MORTAL DE NECESIDAD. La filosofía, la salud y la muerte - de Angel Gabilondo (Comentario al Libro)



Este texto surge tras la Lectura de un libro: MORTAL DE NECESIDAD. La filosofía, la salud y la muerte - de Angel Gabilondo (Abada Editores 2003) 

¿Por qué, decidí leer este libro?... Esta es una muy buena pregunta, quizá la mejor de todas las que se puede hacer un lector, y que de igual modo deberían formularse todas las personas antes de decidirse a leer o comprar un libro. Más aún, esta pregunta deberían siempre responder aquellos, que a través de diferentes medios o canales, aconseja comprarlos a otros, escribiendo reseñas o comentarios que de ninguna manera serán jamás imparciales. En mi caso, la respuesta al por qué decidí leerlo, que no aconsejar es bien sencilla: La muerte siempre me ha interesado, claro, que en estos días quizá mi interés sea mayor; aunque, me pregunto ¿A quién no le interesa la Muerte? Ya sea la propia, o ajena. 

Fue hace ya algunas fechas cuando tuve conocimiento del libro, escrito por el Ministro de Cultura: Ángel Gabilondo, y cuyo título es: MORTAL DE NECESIDAD. Editado por Abada Editores allá por el año 2003, lo que no viene de ningún modo a implicar, ni mucho menos, que a día de hoy su mensaje pueda haber caducado, o carezca de interés para la sociedad o aquellas personas interesadas que lo lean y entiendan. Busqué antes de decidirme a llevarlo a casa alguna reseña, o articulo sobre este, pero nada ―por aquel entonces y esto es algo común con los libros duros de filosofía― apenas encontré una referencia en el cultural, y muy técnica por cierto, escrita por otro profesor de filosofía, lo que no suele ayudar mucho al profano: ya saben, entre colegas anda el juego. Entiendo, que ahora no vale la pena lamentarse o discutir, acerca del por qué, no se hacen más comentarios ―verdaderos comentarios― sobre este tipo de libros, tan importantes para la cultura en general, o de este en concreto, del que ya se intuía una dura lectura antes de comenzar; pues ciertamente, un profesor titular de Metafísica que ostenta el título de Catedrático en Filosofía y letras, y que hasta hace bien poco ―antes de ser nombrado ministro― ejercía de Rector de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), impartiendo clases de Metafísica, Hermenéutica y Teoría de la Retórica, no se lo iba a poner nada fácil al ciudadano de a pie, por mucho, que su lema cuando se presentó a rector de la UAM, fuese el de acercar la universidad y, por lo tanto, entiendo que también la filosofía a la calle. Pero dejando mi mal estar y los motivos de este al margen, lo cierto fue que hace escasos meses confluyeron varias circunstancia para que mi interés se centrará sobre este trabajo, por lo que no deje escapar la ocasión de hacerme con el y solicitarlo en la biblioteca municipal de mi pueblo. 

Habiendo pasado en su momento casi 3 años de la publicación del libro ―fueron finales de 2006, o principios de 2007― cuando me hice del trabajo de Gabilondo, y que en mis manos hubiese caído un ejemplar de la primera edición, de la cual se realizó una tirada de 1000 ejemplares, puede llevarnos a malas, y también erróneas interpretaciones. Cualquiera, y no sin razón, diría que el libro no se vendió y por ende, que no valía la pena “ERROR”. Ahora bien y todo hay que decirlo, una vez abierto el libro, de corazón compadezco a aquellos que andando siempre algo descuidados, o mal aconsejados en sus selección de lecturas, y que seducidos por tan sugestivo título, “MORTAL DE NECESIDAD: La filosofía , la salud, y la muerte”, se vieron, o verán tentados de caer en la trampa de un “ depredador del pensamiento Hegeliano”. Gabilondo sabe muy bien cómo releer los aspectos más extraordinarios de Platón o de Hegel ―nos dice Eugenio TRÍAS, su amigo―, pero no sabe hacerse comprender al profano, o quizá tampoco quiera o interese hacerse comprender por sencillos mortales, pues, a lo mejor ―y solo digo a lo mejor― esta obra no está dirigida a ellos. Decir que al comienzo del libro no figura entrada o advertencia alguna ―como llamo yo a las citas, o breves entradas― al modo en que la suelen utilizar algunos filósofos, donde estos se inician con una frase en la que el autor ya nos esta anticipando muchas veces su pensamiento, acerca del tema de la obra, y quizá adelantando el contenido y muchas veces el modo o lenguaje en el que será tratado. Así por ejemplo Camús, nos introduce en su mito a través de una breve introducción en un lenguaje llano, apto para cualquier lector. Gabilondo no nos facilita el trabajo en ese sentido. Luego tras la lectura del libro, puedo asegurar que NO, no nos encontramos ante un libro escrito de manera romántica y al alcance de todos, del que luego se deba deba extraer algún mensaje ―dirigido a una o varias personas―, sino que está directamente escrito en un lenguaje para círculos intelectuales, es decir: se trata de filosofía , solo para filosofos. De hecho, parece más escrito para tratarse en un aula, que para leerlo en casa. No encontrarán  ―por más que le busquen tres pies al gato―, o una segunda lectura de sus palabras. El lenguaje usado es pura y netamente académico... (con anotaciones en griego y sin traducción de estas, tanto en el discurso como en los títulos; inconveniente que deberemos añadir, además, de todas aquellas otras que una lectura de este tipo entraña, para la mayoría de los lectores ajenos a la lenguaje académico utilizado por los filósofos, o profesores de Filosofía en sus escritos.

Por fin, y comenzando para terminar a hablar ya de lo que verdaderamente nos interesa: “hace tiempo que se viene hablando de la muerte” nos dice Ángel en su libro. “Y lo que se hablará (Savater :existencialismo del siglo XX), si bien, y en esto estoy de acuerdo con otras personas, es un acierto la mención de varios pensadores (filósofos) que inciden en sus trabajos, sobre el mismo eje problemático, pero que son anteriores al siglo pasado y al pensamiento existencialista como Platón, o el propio Hegel ―siempre Hegel: para quien detrás del telón no hay nada―. De este modo se intentará constituir una severa reflexión sobre nuestra común condición de mortales, y la conciencia que de ello podemos tener (por si alguien aun en este mundo, no se dio cuenta todavia, que va a morir). El libro naturalmente se reivindica a sí mismo: “La diferencia entre pensar en la muerte y pensar la muerte escribe este texto”, nos dice su autor, que posteriormente y de manera paulatina, a través de ocho capítulos, y huyendo de un tono dramático nos hará recapacitar en una alegría que no habrá de reducirse únicamente a la llamada felicidad, sino también a “aquella alegría que pueda hundir sus raíces en una adecuada consideración de la tragedia” pues : La cuestión es la de pensar... y el más fecundo transitar es el que comporta pensar de otra manera. Con lo que se nos invita a lo largo de nuestro viaje, a tener una visión diferente y “no trágica” de ese hecho tan terrible para algunos, que supone la muerte. 

Los que me conocen saben que no me gusta resumir los libros, jamás lo hago. Quien quiera leer que lea, sin embargo, y a modo de extra-motivación para quién guste de navegar estos mares embravecidos diré, que apenas iniciada la andadura se van a encontrar con un Sócrates (eterno), ante esa muerte  descrita en el los textos del “Fedón” de Platón: Vivir es aprender a morir, nos dice el gran Platón en su diálogo, a través de la recreación de la muerte de su maestro y amigo Sócrates. Nos acercamos, como no también al “Fedro” y su discusión acerca del alma inmortal: y el cultivo del alma filosófica en la “República” para finalmente terminar la primera parte con Heidegger. Autor de la que posiblemente sea la más importante obra filosófica del siglo veinte, Ser y tiempo: polarizada toda ella por su Sein zum Tode, o ser relativo a la muerte, que define y determina lo que somos, y que da orientación y sentido a una condición, la nuestra, que se caracteriza por el cuidado de nosotros mismos, de nuestros próximos, de nuestro mundo, en referencia a ese fin que se nos impone como una necesidad; ese fin inexorable, que es también, o puede ser, finalidad: norte u oriente; ese fin lo constituye la muerte. Una muerte que, a la vez, puede sernos propicia y fecunda si sabemos “salir al encuentro” de ella, según expresión heideggeriana, o bien sumirnos en la esterilidad y en el desánimo por su carácter desasosegante, o por el temor y temblor que puede suscitar” ”. ( E Trías). Fijense en ese Temor y temblor al que se refiere E.Trías, en clara referencia a Kierkeggard. 

Por supuesto, todavía quedaría mucho que decir por mi parte de este libro, o de la propia muerte, pero no esperen que se lo resuma, o lo reseñe al uso. Quienes me conocen saben que opino al respecto y mi camino con ustedes solo llega hasta aquí. Creo ahora, que habiéndose llevado de la mano hasta la misma puerta del laberinto, solo ustedes pueden decidir si entrar y sumergirse enfrentándose al minotauro que lo habita. Si darán con la bestia y la vencerán con ayuda de esta magnífica guía, eso yo ya no lo sé. De modo que yo les esperaré fuera.. pues ya estuve allí una vez, y todavía me estoy relamiendo la sangre de mis heridas. 


Ángel Gabilondo Pujol  (San Sebastián, 1 de marzo de 1949) es catedrático de Universidad español. Desde el 7 de abril de 2009 es ministro de Educación sustituyendo a Mercedes Cabrera. Hasta entonces era rector de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), miembro del Departamento de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de dicha universidad y presidente de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE). Está casado y tiene dos hijos.


Libros publicados

Durante su etapa en la congregación del Sagrado Corazón, escribió el libro Enséñanos a amar. Catecismo del Sagrado Corazón (Ediciones Mensajero (Colección A.C.I.), Bilbao, 1969, ISBN 978-84-271-0419-8).

Como divulgador de la Filosofía, ha participado en la publicación de multitud de libros. De ellos, seis han sido escritos por él completamente:

* Dilthey: Vida, expresión e historia, Editorial Cincel, Madrid, 1988.
* El discurso en acción (Foucault y una ontología del presente), Editorial Anthropos, Barcelona, 1990.
* Trazos del eros: del leer, hablar y escribir, Editorial Tecnos, Madrid, 1997.
* Menos que palabras, Alianza Editorial, Madrid, 1999.
* La vuelta del otro. Diferencia, identidad y alteridad, Trotta y UAM, Madrid, 2001.
* Mortal de necesidad, Abada, Madrid, 2003.

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