Lo único que nos priva del ser, de su presencia entre nosotros, son las propias limitaciones: las que nosotros mismos imponemos a partir de una razón (absurda) —determinista—que lo busca y no lo encuentra, perdiéndose en palabras y en el vago significado de estas, más propias y dadas entender expresando la voluntad, del deseo de los hombres, que una necesidad.
A nadie escapa que el hombre es un ser, o consciencia que se encuentra en permanente evolución; un ser, por tanto, en evolución y aprendizaje continuado. Aprendizaje, este, cuando bien dirigido permite ir explorando y desarrollando funciones que bien podrán ser físicas: en nuestros sentidos; o bien, en nuestra mente, como potencias antes en un estado crepuscular, que nos ofrecerían todo un nuevo potencial y campo de visión antes adormecido, cuya finalidad es mover a conocernos (en lo local) a nosotros mismos (y nuestra sombra) → (ser), e igualmente reconocernos nosotros en lo externo (ser-ahí / en acto ) formando parte de un todo-ahí que es y, por tanto, reconocer al mismo tiempo ese (ser-ahí) todo entrelazado, que en última instancia entendemos como esa conciencia universal (que es el ser) en relación con todos nosotros.
Sin embargo, hay quien piensa que esa comunicación (estadio de comunión) es cuando menos improbable, sino imposible..., bien: intentaré explicar que no es así. Pues demostrarlo me parece absurdo, cuando solo tenemos que salir al exterior y mirar con los ojos de forma holística lo que somos, donde estamos y aquello que nos rodea: tomando todo de lo que formamos parte, para luego entender que «Las cosas están todas ligadas por lazos invisibles: sombras que todavía muchos no son capaces de reconocer como (ser), y que (como decía Galileo Galilei) no podemos pisar una flor, sin molestar con ello a una estrella». Pero Descartes ya tomó buena conciencia del problema, advirtiendo, de lo que no debíamos hacer “con el método científico (determinista) cuidémonos de la materia, y dejemos todo lo demás que no tiene base material, que se cuiden de ello otras disciplinas”.
Antes de comenzar y para entender lo que quiero decir, hemos primero de comprender que el universo en el que vivimos y nos desarrollamos es todo (Él) energía ( Ser y sombra del ser /materia y sombra de la materia) : una energía que no se destruye —incluso aquello que consideramos materia no es otra cosa que energía, del mismo modo que la materia oscura y la energía oscura (es energía: microondas). De modo que lo que llamamos materia es igualmente energía (en un estado colapsado de esta: "materia bariónica". Una energía (llamémosla oscura / que no vemos), que tiene la propiedad de estar y mantener siempre unida/o —entrelazada entre sí, a todo el universo: en todo lo integrante y constituyente de este (por su sombra) en una forma (transparente o invisible a los sentidos ordinarios). Luego nosotros (el sol, planetas y todo lo que hay en el sistema solar y más allá) constituidos a partir de la materia : como entes que formamos parte integrante de este universo en evolución a partir de aquella energía primera—estamos igualmente conectados a todo el universo por medio de esa energía (oscura que no vemos), que nos envuelve, siendo parte de ese todo; pues desde la primera y hasta la última partícula en este universo, amanecimos a la vez (juntos en la luz / a la luz ) en un mismo origen, y desde que la autoconsciencia floreciese, no hemos dejado de escuchar aquella llamada atraídos hacia aquello, que a mim me gusta llamar: la música del espacio del lo que formamos parte; cuando del mismo modo y con la misma fuerza, aquello (oscuro/invisible) anhela hacernos saber de su ser-ahí (pues vemos la luz de los astros: lado iluminado de la sombra y faros del universo hacia nosotros) y hacia lo que nosotros necesitamos (movernos→) igualmente, en acto de→ ser-ahí, sobre nuestra propia sombra para que este nos reconozca y al mismo tiempo, reconocernos nosotros en el: reconocernos en el ser.
Unos llaman a aquello que subyace en esta energía (oscura) dios, y la ven de una manera; otros hablan de un espíritu creador; y otros siguen adorando a las magdalenas: nosotros lo llamaremos el ser. Luego a nadie se le escapa esa sensación de pertenencia, cuando no dependencia hacia algo que sabemos está ahí (en la oscuridad del desierto: en la sombra) y nos reclama, pero que no podemos todavía explicar y menos aún entender.
II
Pero es precisamente la consciencia la que ilumina sendas antes ocultas —aunque estemos todavía lejos de un completo entendimiento— hacia una realidad antes desconocida que, por qué no, podría conducirnos a una mejor comprensión del universo y la vida, a través de la relación existente entre aquello que sentimos pero podemos percibir/describir.
En este sentido, por la ciencia, sabemos hoy que las personas, con nuestra consciencia, cuando observamos la naturaleza (la energía/cuando entendemos, en verdad lo que se observa) con nuestros propios ojos, somos capaces de colapsar dicha energía (colapsar la función onda-partícula) convirtiendo: onda en partícula. Entiéndase: al mirar a través de nuestros ojos colapsamos esta energía, convirtiéndola en lo que luego todos llamamos materia: materializamos la energía del vacío (microondas) a nivel fundamental en un fotón: cuando este colapsado por la vista (instrumento de la consciencia) puede interferir con los electrones modificando en estos.
El fotón activa la imagen (de forma bariónica visible) a partir de de 65 estados en función de onda (electrón/fotón). La materia oscura es en sí un campo de luz electromagnético en función de onda (microondas), repleto de materia (electrones) sin una propiedad definida en el campo.
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Luego nuestros ojos no son el aquel mero instrumento o sentido, por que al→ fijar la vista, nuestra conciencia en algo (y movernos→ en acto → de ser) alumbramos aquello que miramos y se deja o nos permite (en su acto hacia nosotros) ver ( parte de sus ser. Pues el ojo de la razón ve, pero no lo ve todo.
Discusión
a partir de de 65 estados (propuestos) en función de onda (electrón/fotón)
(32+32= 1 = 65)
▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲ Blancos y negros 16+16 = 32
64 Formas ▲unidades, contenidas en una forma 1=65
▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲ Blancos y negros 16+16 = 32
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