Hoy abriremos una
puerta (ese Angulo º<) hacia la sombra de la razón. Se nos dice que vivimos
en tres dimensiones (la cuarta es la del tipo del reloj) la sombra de Imhotep
en nuestros tiempos: e igualmente evado a dios (por la razón) que nos deslumbra
en forma de hombre, y solo el hombre, en su afán de que no observemos la
naturaleza (del ser), y que revela solo la luz y no la sombra que proyecta su
intelecto, (también) ciego del ojo izquierdo, este “de tanto mirar el reloj”,
siempre temiendo llegar tarde al trabajo, enfermo y debilitado por su ansiedad:
es el ejemplo y espejo: destino de evolución de la razón. Es otro más que viene
en paz”, que tampoco ira al campo de batalla, no, no es Sócrates: es la Razón
de Sócrates / el conejo blanco al que siguen y en el que hoy se reconocen
todos, a imagen de su sombra: yendo al trabajo, a la escuela, el instituto, al
cine, a por la novia, (pero sobre todo se percibe los domingos por tarde noche,
cuando habiendo salido al campo fuera de su madriguera todos los conejos
regresan apelotonados corriendo hacia su interior y gritando: «¡Dios mío! ¡Dios
mío! ¡Voy a llegar tarde!» (Humpty Dumpty).
"cuadro de Klee llamado Angelus Novus. En ese cuadro se representa a un ángel que parece a punto de alejarse de algo a lo que está mirando fijamente. Los ojos se le ven desorbitados, la boca abierta y las alas desplegadas. Este aspecto tendrá el ángel de la historia. Él ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde ante nosotros aparece una cadena de datos, él ve una única catástrofe que amontona ruina tras ruina y las va arrojando ante sus pies. Bien le gustaría detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destrozado. Pero, soplando desde el Paraíso, la tempestad se enreda entre sus alas, y es tan fuerte que el ángel no puede cerrarlas. La tempestad lo empuja, inconteniblemente, hacia el futuro, al cual vuelve la espalda, mientras el cúmulo de ruinas ante él va creciendo hasta el cielo. Lo que llamamos progreso es justamente esta tempestad.” "Catástrofe", Atlas Walter Benjamin del CBA.
"Incluso el
ángel parece volver la espalda a las ruinas siempre azotadas por la tempestad-1
en un mundo en el que se ha reducido instrumentalmente al hombre, donde “la
tierra enteramente iluminada, resplandece bajo el signo de una triunfal
desventura-2; consecuencia de vivir en una sociedad de perdidos “huérfanos”,
debido "al carácter abstracto de nuestra existencia -3”. Personas que
viven en un mundo plano, sin el imaginario de lo primitivo y todo lo que ello supone,
adorando en su lugar ―bajo la apariencia de secularización y la sacralización
de la realidad― un dogma que no admite herejía: la tiranía del beneficio (la
razón de medios y fines): una sociedad despótica, de ansiosos y apresurados; de
crédulos en aquella modernidad que nos liberaría, convirtiéndonos en amos ( por
la razón), cuando en realidad la razón nos aprisionó y convirtió en sus
esclavos: la modernidad dominó mundo y, a la vez confiscó al individuo. Luego
algunos nos desconsolamos ante la realidad, incluso, buscando otra (que no deja
de esperar-nos); pero quien se aflige o pierde el tiempo en necedades es porque
quiere o quiere llamar la atención de la hora con su reloj: “nadie dijo nunca
que la realidad necesitase de garantías-4” ¿Garantías de qué? Vivimos dentro de
aquello que hemos elegido, y elegimos cada día pero, igualmente, seguimos
afligidos: sentimiento éste admisible; pero que, sin embargo, es precisamente a
la propia convención cultural, que todos hemos consentido “venida de la razón o
«instrumentalización» de la razón”-5 (en tanto lo es a sus procedimientos para
lograr sus propios fines). Es por tanto, que todas estas dudas “trágicas” sobre
“el sentido o no de la vida y la realidad” no merecen ser tomadas en
consideración cuando viene de un corazón esclavo y cobardes, temeros de la
sombra y ávido de protección; pues la realidad no necesita garantía alguna y
menos esta de ser probada, sino revisada a razón; y serlo antes de alcanzar un
nuevo "punto de no retorno que siempre vemos demasiado tarde”-6. Y, si
luego "la ciencia que ha de ser la autoridad llamada a enfrentarse al
oscurantismo, los positivistas prosiguen la gran tradición del humanismo y de
la Ilustración-, entonces… los filósofos tienen que despertar de una vez de sus
ensueños y establecer un criterio para la verdadera naturaleza de la ciencia.
La filosofía tiene que formular el concepto de la ciencia de un modo que
exprese la resistencia contra la amenaza de recaída en el delirio y que conecte
con las exigencias de la naturaleza existente. Para ser la autoridad absoluta
la ciencia tiene que ser justificada como principio espiritual y no puede ser
simplemente deducida a partir de métodos empíricos para luego pasar a verse
absolutizada como verdad sobre la base de criterios dogmáticos y orientados a
tener éxito científico-7. (Contrapunto) de los paisajes posibles / de los paisajes imposibles.
II
De los paisajes posibles
La poesía ha sido siempre evocadora del deseo, más que de la realidad manifiesta a los sentidos: alusiva a paisajes y momentos imposibles, conjeturados a la razón y conjurados en las palabras que advierten esperanza y anhelo, en aquello que habrá de cumplirse. Jamás, hubiese sido posible el Romanticismo, si éste no se hubiese exhortado (en su forma) de la Nada, a través de conjuros escritos en verso, e ideales proscritos por toda una Nación. Nada es irrealizable, ni siquiera aquellos paisajes imposibles, nos proclama el romanticismo desde la forma de la sombra de nuestro desierto. Y quizá con ello nos quiera decir algo de aquellos paisajes (imposibles a la razón) pero posibles a quien se atreva a recorrerlos, y de los que se advierte un fantástica teoría, a saber: Paisajes, que entendido en su significado más común, podrían describirse como la extensión de aquellos terrenos que vemos desde un sitio, en la forma de la oscuridad del espacio, e incluso desde nuestra imaginación y esperanza. Pero existen muchas otras formas de representar o utilizar el “concepto de Paisaje” más allá de su significado común al tratar de biología, arte u otras materias, y, concretamente refiero ahora al modo cuando es utilizado por los físicos en Cosmología y Astrofísica, donde bajo el paraguas de la teoría de cuerdas, este paisaje englobaría posibilidades de universos paralelos que recogerían al mismo tiempo, la posibilidad de existencia de otras partículas e interacciones, diferentes de a las leyes locales de la física. De tal modo, que el conjunto de todas las leyes posibles recibiría el nombre de “paisaje”. Luego, y según algunas interpretaciones de la (S.T.) este paisaje sería enorme; resultando una diversidad fabulosa de dimensiones del universo y, por lo tanto, también de posibilidades: posibilidades —y es aquí donde extrapolo— que bien podrían ser o estar, dentro del ámbito de todo lo humano posible, recogiendo diferentes puntos de vista, percepciones o representaciones de la existencia, aunque estos difieran de “las leyes locales que hoy gobiernan el pensamiento, el mundo y las sociedades” siendo, el conjunto de todas las posibilidades éstas, al modo de “ser y pensar” y-o “representar”: todas ellas permitidas. Lo que finalmente nos llevaría a suponer, dando como resultado, que si algo no existe es, sencillamente, porque alguien aún no lo pensó y deseó conjurándolo con todas sus fuerzas, cuando precisamente: “el mundo adquiere sentido por su horizonte”—(afirma Husserl). "Sentido y entendimiento del mundo que ha de venir de despejar ese horizonte"— (Zubiri). Un horizonte, que asoma ante nuestros ojos y del que poco importa, si ya existía antes de ser despejado, o si bien al despejarlo lo hemos creado nosotros mismos: qué más da, si está ahí, esperándonos. Piensen pues, pero sobre todo sueñen con todas sus fuerzas y quizá, mañana despierten a un mundo nuevo: a una nueva realidad. "Ese mundo". "Se diría que tenemos ante nosotros, como recompensa a nuestros afanes, una comarca aún no explorada, cuyos horizontes nadie ha visto, un 'más allá' de todos los países y de todos los refugios buscados por el ideal humano, mundo tan desbordante de hermosura, extrañeza, terror y divinidad, que tanto nuestra curiosidad como nuestro ahínco de poseerlo asumen ansiedades frenéticas"(8)
“No todo está perdido, quedan los Heroes”
1(TW. Benjamin)
2(Dialéctica del Iluminismo, Max Horkheimer )
3(§24, 189 Nietzsche. El nacimiento de la Tragedia)
4(S. Paniker).
5(critica de la Razón instrumental, Max Horkheimer)
6(Habermas)
7(Max Horkheimer)
8(Nietzsche)
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