ESPERAMOS DEMASIADO



  Esperamos demasiado de los demás: es un hecho, y es un error. Esperamos reconocimiento, lisonjas para ser felices… y es un error; básicamente porque  de los demás no se puede esperar mucho: en ningún sentido. estoy convencido  que será más feliz, no la persona que precise continuamente de importaciones, sino aquella a la que le baste consigo mismo: con su caudal interior, en lugar de precisar, poco o nada de fuera para su contento. Además, importar siempre fue un mal negocio o, como poco, un negocio caro; más, cuando al final siempre nos quedamos solos: y lo que cuenta es, quién se queda solo.

                  “En todas las cosas, cada cual queda, en último extremo, reducido a sí mismo”— Goethe.

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