20- HEIDEGGER : Del mito que nos lleva directamente al misterio para que por esa puerta (del mito) seamos sumergidos――/ Jorge maqueda merchán / jordi maqueda

 

El mitologema o el mito que nos lleva directamente al misterio para que por esa puerta (del mito) seamos sumergidos― lo que surge en la escena trágica es la actitud del hombre que se siente liberado del Destino, que cobra contacto con su libertad sometido a “nuevas fuerzas desconocidas” que tienen un origen muy remoto. Literalmente, tragedia significa “canción del macho cabrío” Tragedia viene del griego tragoidia, que se compone de tragos (macho cabrío) y oidé (canto)  y probablemente se refiere al ritual totémico, al sacrificio de un macho cabrío a Dionisos. Luego El héroe (el hombre) se encuentra conducido al conocimiento, pero –oh sorpresa– se encuentra  accediendo a este no por donde esperaba, entiéndase: aquello que nos sugiere la duda (o el misterio: en nuestro caso la cruz), sino por un camino distinto, aquel a donde hemos sido atraídos, entrando por la madriguera del conejo donde espera el espíritu que está oculto en la madera, a la espera: que nos recoge entre sus cuernos, momento este terrible y maravilloso ¿quién lo superará?, y superará luego sus pruebas (aquellas montañas a ascender y aguas que navegar) un camino por el que (con su ayuda, y solo con su ayuda, reconciliándonos con el compañero y hermano, que antes había sido una sombra a la razón, ahora se muestre complemento nuestro: con el que primero habremos de ir superando de nuestras dudas los miedos, como el héroe griego enfrentándolos a la vez que somos→ conducidos caminado el filo entre la luz y oscuridad; entre el límite del bien y del mal en el inframundo, en un viaje, rememorante donde recordar se convierte en mandato y vamos superando contingencias, que son referencias a nuestra vida, enfrentándonos a los propios demonios y a nuestras propias mentiras o falsedades que nos son mostradas, siendo guiados en aflicción entre las astas del hermano por el borde mismo del abismo, para conocer su verdad, para entender, siguiendo siempre el mismo borde (límite y frontera a la razón) entre luz y oscuridad que se muestra camino: nuestro único y verdadero camino) hasta salir finalmente, por aquel otro agujero desde donde veremos asombrado y clavada al suelo de “la tierra” la cruz: señal y misterio, que solo uno puede revelar rompiendo sus sellos.

Sin embargo. Heidegger, por su parte, no podía ver/entender nada de esto entonces, ni por tanto entender en el interés (no obvio para tantos) despertado por su obra —y entendamos, que de carácter aún fragmentario esta —sino observando, lo que él ve y concibe como un malentendido (que el espíritu con el tiempo le resolverá) respecto a su propio objetivo, un objetivo que todavía parecía él mismo desconocer, y que le es ajeno: como a todos nosotros en la vida nuestro destino y final. Sin embargo, "a otros" —no sabemos si mejor o peor encaminados— (Ser y Tiempo) sirvió de ayuda (o quizá incluso de “advertencia” - añado yo), para hacer perceptible de “un modo nuevo” el hablar humano sobre Dios?, o incluso, atiendan→ de la palabra que Dios, o lo que entendemos por dios (el espíritu) dirige al hombre" nos refiere (Por la palabra→ O. PöggelerEl camino del pensar de Martin Heidegger,)... Quien quiera y pueda entender que entienda. Estas son las palabras {los dichos} secretas {ocultos} que Jesús el Viviente dijo y que escribió Dídimo Judas Tomás. 1, Y dijo Él (Jesús) dijo esto: «Quien encuentre la interpretación {el sentido} de estas palabras {dichos} no gustará de (la) muerte» — Evangelio Según Tomás (texto copto de Nag Hammadi))..

Precisamente, en este sentido de posible apertura al ser  indirecta o directamente al espíritu de lo que entendemos por Dios (en la palbra) de Heidegger, es sobre lo que me gustaría argumentar “para los que todavía tienen la mente abierta a otras posibilidades” sobre aquella hipótesis posible, una revelación que no parte únicamente y enteramente de lo que dicen las palabras, sino también de aquello que no nos dicen, e incluso sepultan éstas,  intencionadamente o no: como Sargón con su nombre; pues ((«cuando se da a compartir el pensamiento propio no se lo ama suficientemente» (N. I, 265 s.)). "Y del mismo modo que Nietzsche guardó silencio sobre su «único pensamiento», así también Heidegger guardaba silencio entonces" del suyo. Si bien, no estará de más recordar, que el mismo Heidegger propuso como título de la edición completa de sus obras: “«caminos y no obras», reivindicando de ese modo para su pensar ("inacabado"), una pluralidad de caminos (entradas "sin fin")”. (Epílogo a la Segunda Ed. Alemana - 1983, El camino del pensar de Heidegger / O. Pöggeler). Pues “En las últimas décadas hemos atravesado un tiempo peculiar de latencia o de carencia, que por cierto no sólo ensombreció a un pensador como Martin Heidegger”― (Hans G. Gadamer: Los Caminos de Heidegger).

Habrán notado ya unas citas de O. Pöggeler en este nuevo texto, sobre el que me voy a apoyar (pero, recuerden, ni siquiera este texto o entrada está terminado) a la hora de desarrollarlo. Precisamente, el planteamiento que Pöggeler presenta en su libro: las cuestiones, exigencias y desafíos que propone —no al lector de su ensayo El camino del pensar de Heidegger, sino al lector de Heidegger— poseen actualmente la misma vigencia que en 1963, si bien la frecuente apelación al pensamiento heideggeriano, las siempre nuevas lecturas e interpretaciones de su obra y la presencia en variadas corrientes filosóficas de su nombre o sus ideas, podrían hacernos creer, por el contrario, que poco puede sernos dicho ya desde tal distancia temporal. Pero esto es erróneo (recuerden: caminos) cuando no apresurado (recuerden: caminos sin fin). "Aun aceptando todas estas influencias, lo que sigue siendo pertinente y objeto de polémica es de qué trata en definitiva el pensar de Heidegger", y todavía hoy hay que preguntarse por el camino o caminos que este ha seguido, por aquel sentido mayor (más que seguirlo, pensar antes en su camino, o caminos: sin fin)  y cuestionarnos sobre qué sentido tienen esos caminos descritos en su obra para la filosofía,  la vida, y a qué responden y en qué dirección pueden conducir al hombre, si es que tiene alguna verdadera utilidad, más allá de darle siempre las mismas vueltas, sin fin.

Volvemos, por tanto, pero con una mente más abierta y de nuevo a Heidegger, entendiendo este pensar de Heidegger como un camino —no de muchos pensamientos, sino como aquel camino o caminos, restringido o restringidos a un solo y único pensamiento o dirección, del cual espera nuestro pensador que «algún día quede detenido, como una estrella, en el firmamento del mundo»: «Ponerse en camino hacia una estrella, nada más» (Desde la experiencia del pensar, 7; tr. 67 /.O. Pöggeler). Pero sabemos, entendemos que una estrella, cualquiera, está lejos y, además, la tierra no para jamás en su rotar. Por lo tanto entendamos, da igual el punto de partida, o qué dirección y hacia qué estrella caminemos o caminos tomemos, y cual sea el punto de partida hacia cual sea tu estrella, no la podremos alcanzar "jamás": «Ponerse en camino hacia una estrella, nada más»... hacia→ Nada a que dirigirnos (que existe - en una idea imposible, pero que se siente adentro (posible), en el individuo luego la padece (le ciega y se pierde al penetrar en ella).

Es por ello que el camino o pensamiento Heidegger, precisa ser interrogado /desarrollado en sentido más amplio, más allá de las explicaciones ya dadas por “otros”, o “los otros” entre ellos: filósofos (académicos o estudiantes de filosofía: a favor o en contra) pues estos hablan, entienden /malentienden, se enredan, adulan o critican, desde su propio ámbito, experiencia e intereses, y muy probablemente seguro-algunos (o mejor dicho: casi todos) desde el tropezón o error (a mi entender, entender este que es solo mío), respecto al objetivo del "pensamiento único" de Heidegger, como él mismo advierte: "pues era el destino de su propio pensar lo que él se afanaba en concebir cuando, en su curso sobre el «único pensamiento» de Nietzsche (el pensamiento del eterno retorno) incidía siempre sobre el hecho necesario de que discípulos y coetáneos deban malentender al pensador que plantea una pregunta esencial" (N 1, 269, 288, 337 s., 403 s.) (O. Pöggeler). Lo que ahora, y no entiendo muy bien por qué, me lleva a pensar; primero: ¿era necesario que Jesús muriera en la cruz para que después todos, incluidos sus discípulos, entendiéramos (mal entendiendo)?, y segundo: ¿entendimos?. Pero, y lo pregunto de verdad, de nuevo ¿entendimos? "Le dijeron sus discípulos: « ¿Cuándo va a llegar el Reino?» (Dijo Jesús): «No vendrá con expectación. No dirán: ¡Helo aquí! o ¡Helo allá!, sino que el reino del Padre está extendido sobre la tierra y los hombres no lo ven» .v 113 (51 12-18).  Evangelio Según Tomás (texto copto de Nag Hammadi)

De modo, que intentemos ahora desarrollar el asunto para entender lo que tenemos entre manos (pues Ser y Tiempo, de cierto no es el Apocalipsis, aunque podríamos decir que Ser y Tiempo lo precedió literalmente (en el sentido trágico y cristiano del fin del mundo o→ al menos precedió no solo la mayor destrucción y dolor hasta entonces en el mundo→ Europa y Alemania, sino igualmente al arma más desoladora creada jamás del hijo del hombre y que ordeno un hombre de un nombre antes, contra otros hombres usar-lo: dos veces). Y Bien: hagámoslo→ digamos (como sugiere el mismo Heidegger a su Dasein) a partir de aquel ser-ahí→ que está en-el-mundo: pues "el pensar de Heidegger solo podrá hacerse comprensible cuando quien de sus escritos esté, a cada caso, dispuesto a entender lo leído como un paso y propio paso hacia delante-ahí (en el mundo él-ser hacia→ lo que verdaderamente hay que pensar que-es→ estar (él→ de un misterio siendo por el momento) o de aquello hacia lo que el mismo Heidegger estaba en camino y seguirlo: tomar cada uno su cruz.. y subirse esa barca; o digámoslo de otro modo: como ovejas que siguen al pastor saliendo hacia→" ∑mpezando de-ahi→ entonces nosotros a emanciparnos de los otros (del mundo: y tomando de nosotros lo→ que no pueda comprar ni el oro ( saber de nustras propias experiencia), así cada uno busque la verdad por sí mismo por medio de este Da-sein (que somos nosotros (él que esta→ en camino no pretendiendo un comprender ya concluido por otros, sino más en  iniciar un giro al pensar "hacia la disposición de ánimo fundamental a partir de cada uno en la cual sea posible captar paulatinamente aquello que debe ser dicho" (y entendido);  sin olvidar el contexto del medio / del que no queremos ser / solo nos reconoceremos–ahí→ arrastrados de los vientos desatados por el destino) Y después: “pide que el camino sea largo / Que muchas sean las mañanas de verano / en que llegues -¡con qué placer y alegría! a puertos nunca vistos antes. Detente en los emporios de Fenicia y hazte con hermosas mercancías, nácar y coral, ámbar y ébano y toda suerte de perfumes sensuales, cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas. Ve a muchas ciudades egipcias a aprender, a aprender de sus sabios”– Cavafis), y no, como ya hemos advertido: por medio de lecturas o interpretaciones de unos y los otros, pues no hay un único análisis hermenéutico (camino correcto/ sino caminos) o única perspectiva válida para interpretar “la palabra escrita" ni tampoco "el pensamiento principal de Heidegger” y que en sus publicaciones encontramos «silenciado» lo propio: sobre lo que hay que pensar; pues "es verdad que todos los pensamientos conducen a ello ( hemos de entender), pero en ninguna parte está directamente abordado o formulado" — Otto Pöggeler, El camino del pensar de Martin Heidegger.

Por lo tanto se tratará de aportar algo nuevo y totalmente transversal (no dicho) a lo anteriormente expuesto por otros, pues ¿qué sentido tiene, sino, repetir otra vez más lo tantas veces dicho y no acertado? Y hemos de saber, que "aquello que Nietzsche pretendía con lo «poco, y oculto como tras un velo» y que Nietzsche comunicó sobre su «pensamiento único», (Heidegger lo pretende, igualmente, con sus ensayos, conferencias y cursos publicados"― O. Pöggeler). De ahí, que para hallar el meollo de la cuestión: pensamiento y camino, será bueno cualquier análisis que, razonadamente establezca alguna relación clara y ordenada en el tiempo, y a la vez de las principales ideas de sus escritos (y de lo que no está escrito en estos) y, por tanto, en este caso en particular, también del contexto: a partir de acontecimientos biográficos, esto, si pretendemos tener un horizonte de mayor rango y perspectiva, que desde aquel del que normalmente se parte: los propios textos (y que por el momento, a mí ya me sirve ya para argumentar algo). Haciendo entonces una lectura propia y a partir de nosotros mismos, y lo que no dice y dicte nuestro corazón, de aquellos textos y acontecimientos de él, y que nos lleve a nuestro propio entender y para nosotros, en nuestra propia búsqueda a una verdad, y que será nuestra verdad de aquello, pues los textos están ahí, primero, para ser leídos/escuchados, y luego para igualmente que estos respondan cuestiones y poder entender, por qué esta angustia revela la Nada y la Nada luego muestra al ser (y será esta, la única lectura que habrá de servirnos a nosotros y para nosotros). Pues a las preguntas: dónde estaba y por qué ahí: en la angustia, vemos ya la respuesta, a través de la misma historia y biografía de Heidegger, como ya hemos expuesto, quedando este aventurado (a la propia nada) en su mundo y tiempo concreto: un mundo y tiempo que le tocó vivir, como igualmente le tocó vivir la actitud , decisiones y dimensiones irracionales de un país, el suyo primero (el del vencedor después), y que no fueron fáciles de entender ni siquiera para él (me gusta pensar), y menos aún para el mundo; y cuyas consecuencias (angustias y aflicciones) sufrió, como las sufrieron todos entonces, alemanes, europeos, americanos y por extensión buena parte del mundo, y ahora todos nosotros (refiero la amenaza nuclear). Algo que parece repetirse, una y otra vez... en el mundo. Y centrándonos igualmente, y de nuevo repito, en aquello que “no sabemos” de cierto, al menos de forma clara, todavía: por qué y a la vez, simultáneamente, de aquella situación en la angustia, esa Nada luego es ser, y se le revela en ella a Heidegger: donde "Nada es ser, al mismo tiempo y a la vez". Pues Acaso (Dios/el ser - es Nada) y (Nada es Dios/el ser) Lo que cuesta mucho entender, o incluso no podemos racionalmente hacerlo, sino que más bien nos hace pensar en algo incompleto, faltando algo ahí: como he expuesto anteriormente. De ahí, entiendo, que me dirigí a la biblia, sin saber bien por qué: por algo sería (en 2023). Pues aparece el ser de repente, como aquella planta de mostaza surgida a la vida en un desierto cuando es regada, cuya diminuta semilla hubiese pasado desapercibida a todos, alterados en la oscuridad del vacío en medio de la Nada por la que vagan. Pero si cabe esta posibilidad y por poco que fuese posible cabría preguntarse entonces ¿hay algo más que quiere decirnos Heidegger con lo que nos dice?, incluso algo que él no sabía, o quizá mejor sería decir: no quiere, no quería o.... no puede, no podía decirnos claramente, pues quizá él mismo lo desconoce, o desconocida: con la alteración del desaparecer y el aparecer de la Nada luego en ser, justo en aquel momento 1929 (y no digo ya después: pues explicaciones de años posteriores son más, o como las excusas, o la misma afirmación de que antes... no sabía); aunque: ¿quizá somos nosotros los que no estamos entendiendo? Pero tal y como nos recuerda y advierte Otto Pöggeler en relación con el pensar de Heidegger, y esto lo entiendo importantísimo, pues estamos un en una etapa todavía temprana de Heidegger: ¿Acaso puede hablar un pensador del camino seguido cuando aún está en camino, cuando todavía busca ese camino? (O. Pöggeler).34. Dijo Jesús esto: «Un ciego, si debiera guiar un ciego delante de éste, los dos caen al fondo de un hoyo».65.(Evangelio Según Tomás - texto copto de Nag Hammadi) pero no menos importante todavía, sería saber cuándo fue plantada, de serlo, o de dónde viene dicha semilla: (el ser) que luego brota, digamos→ “en la Nada” como en un desierto, y justo a su paso. Quiero decir: ya estaba allí la semilla, en aquel lugar, esperando, o sencillamente él mismo se la llevo en las botas al pasar por algún lugar, como el que trae una espiga oculta a casa tras pasear por el Monte (kósmos)

Cabría pues una lectura profunda pero no solo o tanto del texto, y biografía, sino igualmente a partir de la propia e íntima persona de Heidegger, luego razonada en alguna dirección, por ejemplo: de su sentir, teniendo presente que pudiera tratarse de algo a interpretar, o que él mismo entienda debe ser→ revelado en un contexto de revelación y de un camino (por el propio Dasein, en camino ( de cada uno)— entiéndase: por cada uno de nosotros mismos: en nuestro camino / su camino, a través de nuestra propia  nuestra fe (y no refiero necesariamente religión alguna con fe) y para sí (para nosotros (escribiendo desde él texto), lo que no figura abiertamente en el texto (justo en la línea se propone Heidegger al hablar de revelación) y por lo tanto, es algo que se sugiere del texto y pueda ser para cada uno: individualmente 7 de su propio camino en la experiencia de este) y que igualmente entiende Pöggeler, en el sentido de silenciado a propósito y, por tanto, una respuesta que no cabe por el mismo Heidegger ser expresada abiertamente, y que no está→ no-es “en apariencia: a la vista”, pero-es→ está ahí, (como una semilla diminuta e imperceptible) que ha estado siempre y al mismo tiempo en ese vacío o Nada de cada uno cuando (en la vida real llegamos a sentir que no-somos→ nada (clamando ser "regada" en el desierto) un lugar del que de nosotros mismos hemos de encontrarnos para ponernos en camino, y llegar .. ¿A dónde? ¿A qué? Bien→ que en todo caso sea esa nuestra propia revelación, solos, en un camino a través del desierto interior: buscando de las sombras propias→ uno… Y Jesús les dijo: Cuando hagáis de los dos uno y hagáis lo de dentro como lo de fuera y lo de fuera como lo de dentro y lo de arriba como lo de debajo de modo que hagáis lo masculino y lo femenino en uno solo, a fin de que lo masculino no sea masculino ni lo femenino sea femenino; cuando hagáis ojos en lugar de un ojo y una mano en lugar de una mano y un pie en lugar de un pie, una imagen (eikón) en lugar de una imagen, entonces entrareis [en el reino]. (Tomas 22)

Pero llegados a determinado punto (entendamos: que debemos superar en ese desierto/vacío: (el espejismo y una luz frente a nosotros, del que Heidegger, entiendo, de primeras que no fue más allá (y al final entendió: Cuando lleguéis a estar en la Luz, ¿qué haréis? El día en que erais uno, llegasteis a ser dos. Cuando lleguéis a ser dos ¿qué haréis?» Heidegger: era uno; Heidegger y la luz o Heidegger y el ser: cuando llegasteis a ser dos: ¿qué haréis? Dijo Jesús <esto>: «En modo alguno puede uno entrar en la casa del fuerte y tomarle por fuerza a no ser (que) ate sus manos. Entonces saqueará su casa»: (entiéndase: que le abra. Pues recordemos que Heidegger lo está y ha estado esperando y buscando, o bien, cree reconocer aquello que está buscando/esperando, en lo que ve i entiende) pero, no entiende que quizá aquello es i es lo que había entrado antes de otro nombre i forma (conduciéndole) como un ladrón /oculto en la noche, y que (tú) no reconociste, o no quisiste reconocer al empezar a escribir, de aquello mismo que ni tú mismo podrías, antes ni después, terminar... (Especulación)

Pero, y volvamos ahora a la cuestión: el desierto y su espejismo→ de la Nada: el ser→ de frente al MINOTAURO del LABERINTO en La PARADOJA Y Solo frente el abismo; ese vacío expectante que no promete nada, más allá de ese vacío, sin vuelta atrás, nada más... y sobre éste una estrella fija→ una luz fija: y de otro lado solo una promesa. Y creo que este es el punto clave de la lectura de Heidegger: dar ese salto, sin la certeza de hallar nada (sabiendo que seremos sostenidos de nosotros mismos de eso (la fe de cada uno en lo→ de si mismo). Sabemos lo que dejamos atrás “pues tenemos presentes las aflicciones del tiempo presente (un infierno de vida y guerras, enfermedad y sufrimiento que llevamos con nosotros)” pero no lo que encontraremos cada uno de nosotros al saltar (de esa promesa). De ahí, precisamente, que se hable de un salto de hacia lo que no se ve y hundiéndonos: como en un bautismo de fe, sumergiéndonos, donde se aliente la propia semilla que de inmediato germinará (de él ser→ saltando); pues no es algo material, como lo que dejamos atrás, hacia lo que nos dirigimos, y por tanto a lo que nos podamos en la caída agarrar. ¿Tu saltarías? en palabras, primero de Nietzsche (El anticristo n/3),

y luego sobre las de este "El problema que presento aquí no consiste en aquello que la humanidad debe realizar en la serie de las criaturas (el hombre es un fin), sino en el de tipo de hombre que se debe educar, que se debe querer como el de mayor valor, como más digno de vivir, como más seguro del porvenir. Este tipo altamente apreciable ha existido ya muy a menudo; pero como un caso afortunado (y casi excepcional), como una emoción, no fue nunca querido. Quizás, por el contrario, fue querido, cultivado, obtenido, el tipo opuesto: el animal doméstico, el animal de rebaño, aquel animal enfermo (necesitado de ser conducido, guiado como una oveja) que se llama hombre.../ - F. Nietzsche: El anticristo 3. La idea del dios de los hebreos y musulmanes, de los cristianos igualmente, se da y se forma realmente en el mundo, en el hombre, al mismo tiempo que el hombre conoce a este dios y lo revela para sí: en el hombre. En este caso, El hombre puede realmente servir a ese, su señor... y he ¡aquí el bien y el mal! sus leyes: no cumplirlas, unas leyes que, por cantidad o dificultad, vemos que, como a posta, se oponen a la propia naturaleza humana, como personas humanas. Y leemos esto ahora entendiéndolo de otra manera.→ ¿Por qué es necesario que el hombre se arroje y ofrezca en holocausto y que muera para que dios nazca, y luego: para gloria de dios?

Pero ni siquiera va a ser fácil para un cristiano abandonar y saltar sacrificándose (en el silencio de la soledad postrera: luego sin la música, las arpas y los himnos a los que está acostumbrado) cuando delante solo vemos una caída mayor. Cómo decidir entonces abandonar esta oscuridad del mundo material, de la sociedad y la opinión, del ruido, y de los otros, del dolor y el sufrimiento, del el amor a la familia y los hijos; si, en la soledad y el silencio, solo vemos aquello: que-es un vacío mayor ante de nosotros y que estaremos solos en una eterna caída, al apartarnos del mundo, sin saber dónde vamos a caer, o siquiera si vamos a caer a algún sitio; o si en algún momento nos van a sujetar ( y de la fe sostenidos en nuestra caída). Pues el hombre (el Dasein / nosotros mismos) no solo ha perdido la fe (buscando desesperadamente una luz en el camino), sino que incluso ha perdido la confianza o fe en sí mismo: ese hombre que primero, pretendía alzarse como un semidiós y que se encuentra ahora suspendido en el vacío, frente al abismo y nada en sus dudas y miedos quiere encontrar al ser Y, sin embargo, incluso ante esta pavorosa perspectiva se nos anima a saltar: a dar el salto (es)… o aceptar lo que no-es  (esa luz ahora fija y frente a nosotros .

Por tanto amigo no hay abismo alguno sino el propio reflejo i espejismo de nuestros miedos  desconocidos provenientes de Nada, como la Nada misma es-espejismo. En este punto, ignoro si de primera Heidegger supero i entendió, o quizá lo hizo ya muy al final: "solo un dios puede salvarnos" - dijo. No hay dios ni ser en la Nada (entendemos finalmente)...allí, espera otra cosa, con una doble intención, una para consolarte y aliviarte la carga: de aquello pesado que trajiste contigo, y que luego van a ser dos, y ¿ahora qué harás?, frente a tu misma sombra, Jesús dijo: «No mintáis y lo que aborrecéis no hagáis, pues todo está visible en la {ante} la Presencia del Cielo. Pues nada hay oculto (que) no será manifiesto y nada encubierto quedará {permanecerá} sin revelar».

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