Y precisamente hablando A. Pope y de los errores, hay una anécdota
que merece contarse y que viene al tema. Allá por el año 2004, se estrenaba la película
“Eternal
Sunshine of the Spotless Mind” o “El eterno resplandor de una mente sin
recuerdos”; un drama romántico de ciencia ficción estadounidense: un clásico, en esta ocasión protagonizado por Kate
Winslet y Jim Carrey, quienes interpretaban a una pareja que parece ser la ideal, pero, finalmente terminan dándose cuenta que
no todo es como parece. La película fue dirigida por Michel Gondry y escrita por Charlie
Kaufman y, precisamente el titulo está basado en el
verso del poema Eloisa to Abelard,
creado por Alexander Pope:
“How happy is the blameless vestal’s lot!
The world forgetting, by the world forgot.
Eternal sunshine of the spotless mind!
Each pray’r accepted, and each wish resign’d”.
Y aquí viene lo curioso. El personaje de Clementina, que por cierto tiene el pelo naranja en la película, fue pensado por Michael Gondry –su director– para que lo interpretase Björk, la cantante con quien por cierto, ya había trabajado antes. Pero ella, aludiendo que tenía miedo de caer en una depresión lo rechazó, pues afirmó que ya le había sucedido con otra película que había interpretado anteriormente: “Bailar en la Oscuridad” aunque, supongo que la razón de la renuncia por parte de Björk se debió, quizá, a que en esta película y al contrario en la anterior no la dejaron cantar :) Sea como fuere, la cinta fue un exitazo que cautivó a miles de personas, tanto fue así que ganó el premio Oscar al Mejor Guion Original (me hubiese gustado ver la cara de Björk) . Lo que quiero decir con todo esto es: que si bien equivocarse es humano, a veces hacerlo te convierte por encima de humano o “demasiado Humano”... en un “humano tonto” que fue como debió sentirse Björk; pues, si bien rectificar es de sabios, parece que esa opción no siempre está presente, por ello y con esto finalizo: lo sabio, es no equivocarse.
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