Alex Galán Trasona / De Kyrgyzstan a España, pasando por Madrid. (Reflexiones de un aventurero que sigue mirando mapas: ahora del coronavirus) – Opinión



Alex, con su grupo en Kyrgyzstan,poco antes de regresar a España, llegar a Madrid,y encontrarse con el país patas arriba

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 Lo que se tambalea ahora son los pilares del capitalismo. Ese sistema donde la libertad individual para generar riqueza y acumular éxitos está por encima del bien común./… /Ahora, en un momento crítico, llamamos al estado para que mire por todos nosotros. Ahora que vienen mal dadas miramos al gobierno pidiendo que ponga hospitales privados y hoteles al servicio de todos, que intervenga la economía y tome medidos... ¿Pero eso no era algo malo de comunistas, socialistas y demás listos? Este virus demuestra UNA VEZ MÁS que el capitalismo funciona muy bien cuando te va bien a ti, pero cuando te va mal... intervenir ya no suena tan feo.../


NO...ESTE VIRUS NO AFECTA TANTO A LA SALUD.

Cuando hace unas semanas volvíamos de Kyrgyzstan, nada más pisar el aeropuerto de Madrid empecé a pensar en lo fácil que es crear paranoia en las personas, en cómo España estaba cayendo en un pánico ridículo. "Mata más gente la gripe normal joder!

Veníamos de un aislamiento total de 12 días sin cobertura ni noticias, en una burbuja de naturaleza limpia y pura con comunidades nómadas en las que el bicho no llegó ni llegará, porque allí se sana o se muere en silencio.

Me entró la risa al ver en Madrid tanta mascarilla y tanta escenita de miedo escandaloso a los tosidos. Estos conspiranoicos... Claro, por entonces sólo había 100 muertos y en los hospitales había camas de sobra.

Esos 12 días de atravesar la estepa a caballo se cambiaron por los 15 que llevamos encerrados en casa. Menudo giro de guión. ¿Y AHORA QUÉ HACEMOS??? Ahora, como en cada viaje, lo que hago es mirar el mapa y ver que direcciones nos indica el virus este.

El virus no afecta a la salud, afecta al sistema.

 Han muerto miles de personas, están sufriendo miles de familias y eso es tan evidente que no hace falta que venga yo a explicar lo dramático que es. Se sabe de sobra. Sin embargo el virus ataca más al sistema que a la propia salud, el virus pone en riesgo nuestro sistema de vida conocido, o al menos, nos advierte de que es más frágil de lo que muchos pensaban.
Lo que se tambalea ahora son los pilares del capitalismo. Ese sistema donde la libertad individual para generar riqueza y acumular éxitos está por encima del bien común.
Ahora, en un momento crítico, llamamos al estado para que mire por todos nosotros. Ahora que vienen mal dadas miramos al gobierno pidiendo que ponga hospitales privados y hoteles al servicio de todos, que intervenga la economía y tome medidos... ¿Pero eso no era algo malo de comunistas, socialistas y demás listos? Este virus demuestra UNA VEZ MÁS que el capitalismo funciona muy bien cuando te va bien a ti, pero cuando te va mal... intervenir ya no suena tan feo.
Y sin embargo aunque el sistema no se va a hundir por esta pandemia, sí que está situación nos indica que todos deberíamos ser buscarnos un plan b en el que no dependamos tanto de él. Porque de un día para otro te puedes ver encerrado entre cuatro paredes viendo como la economía se desploma...y tú sin verlo venir.
¿Y si un día te despiertas y no puedes salir de tu casa? Ya pasó.
¿Y si despiertas y el aire ahí afuera está jodido? Ya pasó.
¿Y si la economía se para y tu curro queda colgando? Ya pasó.
¿Os imagináis que en China vuelve a empeorar el tema, o el virus muta, o la reclusión se alarga y la cosa se pone fea? Todo puede pasar y entonces, ¿qué hace el sistema para salvarte? El capitalismo no va a estar para arroparte y el estado tampoco tiene manta para tantos. Quizá entonces miraremos a las zonas rurales como ya miramos algunos y nos daremos cuenta de que esos pueblerinos nos dan cien vueltas y que con tanto avance nos hemos olvidado de las cosas más básicas.
Ya no sabemos cultivar nuestros alimentos, conseguir comida, arreglar una cabaña o manejar animales...es más, diría que desde que se nos olvidó hacer fuego nos hemos vuelvo un poco más gilipollas con cada nuevo avance.
Y eso es lo que nos dice el coronavirus en estos días de reclusión: que hemos puesto toda nuestra suerte en manos de un sistema que puede romper a la mínima y que cuando lo haga no va a recoger los restos. Algunos ya se dieron cuenta cuando recogían cadáveres se pateras a la deriva a las que se les prohibía desembarcar.
Hoy, con tantas horas libres deberíamos darnos cuenta todos de que el sistema es una completa fantasía que mola mientras mola...hasta que deja de molar. Y entonces te das cuenta de que el pastor, el agricultor o el granjero podrían seguir con su sistema más o menos intacto mientras el capitalismo se derrumba, y nosotros nos quedaríamos confinados o buscándonos la vida entre los restos de un sistema que parecía invulnerable.
Cuando viajas y convives con comunidades indígenas y los ves en plena autosuficiencia en la naturaleza te dices "estos si que saben". Pero al fin y al cabo estás viajando gracias al capitalismo y es solo eso, un viaje. Luego vuelves a casa y las comodidades son tan guapas que dices "ay que bien estoy aquí".
Hasta que un día vuelves y las comodidades del sistema ves que están dejando a la gente aislada y con el curro y la salud en peligro.
Ahí te das cuenta de que hemos tragado hasta atrás.
(Alex Galán Trasona 30/03/2020)