida la muerte): resulta algo así como tener una extraordinaria guía para comprender todos los misterios de la existencia escrita pero en un idioma distinto e imposible de descifrar. Como si de una cosmología del hombre se tratase precisamente el carácter en ocasiones talmúdico que parecen adquirir las palabras y reflexiones de algunos textos i pensadores parecería comprometer en mas de una ocasión la propia capacidad intelectual para descifrarlos (sobre todo cuando no hayamos de las preguntas una necesidad) Luego ese aspecto en tantas ocasiones incomodo (i ajeno a uno) que nos sugiere la filosofía y las preguntas que de ellas se derivan parece ser lo que más atrae (a otros) de esta... Así las grandes cuestiones de la vida i-de cada uno permanecen ajenas a la mayoría de las personas. Luego el desencanto i esa especie de dolor por el amor de quien ignora en el reflejo la belleza agudizará aún más el descontento.
Ciertamente, penetrar en el laberinto del minotauro o partir en busca el vellocino áureo del conocimiento puede ser descorazonador. Mas aún para aquel que carece del beneplácito y el consejo de las cátedras. Conocer sus profundos misterios i extraer sabias conclusiones del estudio y la lectura de la filosofía parece tan solo estar destinado a aquellos que previa una intensa formación académica poseen método i medio para poder bucear en la compleja dimensión del pensamiento en el cual parecen permanecer aquellos singulares textos; lo que no ha hecho sino mas que acrecentar el prejuicio ampliamente extendido entre las clases más humildes de que la filosofía no tiene nada que ver con ellos o con la existencia humana y su dramática realidad i-que escrito entre esas líneas no existe un nexo con los anhelos i necesidades ( lo mismo intelectuales) del hombre común i trabajador, y mucho menos i en general con los de nadie concreto ( i de sus propios problemas)
Sin embargo, en ocasiones e imprevisiblemente, las puertas de ese complejo laberinto de la omnisciencia parecen abrirse al lego, proporcionando por unos instantes luz a su perspectiva. Una centelleo muchas veces lóbrego y tenebroso, casi siempre revelador de la triste y angustiosa realidad. Aun así, el precio a pagar habrá sido elevado. La soledad, la enfermedad, o la tragedia, parecen ser la moneda de cambio que exige el Minotauro. Solo Cuando la vida muestra su cara más cruel, cuando describe ante uno mismo aquellas experiencias más dramáticas y duras, solo entonces parece la mente entender lo que desde hacia tanto tiempo gritaban en sus paginas aquellos libros. Entonces comprenden no las palabras, sino a las personas que las escribieron. Y las comprenden porque sus dudas, sus miedos, sus preguntas, son las mismas que se hacían entonces aquellos sabios. Solo en ese justo momento vislumbramos que en la filosofía no hallaremos solución y respuestas a nuestros más inmediatos problemas. Si no las mismas cuestiones, angustias y pesares que a lo largo del tiempo y de la historia, el hombre se ha planteado a sí mismo; Preguntándose por el destino y el fundamento de su propio ser. Y entonces es cuando por fin entiende, que la filosofía es la expresión escrita de tan profundo y continuo interrogante humano, y que gracias a esta, al menos no morirá sin saber una cosa. Que no esta solo, que son legión los que también buscaron y buscan a veces sin saber, un por que. Que nunca hemos sido nada, mas que aquello que nos dejaron ser.
Este texto sigue tras la Lectura del libro: MORTAL DE NECESIDAD. La filosofía, la salud y la muerte - de Ángel Gabilondo (Abada Editores 2003)
¿Por qué decidí leer este libro?... i añadir mi comentario a este texto /es una muy buena pregunta i espero que el texto se justifique a sui mismo / pero quizá la pregunta ¿Por qué, decidí comprar i que necesidad me lleva a leer este libro?. sea la mejor pregunta que se puede hacer un lector y el autor lo mismo al revés ¿por que decido o que necesidad me lleva escribir este libro? Luego de igual modo deberían formularse todas las personas (sobre todo profanas) antes de decidirse a leer o comprar un libro (este más si cabe). Y Más aún, esta pregunta deberían siempre responderla aquellos, que a través de diferentes medios o canales, aconseja comprarlos a otros, escribiendo reseñas o comentarios que de ninguna manera serán jamás imparciales. En mi caso, la respuesta al por qué decidí leerlo, que no aconsejar es bien sencilla: La muerte siempre me ha interesado, claro, que en estos días quizá mi interés sea mayor; aunque, me pregunto ¿A quién no le interesa la Muerte? Ya sea la propia, o ajena.
Fue hace ya algunas fechas cuando tuve conocimiento del libro, escrito por el Ministro de Cultura: Ángel Gabilondo, y cuyo título es: MORTAL DE NECESIDAD. Editado por Abada Editores allá por el año 2003, lo que no viene de ningún modo a implicar, ni mucho menos, que a día de hoy su mensaje pueda haber caducado, o carezca de interés (ignoro si para la sociedad) o para aquellas personas interesadas que lo lean y lo entiendan (esto es entendimiento de un mensaje expuesto de uno (desde una necesidad) que se entiende para el otro (desde la necesidad de entender del otro hacia uno de lo expuesto del texto (ejemplo: de necesidad (bien, sin una necesidad de saber de algo, por ejemplo saber de la muerte ( que a todos nos interesa pero no tenemos ciertamente necesidad de saber al menos más de lo que ya sabemos, sin necesidad ) ahora... prueben a escribir el libro entero 200 paginas i mandarlo por wasap a un amigo i GRATIS) a ver si lo lee.. sin necesidad)
lo cierto es que busqué antes de decidirme a llevarlo a casa alguna reseña (crear esa necesidad) desde un articulo sobre este, pero nada ―por aquel entonces y esto es algo común con los libros duros de filosofía― apenas encontré una referencia en el cultural y muy técnica por cierto, escrita por otro profesor de filosofía, lo que no suele ayudar mucho al profano (que queda en vela): luego ya saben, entre colegas filósofos anda el juego (i ellos que se entiendan). Después uno Entiende, que no vale la pena lamentarse o discutir, acerca del por qué, no se hacen más comentarios ―verdaderos comentarios― sobre este tipo de libros "tan importantes para la cultura en general", o de este en concreto, del que ya se intuía una dura lectura antes de comenzar; pues ciertamente, un profesor titular de Metafísica que ostenta el título de Catedrático en Filosofía y letras, y que hasta hace bien poco ―antes de ser nombrado ministro― ejercía de Rector de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), impartiendo clases de Metafísica, Hermenéutica y Teoría de la Retórica, no se lo iba a poner nada fácil al profano ciudadano de a pie (marcando distancias intelectuales desde el comienzo) por mucho, que su lema cuando se presentó a rector de la UAM, fuese el de acercar la universidad y, por lo tanto, entiendo que también la filosofía a la calle. Luego i dejando mi mal estar y los motivos de este al margen, lo cierto fue que hace escasos meses confluyeron varias circunstancia para que mi interés se centrará sobre este trabajo, por lo que no deje escapar la ocasión de hacerme con el y solicitarlo en la biblioteca municipal de mi pueblo ( no iba a pagar un precio por lo que se que no es necesidad (teniendo que pagar ya de mi tiempo (par intentar conocer ángel a través de su texto) Y habiendo pasado en su momento casi 3 años de la publicación del libro / pues fueron finales de 2006 ― o principios de 2007― cuando me hice del texto Gabilondo, y que en mis manos hubiese caído precisamente un ejemplar de la primera edición (tres años después i en la biblioteca municipal), de la cual se realizó una tirada de 1000 ejemplares, puede llevarnos a malas y también erróneas interpretaciones. Cualquiera, y no sin razón, diría que el libro no se vendió y por ende, que no valía la pena “ERROR”. Ahora bien y todo hay que decirlo, una vez abierto el libro, de corazón compadezco a aquellos que andando siempre algo descuidados, o mal aconsejados en sus selección de lecturas, y que seducidos por tan sugestivo título, “MORTAL DE NECESIDAD: La filosofía , la salud, y la muerte”, se vieron, o verán tentados de caer en la trampa de un “ depredador del pensamiento Hegeliano”. Gabilondo sabe muy bien cómo releer los aspectos más extraordinarios de Platón o de Hegel ―nos dice Eugenio TRÍAS, su amigo―, pero i, sin embrago.. no sabe hacerse entender al profano, o quizá tampoco quiera o interese hacerse entender por sencillos mortales (i baste que eso lo comprendamos), pues, a lo mejor ―y solo digo a lo mejor― esta obra no está dirigida a ellos / en este sentido Decir que al comienzo del libro no figura entrada o advertencia alguna ―como llamo yo a las citas, o breves entradas― al modo en que la suelen utilizar algunos filósofos, donde estos se inician con una frase en la que el autor ya nos esta anticipando muchas veces su pensamiento, acerca del tema de la obra, y quizá adelantando el contenido y muchas veces el modo o lenguaje en el que será tratado. Así por ejemplo Camus, nos introduce en su mito a través de una breve introducción en un lenguaje llano, apto para cualquier lector. Gabilondo no nos facilita el trabajo en ese sentido. Luego tras la lectura del libro, puedo asegurar que NO, no nos encontramos ante un libro escrito de manera romántica y al alcance de todos, del que luego se deba deba extraer algún mensaje ―dirigido a una o varias personas―, sino que está directamente escrito en un lenguaje para círculos intelectuales, es decir: se trata de filosofía Hard , solo para ellos "los filósofos". De hecho, parece más escrito para tratarse en un aula, que para leerlo en casa. No encontrarán ―por más que le busquen tres pies al gato―, o una segunda lectura de sus palabras. El lenguaje usado es pura y netamente académico... (con anotaciones en griego y sin traducción de estas, tanto en el discurso como en los títulos; inconveniente que deberemos añadir, además, de todas aquellas otras que una lectura de este tipo entraña, para la mayoría de los lectores ajenos a la lenguaje académico utilizado por los filósofos, o profesores de Filosofía en sus escritos.
Por fin, y comenzando para terminar a hablar ya de lo que verdaderamente nos interesa: “hace tiempo que se viene hablando de la muerte” nos dice Ángel en su libro. “Y lo que se hablará (Savater :existencialismo del siglo XX), si bien, y en esto estoy de acuerdo con otras personas, es un acierto la mención de varios pensadores (filósofos) que inciden en sus trabajos, sobre el mismo eje problemático, pero que son anteriores al siglo pasado y al pensamiento existencialista como Platón, o el propio Hegel ―siempre Hegel: para quien detrás del telón no hay nada―. De este modo se intentará constituir una severa reflexión sobre nuestra común condición de mortales, y la conciencia que de ello podemos tener (por si alguien aún en este mundo, no se dio cuenta todavía, que va a morir ) i en este sentido somos todos conscientes a lo que vamos / mas luego nadie lo es de lo que es (ser de la muere) que sepamos / pues como ser consientes de la propia muerte no-siendo / luego estar es de los demás la observación de uno que esta-ahí (muerto lo llamamos) ( al que precisamente muerto no se sabe ni es consiente) Luego juan esta muerto ( por que o dice pepe) pero juna no dice nada mas allá que sepamos) luego podemos hablar de algo i un nombre que refiere alguna cosa ( que nombramos i decimo entender / i entender es de la propia experiencia de algo) algo i un nombre que refiere aquello (una cosa) pero... que conocemos desde la experiencia del otro ( i que no nos la cuenta / i tampoco de un texto) / Luego ¿es apropiado hablar desde la no experiencia de algo que se da por sentado que es? O de otra manera lo mismo ¿es apropiado hablar de nada conocido de la propia experiencia / pero que-es de la experiencia de otro que luego no-es hablando de su experiencia?
Bueno... El libro naturalmente se reivindica a sí mismo: “La diferencia entre pensar en la muerte y pensar la muerte escribe este texto”, nos dice su autor, que posteriormente y de manera paulatina, a través de ocho capítulos, y huyendo de un tono dramático nos hará recapacitar ( de lo que no conoce propiamente i de ser en la muerte) en una alegría que no habrá de reducirse únicamente a la llamada felicidad (de estar vivo) , sino también a “aquella alegría que pueda hundir sus raíces en una adecuada consideración de la tragedia” pues : La cuestión es la de pensar... y el más fecundo transitar es el que comporta pensar de otra manera (aunque esa manera nunca sea habla de la experiencia (i que la experticia de la que se habla, generalmente en filosofía, sea de otro / o de un idea venida de la experiencia... igualmente de otro). Con lo que se nos invita a lo largo de nuestro viaje (sentados), a tener una visión o representaciones imaginarias diferentes y “no trágicas” de ese hecho tan terrible para algunos, que supone la muerte... siempre de otro. (porque nadie puede sufrir la propia muerte-ahi, entiendo)
Los que me conocen saben que no me gusta resumir los libros, jamás lo hago ( pues poco son los que termino (i este menos). Quien quiera leer que lea, sin embargo, y a modo de extra-motivación para quién guste de navegar estos mares embravecidos diré, que apenas iniciada la andadura se van a encontrar con un Sócrates (eterno), ante esa muerte descrita en el los textos del “Fedón” de Platón i todo lo que ya sabemos: Vivir es aprender a morir, nos dice el gran Platón en su diálogo, a través de la recreación de la muerte de su maestro y amigo Sócrates. Nos acercamos, como no también al “Fedro” y su discusión acerca del alma inmortal: y el cultivo del alma filosófica en la “República” para finalmente terminar la primera parte con Heidegger. Autor de la que posiblemente sea la más importante obra filosófica del siglo veinte, Ser y tiempo: polarizada toda ella por su Sein zum Tode, o ser relativo a la muerte, que define y determina lo que somos, y que da orientación y sentido a una condición, que se caracteriza por el cuidado de nosotros mismos, de nuestros próximos, de nuestro mundo, en referencia a ese fin que se nos impone como una necesidad; ese fin inexorable, que es también, o puede ser, finalidad: norte u oriente; ese fin lo constituye la muerte (siempre entendida desde la del otro). Una muerte que, a la vez, puede sernos propicia y fecunda si sabemos “salir al encuentro” de ella, según expresión heideggeriana, o bien sumirnos en la esterilidad y en el desánimo por su carácter desasosegante, o por el temor y temblor que puede suscitar” ”. ( E Trías). Fíjense en ese Temor y temblor al que se refiere E. Trías, en clara referencia a Kierkegaard. (es característico de los que siempre en lugar de pensar en la vida, piensan en la muerte (quizá i solo por lo aburrida de sus vidas) lo que les da tiempo a fabular ( i temer lo que no se conoce de propia mano) / aunque ciertamente los encontramos a algunos ya muertos en vida. algunos incluso esperando a morir i yendo en busca de la muerte (claro.. ese no va a trabajar mañana al almacén del Carrefour) pero uno cuando tiene cosas que hacer i que son de necesidad ( una familia que cuidar o alimentar), lo que no tiene es tiempo casi ni para pensar, i menos aún para pensar en la muerte..
Por supuesto, todavía quedaría mucho que decir por mi parte de este libro ( de haberlo terminado de leer), o de la propia muerte me quedaría mucho que decir propiamente i de haber muerto i poder después comunicarlo (no lejos anduve) aunque fuese en un texto), luego no esperen que resuma Nada ( de una experiencia que no reconozco i de la que me puedo reflejar) o lo reseñe al uso. Quienes me conocen saben que opino al respecto y mi camino con ustedes solo llega hasta aquí de esa parte. Creo ahora, y habiéndose llevado de la mano hasta la misma puerta del laberinto, solo ustedes pueden decidir si entrar y sumergirse enfrentándose al minotauro que lo habita. Si darán con la bestia y la vencerán con ayuda de esta magnífica guía (no entrando al laberinto), eso yo ya no lo sé. De modo que yo les esperaré fuera.. pues ya estuve allí una vez, y todavía me estoy relamiendo la sangre de mis heridas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario