HEIDEGGER
A Partir de la “carencia” falta o privación: desde esa otra manera de pensar
La razón principal de estos textos ha sido, desde un principio y hasta este punto, tratar de argumentar de nada—que hemos visto que en absoluto: no puede existir— a partir de aquellas diversas formas de Nada que hoy todos entendemos por la Nada, pero que no-es la Nada Absoluta (algo que no puede existir sino solo en la mente de los que la nombran y para los demás que al escuchar igualmente afirman). No espero haber conseguido mi propósito en la medida deseada pues conozco bien a las personas o al menos lo suficiente como para saber que aquellas que defienden sus posturas sobre la Nada o cualquier otra cuestión seguirán defendiendo estas→ sus posturas aportando argumentos y afirmando su posibilidad. Por lo que estos textos como los anteriores y los que siguen no son para aquellos tan bien servidos de razón, aunque puedan perfectamente leerlos —como el libro de la revelación no-es para todos (siendo→ para los que todavía tienen la mente abierta no cerrada por escuela, religión y ciencia o carencia de mejores argumentos... donde es preciso más que creer (lo interpretado de un texto de otro) tener fe que de ese texto existe lo→ que-es i son después palabras de otro.
La verdad explicada de otro y entendida de uno como la coincidencia entre afirmaciones y hechos de otros solo muestra diferentes grados de verdad de la realidad (del otro) y sentido propio al conectar lo concreto que se nos habla representado de una imagen en nosotros y lo real que no-es i es → lo proyectado antes del medio hacia→ ser nosotros de (él) que está (antes) de lo→ una cosa que reconocemos concreta de nosotros de la que nos habla el otro.
Ahondar en las profundidades de la filosofía griega Clásica más aún el pensamiento griego anterior / es hacerlo indiferenciado iniciando de La frase "τὸ τί ἦν εἶναι" (to ti ēn einai) que suele traducirse generalmente como→ "la esencia del ser" o "lo que debía o debiera ser" una verdad relativa a un-o (lo de sí mismo) que en este blog entendemos de (τὸ τί ἦν εἶναι: lo qué era i es / o de otra forma τὸ τί ἦν εἶναι: lo que fue-es i es) Donde él se cuestiona por la realidad individual escondida de una cosa (en lo→ no concreto de (él (τὸ→ lo indefinido del singular que no significa o significa nada concreto del texto / pero que-es→ ser ( ὄν→ Lo-uno (o de uno mismo) con él→ nombre y significado) de una cosa que-es i es afuera en la Revelación / aparición a los sentidos) Lo que Aristóteles utilizó para indagar en la esencia o naturaleza verdadera de las cosas (por la palabra) buscando comprender lo qué hace que algo sea (lo→ que-es) más allá del texto i-ser (Lo de él).
Pero la comprensión de la realidad (sobre todo cuando con lo pretendemos entender a alguien a partir de un texto) exige un despertar que trascienda lo ordinario, exiliando al hombre o (ser-inmóvil) de su cotidianidad para empezar a moverse de uno mismo en las profundidades del tiempo y verdad de las cosas que son móviles y heterogéneas→ como el héroe de su mitología. Este proceso implica un viaje de erudición y separación de aquello hasta ahora propio (para poder conocer el mundo i ser→ (lo- él del medio hacia las cosas que son i (han sido) del horizonte) Un regreso por tanto (a Ítaca) o volver a nacer después de Circe: la de las divinas trenzas y que parte antes del deseo de conocer de los argonautas: desatando los vientos para volver a lo desconocido hacia→ la capacidad de mirar entender con nuevos ojos el mundo: mirar las cosas como (las verían los muertos si pudieran― diría Pirandello (o como si acabásemos de nacer / si queremos ser más lúcidos i puros de pensamiento luego frente a aquello que es i es ante nosotros).
Pues surgen cuestiones→ incluso antes de la propia experiencia de las cosas) que aparecen de las preguntas que nos debemos mover igual i del pensamiento (no a ellas→ explicarlas) sino a la misma experiencia de la materia-ahí de las cosas (que son→ lo de antes… cuando nos preguntemos [¿Qué es la materia, el espacio, el tiempo? O ¿Qué define la realidad de un objeto?] y movernos de ahí… de estas cuestiones a•hacia→ la relación existente entre la verdad de las cosas (i-de una cosa→ la percepción de esta por el reflejo de la luz / a la propia conciencia) de lo que en concreto tenemos que estar-ahí fuera pendientes (para después de conocerlas poder hablar de ellas) pues son hacia nosotros proyectadas del medio común: fuera del pensamiento (por alguna necesidad)
Entonces Circe (la de las divinas trenzas) sabiendo de lo que acontecería, sugirió a Odiseo dos rutas alternativas para volver a Ítaca después de bordear la isla de las sirenas: tapándose los oídos a los cantos de aquellas / y dirigirse bien hacia las «rocas errantes» un par de escollos que flotaban y entrechocaban aleatoriamente→ las dos rocas Simplégades) / o bien: pasar teniendo que elegir entre la peligrosa Escila y el remolino de Caribdis (aconsejándole de ellas: una). Así, el aprendizaje (del medio en el medio común) es ir→ estar (él→ de un lugar y una cosa se revela→ o aparece (aparición como un redescubrimiento) donde de las experiencias acumuladas (i cada una-es→ la sabiduría de uno (que no consiste en almacenar información de causas ajenas, sino en comprender la naturaleza de las cosas que son hacia nosotros en la propia necesidad (del mismo medio y de ellas mismas explicadas / pues por los sentidos y las sensaciones las comprendemos (en lo sensible→ de una forma i concreta de ellas hacia→ nosotros) pudiendo contrastar esa misma forma e información que nos reporta del medio su sentido a•hacia→ nosotros Y lo mismo (el sentido que tiene en o para el otro) desde las sensaciones luego explicadas a nosotros→ y una discusión o conversación después entre amigos hablando de Lo→ mismo (entre nosotros lo de antes y un viaje / que todos entendemos). Este despertar nos lleva a un hombre sobre la razón del otro, afirmando que más allá de sus límites (del otro→ su razón) se encuentran las claves para entender sin interpretar la realidad de las cosas que son→ en el mundo y del medio común de todos y superar los desafíos y escollos del sistema de educación occidental (donde todo es explicado de un texto de otro que no-es→ él del texto) que lo interpreta de otro antes que no-es tampoco (no-es de la cosa real en sí→ en conciencia de su experiencia) pero luego es→ hacia nosotros hablando de alguna cosa en general (una flor o de: el hombre → que no-es o es nada concreto si no-es lo→ de antes i-de un nombre (hablado a jóvenes demasiado jóvenes como para entender (lo→ que no ha sido de su conciencia)
Es por tanto probado que nada: no existe i es→ En este sentido estamos nosotros aquí (aparentemente solos) "aparentemente" pero estamos, estamos nosotros aquí y estamos ahora hablando de nada y en consecuencia→ es un hecho y verdad, que la Nada es i en absoluto ¡No existe! Y hemos afirmado también y argumentado que la Nada Absoluta no-es lo que trata Heidegger (pues no existe /no puede existir), y esto lo deja el mismo claro al principio de su metafísica (como aquella primera piedra de tropiezo): "El preguntar por la Nada (qué y cómo sea la Nada) trueca lo preguntado en su contrario. Pues la pregunta despoja a sí misma de su propio objeto" — (¿Qué es Metafísica? 1929 - Martin Heidegger). Entendiendo, literalmente, y de sus propias palabras "y quien quiera entender que entienda"→ que ni es camino practicable para Heidegger ni para nadie, como comprobamos, igualmente, del principio de no-contradicción, y del que entendemos, no solo que la Nada no puede existir, sino que tampoco puede ser buscada como lo que-es / sino como o que no-es, tal como quedó expuesto anteriormente en (lo que la Nada no.es) con el auxilio de algún fragmento del libro: Sobre la etiología de la Nada, escrito por Carlos llano Cifuentes.
Luego más bien observamos y tenemos que entender a un Heidegger nos habla de “carencia” o “falta”, resuelto esto en una Nada subjetiva o vacío interior, que surge a partir del que está angustiado: pero que no está angustiado porque quiera, o quiera estar ahí "angustiado" sino por una causa “posible” o aflicción venida a partir de esa carencia o falta (de una muleta que ha estado siempre) y refiero con dicha carencia o falta i muleta→, aquella espiritualidad desde el hombre primitivo después no siempre bien entendida (aunque muy bien aprovechada por las religiones) y que ahora no-es pero es i está (de otra manera)... por ejemplo y entiéndase la fe cuando de alguna manera las creencias fallan→ uno-ahí tambaleándose) y no-estando él firme en su fe /es decir→ en lo de un-o de sí mismo que conoce / cuando después cae; momento este donde se manifiesta luego (de la duda) y su angustia algo que llamamos Nada→ de lo otro (donde asirse) en aquella: su búsqueda personal de la verdad del "ser" y por tanto de Dios→ una nada pues que-es en ausencia de→ lo otro / luego un vacío interior del hombre (o desierto) surgido a partir de esa misma carencia de lo (otro) que no-es: y viéndose envuelto ahora por ese desierto apreciable en el sujeto mismo / ausente él de la experiencia de lo→ de su búsqueda que en la caída se revela como aquel (de lo que no-es→ ahí (algo para sostenerlo→ en él (lo→ de sí mismo: su fe) / donde (de repente se ve) como pende y "colgando" sin nada donde agarrarse (Kierkegaard). Luego un vacío (o Nada) que se le revelará a él como ausencia de→ lo (que no-es→ahi un Ser (a Heidegger) y que podríamos entender de una luz lejana surgida en la oscuridad alumbrando, así entiendo a Heidegger. “Entonces, en verdad, Él te atrajo de la boca de la angustia, a un lugar espacioso, sin limitaciones, en lugar de aquélla; y lo que se puso sobre tu mesa estaba lleno de grosura”. (Job 36:16)
Pero no solo habremos de creerle, sino que a partir de su experiencia subjetiva deberíamos entender-lo→ de otra manera) lo mismo él como intento de entender a Eckhart, a quien se le atribuye una poesía de profundo misticismo llamada Granum sinapis («El grano de mostaza» der wek dich treit, in eine wûste wunderlîch, dî breit, dî wît, unmêzik lît. dî wûste hat noch zît noch stat, ir wîse dî ist sunderlîch→ El camino te conduce a un maravilloso desierto, a lo ancho y largo, sin límite se extiende. El desierto no tiene ni lugar ni tiempo, de su modo tan solo él sabe. Luego a qué se refiere Eckhart con él, o, y mejor dicho: a ¿quién? "Fuimos bastante valerosos: no tuvimos clemencia ni para nosotros ni para los demás; pero por largo tiempo no sabíamos dónde nos conduciría nuestro valor". (F Nietzsche)
No hay comentarios:
Publicar un comentario